11/26/2014

Miradas que matan

Y resulta que uno de los once detenidos por los hechos vandálicos del 20 de noviembre por la noche es un ciudadano chileno que dice ser escritor y músico.

Y resulta que uno de los once detenidos por los hechos vandálicos del 20 de noviembre por la noche es un ciudadano chileno que dice ser escritor y músico.



lasillarota.com


En realidad fue muy gracioso. Como película del Gordo y el Flaco. Un poco en tono de enredos: De pronto, el presidente de Uruguay, José Mujica, lanza su cuarto a espadas y el viernes 21 de noviembre declara a Foreign Affairs-Latinoamérica su opinión respecto de México y el tema de hoy dentro y fuera del país: Ayotzinapa…
Y el gobierno de México reacciona tarde-lento-e indignado para pedir el domingo 23 ‘aclaraciones’ al gobierno uruguayo… Mientras el canciller mexicano se sienta con el padre del detenido chileno en México por su presunta participación en los desmanes del 20 de noviembre en el Zócalo… y Zongo le dio a Borondongo… Borondongo le dio a Bernabé…
Tan como si nada, el todavía mandatario uruguayo dijo a la revista de origen estadounidense que “es terrible que se caiga en ese tipo de cosas. A uno le da la sensación, visto a distancia, que se trata de una especie de Estado fallido, que los poderes públicos están perdidos totalmente de control, están carcomidos. Es muy doloroso lo de México. Yo apelo a que México reaccione en su ética y en su moral”.
Y aseguró que “es posible por una gigantesca corrupción. La corrupción se ha establecido, me da la impresión, visto a la distancia, como una tácita costumbre social. Seguramente el corrupto no está mal visto, es un triunfador, es un señor espléndido. Por ese lado estamos fritos”. Ni más ni menos.
La cancillería mexicana emitió un comunicado diplomático en el que muestra “sorpresa y rechazo categórico ante algunas consideraciones vertidas en dicha entrevista” y anunció que pediría la presencia del embajador de Uruguay en México, Jorge Alberto Delgado Fernández.
Esta vez para el gobierno mexicano sí funciona la –por este gobierno dicho- muy envejecida y demodé Doctrina Estrada, la de la no intervención en asuntos de otros países y el respeto a la autodeterminación…
Así que México se sintió agraviado por las declaraciones de Mujica que no dicen nada que no se hubiera dicho miles de veces aquí mismo en tanto la debilidad del Estado para encontrar soluciones a la grave crisis mexicana y que las instituciones están corroídas y que uno de los factores por los que estamos como estamos en este punto es el de la corrupción política-burocrática-de partido-empresarial y social.
Pero el gobierno mexicano está muy nervioso. Y como cuerda de guitarra resuena al mínimo roce. “Silencio, que están durmiendo los nardos y las azucenas…”.  Como si quisiera que el silencio fuera la solución a un problema que ya está en las calles de todo el país y que ya está en los medios informativos de todo el mundo. De nada sirvieron las campañas costosísimas de hace unos meses en los que se creaba la imagen del “Momento mexicano” y el de las “Reformas estructurales” milagrosas y primeras planas dedicadas al México de ensueño…
Pero. Bueno. Y como decíamos, a lo el Gordo y el Flaco, el mismo domingo, por la noche, el presidente Mujica desactivó la bomba y dijo que no, que nada, que “la tragedia que sufre México nos golpea particularmente, nos golpea a todos y no podemos ser menos que solidarios con el pueblo mexicano y con su sistema político, incluyendo su gobierno (…).
“Medimos la dimensión del enemigo que México enfrenta, pero creemos en las reservas éticas y en el compromiso tácito de todos los que se sienten orgullosamente mexicanos y confiamos en su fuerza para enfrentarlas y vencerlas…”… y tralaralá… El gobierno mexicano dice que se anota un triunfo diplomático. ¿Para qué? ¿Para que se deje de ver y pensar lo que se ve ‘a distancia’?
Y, para acabarla de amolar en lo internacional, resulta que uno de los once detenidos por los hechos vandálicos del 20 de noviembre por la noche es un ciudadano chileno que dice ser escritor y músico, y que cursa un doctorado en letras en la UNAM. Se llama Lawrence Maxwell Ilabaca y tiene 47 años. La PGR acusó a este señor de presuntos delitos de tentativa de homicidio y motín.
Según se sabe, se le han cumplido los procedimientos consulares para que su embajada conozca del asunto y le ofrezca la ayuda que procede en ley. De todos modos, para contener la ira de los familiares y amigos chilenos del chileno en México el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña se reunió en Santiago de Chile –durante un viaje de trabajo por allá- se reunió con el padre del muchacho estudiante.
Le dijo al papá indignado que su hijo goza de todas las garantías  que la justicia mexicana brinda a toda persona sometida a proceso jurídico y que recibe el apoyo de las autoridades consulares chilenas y que tal y tal… Sí. Pero no. El entorno chileno del estudiante siguió reclamando su liberación, hacen ruido mediático allá y el martes 25 le cambiaron de abogados para su defensa.
Tanto el presidente Mujica como  los padres y familiares y amigos de Maxwell Ilabaca están en su derecho de expresar sus ideas respecto de lo que ocurre aquí. Es libertad de expresión.
El tema México está en boca de todos fuera del país. Eso no lo puede contener el gobierno mexicano mientras no se resuelva la situación en México, que no sólo corre por la presentación o la explicación fehaciente de lo ocurrido con los muchachos de Ayotzinapa, sino también por el cambio sí estructural del Estado mexicano, de formas de hacer gobierno y se entienda al estado de Derecho como tal para que se solucionen las grandes contradicciones nacionales.
Cuando esto ocurra se comenzará a hablar, con certeza, del “Momento mexicano”. Y entonces seremos un país que rechine de limpio, de verdades y no de simulaciones: como hoy.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario