ultranacionalistay
cerebro de Putin, quien
avala a Trump(https://bit.ly/4kNarUC)– publicó: “Trump y el Deep State global (sic): la fractura de Occidente” (https://bit.ly/4jqNWmY). Sería mejor hablar de un
Deep State globalista(sic) con sus cuatro jinetes jázaros (Khazar; https://bit.ly/3QqemJr) de Davos.
De que AD es el cerebro de Putin
es muy discutible. Maneja relevantes conceptos, con impacto en el complejo militar de Rusia, que hay que tomar en cuenta (https://bit.ly/4kJYVJA). AD emite el truismo de que con el arribo de Trump la arquitectura entera de las relaciones internacionales empezó a transformarse
: uno de sus más importantes desarrollos en este nuevo panorama global es la acelerada fragmentación de Occidente
.
Ante todo: la fractura de Occidente es ideológica en su naturaleza
cuando sus aspectos geopolíticos son secundarios
. Define que Trump y sus partidarios son oponentes radicales al globalismo liberal
(sic). Aquí AD se confunde entre el liberalismo (sic) político y el
neoliberalismo (sic) financierista que no son lo mismo. Tampoco es real
que la ideología que dominó a Occidente por varias décadas, en especial después del colapso del Pacto de Varsovia y la URSS
, sea una ideología liberal (sic) de izquierda
.
A mi juicio, juntos, globalismo y liberalismo son un oxímoron: el primero epitomiza la esclavitud financiera del individuo, mientras el segundo anhela su florecimiento. Su deficiencia en conocimiento geofinanciero lo hace confundir el ascenso de la globalización neoliberal financierista con el liberalismo de Occidente desde los liberales Locke y Montesquieu, quienes no eran para nada neoliberales. Se puede ser gloriosamente liberal, en términos políticos, sin ser ignominiosamente neoliberal, en términos globalistas/financieristas.
El modelo de la globalización financierista de los cuatro jinetes jázaros de Davos, para imponer un gobierno mundial global, opera mediante métodos monetaristas friedmanitas que han esclavizado al planeta desde la disolución de la URSS.
AD define acertadamente que todo lo que Trump ha hecho, hace y
probablemente haga en desmantelar al Occidente colectivo contribuye en
forma objetiva al ascenso de la multipolaridad
. Viene la parte nodal de su exordio: las fuerzas de resistencia no deben ser subestimadas
cuando el Deep State globalista es poderoso, profundamente atrincherado y estratégicamente fortificado
y sus estructuras todavía controlan los principales poderes europeos y a la misma Unión Europea
, además que son extremadamente poderosas en Estados Unidos
. Enfatiza que el profundo Estado globalista creó a la Ucrania nazi moderna (sic) como una entidad terrorista
. A su juicio, con Trump el Estado profundo global
no se reduce más a Estados Unidos, la CIA, el Pentágono o a Wall Street
, sino que todavía existe y persigue su agenda global
.
De ahí que, los agentes globalistas del Deep State intenten influenciar a Trump, orillarlo a cometer errores fatales, sabotear sus iniciativas o aun eliminarlo
.
Quizá le falte profundizar a AD que el Deep State globalista es metaconstitucional/meta-estatal/supranacional cuando sus brazos de pulpo unipolar arropan todos los sectores multidimensionales y democráticos de las sociedades en el planeta.
Por lo pronto, la primera víctima del Deep State globalista ha sido Elon Musk (EM), quien renunció al gobierno de Trump para rescatar sus empresas, sobre todo Tesla, vapuleadas por los presuntos seguidores del globalista George Soros. El defenestrado EM nunca ocultó su legendario axioma de que “George Soros odia a la humanidad. Desea erosionar el mismo sustrato de la civilización (https://bit.ly/3Sw2Eye)”.
Es probable que las recientes filípicas directas nada diplomáticas de Trump contra Putin y sus virulentos ataques comerciales contra China –que erosionan la estructura por crear un G-3 entre Rusia/China/Estados Unidos– sean producto de las fuertes presiones que sufre por parte de los omnipotentes globalistas del Deep State.
http://alfredojalife.com, Facebook: AlfredoJalife, Vk: alfredojalifeoficial
Las caminatas de lugareños y turistas son parte de ese cuadro romántico en que es posible sentirse inmerso en Salzburgo. Dominando la vista en la parte más elevada, sobre la colina de Festungsberg, se alza el castillo-fortaleza Hohensalzburg, una de las construcciones medievales mejor conservadas de Europa.
Con más de 900 años de historia, esta imponente estructura no sólo es símbolo del poder eclesiástico que gobernó la región, sino también un testimonio vivo de la evolución arquitectónica y política de Austria que ha sido ampliada a lo largo de los siglos.
Fue construida en 1077 por orden del arzobispo Gebhard de Salzburgo, cuando se encontraban en pugna las autoridades de la Iglesia católica y el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico; fue concebida inicialmente como defensa estratégica. Sin embargo, con el paso del tiempo fue ampliada y reforzada hasta transformarse en una auténtica ciudadela inexpugnable.
Cuenta con 7 mil metros cuadrados de construcción en un área total de 14 mil. Se llega en funicular desde el centro de la ciudad y el número de visitantes por año se calcula en un millón. No obstante, no es de extrañar observar a quienes como un reto a la resistencia física deciden subir a pie.
Con sus muros blancos, torres coronadas por almenas, las puntas verticales en gran parte de la arquitectura medieval para fines militares y una vista panorámica de gran belleza, Hohensalzburg no deja de impresionar a visitantes y locales. Desde su mirador es posible contemplar los Alpes austriacos, el casco antiguo barroco de Salzburgo que es patrimonio de la humanidad y el río Salzbach.
Durante siglos, Hohensalzburg fue refugio de arzobispos, prisión militar e incluso cuartel en tiempos de guerra. La invulnerabilidad se convirtió en una especie de leyenda, pues nunca logró ser conquistada por fuerzas enemigas. Además de su atractivo visual, alberga museos y salas históricas. El Museo de la Fortaleza, el de Marionetas y la Cámara Dorada, cuya exquisita decoración gótica es un placer para los sentidos.
El visitante interesado en el teatro con marionetas quedará sorprendido por el detalle de las figuras expuestas; este museo es único a nivel mundial y se puede experimentar con algunas; esta corriente artística tiene su propio teatro de fama mundial en Salzburgo, que también ha sido reconocido como herencia inmaterial por parte de la Unesco.
La fortaleza es uno de los destinos turísticos más visitados de Austria y escenario privilegiado para conciertos y eventos culturales, especialmente el renombrado Festival de Salzburgo, en el verano, uno de los más importantes del mundo. Tiene varios restaurantes para disfrutar la gastronomía austriaca e internacional.
Alia Lira Hartmann
Encabritada su imaginación, los Petos se sacaron de la manga consignas tan sólidas como: “200 mil católicos –¿o eran más?– ruegan que termines con los toros” o las corridas de toros son un pecado
, sin entender que uno de los pecados más repugnantes a los ojos del Supremo es la estupidez humana. Ya encarrerados, los Petos
proyectaron escenas donde ponen al mismísimo Jesús haciéndole el quite a
un torero o a la Virgen María llorando junto a un toro herido.
Ilimitados sus niveles de hipocresía y manipulación.
Si no fuera por los 50 millones de dólares que Peta recibe al año
para proteger animales urbanos y acabar con la tauromaquia –las
industrias alimentaria, veterinaria y de confort para mascotas superan
los ingresos de una firma como la cosmética– no se explica uno este
despliegue de sandeces en favor de su retorcida causa de salvar mascotas
para salvar al mundo. Como dijo el jurista: Hay que seguir la ruta del dinero
, no sólo la de las omisiones y desviaciones de los taurinos ante la deidad táurica, incluido su negligente silencio.
¿Por qué estupidez de Peta recurrir a la cabeza de la Iglesia católica para salvar
a los toros de su lidia en la plaza si estos bovinos sienten
como cualquier humano que tenga piel de toro? Pues porque la obra
divina no quiso igualar a racionales e irracionales y menos otorgarles
los mismos derechos a unos y a otros. Vaya, porque un gallo de pelea no
fue hecho a imagen y semejanza de Dios
; el gallero sí, salvo la
opinión de los teólogos. Si a ello añadimos la extrema cautela de todas
las religiones para darle a los animales un lugar, pero nunca el de los
creyentes, se concluye que los falsos protectores de Peta tienen que
desquitar la millonada que anualmente reciben, incluso haciendo el
ridículo a las puertas de la casa del Papa. Pero es que el buenismo
declarativo se volvió otro gran negocio. Por si faltaran.
Entrega es palabra muy seria, sobre todo entre personas conscientes. A diferencia de las declaraciones compasivas, entregarse es hacer donación del propio cuerpo, no como sometimiento, sino como creencia en la igualdad del otro para ofrendarle lo único que se posee realmente: uno mismo, desde lo más profundo hasta la epidermis, procurando no morir en el intento, pero con una disposición a darse que no tema disolverse, dejar de ser por unos instantes que se convierten en enloquecedora eternidad. De ahí la dificultad de amar y ser amado.
Todos creemos entregarnos; unos cuantos lo logran, en la vida y en los ruedos. De ahí el extraordinario mérito del queretano Diego San Román la tarde de su confirmación de alternativa en la Plaza de Las Ventas, frente a dos ejemplares de descompuestas embestidas. Con desbocada entrega de enamorado primerizo este Diego derrochó valor, serenidad, quietud y una absoluta certeza de la valía de su donación. Ojalá San Román entienda que atracarse no es hacerse del toro, que encimarse no es consentir, que arrimarse no significa mandar y que doblarse con oportunidad resta ímpetus a las embestidas para que su entrega sea menos azarosa.
creciente presión militar y económica de China, y que Washington reforzará sus defensas en el extranjero a fin de contrarrestar las
amenazas en rápido desarrollo por parte de Pekín, en particular su postura agresiva hacia Taiwán. En un evento organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), Hegseth afirmó que el ejército chino está
entrenando activamente para ocupar Taiwán, todos los días, algo que no debería desvelar a Estados Unidos dado que es uno de los 183 países que no validan los reclamos independentistas de la isla que forma parte inalienable del territorio chino.
El IISS, que se presenta como una fuente principal de información precisa y objetiva sobre temas estratégicos internacionales
,
es en realidad un aparato de desinformación e incitación a la guerra
con una agenda agresivamente favorable a los intereses occidentales,
como denota el hecho de que entre sus miembros más prominentes se
encuentran ex funcionarios y militares estadunidenses y europeos,
antiguos mandos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) y ejecutivos de los grandes fabricantes de armamento. Por ello,
no sorprende que el Pentágono aproveche el foro anual convocado por este
brazo propagandístico del complejo militar-industrial de Occidente para
azuzar un conflicto en el sudeste asiático.
Sin mencionarlo directamente, China calificó los dichos de Hegseth de acusaciones infundadas
destinadas a sembrar problemas, crear divisiones, incitar a la confrontación y desestabilizar Asia-Pacífico
. Como en muchas ocasiones anteriores, el gobierno de Xi Jinping advirtió a Estados Unidos que no debe intentar utilizar la cuestión de Taiwán como baza para contener a China y no debe jugar con fuego
en este tema que constituye la principal línea roja de Pekín en sus relaciones internacionales.
Dado que Washington no reconoce oficialmente otra China que la dirigida por Xi Jinping y no sostiene relaciones diplomáticas con Taipéi, sus constantes provocaciones a Pekín sólo pueden leerse como lo que éste denuncia: un constante jugar con fuego en el cual transgrede la legalidad internacional y amenaza con detonar un enfrentamiento cuyas posibles consecuencias causan terror por las dimensiones y el poderío de las respectivas fuerzas armadas. Si lo que realmente busca el Pentágono es garantizar la estabilidad regional, debe abandonar toda pretensión de incidir en las relaciones entre China y su isla separatista, las cuales conciernen únicamente al gigante asiático.

sigue bien, pero ahora con toda evidencia sin crecer, o apenas haciéndolo, a un díscolo 0.1 por ciento. Los datos económicos no generan señales de aliento; de esas que inspiran algo de confianza y llevan a los inversionistas o capitanes de empresa, como solíamos llamarlos, a invertir en nuevas o conocidas actividades.
No podemos negarlo: el contexto es incierto, marcado por riesgos globales que dependen en buena medida de la espada arancelaria o la intemperancia imperial de Trump, pero también están con nosotros los viejos y arcanos desarreglos y déficits, que hacen vulnerable al conjunto económico y financiero doméstico, a lo que hay que agregar las cuotas extremas de violencia. Se trata de un síndrome que auspicia y se alimenta de brotes intensos y extensos de brutalidad criminal que atiza nuestros temores originales.
No se trata de montarnos una especie de lúgubre hit parade y
armar subastas de las recientes proyecciones sobre el no crecimiento.
Provienen del Inegi y del Banco de México y es de sus estimaciones y
cálculos que se alimentan los consensos
de los analistas del
sector privado y el propio espectro empresarial, que no acierta a
encontrar un discurso a sus angustias. Lo que no debería ser objeto de
peloteo es el hecho, duro pero ya un realidad vuelta tendencia, de que
por más de 30 años la economía ha tenido un crecimiento social
insatisfactorio que se expresa en los vastos panoramas de la ocupación
informal y la persistencia de grandes contingentes de mexicanos
sufriendo diferentes pobrezas.
Llevamos prácticamente un cuarto de siglo sin crecer el mínimo necesario para que la economía atienda carencias y necesidades de todo tipo; con retrasos y casi siempre insuficientes inversiones donde más se les requiere, así como con envejecimientos, esos sí sostenidos, de la planta productiva, con visibles deterioros de la tasa potencial de crecimiento. Así nos lo enseñan los expertos.
Dentro del espíritu público, que a pesar de todo nos inspira y hasta
orienta, sigue fuera del radar la necesidad de crecer. Y sin ese aliento
no puede imaginarse siquiera un retorno a la ruta del crecimiento.
Menos podemos hablar con certeza de que el país está abriendo un nuevo
rumbo de nuestro desarrollo. Recuperar un crecimiento sostenible y
dinámico requiere, al decir del gran Jaime Ros, “el cumplimiento de dos
condiciones. Primero, la recuperación de las políticas macroeconómicas
(…) a través especialmente de la inversión pública en infraestructura y
(…) segundo, la orientación de la política económica hacia el combate
simultáneo del estancamiento y la desigualdad por medio de la prioridad a
las inversiones en infraestructura en las regiones más rezagadas del
país, (y) la realización de una reforma fiscal redistributiva que relaje
las actuales restricciones fiscales y promueva el bienestar” (La economía mexicana desde la crisis de 2008-2009 y las lecciones de 2015
).
Lo primero, entonces, es reconocer realmente dónde estamos, porque de otra manera lo mediocre empieza a ser la única medida de lo posible; la política económica puede –y debe– cambiar, porque México cuenta con recursos y, todavía, capacidades para enderezar el rumbo económico e ir cerrando nuestras históricas brechas sociales, pero antes debemos aceptar que tenemos un problema porque insistir en las mismas políticas no es la respuesta para obtener resultados diferentes.
Reconocer y corregir. Recuperar los principios constitucionales sobre la planeación democrática del desarrollo y dar a la programación del sector público un papel central en la definición de políticas y, sobre todo, a la comunicación entre el Estado y la sociedad. Para todo esto, y más, es preciso poner en el centro de nuestras reflexiones y debates a la inversión productiva y verla como el eje de una recuperación promisoria.
No se trata de un regreso a la prehistoria, por demás mítica. Tampoco de reditar discusiones ociosas sobre el espectro de estados obesos o, a cambio, raquíticos; se trata de redescubrir el papel del Estado después de tanto negarlo. Hacer del nuestro un verdadero estado de bienestar, resiliente y robusto, comprometido con la redistribución social y la rendición de cuentas. Un Estado, además, con capacidades para navegar por los mares procelosos de mercantilismos reciclados, que se quieren como políticas comerciales globales.
No está demás seguir insistiendo: requerimos consensuar un nuevo pacto social, un acuerdo que articule los intereses entre los diferentes agentes y actores. Crear o reordenar nuestro andamiaje institucional, decaído y anémico a fuerza de ya largos periodos de finanzas públicas mermadas y penurias financieras y mentales. Sin ilusiones, volver a creer y a vivir la aventura del desarrollo. Le hemos pegado a nuestras dotaciones y dispositivos heredados y es por eso que hay que convocar a una reconstrucción sensata que nos dure.
Coincidimos con el mensaje que publicaremos en dos partes en este espacio de Opinión de La Jornada y agradecemos el aporte de Ana Gutiérrez, Salvador Gutiérrez, Grecia Vargas y José Piña, atletas que compartieron con Ximena una etapa constructiva y feliz como deportistas.
Apenas más de cuatro minutos. I. La pista de tartán: heredera del estadio griego. Ximena Guzmán fue corredora de alto rendimiento, no corría por hobby o moda, su vida se iba en ello. ¿Y qué atleta no ha soñado con llegar a unos Juegos Olímpicos, a tocar lo más alto de la cima deportiva en esa gesta heredada por los griegos?
El tartán rojo, traje de gala del atletismo, invento moderno de poliuretano y caucho, es el hijo bastardo del stádion helénico, aquella franja de tierra compacta donde los griegos trazaban sus carreras y escribían epopeyas con sus pies descalzos entre el polvo y el olivo; nosotros, entre líneas sintéticas que sangran carmesí, como si el tiempo hubiera convertido la arcilla en lava solidificada.
II. El deporte no constituye el carácter, lo revela
: Heywood
Broun. Es ahí, en el tartán, nuestro altar, nuestro centro ceremonial y
de sacrificios, donde Ximena forjó su temple y también en la montaña
bajo condiciones extremas. Durante un campamento en el Nevado de Toluca,
estuvimos 21 días en el Nevado, entrenando cuatro chicas en el
albergue, solas. Dos sesiones y en ocasiones tres. Nos cayó una nevada y
fuertes vientos en el regreso de la laguna. Nayeli se puso muy
nerviosa, al punto del llanto, y Ximena no la dejó sola. ¡Corrieron de
regreso tomadas de la mano!
, así lo recuerda Ana Gutiérrez. En el
taller secreto de las montañas, donde el miedo y la sororidad funden sus
metales, nuestra Ximena mostraba de qué estaba hecha.
Las medallas nacionales que Ximena logró en los 800 y los mil 500 metros no son trofeos, son certificados de un pacto con la extenuación, un manifiesto de terquedad de seres que corremos con el corazón de un velocista y los pulmones de un montañista.
En los 800 metros el cuerpo se convierte en trampa biológica. Aquí, el atleta es un fénix en tiempo real: arde en ácido láctico, se desintegra en la curva final y, contra toda lógica, renace al salir de la misma y en las casi cuatro vueltas al óvalo de los mil 500 la agonía es tan grande como la de correr un maratón. Llega un punto en que tu mente te abandona, pero hay un instante antes del colapso que la fuerza aparece desde la flaqueza, se queman las últimas reservas de glucógeno como ofrenda en aras de una zancada más.
Cuando Ximena corría no acechaba ni esperaba que se formaran grupos, lideraba desde el primer metro, tomaba el frente como queriendo proteger a sus compañeras, sabía que las carreras se ganan con el corazón y esfuerzo, pero se construyen con los pasos que marcan el ritmo para los que vienen atrás.
Grecia, su compañera de entrenamientos, recuerda lo sorprendente que era en el gimnasio. Levantaba pesos impresionantes al ritmo de anécdotas y bromas entre amigos, con una carcajada tan franca que, con sólo escucharla, te sentías abrazado por ella. Su presencia creaba un espacio de amistad y diversión en comunión con el esfuerzo, el dolor y el trabajo; esa satisfacción única que nace cuando vives con plenitud. Y nunca, nunca, nunca, regateaba un entrenamiento.
“¡Es cierto! –confirma Ana–. Cuando el entrenador nos decía: ‘20 repeticiones de 400 metros’, ella no se quejaba. Sólo sonreía y se ponía a trabajar sin más, arrastrando al equipo con su motivación contagiosa.”
Esa pista, que en el cenit de la competencia arde como si fuera a transfigurarse de nuevo en lava y que intimida al más valiente, la competencia contra otros, igual o más preparados. Las experiencias en las frías montañas, el esfuerzo de mantenerse firme en cada zancada a pesar del dolor y el entusiasmo que contagiaba durante los entrenamientos y competencias la hicieron forjar un carácter determinado, resistente, fuerte y competitivo, pero también de ayuda y comprensión, de solidaridad y camaradería con aquellos que se van reventando el alma a cachitos a su lado.
Colaboró Ruxi Mendieta
Uno de ellos es el efecto búmeran, que se da cuando dicha medida
logra parcialmente su objetivo, pero causa un efecto o un desperfecto
mucho mayor y contrario al que se pretendía lograr. A nivel académico,
fue Robert Merton el primero que lo analizó y categorizó, en 1936, como consecuencias no esperadas, no previstas o no, intencionadas
de una acción”; en nuestro caso, de una política específica, formalmente organizada
.
En el caso de Estados Unidos, los ejemplos más claros son el muro y la militarización de la frontera. Estaba previsto, de manera intencional, que, con estas medidas los costos y riesgos del cruce subrepticio serían más altos, lo que operaría como efecto disuasivo, y eso detendría el flujo o lo reduciría. De hecho, se trató de reconducir el flujo hacia el desierto, donde, efectivamente, muchos migrantes perdieron la vida.
Pero lo que no esperaban, o no previeron, era que al ser más caro y riesgoso el cruce, los migrantes irregulares que lograban pasar no regresarían a sus países de origen, lo que incrementó el volumen general de migrantes irregulares, que se veían forzados a quedarse de manera definitiva y a no volver. El remedio fue peor que la enfermedad. Peor aún, lo que era una migración circular, de ida y vuelta, entre México y Estados Unidos, se convirtió en una migración definitiva, en perjuicio de ambos países.
Dice Merton que la falta de anticipación de las consecuencias depende del estado del conocimiento, sobre el tema en específico. La moraleja es clara, las políticas migratorias deben definirse con el apoyo de especialistas que puedan predecir, más allá de la coyuntura, pero esto rara vez sucede en el campo migratorio, por estar totalmente polarizado a nivel político. Por eso, en temas migratorios, casi siempre, las políticas que se aplican tienen consecuencias totalmente contrarias a lo que se podría esperar, y la historia lo demuestra una y otra vez.
Como la medida disuasiva no funcionó, se incrementó el nivel de presión y control, y pasó a ser una política de desgaste deterrence to atrittion
, lo que implicó dejar la vieja política de catch and realease,
capturar y liberar –que se daba tradicionalmente en la frontera– para
capturar y encarcelar. Es decir, se incrementaron las penas para los
migrantes subrepticios, especialmente para los reincidentes.
Efectivamente, el aumento de los costos y la necesidad de contar con coyotes para cruzar el desierto obligaron en muchos casos a endeudarse para poder pagar la cuota, lo que hacía muy riesgosa la aventura migratoria. En caso de ser capturado por la migra, el viajero quedaba endeudado y sin posibilidad de pagar la deuda y mantener a su familia durante el tiempo que durara en el centro de confinamiento. Literalmente, estaba quebrado. Por eso, muchos se arriesgaban a pasar por su cuenta por el desierto, aunque pusieran en riesgo sus vidas.
La medida de construir un muro en la frontera fue, a final de cuentas, un asunto cosmético –o más bien antiestético–. Se trataba de impedir el paso en las ciudades fronterizas y alejarlos hacia puntos de cruce en zonas inhóspitas. Pero 300 kilómetros de muro dejan muchos agujeros en una frontera de más de 3 mil kilómetros. Hace 30 años que se avanza en ese proyecto, y obviamente no se detienen los flujos, incluso, en muchos casos, los muros pueden ser superados fácilmente por túneles en el piso o escaleras por arriba.
Llaman la atención el enorme esfuerzo y gasto por controlar la frontera, así como el poco interés en controlar y perseguir a los migrantes dentro de Estados Unidos. Hay migrantes que llegaron a comienzos de la década de los 80 y llevan 40 años indocumentados. No pudieron arreglar su situación con la amnistía de 1986, y no se ha dado otro proceso de regularización, aunque sí muchas propuestas de reforma migratoria, sean enchiladas, integrales, o parciales.
Hay que reconocer que Trump, en la actualidad, controló el ingreso subrepticio, a punta de amenazas, decretos y demás medidas, pero no ha podido cumplir con su promesa de hacer deportaciones masivas. La falta de voluntad política en varios estados, la poca o nula colaboración de las policías, la falta de presupuesto para la migra y los numerosos recursos legales dificultan y dilatan los procesos de deportación.
En 1954 la operación Espalda Mojada deportó a más de un millón de mexicanos de los campos agrícolas, pero al llegar la temporada de cosecha regresó el búmeran y se tuvieron que abrir las puertas de la frontera y agilizar las contrataciones con ayuda de funcionarios mexicanos.
Tres mujeres que fueron liberadas testifican que Luciana fue asesinada con uno de sus hijos. Del más pequeño, de cuatro años, desconocen su paradero. Las familias indígenas están dispersas e indefensas. Las llamadas de auxilio llegan hasta la Montaña de Guerrero, porque en Sinaloa las autoridades los ignoran. Hermelinda está desamparada porque no hay manera de hablar con el presidente municipal de Tlapa. Prefirió ir a su comunidad en busca de apoyo. Regresó afligida y temerosa por la falta de solidaridad de sus paisanos. Temen que la gente de Sinaloa atente contra la vida de los familiares que trabajan en sus campos.
La guerra que libran los chapitos y los mayos se ha extendido a los campos agrícolas y está cobrando vidas de jornaleros de la Montaña. La disputa es férrea por el control territorial. La población indígena que deambula por los campos durante todo el año transita en medio del fuego cruzado. Los encargados de las agroindustrias son suplantados por sicarios que se encargan de reclutar a la gente y de vigilar los campos para repeler cualquier ataque.
Las familias jornaleras trabajan entre los camperos armados. Los peligros son mayores si reclaman el pago puntual de sus jornadas de trabajo. Los jóvenes son reclutados y se enrolan como vendedores y consumidores de cristal. Para sus familias, su incorporación a estas redes criminales es una separación definitiva porque saben que portar un arma es para matar o morir. Es el destino funesto de los jóvenes jornaleros que sobreviven en la Montaña y que mueren en los campos agrícolas.
2025 ha sido el año del reclutamiento forzado de muchachos indígenas que han sido asesinados o están desaparecidos. Nadie se atreve a denunciar estas atrocidades. Los familiares temen alguna represalia y no cuentan con recursos para pagar los gastos funerarios. Las autoridades se desentienden de esta violencia que está invisibilizada. Las familias se resignan a sepultar a sus hijos en los municipios donde nunca más volverán a visitarlos. Las tragedias se han multiplicado, pero pesan más el miedo y el silencio de las víctimas, que desde lo más recóndito de la Montaña se resisten al olvido.
Los casos se han registrado en Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Sinaloa, Zacatecas y Chihuahua. Las familias conocen esta geografía hostil como la palma de su mano. Saben los tiempos de cosecha que se dan en cada campo. Se organizan entre varias para salir en caravana a otros estados. En el trayecto enfrentan demasiados peligros por los grupos armados que controlan las plazas y los territorios. Tienen que pagar cuota para no ser molestados; es como cruzar la aduana para arribar a otros campos, con otros jefes de plaza. Este periplo que comienza en la Montaña recorre los estados del Bajío hasta llegar a Chihuahua o San Quintín.
Miles de kilómetros recorren las madres solteras, en su mayoría monolingües, que no saben leer ni escribir. Algunas viajan embarazadas, cargan con niños y niñas que no van a la escuela. Otro contingente importante son las personas mayores que no tienen tierras y tampoco son beneficiarias de los programas federales. Para ellas y ellos no importan la distancia ni los riesgos en su desplazamiento, llevan fija la idea de conseguir un trabajo remunerado que alivie sus enfermedades y asegure comida suficiente para recobrar el ánimo y las energías perdidas. Los hijos pequeños, que pueden ser una carga para la mamá, en la recolecta del chile y del tomatillo son de gran ayuda porque con sus manitas incrementan el número de cubetas que suman un mayor ingreso.
Las condiciones de trabajo de los jornaleros agrícolas son deplorables por la sobreexplotación que padecen de los capataces que los esquilman: no reciben completo el dinero de las cubetas o arpillas que recolectan y porque tienen que pagar tarifas altas por los servicios de agua y luz. Las rentas de casas semiderruidas son caras y los precios de los productos básicos son a capricho de los patrones. Ninguna autoridad vela por sus derechos, tampoco inspecciona los campos, menos ahora que ya están regenteados por el crimen organizado.
En enero, 30 familias del pueblo Me pháá salieron de Tlapa para el corte de chile y tomatillo a Chihuahua. Permanecieron tres meses; algunas familias se trasladaron a Zacatecas y a principios de mayo el resto viajó a Villa Unión en Mazatlán, Sinaloa. En este grupo viajó Luciana con sus tres hijos. Con muchas dificultades pudo solventar los gastos que hizo en Chihuahua, por el alto costo de la renta y la comida. Se instaló junto con el grupo de cristianos que salieron desde Chihuahua. Fue en el campo Los Pozos donde el precio por la cubeta de chile jalapeño era mejor. Luciana y sus dos hijos mayores trabajaban de sol a sol para sacar 400 pesos diarios por cada uno. Su niño de cuatro años era el amor que le aligeraba las extenuantes jornadas y que la reanimaba en sus momentos de aflicción. Su hermana Hermelinda enfrenta la gran responsabilidad de encontrar a Luciana y sus tres hijos. No quiere que se repita la historia de su mamá, a quien enterraron fuera de un campo agrícola. Buscará la forma de que trasladen sus cuerpos a Tlapa y luchará para encontrar a su niño. Las autoridades no pueden ser comparsas del crimen organizado.
* Director del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan
promuevan nuestro desarrollo y revitalización compartidos y contribuyan a una comunidad China-ALC con un futuro común. Estos cinco programas ambiciosos y con visión de futuro tienen como objetivo fortalecer la solidaridad política, promover el desarrollo económico, fomentar los intercambios culturales, proteger la paz mundial y ampliar la conectividad entre los pueblos.
La cuarta reunión ministerial también reveló un plan de acción conjunto para el periodo 2025-2027. Cubre todas las áreas de cooperación bilateral imaginables: desde la lucha contra la pobreza hasta el combate a la corrupción, desde el cambio climático hasta la ciberseguridad, desde la inversión hasta la innovación, desde la confianza política hasta los intercambios entre pueblos, y desde la tecnología hasta el comercio.
Sin embargo, transformar el plan de acción en resultados concretos no es tarea fácil. Como el plan equivale a una hoja de ruta, ambas partes deben tomar medidas tangibles durante su puesta en marcha. Es decir, ambas partes deben cumplir con su palabra, ya que las intenciones de promover más la relación no pueden quedarse sólo en el discurso. Hablar por hablar no es productivo, por tanto, para materializar todos los grandes objetivos anunciados en la declaración conjunta, es necesario redoblar esfuerzos para evitar caer en la trampa de hablar sin actuar.
Después de todo, promover relaciones bilaterales es una vía de doble sentido. Del lado chino, es necesario seguir invirtiendo en América Latina, no sólo en infraestructura, sino también en alta tecnología, manufactura y agricultura, entre otros. Al mismo tiempo, China debe abrir más su mercado a los productos no tradicionales de América Latina.
Por parte de América Latina, para atraer más inversión china es fundamental mejorar el entorno de inversión reduciendo los riesgos país
. Según el ranking Doing Business
del Banco Mundial, el país mejor posicionado de América Latina es Chile
en el puesto 59. Muchos otros están por encima del puesto 100. Este
tipo de entorno no es favorable para los inversionistas chinos.
Es cierto que el mercado chino es enorme y ofrece muchas oportunidades para los productos extranjeros. Sin embargo, también es muy competitivo. Para ingresar en él, es necesario aumentar la competitividad de los productos.
Algunos países latinoamericanos suelen quejarse de que la balanza comercial no les es favorable. Por ello, desean que China les compre más. La pregunta es: ¿qué puede vender América Latina a China además de los productos tradicionales?
Los latinoamericanos deben comprender que la continuidad de las políticas es importante tanto para los asuntos internos como para los externos. No obstante, con demasiada frecuencia, las políticas gubernamentales en América Latina tienden a cambiar cuando la oposición llega al poder. Este patrón de cambios abruptos no sólo socava los objetivos de desarrollo a largo plazo, sino que también debilita las asociaciones internacionales. En este punto, tenemos por ejemplo la actitud del presidente argentino Javier Milei hacia China, que ha puesto en duda si la política de la administración anterior podrá mantenerse.
Tanto China como América Latina deben tomar acciones conjuntas
para seguir promoviendo las relaciones bilaterales. En la etapa actual,
deben lidiar con el llamado factor EU
de manera sutil. De hecho,
desde el inicio de la presencia económica china en América Latina,
Estados Unidos ha manifestado preocupación o incluso vigilancia frente
al desarrollo de la cooperación Sur-Sur en el Pacífico. Washington ha
hecho grandes esfuerzos por sembrar discordia entre China y América
Latina, y también ha utilizado la táctica de la zanahoria y el garrote
para disuadir a los países latinoamericanos de acercarse a Pekín.
Aparentemente, el objetivo de Estados Unidos al lanzar el programa América Crece
(Growth in the Americas) en 2019 y la Asociación para la Prosperidad
Económica de las Américas en 2023 fue contrarrestar la influencia de la
Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China en la región.
Este tipo de zanahoria
se combina bien con el garrote
. El presidente Donald Trump declaró que EU recuperaría
el Canal de Panamá mediante una acción poderosa
.
No es de extrañar que Panamá decidiera retirarse de la BRI y que la
empresa hongkonesa CK Hutchison anunciara la venta de su participación
mayoritaria en dos puertos de la zona del Canal de Panamá, junto con
muchos otros puertos en todo el mundo.
Lidiar con el impacto del factor EU
en las relaciones
China-América Latina no es tarea sencilla. Por un lado, los países
latinoamericanos podrían seguir el consejo de Jorge Heine, ex embajador
chileno en China, y optar por un no alineamiento activo
ante el
actual enfrentamiento comercial entre las dos potencias; por otro, se
deberían hacer esfuerzos para crear un triángulo de cooperación entre
los sectores empresariales de China, EU y América Latina, de modo que
las tres partes salgan beneficiadas: un verdadero gana-gana-gana.
Otra acción conjunta que ambas partes deben emprender es el fortalecimiento del entendimiento mutuo. Debido a las barreras lingüísticas, la distancia geográfica y las diferencias en los sistemas políticos, económicos y sociales, no muchos chinos conocen bien América Latina, y lo mismo ocurre a la inversa. El plan de acción conjunto para 2025-2027 propone diversas formas de fortalecer ese entendimiento. Por ahora, y también en el futuro próximo, es necesario redoblar los esfuerzos para promover el turismo. China ha decidido conceder entrada sin visa a ciudadanos de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay como parte de sus esfuerzos para facilitar los viajes transfronterizos y fortalecer los intercambios entre pueblos. Esto es, sin duda, un gesto bien recibido.
En América Latina hay un conocido proverbio: Quien tiene un amigo, tiene un tesoro
. Se puede esperar que China y América Latina continúen valorando su amistad por generaciones.
* Profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao
Hace unos días tuvimos oportunidad de ver la cinta en el festejo que organizó Mireille Bartilotti, directora del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, por el 107 aniversario de la fundación del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, quien lo construyó y fue su hogar.
La diva nació en Villahermosa, Tabasco, en 1884 y la bautizaron como María de los Ángeles Estrella del Carmen. A los nueve años de edad hizo su debut en el famoso Teatro Arbeu, de inmediato la contrataron en una afamada compañía infantil. A los 15 años tuvo su primer papel protagónico en el Teatro Principal y cambió su nombre a Esperanza Iris.
Alguna vez comentamos que ahí comenzó una cadena de éxitos que la llevaron a interpretar obras de gran fama. Al inaugurarse el Teatro Ideal en 1913 se volvió la estrella principal.
Su éxito la llevó a conjuntar buenos ahorros que, junto con el apoyo de algunos admiradores, le permitieron comprar el Teatro Xicoténcatl. Con serios problemas estructurales tenía que ser demolido, en consecuencia lo adquirió a muy buen precio.
Contrató a dos famosos arquitectos: Ignacio Capetillo y Federico Mariscal. Le diseñaron un bello edificio afrancesado. La diva les pidió que le planificaran en el último piso un departamento, mismo que habitó muchos años, ya que su vida entera era el teatro. La fachada luce esbeltas pilastras y tres grandes portadas con arcos. Lo decoran esculturas clásicas y bustos de compositores.
Se inauguró bajo el nombre de Teatro Esperanza Iris en 1918, con la obra La duquesa de Bal Tabarin y la asistencia del presidente Venustiano Carranza. Fue el inicio de innumerables éxitos y la presentación de famosos artistas internacionales como la bailarina Ana Pavlova y el tenor italiano Enrico Caruso. Aquí se estrenó la primera opereta mexicana con ella como protagonista principal.
En la década de los 30, las grandes compañías y los recintos de lujo comenzaron a decaer. En 1934 se inauguró el Palacio de Bellas Artes, que se volvió el escenario más importante del país y al que llegaban los artistas extranjeros.
Surgieron nuevas formas de entretenimiento: la radio, el cine y la televisión. El gran público dejó de asistir a los grandes teatros y paulatinamente se quedaron vacíos.
En 1934 el recinto cambió su nombre a Cine-Teatro Esperanza Iris y a lo largo de 12 años funcionó como cine y ocasionalmente se presentaba algún concierto o espectáculo.
A su muerte en 1962, los sobrinos que lo heredaron lo vendieron al gobierno de la ciudad, que emprendió una vasta remodelación. Se reinauguró en 1976 con la Orquesta Sinfónica Nacional y con el nombre de Teatro de la Ciudad. Durante una década funcionó exitósamente hasta 1984 en que padeció un incendio y nuevamente se remodeló.
Doce años más tarde una parte de la fachada sufrió daños, por lo que en 1996 una vez mas se cerró. Se aprovechó para actualizar la parte técnica: iluminación, sonido y mobiliario. Por fortuna siempre se ha respetado la arquitectura original y la decoración.
En el foyer se colocaron varios retratos de la diva y un busto, todo lo cual hace sentir su presencia. Muy merecidamente, el 24 de octubre de 2008, el gobierno capitalino declaró que el recinto cambiaba su nombre a Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
El homenaje nos trajo a la mente la trágica vida personal que vivió, quien profesionalmente triunfó internacionalmente y fue querida y admirada.
En 2018 la talentosa periodista mexicana Silvia Cherem, tras una larga investigación, escribió el libro Esperanza Iris. La última reina de la opereta en México, que publicó Planeta.
Ahí conocemos los dramas que experimentó, entre otros la muerte de sus hijos, tres matrimonios fallidos, el último con Paco Sierra, un tenorcillo ambicioso que puso una bomba en un avión en donde mandó a pasajeros a quienes había asegurado, para cobrar el seguro de vida y que milagrosamente sobrevivieron. En su defensa –abogados y pagos en la cárcel para darle trato especial– Esperanza Iris perdió fortuna y prestigio, que ya nunca recuperó.
Siempre que vamos al bello teatro terminamos la velada en el bar La Ópera, cuya decoración decimonónica se le asemeja. Seguramente ella estuvo aquí con sus admiradores en más de una ocasión.
–Soy Eduardo Vázquez Martín. Mi mamá, española, estuvo en el Taller de Gráfica Popular que encabezaban Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins y Alberto Beltrán, el más apasionado de los jóvenes. En mi casa había libros y cuadros, un librero que para mi familia era España, porque en sus anaqueles se encontraba toda la Generación del 27: Pedro Garfias, el poeta más amado, León Felipe, y un libro de mi abuelo Fernando Vázquez Ocaña; el tomo que leí con pasión fue la primera biografía que se hizo de García Lorca. Tenía gran valor en la casa, era muy importante, sobre todo para mí. Varias veces vi a mi padre leerlo, entrar, salir con el libro en la mano, como si fuera a memorizarlo. Yo hice lo mismo. En mi casa había un mundo perdido que se llamaba España, y ese mundo perdido tenía la forma de libros.
–¿Y tu mamá?
–Mi madre se había involucrado en la Escuela Mexicana de Pintura; ella me contó que había colaborado con Diego, muy joven.
–¿Fue su ayudante?
–Sí, fue su ayudante. Mi mamá fue una mujer ama de casa, nos hacía de comer, pintaba en la casa y me cuidaba con esmero. Tenía mucha dificultad para ejercer su oficio plenamente; además, era maestra universitaria. Daba clases en autogobierno. Entonces estamos muy relacionados con la izquierda universitaria. Mi padre era arquitecto. La casa estaba llena de libros, y yo me daba cuenta del valor que tenían esos objetos para transmitir emociones, memoria, recuerdos que daban sentido a nuestra vida.
–¿Cuándo empezaste a interesarte tanto en la cultura?
–Empecé a trabajar en el mundo editorial muy pronto, en la revista Viceversa, que tenía una hermosísima portada. También estuve en la revista La Orquesta, dirigida por Fernando Fernández. También trabajé en un periódico que fundó Marco Antonio Campos, se el Periódico de Poesía, que era totalmente universitario; los jefes de redacción éramos Javier Sicilia y yo. Ahí conocí a Javier. Entré a un taller de poesía con él, lo daba en el Palacio de Minería y pude conocer a algunos poetas de mi generación. Así empecé a conectarme con futuros escritores, jóvenes apasionados por las letras que estábamos haciendo revistas, escribiendo, publicando en el Novedades, de Pepe de la Colina. Trabajamos mucho en el periodismo cultural, que fue lo primero, y que me apasionó al grado de estar todavía en lo mismo. Lo gocé mucho y ahí me formé. Después viene el primer gobierno democrático de la Ciudad de México, el de Cuauhtémoc Cárdenas, y para los refugiados de España, Cuauhtémoc representó una inmensa esperanza.
–Eduardo, ¿cómo conociste a Alejandro Aura?
–Alejandro Aura era un amigo muy querido, yo era un comensal habitual de su mesa. Alejandro Aura trabajó en el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas y, a su vez, me invitó a trabajar con él. Yo tenía apenas una breve experiencia en la administración de la cultura, pero también tenía una idea muy clara de que en la cultura es esencial trabajar en equipo, había que planearlo todo en común. Cuando trabajas en cultura, hay que hacerlo bien, con muchísima dignidad; la política cultural tiene que ser muy honesta, muy digna, muy transparente y, sobre todo, muy generosa para incluir, no para eliminar o deshacer.
–La cultura, creo yo, debe ser humilde para abrazar a todos los que se le acercan, ¿no?
–Por ejemplo, el concepto del libroclub consistía en 500 ejemplares que eran un donativo. Era un programa para tener una colección de libros a la que la gente tenía acceso. Era una colección de autores muy bien pensada, diversa, plural, ideada para jóvenes que quieren conocer a buenos escritores. Quisimos además difundir a escritores emergentes y mujeres poetas en plazas públicas, teatros, jardines populares, salones de baile y hasta atrios de iglesia, cuando muchos acuden al rosario. Ahora ya no hay rosarios.
–Todo muy colorido, muy para la gente que se asoma a enterarse de lo que pasa.
–¿Te acuerdas del priísmo? Cuando los judiciales nos asaltaban en las calles, cuando las manifestaciones eran de altísimo riesgo. A partir del momento en que llegó Cárdenas al gobierno de la Ciudad de México se desató un magnífico espíritu de celebración. Ahí aprendí y tuve muchas responsabilidades de las que todavía hoy me enorgullezco.
–¿Cuál era tu papel?
–Empecé a trabajar con mucha gente joven a la que animé a leer y a llevar un diario. Yo pienso, Elena, que ese primer gobierno de izquierda cardenista amplió el panorama para la cultura en la Ciudad de México porque ahora tenemos las Fábricas de Artes y Oficios, el Faro de Oriente, un gran triunfo y un aprendizaje de trabajo colectivo, porque logramos conquistar un espacio cultural importante en medio del desastre, la pérdida y el abandono, ya que construimos un espacio en el que se hizo la Feria de Reciclaje más grande de la ciudad.
–¡Qué maravilla!
–La cultura en la Ciudad de México es más de barrio, es la que intenta conectar con la juventud que está al filo de la violencia, el desamparo, el dolor. Tratar a los muchachos menos afortunados es muy conmovedor porque son muy receptivos, tienen hambre de compañía y muchos deseos de ser comprendidos y queridos, sobre todo queridos.
–Sí, en Iztapalapa es conmovedor el entusiasmo de los jóvenes, su emoción cuando exhiben sus figuras de cartonería, sus pinturas: “¡Mire, seño, yo solito lo hice!”
–Esa experiencia demostró que la sensibilidad, el interés, el amor por el arte y la cultura no están sólo en ciertos barrios, ni en ciertas clases sociales, sino que hay que crear políticas culturales que incluyan a aquellos que están olvidados, porque son los que siempre responden y alcanzan antes que otros la meta que todo gobierno de izquierda debe trazarse: la de que la cultura es para todos.
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