Pedro Echeverría V.
1, Convencido por el marxismo, viví 50 años en la militancia radical y el activismo extremo anti electoral; sólo en los últimos 12 años he comenzado a reflexionar en serio. No luché a favor de los pobres o miserables, sino siempre contra el sistema capitalista que impulsaba y extendía el sistema de desigualdad económica y social. Nunca dí limosnas y poco me planté para defender una causa individual o familiar; pero casi siempre estuve junto a otros al frente de las controntaciones en las batallas de masas. Por ello mis críticas y condenas a los políticos, como todos los presidentes y sus gabinetes, al poder legislativo y judicial, no puede ser a personas sino de sistema buscando que mis denuncias sean contra el poder y el dinero, contra el capitalismo.
2. Por ello mi crítica a las dos marchas (la del 23 y la de hoy 27) no puede ser a personas en lo individual, sino a todos los políticos organizadores que lo único en que han pensado todo su vida, es defender el poder y el dinero. Yo los conozco a todos, porque he dedicado muchas décadas a estudiarlos. Muchos mexicanos estudiosos de la política –a la inmensa mayoría de la población de 132 millones les vale un carajo- los conocen. La primera marcha fue presidida por ladrones y asesinos de cuello blanco y la segunda marcha fue encabezada por el presidente López Obrador y sus incondicionales que no piensan. Fueron marchas para seguir o recobrar el poder y el dinero, nada más. Son los liberales y conservadores de la burguesía que quieren seguir gozando de sus privilegios pasados y presentes.
3. Así que hablar de las marchas es un entretenimiento medio tonto que hace brotar suciedad, mucha suciedad, en cada una de las bocas que hicieron ayer exactamente lo mismo que critican hoy. Si el 99 por ciento de la prensa escrita, la radio y la TV (incluyendo a la revista Proceso) es controlada por los viejos empresarios y sus directivos, dedicando todo su tiempo para hacer campaña contra el presidente AMLO, éste ha comprado a todas las “benditas redes sociales”, quizá también a La Jornada, que ha sumado a sus “Mañaneras” para para hacer contrapeso. Por ello también algunos de nosotros preferimos escuchar música o leer ante la terrible agresión de esos medios que deberían ayudarnos a pensar y no hacer crecer la mala vibra.
4. ¿Qué porcentaje significa una marcha de un millón de asistentes ante 132 millones de habitantes o 100 millones con derecho a voto? Pensaba que en Europa: Francia, Italia, España quizá algunas veces saquen a marchar al millón, pero el número de sus habitantes está alrededor de los 50 millones. ¿y los métodos de descarado acarreo que usan para manipular a las gentes con cualquier señuelo o promesa? Pensaba que en última instancia todo es acarreo: uno descarado y abierto, así como otro más sutil como ir al futbol o a la misa precedida de enormes prejuicios y propaganda. Podría decirse: “Dime quien te acarrea y te diré quién eres”. ¿Será que cuando se acude a algo, “por propia voluntad” como los enormes tumultos en la visita papal, precedidos por una brutal propaganda en todos los medios, no es acarreo? ¡Cuidado con las palabras!
5. Pienso que debería ponerme a pensar en serio acerca de la sustitución de la política capitalista por la propuesta de hacer sorteos. a) los rifados o sorteados inscritos deberán ser honestos, con pruebas seguras; muy inteligentes y capaces en su trabajo; b) podrán proponerse por agrupaciones o autoproponerse; c) Obvio, no podrán pertenecer a la clase explotadora de los millonarios. Ventajas: no harán campaña política, por tanto, no intervendrá el dinero; quizá los otros candidatos (probados y sorteados) deberán ser del gabinete. Lo importante: los partidos se van a la goma y los políticos profesionales, sin recomendación, tendrán que trabajar como cualquier ciudadano en su profesión. Así será en todos los campos donde el sorteo sea posible y beneficioso para la población. (27/XI/22)
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