Cuando asumió la gestión Rafaél Correa, en Ecuador,
fue disuelto el Consejo Nacional de la Mujer (CONAMU) porque se
consideró que la revolución ciudadana no podía contemplar derechos
“especiales”. Siete años después, es poco lo que ha hecho en el país en
temas de género y el presidente da muestra de una ideología
conservadora que fue evidente el año pasado cuando se debatió el
estatus legal del aborto. Susana Wappenstein, socióloga especializada
en temas de género de FLACSO Ecuador, analiza las características de
las actuales políticas públicas de género de su país y qué es lo
urgente y necesario.
Por Sandra Chaher, desde Cuenca
COMUNICAR IGUALDAD- Susana
Wappenstein es ecuatoriana y socióloga, profesora investigadora de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Ecuador en
sociología y estudios de género. La pasada semana participó del Seminario Género y Academia,
realizado por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de
Cuenca, y en ese contexto la entrevistamos sobre las políticas de
género de la gestión que lleva adelante en Ecuador desde 2007 el
Movimiento Alianza País, presidido por el presidente Rafael Correa.
- ¿Qué políticas de género está llevando adelante el gobierno nacional?
- Lo primero que hizo esta gestión cuando llegó fue eliminar
el Consejo Nacional de la Mujer (CONAMU), un organismo que se había ido
consolidando en los gobiernos anteriores. Primero fue una Oficina,
luego, Secretaria y finalmente Consejo y este crecimiento fue
visibilizado como un triunfo por las organizaciones de mujeres. Correa
llegó con la idea de que la ciudadanía fuera la matriz del cambio, es
decir era una propuesta de mucha participación. En este contexto, el
gobierno evaluó que las mujeres no necesitábamos un organismo especial,
sino que también somos ciudadanas y que, por tanto, mientras estuvieran
garantizados los derechos de toda la ciudadanía, alcanzaba. La
eliminación del CONAMU generó mucha protesta por parte del movimiento
de mujeres. Lo que hizo el gobierno fue transformarlo en una Comisión
de Transición mientras se gestaban los Consejos de Igualdad, de los
cuales el de Género sería uno. Sin embargo, estos consejos fueron
creados recién hace pocos meses, todo este tiempo funcionó la Comisión
de Transición para ocuparse de los temas de género. Por otra parte,
esta idea de crear condiciones de igualdad basándose en conceptos
universalistas de ciudadanía es complicada, ya que se pierden las
especificidades de los grupos que reclaman derechos.
Desde el gobierno se argumentó que estos eran derechos especiales, no
específicos, y que por tanto la revolución ciudadana no acordaba con
eso.
- ¿Hubo personas especializadas en género que asesoraran al presidente en este proceso?
- Al inicio del gobierno hubo una gran inclusión de activistas
del movimiento de mujeres, que de a poco se fueron desencantando tanto
con el accionar político como con la falta de voluntad.
- ¿Qué hizo en estos años la Comisión de Transición?
- Relativamente poco porque no había mandato, no tenían nada
para ejecutar. Continuaron haciendo eventos, tienen un área de
investigación, han asesorado en diferentes campañas, sobre todo
trabajaron en temas vinculados a violencia.
- ¿Las personas a cargo de la Comisión tenían perspectiva de género?
- No, fueron políticas nombradas por el presidente, sin tener
perspectiva de género. No salieron del movimiento de mujeres, su única
cualidad para estar en el cargo es que eran mujeres, cuando la
tradición del CONAMU siempre fue que quienes estaban al frente del
organismo vinieran del movimiento de mujeres.
- ¿Que puede decirse del vínculo del presidente Correa
con los temas de género? A la Argentina llegaron sus comentarios
agraviantes sobre el derecho al aborto y la ideología de género.
- Correa tiene una mirada conservadora sobre los temas de
género. Las declaraciones que generaron tanta repercusión internacional
fueron el año pasado, en el contexto del debate, en la Asamblea
Nacional, del nuevo Código Penal, que incluía disposiciones sobre
aborto. Cuando el tema se discutió en la Asamblea, cuatro mujeres de
Alianza País dieron a entender que en la votación apoyarían la
despenalización del aborto en caso de violación, que es lo que el
movimiento de mujeres estaba pidiendo, en un contexto de posibilidades
reales. Algunas de estas políticas pertenecían al movimiento. Frente a
esto, el presidente, furioso, como un papá castigador, en el
programa que emite todos los sábados por la radio y la televisión
pública, les llamó la atención y dijo que si ese nuevo artículo del
Código Penal era aprobado, el renunciaría, a lo cual muchas personas del movimiento de mujeres dijeron “Bueno, que renuncie”.
Además, las castigó hacia el interior del partido suspendiéndolas por
tres sesiones. Finalmente, cuando fue la votación del Código, estas
mujeres votaron siguiendo la línea partidista. Esta actitud de Correa
evidencia la fuerte convicción cristiana que tiene frente a los temas de género en general.
Esto quedó reflejado en una sabatina posterior en la dijo que había
grupos sectarios que estaban tratando de imponer una ideología de
género. Este concepto de ideología de género es utilizado por el Opus
Dei.
- ¿El presidente es integrante del Opus Dei?
- No sabría decirlo, pero en Ecuador el Opus Dei es fuerte, sobre todo en Cuenca y Guayaquil.
- ¿Cuáles son los temas urgentes de desarrollo de políticas públicas?
- Al igual que en otros contextos latinoamericanos, la
violencia contra las mujeres es uno de los temas centrales. 7 de cada
10 mujeres habrían sufrido violencia en Cuenca y 6 a nivel nacional
según una encuesta nacional de prevalencia del 2010. Estamos hablando
de violencia física, emocional y psicológica, la encuesta no incluye
otras formas de violencia como la económica o patrimonial. Otro tema es
la desigualdad laboral y salarial; Ecuador ya cumplió hace un par de años con los Objetivos de Desarrollo del Milenio en relación a educación, pero esto no se traduce en acceso a puestos de trabajo y a la vez hay una gran brecha salarial.
Sin embargo, este tema de la brecha salarial, casi no aparece en las
demandas. Otro área es la salud sexual y reproductiva; el acceso a
anticoncepción de emergencia, por ejemplo, se da cada vez con más
restricciones. En relación al aborto, el Código Penal quedó igual que
antes. Y necesitamos avanzar en derechos sexuales
específicamente: empezar a hablar del derecho a una sexualidad
escogida, de la orientación sexual y del placer, y no solamente de la
reproducción.
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