ONU Mujeres México.-Fue
una de las primeras mujeres mexicanas desplegadas en una operación de
paz de Naciones Unidas. En el marco del Día Internacional del Personal
de Paz, destaca la necesidad de una participación más equitativa y
sostenida en escenarios de conflicto. Asegura que la empatía, la
asertividad, la comunicación y la resiliencia de las mujeres son claves
para construir paz en contextos de conflicto.
Huehuetoca, estado de México.- La Teniente Coronel Enfermera de Estado Mayor María del Rosario Cardoso Reyes cuenta con más de 30 años de trayectoria en las Fuerzas Armadas. Ingresó al Ejército como enfermera militar y actualmente dirige el Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones de Paz de México (CECOPAM), siendo la primera mujer en asumir esa responsabilidad.
La historia de la Teniente Coronel también se
vincula con los compromisos internacionales asumidos por México a través
de la Plataforma de Acción de Beijing, en particular en la esfera
relativa a “La mujer y los conflictos armados”. Este enfoque
promueve la participación activa de las mujeres en todas las fases de
resolución de conflictos, desde las negociaciones hasta la
reconstrucción. También impulsa la capacitación de personal para
prevenir la violencia sexual en contextos bélicos y la reforma de
instituciones de justicia y seguridad con enfoque de género.
Adoptada
en 1995, la Plataforma de Acción de Beijing es el marco internacional
más completo para promover los derechos de las mujeres y las niñas.
Establece doce esferas de preocupación, entre ellas, la participación de
las mujeres en la prevención y resolución de conflictos, así como en la
consolidación de la paz.
La presencia de mujeres en misiones de
paz no solo responde a un principio de igualdad, sino que mejora
sustancialmente la respuesta humanitaria y la legitimidad de los
procesos de paz. Hay evidencia robusta que indica que cuando más mujeres
participan en los esfuerzos para la construcción, mantenimiento y
sostenimiento de la paz, esta suele ser más duradera, inclusiva y
sostenible.
“No tuve referentes militares mujeres. Éramos pocas.
Pero mi madre, con su voluntad y disciplina, fue quien me impulsó.
Siempre he querido aportar algo a la sociedad”, explica.
Su
formación inicial en Ciencias de la Salud marcó una visión humanitaria
que, años más tarde, la llevó a participar en una misión de paz de la
ONU. “Más que un desafío, ha sido una oportunidad. He visto cómo ha
evolucionado la inclusión de mujeres en las Fuerzas Armadas desde que
ingresé en 1994. Cada vez hay más compañeras en puestos clave y también
más conciencia del valor que aportamos”, añade.
Experiencia en Malí: integración y aprendizaje
Este año, el Día Internacional del Personal de Paz de la ONU se conmemora bajo el lema “El Futuro del Mantenimiento de la Paz”,
destacando el trabajo de miles de personas —civiles, policías y
militares— desplegadas en misiones alrededor del mundo. En ese escenario
global, la participación de mujeres como María del Rosario Cardoso
Reyes no solo representa un avance histórico para México, sino también
una pieza clave en la construcción de misiones más representativas,
equitativas y sostenibles.
Entre 2018 y 2019, fue desplegada como
oficial de Estado Mayor en la Misión Multidimensional Integrada de
Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA). “Me motivó el
aspecto humanitario de estas operaciones. Las convocatorias para
misiones son abiertas, y México me dio la oportunidad de participar y
representar al país en el extranjero”, señala.

Durante
su estancia en Malí, trabajó en un equipo multicultural integrado por
personal de Europa, África y Asia. Aunque el número de mexicanas y
mexicanos era muy reducido, destaca el reconocimiento que recibió su
país. “Nos identificaban por nuestra calidez y nuestra postura neutral.
Eso facilita mucho la integración”, relata.
Su función consistía
en formar parte del componente militar y capacitar al personal que se
integraba a la misión, aplicando los conocimientos adquiridos durante su
formación castrense. “En Malí no improvisamos: todo está escrito, todo
está estructurado”, enfatiza.
La experiencia fortaleció su
perspectiva sobre el papel de las mujeres en contextos de paz. “Nos
adaptamos y nos relacionamos de manera imparcial y respetuosa. Yo misma
descubrí una resiliencia mayor en mí gracias a esta oportunidad.”
Liderazgo con enfoque igualitario
Desde
mayo de este año, la Teniente Coronel está al frente del CECOPAM, el
centro que entrena a las y los efectivos de México que participan en
operaciones de mantenimiento de la paz. En su oficina conserva la boina
azul que portó en Malí —símbolo de su labor como agente internacional de
paz— y las insignias de las instituciones en las que se ha formado.

“Todo lo que he aprendido en el Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional me ha preparado para este momento”, afirma.
Tiene
claro que las mujeres deben ocupar un lugar cada vez más amplio en este
tipo de operaciones. Habla de la escucha activa, la empatía, la
asertividad y la capacidad de comunicarse con respeto como fortalezas
que favorecen su integración en entornos multiculturales.
Señala
que el Ejército ha avanzado en el cumplimiento de políticas nacionales e
internacionales en materia de igualdad. “En el Centro trabajamos con
estándares claros. La ONU nos da estructuras firmes y México cumple con
ellas”, asegura.
También subraya que, en las misiones de paz, la
comunicación no es solo una herramienta técnica, sino una condición
esencial para la eficacia operativa. Explica que contar con canales
formales, como radios y códigos establecidos, permite responder de
manera inmediata ante situaciones médicas, logísticas o incluso
psicológicas que puedan surgir durante el despliegue.
Multiplicar el impacto
Al
reflexionar sobre su experiencia en la ONU como personal de
mantenimiento de la paz, lo hace desde una perspectiva institucional y
colectiva. Destaca la importancia de compartir lo aprendido con quienes
permanecen en territorio nacional. “Volvamos a nuestro país con toda la
intención de hacer un efecto multiplicador y de invitar a nuestros
compañeros y compañeras a que participen”, señala, convencida de que
cada misión representa una oportunidad para abrir camino a nuevas
generaciones.

Con
voz firme, la Tte. Cor. Enfra. E.M. María del Rosario Cardoso Reyes
subraya que contribuir a la paz no es exclusivo del ámbito militar. Cada
persona, desde su experiencia, puede sumar. Y aunque no lo diga como
consigna, su propia trayectoria lo demuestra: se trata de asumir el
liderazgo desde la preparación, la disciplina y la convicción de que la
paz también se construye con comprensión mutua y trabajo en equipo.

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