Es una verdadera lástima que se pierda esta oportunidad para empezar a dotar de pluralismo a nuestro sistema de medios.
lasillarota.com
La
semana pasada el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dio a
conocer que sólo tres empresas entregaron sus ofertas económicas, de
cobertura y la garantía de seriedad para la licitación de las dos
nuevas cadenas nacionales de televisión abierta digital. Las razones
por las que el resto de los jugadores se bajaron del proceso, no las
sabemos con claridad, aunque hay muchas especulaciones al respecto.
Lo
cierto es que varios son los elementos que hacen que actualmente el
mercado de la televisión sea poco apetecible, entre ellos la
incertidumbre, pues hasta el momento la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes (SCT), aún no deja claro si realmente podrá llegar a tiempo
para hacer el apagón analógico, en medio de retrasos y poca
transparencia, los nuevos jugadores no tienen la certeza de que
realmente podrán ser vistos por la mayor parte de la población.
Al
mismo tiempo, quienes ganen la adjudicación de 123 canales o de 246, en
caso de que sea una sola empresa la que logre adjudicarse las dos
cadenas, tienen una barrera de entrada muy fuerte ante el control de la
producción y distribución de contenidos audiovisuales que tiene
actualmente el duopolio televisivo con una audiencia nacional de poco
más del 94 por ciento, por lo que tendrán que hacer una inversión
importante para la producción de contenidos.
Las empresas que
confirma el IFT quedaron como semifinalistas son el Centro de
Información Nacional de Estudios Tepeyac, S.A. de C.V., cuyo presidente
es Mario Vázquez Raña, que tiene cerca de 70 periódicos (Organización
Editorial Mexicana), que logró notoriedad en 2012, al publicar en
primera plana que la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad
Iberoamericana en la Ciudad de México había sido “todo un éxito”,
cuando el desastre de esa visita fue el origen del movimiento #YoSoy132
que se opuso tajantemente a la campaña electoral del hoy presidente.
Su
hermano, Olegario Vázquez Raña, es el segundo grupo en la competencia
con el Grupo Empresarial Ángeles que agrupa hospitales, restaurantes de
comida rápida y gestión de aeropuertos; además maneja al Grupo Imagen
con estaciones de radio, el canal de televisión Cadena Tres de
cobertura regional, el diario Excélsior y el Grupo Financiero Multiva.
Las líneas editoriales de sus medios no se han caracterizado
precisamente por su independencia del actual gobierno.
El tercer
jugador es Francisco Aguirre, del Grupo Radio Centro que tiene La
Organización Impulsora de Radio con más de 130 emisoras en el país con
cobertura en más de 70 ciudades; 12 estaciones de radio en la Ciudad de
México, una estación en Guadalajara, una estación en Monterrey y una
estación en Los Ángeles, EE. UU. El señor Aguirre es uno de los
concesionarios que durante años se opuesto a la existencia de medios
comunitarios, por cierto.
¿Pluralismo y diversidad?
Desde
hace décadas se demandó la licitación de nuevas frecuencias de
televisión, para hacer contrapeso a la exacerbada concentración
televisiva en nuestro país, para contar con contenidos e información
plural y diversa, sin embargo, ahora que esto será posible por el
mandato que estableció la constitución en 2013, todo parece indicar que
difícilmente esto se dará, pues de acuerdo a las bases de licitación
del IFT, la valoración de la propuesta de programación no será un
criterio relevante, puesto que lo único que están calificando son las
capacidades económicas y de cobertura, vaya ni siquiera establecieron
algún porcentaje para incluir a la producción nacional independiente.
Me
gustaría equivocarme, pero por el perfil de los jugadores me temo que
quién o quienes ganen nos darán más de lo mismo, sobre todo si el IFT
no valora las propuestas programáticas para determinar a los ganadores,
obviando el artículo 6º de la constitución que supuestamente nos
debería garantizar pluralismo y diversidad en los medios audiovisuales.
La
licitación de estas cadenas viene viciada de origen desde la Ley
Federal de Telecomunicaciones y radiodifusión, que en la práctica dejó
intocados los privilegios de las actuales televisoras, al evitar los
límites a la concentración en la propiedad de los medios, incluyendo la
cruzada y el acceso a la multiprogramación, así como las laxas medidas
de preponderancia en el sector de la radiodifusión, entre otros puntos.
Es
una verdadera lástima que se pierda esta oportunidad para empezar a
dotar de pluralismo a nuestro sistema de medios, que hoy más que en
otras tantas ocasiones, es una necesidad imperante en medio de la grave
crisis institucional y social que estamos viviendo por lo sucedido en
Ayotzinapa, en donde una buena parte de los medios funcionan como cajas
de resonancia del discurso oficial y la información de calidad la
encontramos más en la prensa extranjera y en el periodismo free lance
que se ha atrevido a ir más allá de las declaraciones de los actores
políticos, que en medio del general descrédito no hacen sino ahondar
más la desconfianza ante sus permanentes tropiezos y cómplices
silencios.
Basta con revisar los principales titulares de la
prensa y noticieros de los medios durante el pasado fin de semana,
consignando la “recuperación” del zócalo de la ciudad por parte de la
policía después de la multitudinaria y pacifica marcha ciudadana,
cuando en realidad lo que estaba sucediendo era una brutal represión de
los elementos policiacos en contra de civiles, niños, periodistas y
defensores de derechos humanos, que terminó en detenciones arbitrarias
de once jóvenes que son acusados de intento de homicidio, motín y
asociación delictuosa.
En ninguno de esos medios cupo la
pregunta del debido proceso, como tampoco de situaciones tan absurdas
como que la esposa del ex alcalde Abarca ha estado durante semanas en
arraigo, mientras a los jóvenes detenidos en dos días se les consigno y
trasladó a cárceles de mediana y alta seguridad, sin que hayan podido
acceder a sus abogados.
¿Serán las nuevas cadenas de televisión
una verdadera opción para tener contenidos diversos e información
diversa que salga del concierto cómodo de sólo ser eco de la voz
oficial y propiciar un debate democrático con más amplios sectores de
la sociedad? De acuerdo a lo descrito parece que no.
@callejag
aleida.calleja@gmail.com
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