11/26/2014

Los periodistas pal café. . .






La viva indignación por los casos de Iguala y la Casa Blanca no dan a Enrique Peña Nieto la escenografía deseada para el reformismo gatopardista que pretende presentar mañana a la nación. En las calles continúan las marchas y las protestas, la de ayer organizada en defensa de los 11 presos políticos que resultaron luego de la provocación montada en el Zócalo capitalino (una manifestación, ayer, para exigir justicia hacia los jóvenes que marchaban, el pasado jueves, en demanda de justicia para otros jóvenes hasta ahora desaparecidos, dos meses atrás, cuando boteaban para ir al DF a protestar por otra masacre contra estudiantes, la de 1968). Y en el Senado el priísmo huyó de los escaños para evitar que el escándalo de la mansión de telenovela tuviese más difusión e incluso se formalizaran mecanismos confiables de indagación del evidente episodio conyugal bajo sospecha de conflicto de intereses, cohecho y lavado de dinero, con las senadoras Dolores Padierna y Layda Sansores expresando crudas verdades y argumentos difíciles de rebatir por el oficialismo legislativo.
Senadores mexicanos oficialistas saliendo de cuadro mientras los estadunidenses, republicanos y demócratas, ponían un pie en el foro al pedir a la Casa Blanca original (en la que vive Obama) que ayude a México a indagar lo que realmente sucedió con los estudiantes de Ayotzinapa y a castigar a los culpables, preocupados esos legisladores gringos (eso han dicho) por las circunstancias de protesta social que se viven en nuestro país.
Peña Nieto preparándose para los malabares de teleprompter de este jueves (con dirigentes perredistas y panistas felices de volver a las andadas pactistas, pues se supone que los anuncios implicarán más negociaciones partidistas y camarales), con el acento puesto en que él seguirá trabajando con todo su empeño y capacidad por México (es decir, demandantes de su renuncia, absténganse) y en las nuevas medidas palaciegas con las que se busca (dice) que no se repitan casos como el de Iguala. Revigorizado mediante un baño de pueblo a cargo del priísmo de Hidalgo (tierra de caciques, con maestría en acarreos y simulación, con dos de sus anteriores gobernadores ahora en primera fila sexenal, Osorio y Murillo), el ocupante de Los Pinos afinaba sus reformas mientras jóvenes eran encapsulados y amagados en Pachuca por policías para que no se manifestaran en contra del atlacomulquense.
El entusiasmo represor está tan desbordado que incluso Jesús Rodríguez Almeida, el secretario de Seguridad Pública de una administración que en sus inicios fue tenuemente considerada de izquierda, la de Miguel Ángel Mancera, se permitió decir con gran alegría que felicitaba a su personal por el trabajo demostrado, por el gran valor, gallardía, responsabilidad y, sobre todo, porque restablecieron el orden público, le guste a quien le guste. La resurrección en el mancerismo del estilo calderonista sintetizado en la histórica haiga sido como haiga sido contrasta con las movilizaciones y el ánimo de quienes vieron en esa gesta policiaca de la noche del pasado 20 la confirmación salvaje del colaboracionismo del gobierno capitalino con el federal.
En otro tema: los gobiernos de México y Alemania tienen considerado firmar a finales del presente año un acuerdo de seguridad que será analizado y votado en 2015 en el Parlamento de ese país europeo. Millares de armas alemanas, con la venia exportadora del gobierno con sede en Berlín, han estado presentes en la escalada violenta que despuntó con Felipe Calderón y su guerra contra el narcotráfico e incluso se ha denunciado que fusiles G36, producidos por la firma Heckler & Koch, fueron usados en el ataque de policías a estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa en Chilpancingo, en diciembre de 2011, en el que quedaron muertos los estudiantes Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría (el periodista alemán Wolf-Dieter Vogel hizo llegar fotografías de las armas policiacas a especialistas de su país y, con base en esos resultados, aseguró que era más que probable que fueran G36).
A raíz de los sucesos de Iguala, también con estudiantes de Ayotzinapa, diputados, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos han insistido en que Alemania no debe firmar el citado acuerdo de seguridad (una discusión parlamentaria, en http://bit.ly/1teXhyH y una carta en busca de firmantes en www.no-alacuerdo.de/), pero el gobierno de ese país, en consonancia con el interés de los productores de armas, insiste en suscribirlo. Alemania debe cuidar que las armas enviadas a México no sean utilizadas para la represión política y la violación de los derechos humanos. Pero no cuida ese país el cumplimiento de sus condiciones. En 2006 se autorizó la venta de armas a México con la especificación de que no deberían llegar a manos de policías de Chihuahua, Guerrero, Chiapas y Jalisco, por las circunstancias locales de aquel tiempo. Carlos A. Pérez Ricart (@perezricart en Twitter) estudió a fondo el tema y escribió un texto esclarecedor, en el que apunta que tres de esos estados fueron, precisamente, donde aterrizaron más fusiles, para ser precisos 4796, esto es, 49.7 por ciento, prácticamente la mitad de ellos.
La historia de los rifles G36 alemanes en México (aquí, el texto de Pérez Ricart http://bit.ly/1thsFN4) es “un caso más, junto a Rápido y Furioso, de la complicidad entre autoridades y empresas de otros estados nacionales relacionado con la violencia en México”, pero también un enigma con tufo a corrupción, pues las cuentas oficiales mexicanas no cuadran: en dos reportes oficiales de la Sedena en respuesta al Ifai, uno el 14 y otro el 15 de marzo de 2011, se reportaron mil 313 u 885 rifles menos de los consignados en otra información gubernamental, y con distintos precios. ¿Por qué la diferencia de costos? ¿Por qué la diferencia en el número de armas exportadas? ¿Dónde están las armas faltantes-sobrantes?
Y, mientras la camaradería entre manifestantes es convertida en prueba judicial acusatoria, ¡hasta mañana, compas!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx





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No se trata de repartir culpas nomás porque sí, pero el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, no está dando resultados en la promoción de inversiones. Aunque tiene la disculpa de la violencia y la impunidad. ¿Quién quiere venir a arriesgar su dinero a México? Seguramente cuenta los días para ir a hacer campaña a Nuevo León como candidato del PRI al gobierno del estado. Se suponía que gracias a las reformas del presidente Peña Nieto, en estos días ya estarían llegando dólares del exterior por carretadas al país; sin embargo, sólo continúa el flujo de las remesas de nuestros paisanos. Ellos no se rajan. Datos del Banco de México muestran una realidad lamentable. Este año han salido del país (de enero a septiembre) 18 mil 133 millones de dólares de ciudadanos mexicanos y han ingresado, como nueva inversión de extranjeros, 271 millones. Con la finalidad de inflar esta suma añaden la reinversión de utilidades de algunas empresas y las transacciones entre compañías; sin embargo, las que son estrictamente nuevas inversiones suman dicha cantidad: 271 millones. Es bueno tener estos datos en mente ahora que el gobierno anuncia que presentará un pacto por la seguridad. Si fracasó el Pacto por México, ¿puede creerse que el nuevo acuerdo tendrá mejores resultados? Una explicación al fenómeno de la salida masiva de capitales de los mexicanos y la exigua entrada de capitales extranjeros se halla en la rampante corrupción y la invencible impunidad del gobierno, que se extiende –hay que decirlo– a grandes empresas privadas.
Los millones de Claudio X.
Lo bueno –podría decirse– es que la iniciativa privada nacional hizo el compromiso de invertir 27 mil 450 millones de dólares este año –la cual serviría para compensar la extranjera. Según Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, tal inversión equivaldría a 30 grandes fábricas automotrices. El compromiso lo hizo con el presidente Peña Nieto. Los capitales impulsarían telecomunicaciones, minería, construcción e infraestructura, información y tecnología, entre otros sectores. Ya está finalizando el año. Sería bueno que Claudio X. nos dijera dónde se pueden tomar unas fotos a esas 30 grandes fábricas, porque deben estar muy escondidas. ¿O fue puro jarabe de pico?
No investigarán la Casa Blanca
La Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados rechazó la propuesta del diputado Ricardo Mejía Berdeja, de Movimiento Ciudadano, de crear una comisión legislativa que investigue la Casa Blanca de Angélica Rivera. De acuerdo con Mejía Berdeja, los representantes del PRI ni siquiera quisieron que se votara la eventual creación de la comisión. El vicecoordinador jurídico del PRI, Héctor Gutiérrez de la Garza, afirmó que la Jucopo acordó que el tema sea abordado por la Comisión de Transparencia y Anticorrupción de San Lázaro. Dicha comisión solicitará la información sobre la materia y los resultados de su gestión serán turnados a la Jucopo para tomar las decisiones conducentes, dijo Gutiérrez a la prensa. Añadió que por unanimidad acordaron revisar el número de comisiones especiales que existen en la Cámara de Diputados, puesto que sólo puede haber 28 y ya hemos superado con mucho esta cifra. Actualmente existen 36 comisiones especiales y dos de investigación en San Lázaro. Al respecto, Mejía Berdeja dijo que en ese caso no se debió crear la comisión sobre el caso Sonora (por la contaminación del río) o de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro o la de Iguala. ¿Saben quién apoyó al PRI para no crear la comisión investigadora de la Casa Blanca? El ala chucha del PRD. Necesitan que no les pisen la cola.




 Ahora que me encuentro en San Petersburgo –la segunda ciudad rusa en importancia y joya cultural humanista con casi 6 millones de habitantes–, donde interactúo gratamente con los rusos locales, me cuesta demasiado trabajo entender cómo Rusia puede ser desvinculada cultural, económica y políticamente de Europa, en particular, y en general de Occidente–una distorsión semántica de la orwelliana propaganda anglosajona (en inglés equivale a “ misnomer”)–, que cuenta en el seno del G-7 al oriental –desde el punto de vista cultural y geográfico– Japón.La semiótica distorsión geoeconómica/geopolítica de la dupla anglosajona de Wall Street/La City (Londres), que controla a sus respectivos gobiernos pusilánimes cuan impopulares –Obama compite en repudio ciudadano con David Cameron, el premier británico–, incrusta a Japón, de raza amarilla y cultura oriental, y excluye a Rusia, de raza blanca y cultura occidental genuina, del Nuevo Occidente adulterado y desbrujulado.En un enfoque holístico, San Petersburgo –la metrópoli más occidental de Rusia, válgase la tautología cultural y geográfica– representa uno de los crisoles modernos de la auténtica civilización occidental humanista: desde sus incomparables Ballets Russes del Teatro Mariinsky –lo óptimo de Occidente– hasta su maravilloso Museo L’Hermitage, que detenta la mayor colección de pinturas de Occidente, sin contar otros notables atributos civilizatorios, como sus iglesias del rito ortodoxo cristiano –una religión medio-oriental adoptada por la primera, segunda y tercera Roma (respectivamente la original, luego Bizancio y por último Moscú)– y sus característicos palacios de ensueño, de arquitectura similar a la de Italia, Gran Bretaña (GB), Francia y Alemania.El inconmensurable sabio chino Confucio solía decir que la máxima señal del caos es cuando existe confusión lingüística: no sólo excluir a Rusia –tanto del fenecido G-8 como de la entelequia de Occidente adulterada por los urgentes imperativos geopolíticos de la dupla anglosajona–, sino peor aún, comparar grotescamente a Hitler con Putin, cuyo país contribuyó en la derrota de la Alemania nazi, denota una grave pérdida de la sindéresis, a la par de una incontinencia verbal.
Otra confusión lingüística en el campo de la geopolítica radica hoy en discutir casi bizantinamente si Estados Unidos y Rusia se encuentran ya en un nueva guerra fría –a la que han advertido solemnemente Kissinger y Gorbachov– o si se confrontan en una guerra multidimensional, donde destaca la guerra económica a la que ha hecho alusión prístinamente el mismo presidente ruso Vlady Putin (http://goo.gl/5WCUlP) y quien, en su célebre entrevista a la televisión alemana ARD (http://goo.gl/syTXSI), reclama y exclama que la OTAN y Estados Unidos poseen bases militares esparcidas en todo el globo, incluyendo áreas cercanas al territorio ruso y cuyo numero sigue creciendo. Luego Putin confesó que, frente a la decisión de la OTAN de desplegar fuerzas especiales cerca de la frontera rusa, Moscú ha respondido con ejercicios similares (v.gr en el Golfo de México).



El primer bienio del México que se atrevió a cambiar se caracteriza por mucha propaganda y pocos resultados, pues si se comparan discursos con hechos el encontronazo es brutal. Según los primeros, el país y sus habitantes estarían en jauja; si se evalúan los segundos, entonces la situación es alarmante.
¿Qué creció en ese bienio? Los dos ya tradicionales factores: concentración de ingreso y riqueza y pobreza, de tal suerte que, por una parte, en el siguiente reporte de Forbes se anotará el sostenido crecimiento de las fortunas de los muy pocos mexicanos ricos entre los ricos y, por la otra, los informe oficiales no tendrán más remedio que reconocer el arrasador avance de la depauperación de la mayoría.
Será hasta mediados del año próximo cuando el Coneval detalle el impacto de dos años (diciembre de 2012 e igual mes de 2014) sin crecimiento económico, empleo insuficiente, salarios de hambre y nulos resultados sociales, o lo que es lo mismo, la tendencia registrada desde hace ya muchas décadas.
Nada permite suponer que el citado será un informe positivo –como no lo fueron los anteriores–, pero en vía de mientras el propio Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Seguridad Social) recién publicó su índice de tendencia laboral de la pobreza (ITLP) correspondiente al tercer trimestre de 2014, mediante el cual documenta la fortaleza o debilidad del poder adquisitivo del ingreso laboral, lo que refleja el avance o abatimiento de la pobreza. Su primer reporte lo divulgó en el primer trimestre de 2005, y desde entonces el deterioro de tal indicador ha sido permanente.
Mediante el ITLP trimestralmente se conoce la tendencia y la proporción de los mexicanos cuyo ingreso laboral les resulta insuficiente para adquirir la canasta alimentaria, y en este sentido al cierre de septiembre pasado tal indicador se incrementó (léase mayor número de pobres) 3.88 por ciento respecto a igual mes de 2013 y 2.65 de julio a septiembre, en comparación con abril-junio de 2014, es decir, en esa proporción creció el número de mexicanos a quienes su ingreso laboral no les alcanza siquiera para comprar la canasta alimentaria.
A lo largo del primer bienio del actual gobierno, en ninguno de los trimestres involucrados en el periodo se registró descenso (menor pobreza alimentaria) en el ITLP. De hecho, sólo en el primer bienio de EPN (hasta septiembre pasado) el avance fue de 4.1 por ciento.
Lo anterior con todo y que la línea de bienestar mínimo determinada por el propio Coneval resulta ridícula: mil 243.86 pesos para el ámbito urbano (equivalente a 57 por ciento de un salario mínimo mensual) y 869.90 pesos para el rural (40 por ciento de un salario mínimo mensual). Y para que el bienestar sea a secas (no mínimo, pues), el ingreso se eleva a 2 mil 544.10 y mil 616.58 pesos, respectivamente (1.16 y 0.74 veces el salario mínimo mensual en cada caso, al cierre de septiembre pasado).
¿Alguien, realmente, puede tener bienestar mínimo o bienestar a secas con ese nivel de ingreso? En el citado Consejo dicen que sí. Y en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos y el Banco de México, también, porque el mini ingreso, o menos de él, genera pobreza en cantidades industriales pero, aseguran, su contención ha sido un ancla necesaria y muy efectiva para el control inflacionario, el peor impuesto para los pobres, o lo que es lo mismo, matar a la gente de hambre es benéfico para la nación, porque resulta antiinflacionario.
Es el balance nacional más reciente divulgado por el Coneval. Será hasta el próximo julio cuando esa institución aporte mayores elementos y datos más concisos para la actualización (hasta 2014) del inventario oficial de pobres en el país, el cual, sin duda, será mayor al heredado por Felipe Calderón (61.35 millones de mexicanos en tan terrible situación), en cuyo sexenio la tasa anual promedio de crecimiento fue de 1.8 por ciento.
Y como en este espacio se ha comentado, el número de pobres (considerando la pobreza patrimonial, que fue la medición original) el balance es desastroso, por mucho que año tras año se presumen voluminosos presupuestos para combatir ese flagelo. El sexenio de Carlos Salinas de Gortari arrancó con un conteo oficial de 37 millones de mexicanos en esa circunstancia, y a su término el inventario ya sumaba 47 millones. Ernesto Zedillo llegó a Los Pinos con ese registro de pobreza, pero al concluir su mandato el número había crecido a 52.7 millones, récord con el que comenzó el cambio de Vicente Fox, quien se fue al rancho no sólo con Martita sino con una nómina oficial de pobres de 46.5 millones, herencia que recibió Felipe Calderón, para que al cierre de su estancia en Los Pinos dejara en el abandono a 61.35 millones de paisanos.



La crisis de las instituciones afecta a todas aquellas representaciones ciudadanas y políticas atrapadas en una vorágine que comenzó hace 30 años y tiene al país al borde de un cambio que se antoja preocupante por los indicios autoritarios y de endurecimiento del gobierno hacia las manifestaciones públicas de descontento.
Esta coyuntura tiene también a la Iglesia católica en el trance de un cambio forzado por las circunstancias, que halla su mejor expresión en el manejo de su agenda pastoral, profundamente imbricada en la política y la sociedad veracruzanas, con pliegues y recovecos que le permiten navegar en aguas procelosas sin mayores complicaciones
De una actitud extremadamente cautelosa, pasiva si se quiere, frente al conflicto social y la urgencia humanitaria que representan la inseguridad, las cuestiones ambientales y, sobre todo, los abusos contra los migrantes –cuya denuncia parecía propiedad de un reducido núcleo de clérigos, entre ellos Julián Verónica–, la jerarquía veracruzana, en especial la encabezada por el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, sacó recientemente el discurso de la crítica y comenzó a demandar a las autoridades soluciones reales más que retóricas, sumándose a la condena por los acontecimientos en Atzoyinapa.



Según datos del Sistema de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre enero y septiembre de este año la administración pública ha perdido 44 mil 454 millones de pesos en juicios promovidos por 20 mil 145 causantes, grandes empresas la mayoría. A tal pérdida, que se concreta por medio de la cancelación de impuestos o su devolución a los quejosos, deben sumarse 286 mil 842 millones de pesos de la llamada cartera de créditos fiscales controvertidos que son motivo de diferendos administrativos o de litigios judiciales, y cuyo destino depende de los fallos que emitan los jueces encargados de los casos correspondientes.

Archivo de gabo debió quedar en colombia, Cuba o México
Difícil de aceptar la decisión de la familia de Gabo de vender su archivo a una universidad en Estados Unidos, en lugar de donarlo a uno de los países que tanto amó: Colombia, Cuba y México.
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Policías y manifestantes en el Zócalo capitalino Foto Víctor Camacho
Cuando me toca decir sobre Uruguay siento, y luego… trato de pensar. Siento que falta el maestro que enseñaba a pensar (Alberto Methol Ferré), el periodista que nunca pude emular (Luvis Pedemonte), el fotógrafo y grabador que sólo sabía vivir (Naúl Ojeda), y el cumplido del escritor que a mi hija mayor le dijo eres un sol.

Es tiempo de que México use la autoridad moral que le confieren sus casi 100 mil muertos y sus 22 mil desaparecidos para despenalizar las drogas –me refiero a todas las drogas– e invertir mejor en su medicalización.

La ciudadanía está dando dignas lecciones de civilidad y espíritu democrático. La marcha del 20 de noviembre contra la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa fue un dolido clamor contra las fuerzas que se conjuntaron para llevarse a los normalistas. La sociedad civil tomó las calles y las llenó de exigencias a un sistema, y su clase política de todos los signos partidarios, que está muy alejado de la justicia que constitucionalmente debe impartir.

El caldero político-social del país llegó a un inestable punto de ebullición. Ya no resiste mayores fuegos en sus aparejos. La sociedad, en especial el sector juvenil, se ha movilizado para exigir el puntual esclarecimiento de los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero. La comunidad internacional, con sus múltiples caras y variantes, ha expresado en distintos tonos y modos su solidaridad para con los familiares de los normalistas y exige al gobierno mexicano cuidado extremo a los derechos humanos de los ciudadanos. La Presidencia de la República, después de afirmar sentir el dolor de los padres de los muertos y 43 desaparecidos, ha quedado a la deriva. Tampoco atina a dar salida a la profunda crisis, ya bastante generalizada, que lo agobia pero que, al parecer, no comprende del todo. En vez de atender el clamor por un cambio radical que le llega desde incontables lados, endurece el lenguaje y lo dirige hacia una conspiración contra su modelo modernizante.
El mediocre desempeño de la economía mexicana en los últimos años parece desconcertar a Dani Rodrik, titular de la cátedra Albert O. Hirschman de la Universidad de Princeton. Este profesor no es el peor de los economistas del establishment en Estados Unidos. Comparado con muchos otros, sobresale por su visión heterodoxa en muchos temas, incluyendo las medidas sobre regulación financiera. Así que resulta interesante examinar su respuesta a la pregunta de por qué la economía mexicana no puede crecer.


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