Pedro Echeverría V.
1. Los presidentes de México, en lugar de confesar que son simples servidores de quienes los mantienen en sus cargos, que nada pueden hacer frente al ejército, los empresarios, el imperio y la corrupción, prefieren encontrar cualquier pretexto para no enfrentarlos: a) nuestras fuerzas armadas son el pueblo, b) nuestros empresarios necesitan invertir, c) el gobierno de EEUU es maravilloso; d) la corrupción –debo reconocerlo- ya nos invadió.
2. Sin embargo, personajes como Fidel Castro y Hugo Chávez –como valientes héroes, piloteando países mucho más débiles- se enfrentaron a los gobiernos yanquis exigiendo justicia e igualdad para sus pueblos y todos los países del mundo y –aunque Cuba fue invadida en 1962 y Chávez fue derrocado en 2002, los yanquis tragaron basura- fueron esos dos gobiernos ejemplo histórico imborrables de la humanidad. Pero el imperio no descansó hasta acabarlos.
3. Desde hace ocho años, al siguiente día de la desaparición, se intuía la intervención del ejército en la represión de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; se supo de la participación de algunos uniformados; los investigadores extranjeros pidieron investigar al ejército e incluso la apertura de unos cuarteles para ver si los estudiantes no estaban presos o escondidos. Peña se negó rotundamente y los jefes del ejército igual.
4. Por lo menos –automáticamente- el expresidente Peña y su jefe militar deberían estar en prisión porque, sino ordenaron la represión fueron cómplices directos de encubrimiento. Pero tanto Peña Nieto como López Obrador –así como todos los expresidentes- han visto al ejército como intocable. Yo, por el contrario, en tres artículos he hablado de su desaparición porque nunca México ha estado en guerra con país alguno. El intercambio de droga y de armas es otra cosa.
5. No me interesa, incluso me opongo, que algún soldado que actúa con obediencia ciega, como si fuera un pobre animal, sea castigado. Los que deben estar en prisión son sus jefes, lo que dieron las órdenes de actuar contra los estudiantes; sobretodo, aquellos que ordenan infiltrar las escuelas, los sindicatos, las asociaciones de trabajadores, con policías/espías, al servicio de los gobiernos y los militares. ¿Cómo es posible permitir dormir con el enemigo?
6. Yo aplaudo que los miles de manifestantes pinten como protesta paredes, edificios, casas; sacudan puertas y ventanas; pero eso, en la noche o a primera hora del otro día, dos centenares de trabajadores de limpia repintan, reparan, y no pasa nada. Lo realmente importante son los bloqueos de casetas de entrada y salida, así como de avenidas principales, ejes viales y toma del aeropuerto de la CDMX. Conviene defenderse con resortera, palos y piedras, como hacen palestinos contra los asesinos de Israel. (27/IX/22)
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