Por Omar Herrejon
Este domingo hubo un gran festejo en las calles de la Ciudad de México por los cuatro años de transformación social y política. Una marcha en la que, la felicidad y convicción indómita, fueron el denominador común.
La asistencia a esta gran marcha, otra vez rebasó cualquier expectativa. Cerca de 1.2 millones de personas, de cada rincón del país y movidos por la conciencia para defender los derechos y la justicia, caminaban sin prisa pero sin pausa desde el Ángel de la Independencia, hacia la gran plaza capitalina, el Zócalo.
Pancartas alzadas con las frases: “Andrés amigo el pueblo está contigo”, “Me acarrea mi conciencia, mi dignidad”, “Apoyo total a nuestro Presidente”, banderas, globos y confeti cubrieron toda la ruta. Por allí rondaban mariachis y batucadas. Una auténtica fiesta.
Mientras que las y los adversarios decían y juraban que el Presidente López Obrador estaba muy enfermo y débil; a pie, al frente y entregándose a una enorme multitud que lo abrazaba y lo cuidaba, el mandatario caminó por paseo de la Reforma por casi seis horas.
Al filo de las tres de la tarde, el Presidente de México arribó a la Plaza de la Constitución entre la ovación y los aplausos. No cabía un alma más. Conmovía ver al pueblo erguido, alegre y enérgico.
Ante la consigna de “¡No estás solo!” al unísono y con sencillez, humildad y la satisfacción en su rostro, el Presidente López Obrador dio inicio a uno de los discursos más profundos y poderosos que haya pronunciado.
Durante casi dos horas, se enumeraron las acciones y los resultados de cuatro años de trabajo consistente en favor de la población mexicana.
Sobran las palabras.
Lo de hoy, deja claro que millones de mexicanas y mexicanos quieren al Presidente Andrés Manuel y respalda su proyecto de transformación.
La marcha del pueblo, indudablemente fue una marcha histórica.
A 2 años de concluir.
En estos cuatro años de transformación, se escuchó fuerte y claro que la patria es primero. Que, por el bien de todas y todos, primero están los pobres.
A 2 años de concluir la administración del Presidente López Obrador, sigo convencido de que, entre todos y todas, con nuestro actuar y con la congruencia que se ha forjado a lo largo de décadas de lucha, mantendremos vivo este movimiento. Mantendremos viva la memoria de quienes somos y hacia dónde vamos.
Compartimos una responsabilidad histórica con el Presidente Andrés Manuel; somos conscientes de ello. En los años venideros continuaremos, sin dar un paso atrás en esta transformación.
Entendiéndolo, podremos estar a la altura de este llamado.
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