Laila Tajeldine
En la memoria Latinoamericana ha quedado para siempre el recuerdo de la
heroicidad de mujeres que fueron perseguidas, torturadas, acosadas, y
otras entregaron sus vidas para liberar a los pueblos de tiranías
impuestas bajo el imperio del terror en la región desde la década de
los 60, a través de los gobiernos apoyados e impuestos por Estados
Unidos. Precisamente, el día internacional para la eliminación de la
violencia contra la mujer se conmemora para rendir honor a la valentía
de tres mujeres de izquierda víctimas de la dictadura de Rafael
Leónidas Trujillo en la República Dominicana. Ese régimen fue uno de
los sistemas más bárbaros y despóticos de Nuestra América, por cuanto
representó 31 años de historia de crímenes y violaciones a los derechos
humanos, causando la desaparición y asesinatos de alrededor de 50 mil
personas.
Entre los miles de antecedentes de violaciones cometidos durante
la dictadura, vale destacar la brutal tortura y el vil asesinato de
Patria, Minerva y María Teresa, o mejor conocidas como las Hermanas
Mirabal, ocurrido el 25 de noviembre de 1960. Sus cuerpos fueron
despedazados y arrojados a un barranco. El hecho se perpetró por
encargo manifiesto de Trujillo, a través de una banda de sicarios, para
ultimar a las “tres mariposas”, como le llamaban sus compañeros de
lucha.
A pesar del fracaso de la lucha guerrillera en 1959, la lucha de las
Hermanas Mirabal se constituyó una de las demostraciones más
fehacientes de heroísmo y dignidad nuestraamericana que profundizó la
lucha en todos los sectores sociales en la región y el mundo.
En el contexto de la era de Trujillo de 1930 a
1961, no se había concretado una teorización sobre la violencia contra
las mujeres. Decenas de documentos bibliográficos demuestran las
historias de sufrimientos, vejaciones y torturas sufridas durante la
tiranía que insistía en mantener el sistema capitalista y la hegemonía
de Estados Unidos en ese país.
Es importante mencionar que durante ese tiempo, además de los abusos de
ese sistema oprobioso hay que sumarle la opresión con respecto a las
privaciones de los derechos y libertades femeninas que se vivía en la
región, frente a todo el aparato represivo de poderes dictatoriales,
cuyos signos eran el acoso, la persecución y la tortura. Junto a estos
símbolos del terror habría que añadirles toda una presión psicológica y
material que se ejercía desde los poderes dictatoriales, como el de
Trujillo, en el cual se forzaba a familias a entregar a las mujeres a
fines de utilizarlas sexualmente. De acuerdo a testimonios dejados por
Minerva, muchas jóvenes bajo efectos de la droga eran abusadas por los
esbirros y colaboradores más cercanos del dictador.
Las prácticas de torturas contra la mujer formaron parte de un guión
dictado por la CIA, a través de la Escuela de las Américas que
adoctrinó a la mayoría de las fuerzas militares para neutralizar a toda
organización de izquierda que surgiera.
DE MIRABAL A ESQUIVEL
Venezuela no escapa a ese periplo oscuro de violaciones a los derechos
humanos. Durante la IV República, un gran número de mujeres fueron
víctimas del horror de una política de terrorismo de Estado, que se
mantuvo durante décadas.
Entre las listas de antecedentes de crímenes políticos y vejaciones
cometidas en esa etapa terrible de nuestra historia, cabe recordar los
casos de tortura de las Hermanas Esquivel, Brenda y Marlene, que en
1972 fueron víctimas de las prácticas de tortura ejecutadas de forma
directa por el Agente de la CIA, el terrorista confeso y protegido por
Estados Unidos, Luis Clemente Posada Carrilles. Marlene Esquivel, como
sobreviviente de aquellas aberrantes violaciones, señala como, en un
operativo policial fue golpeada y agredida con ocho meses de embarazo,
causándole la pérdida de su hijo y su posterior esterilidad.
Brenda Esquivel, denunció que de acuerdo a órdenes expresas de Posada
Carriles, a su hija de 24 días de nacida, le fueron quemadas las
piernas a través de cigarrillos, y que el propio Posada Carriles con su
mano le tapaba la cara a la niña para asfixiarla.
LAS MUJERES DE CANTAURA:
ale recordar igualmente el ataque militar durante la IV República en
Cantaura el 4 de octubre de 1982, en la que 6 mujeres luchadoras fueron
fusiladas por el Ejército, Emperatriz Guzmán, Luisa Estévez Arranz,
Eumenides Ysoida Gutiérrez, Sor Alonso Salazar, Carmen Rojas García y
Beatriz Jiménez.
LA PRIMERA MÁRTIR DEL CARACAZO:
En el marco de las luchas sociales en las que participaron las mujeres
venezolanas a finales de la década de los 80, sobresale el caso de
Yulimar Reyes, joven estudiante militante de izquierda, que demostró
valentía en las luchas estudiantiles emprendidas en aquellos años de
represión, la tortura y desapariciones. Yulimar, por oponerse a las
medidas neoliberales de Carlos Andrés Pérez, fue la primera mujer
asesinada por los cuerpos policiales el 27 de febrero de 1989.
LA REVOLUCIÓN REIVINDICA LA LUCHA DE LAS MUJERES
Luego del triunfo de la Revolución Bolivariana en 1998, que constituye
un proceso de transformación socio-política, impulsado bajo el
liderazgo del Comandante Eterno, Hugo Chávez, se sientan las bases para
la constitución de un verdadero Estado garante de la protección de los
derechos humanos, que otorga a la mujer un lugar protagónico en el
desarrollo del país y visibiliza sus luchas, tanto del pasado como del
presente.
Las luchas de las Hermanas Mirabal, Esquivel, las mártires de Cantaura
y Yulimar Reyes, constituyen una inspiración para quienes luchan por un
mundo de justicia, paz e igualdad. Hoy no estamos solamente rindiendo
tributo a tres mujeres asesinadas, estamos conmemorando la valentía,
heroísmo y dignidad de las mujeres de Nuestra América.
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