9/26/2022

Los italianos no son fascistas; son los políticos y empresarios los que ponen a los gobiernos en cada país


Pedro Echeverría V.

1. Italia, con poco más de 60 millones de habitantes, es de los países menos poblados de Europa, pero ha sido una de las naciones del continente donde en los últimos 50 años, más cambios han sufrido los gobiernos. Así que no debe alarmarnos que una mujer facha (fascista, de la derecha) haya ascendido al gobierno. Lo realmente preocupante es que en el mundo esa posición política –con larga experiencia de asesinos- se esté fortaleciendo. Eso debe preocupar a los pueblos, particularmente a los trabajadores, que son los únicos productores de las riquezas que todos consumimos. La única filosofía o pensamiento debería ser por la igualdad de los seres humanos.

2. Los pueblos italianos, los estadounidenses, los alemanes o mexicanos, no son fascista o de derecha; los fascistas, nazis o franquistas, son las minorías de ricos que con su dinero y enorme poder, dominan en esos países. Conozco en los pueblos y entre los trabajadores a personas que repiten como loros palabras contra los pobres y besan los pies a los ricos, pero la enorme mayoría se identifica como clase social trabajadora y explotada. Lo que siempre sucede es que los políticos y empresarios ponen candidatos, los políticos recogen dinero y los empresarios pagan campañas de los personajes catalogados como peores ladrones.

3. ¿Puede acaso catalogarse como malvado a un ser humano que va diario al trabajo a producir los artículos que a diario consumimos para vivir? Lo que ha sucedido es que los trabajadores, al no interesarse ni saber de política, deja que los ricos piensen por ellos; permite que los millonarios le digan a los gobiernos quienes son los personajes que deben ocupar los principales cargos para que puedan invertir y hacer negocios, Así que si una mujer fascista asume el gobierno de Italia no es porque el pueblo votó por ella, sino porque los millonarios pagaron las campañas, dieron regalos y compraron votos. No culparía al pueblo de nada, aunque sí por no oponerse que lo sigan engañando.

4. Es muy difícil destruir la carga que lleva en las espaldas el pueblo, todos los pueblos: una educación planeada por los estados capitalistas para que los trabajadores sólo aprendan a trabajar y obedecer las órdenes del amo. Salen de las escuelas con su título para trabajar y no morir de hambre. Por ello en México a las escuelas les llamamos “centros de capacitación para el trabajo” al salir sin entender lo que sucede a su alrededor. Nunca investigan, jamás llegan a saber que viven en un sistema capitalista de clases sociales y lucha entre éstas. Te dicen: “Tú no me preguntes, porque yo sólo sé que hay que trabajar para comer”. ¿Votar? ¡Ya me dirán por quién!

5. ¿No sabemos todos acaso que Hitler, Mussolini, Franco –los que representaron al nacismo, el fascismo y el franquismo español- fueron colocados en sus cargos por los empresarios imperialistas para someter o asesinar al pueblo? Lo que hoy debe preocuparnos en serio es el crecimiento rápido de la derecha fascistoide, de los grupos conservadores, que están recogiendo mucho dinero de los empresarios para dominar, someter, exprimir más al pueblo trabajador. Debe preocuparnos el crecimiento de la propaganda derechista en los medios de información –pagada por los yanquis- en todos los países. (27/IX/22)


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