11/26/2014

Los partidos pequeños suelen conservar sus principios; los grandes venderse y traicionar


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Pedro Echeverría V.
 1. Cuauhtémoc Cárdenas renunció ayer a su creatura: el Partido de la Revolución Democrática (PRD) mexicano, fundado por él en mayo de 1989 como culminación de las protestas contra el fraude electoral que dio el triunfo a Carlos Salinas, candidato Presidencial del PRI e impuso la derrota al mismo Cárdenas en julio de 1988. Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y otros más –al renunciar al PRI y lograr el apoyo de la centroizquierda o socialdemocracia- crearon ese partido que durante 25 años se ha mantenido como el tercer partido electoral, sólo superado en votación y en sus años de vida, por el PRI (fundado en 1929 como PNR) por Plutarco Elías Calles y el PAN integrado por Manuel Gómez Morín en 1939. 
2. Cárdenas ha sido una figura política en México por ser hijo del general Lázaro Cárdenas quien fue presidente de la República de 1934 a 1940, distinguiéndose por ser el único presidente de centroizquierda al haber nacionalizado el petróleo, haber creado ejidos colectivos en tierras privadas y por  abrir las puertas del país al refugio de republicanos  españoles. Ello impulsó a Cuauhtémoc  a ser senador  y gobernador del PRI en los setenta  y con esa personalidad cuestionar a su partido por abandonar el  camino del “nacionalismo revolucionario” y adoptar el programa “neoliberal y privatizador”. Fue creador, presidente del PRD y tres veces candidato presidencial de esa corriente en las elecciones de 1988, 1994 y 2000. 
3. El PRI –que gobernó 70 años- nació grande porque fue el heredero directo de la Revolución Mexicana de 1910-17 y como un partido de ricos, clases medias y pobres, dominado por el gobierno y los caciques de cada estado o región. Elías Calles, quien durante su gobierno en 1924-28, impuso una orientación populista en nombre de la revolución, así como una ideología anticlerical que lo llevó a confrontarse con la iglesia católica (1926-29) al fundar ese partido, que sería el “oficial”, buscó unificar todas las fuerzas y partidos del país; los principales fueron el partido Fronterizo de Tamaulipas; el Partido Socialista del Sureste de Yucatán, el de Tabasco, Jalisco y otros que estaban movilizados y había que controlar. 
4. El PAN, por su parte,  nació de una fracción derechista del gobierno callista al que pertenecía el abogado consultor y creador de bancos, Gómez Morín. Escribe Krauze: Gómez Morín fue uno de los cerebros fundamentales de la rehabilitación hacendaria y bancaria. En 1925 Calles inauguró el Banco de México y lo nombró presidente del Consejo de Administración. Sin embargo el PAN nació hasta 1939 combatiendo la política cardenista que había expropiado el petróleo, las tierras de los hacendados, rota relaciones con Franco y hablaba –aunque demagógicamente- de “educación socialista”. El PAN apoyaba también a la iglesia en sus protestas contra los gobiernos del PNR-PRM-PRI al que consideraba “comunista”. 
5. El PRD pretendió unir a las izquierdas pro electoreras que de inmediato cayeron en el juego oportunista haciéndose diputados, así como ocupando otras ventajas que el gobierno abrió en 1977: subsidios, medios de información. Desde ese año se empezaron a conformar las llamadas corrientes políticas que luego se transformaron en “tribus” o bloques con el único objetivo de impulsar a sus fieles integrantes a ocupar cargos. Todos debían pertenecer a una “tribu” para aspirar a un cargo o a ciertos privilegios; así se conformaron unas 50 de ellas. Ese fue el proceso que en 25 años hizo del PRD un apéndice del PRI y del PAN, aunque ya con el dominio total de la corriente de los llamados “chuchos” en los últimos 10 años, no tuviera vuelta.
6. Aunque nunca he participado en procesos electorales,  durante 54 años los he seguido de manera puntual; con mucha mayor precisión la participación de los partidos y grupos de la socialdemocracia y sus seguidores, porque han sido paralelos a los movimientos sociales como la CNTE en que me he integrado. He visto desaparecer a decenas de partiditos y grupos radicales, así como a varios cientos de mis amigos ingresar al PRD; los he observado como diputados, senadores o funcionarios en la ciudad de México. La realidad es que nunca les he visto cara de satisfacción política, aunque sí económica por los salarios y privilegios que gozan. Quizá les dé vergüenza por el rumbo ideológico que han adoptado, pero sus viajes, los restaurantes y su cartera, los reconfortan. 
7. Así que la renuncia de Cárdenas a su creatura es intrascendente porque el PRD, como todos los partidos que logran mucha fuerza, son parte del Estado capitalista y se convierten en su resguardo. Contrario a ello, en los pequeños partidos de 20 o cien militantes puede haber honestidad, democracia, sinceridad, solidaridad; pero cuando crecen el Estado los absorbe, los compra o los destruye. Por ello los anarquistas siempre se opusieron a grandes organizaciones, a líderes autoproclamados y permanentes, a cualquier jerarquía o negociación, sobre todo a cualquier poder. Ellos plantean que debe haber miles de organismos pequeños, independientes, no fijos o permanentes que se coordinen para batallas concretas contra el poder. (26/XI/14)

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