Utopía
Euardo Ibarra Aguirre
Muy pocos lo conocen por su verdadero nombre que es el de Pedro Antonio Marín Marín. En toda la aldea global lo identifican como Manuel Marulanda Vélez y con el seudónimo de Tirofijo por la certeza de sus disparos, de acuerdo a sus adversarios acérrimos, ahora encabezados por Álvaro Uribe Vélez.
Muy pocos lo conocen por su verdadero nombre que es el de Pedro Antonio Marín Marín. En toda la aldea global lo identifican como Manuel Marulanda Vélez y con el seudónimo de Tirofijo por la certeza de sus disparos, de acuerdo a sus adversarios acérrimos, ahora encabezados por Álvaro Uribe Vélez.
El ministro de Defensa Juan Manuel Santos Calderón –entrevistado recientemente por Silvia Lemus en Canal 22 como si se tratara de un gran literato-- dio la primicia a la revista Semana, dirigida por Alejandro Santos Rubino, familiar del hombre que dirige desde un escritorio la guerra contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y del vicepresidente Francisco Santos Calderón.
Uribe Vélez se molestó públicamente por el torpe estilo nepótico utilizado, sabe que es el peor para capitalizar el trofeo de guerra por excelencia y por el que daría no la vida porque es un mercenario y cobarde que busca cobrar venganza por el asesinato de su padre, pero sí todos los dólares del mundo, siempre y cuando los ponga a su alcance George Walker Bush para persistir obtusamente en la política de recompensas millonarias a quienes delaten a los dirigentes de las FARC y a los que se entreguen.
La exclusiva familiar sobre la presunta muerte de Marulanda Vélez sostiene que fue por un paro cardiaco a las 6:30 horas de 26 de marzo pasado. O bien que el asesinato fue producto de los bombardeos que ahora presume el Ministerio de Defensa, a la cabeza del cual está un burócrata enfermizamente violento.
En todo caso ésta es la ocasión número 17 en que los ocupantes de Casa de Nariño anuncian y festinan la muerte del comandante y guerrillero más veterano de la aldea global, desde 1964 en que fundó las FARC. Pero desde 1949 se enroló en grupos insurgentes campesinos. ¡59 años!
En Berlín escuché los primeros testimonios sobre Tirofijo, durante 1967-68. Un joven bogotano, con la dentadura destruida a culatazos por el solo hecho de transportar de un punto de la capital a otro el periódico de las FARC, sació mi sed informativa. De 1969 data Diario de la resistencia de Marquetalia. Relatos del comandante Jacobo Arenas, edición checoslovaca, que aún conservo.
Mientras los presidentes Belisario Betancur Cuartas (1982-1986), César Gaviria Trujillo (1990-1994) y Andrés Pastrana Arango (1998-2002) emprendieron esfuerzos negociadores consistentes, con todo y que concluyeron con altos costos humanos para las FARC y la Unión Patriótica, el gobernante en turno hizo de la derrota militar su principal bandera política y el camino personal para redimir a su padre.
Con las obsesiones presidenciales se insertó a Colombia en los planes geoestratégicos de Washington para una región que no responde más a los dictados imperiales, constituyó la Unión de Naciones Sudamericanas y aplazó por 90 días la formación del Consejo Sudamericano de Defensa, gracias al rechazo del abogado de Medellín que transformó a su país en el mejor aliado de la Casa Blanca en América Latina. En tanto que su colega y par mexicano, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa puja con denuedo por emparejársele. Se entiende que sin el gigantesco costo de la guerra civil y la parapolítica que condujo a los mejores socios y aliados políticos de Álvaro Uribe a las cárceles de Estados Unidos y de Colombia.
Está claro que los golpes militares más severos al movimiento guerrillero se propinaron durante los últimos seis años, bajo la conducción del hombre que estudió “administración, gerencia y negociación de conflictos en la
Más claro está aún que mientras no se combatan las raíces económicas, sociales y políticas que alimentan a la insurgencia armada en Colombia, persistirá el clima sociopolítico para el surgimiento de guerrillas y de comandantes como Tirofijo.
Acuse de recibo
Tras 27 meses de encarcelamiento, José Guadalupe Cruz Pacheco fue absuelto de toda culpa y puesto en libertad. El ejidatario fue acusado de despojo en contra de la familia Fox Quesada. El litigio por la tierra se remonta a décadas atrás en que los campesinos fueron despojados por José Luis Fox Pont, padre de Vicente Fox Quesada, sostiene un campesino que pide omita su nombre. Denuncia la ilegalidad del proceso y anuncia que su dirigente estudia “la posibilidad de demandar al Estado para que se reparen los daños"…
El abogado Raúl Domínguez Domínguez dice: “…hago propicia la ocasión para felicitarte por tus primeros diez años como coordinador del valeroso e ingenioso Grupo María Cristina, a donde por igual han acudido panistas como Diego Fernández y Alberto Cárdenas, o priístas como Miguel de la Madrid y Carlos Rojas, o perredistas como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo; decenio que hace 15 días, por cierto, coincidió con la excelente disertación del economista Fausto Cantú Peña…”. Gracias, son 10 años de militancia a partir del 8 de mayo de 1998, tres años más tarde me encomendaron la agenda de invitados y desde el 22 de febrero de 2002 la coordinación.
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