11/27/2014

Los periodistas pal café . . .





A dos meses, cumplidos anoche, de la tragedia de Iguala, las cúpulas no atinan a reacomodarse bien. Luego de la inmovilidad original y la tardanza declarativa que tanto han pesado en su contra en el ánimo colectivo, Enrique Peña Nieto parecía retomar el hilo de la retórica propositiva, como si el expediente de Ayotzinapa estuviese resuelto y ya fuera tiempo de entrar en una fase distinta.
En esa perspectiva falsa de normalización, frente a auditorios controlados, por hoy imposible para él intentar acercamientos a población abierta, el tentativo habitante a futuro de la Casa Blanca de Las Lomas ha tratado de sugerir que ha entendido lo que pasó y que tiene alguna fórmula de recuperación. Arropado por el gobernador Roberto Borge en Quintana Roo, que es otro ejemplo depurado de autoritarismo, frivolidad, derroche y mal gobierno (un día antes, los apapachos al mexiquense se produjeron en Hidalgo), Peña Nieto se deslizó en la tersura de lo insustancial, del lugar común, del voluntarismo simplista, al plantear que sólo una actitud positiva, constructiva y de propuesta nos permitirá modelar a todos el México que queremos tener y proyectar hacia el mundo entero.
Si la demagogia tiene permiso, cuando menos cabría esperar que fuera de mediana calidad. Pero, según el político que en su etapa de transición (entre los comicios y la toma de protesta) tuvo por oficinas una propiedad del mismo contratista consentido que luego le habilitaría mansión a la señora Rivera (según indagaciones del equipo de Aristegui Noticias), hoy estamos claros ante los distintos retos y distintos puntos de reflexión que la sociedad ha compartido y esto debe marcar un punto de inflexión que nos permita actuar con firmeza, con entereza, con ánimo renovado para seguir construyendo el país que todos queremos. ¿Quedó claro?
La exploración de alternativas ante el estallido de Iguala tendrá una parada especial hoy en la estación Palacio Nacional, donde la clase política de siempre, en los rituales de siempre, con las propuestas y planes que acaban siendo lo de siempre, tratará de dar credibilidad a planes reformistas que según eso buscarán combatir la corrupción, mejorar los servicios policiacos y evitar que se repitan situaciones como las que afectaron a estudiantes de Ayotzinapa, y de los cuales oficialmente aún ni siquiera se sabe cuál fue o es su destino.
Grandilocuencia palaciega habrá hoy, aunque ayer ni siquiera funcionarios de segundo nivel de la administración peñista se dignaron presentarse a una reunión con familiares de los normalistas desaparecidos, ante lo cual dichos familiares decidieron cancelar la sesión desairada. Peña Nieto se congratulaba, por su parte, de una entrevista telefónica con el maltrecho Barack Obama, que desde su debacle pretende ofrecer como maravilla migratoria lo que es una engañifa más a los paisanos que sobreviven en el país ahora también afectado por protestas incendiarias a causa de la sostenida violencia institucional contra la población estadunidense de origen africano.
En los reacomodos de temporada, Cuauhtémoc Cárdenas decidió renunciar al partido que hasta hace poco pretendía volver a dirigir con el apoyo de los Chuchos a los que ahora repele. Es una escaramuza grupal, de élites, en el contexto de las candidaturas, los cargos y las formas. El michoacano ya dio muestras de pragmatismo extremo al aceptar una comisión de Vicente Fox en 2006, como responsable de los festejos del Bicentenario (función a la que meses después renunció), y ahora queda disponible como ciudadano sin partido, justamente cuando el del sol azteca está en su peor crisis, a causa de una historia regional de complicidades de gobernantes con el crimen organizado (Iguala) como otras que en Michoacán se produjeron con cuadros familiares y grupales involucrados.
La renuncia de Cárdenas al PRD deja sin símbolos a este partido, pues Andrés Manuel López Obrador se había ido para fundar Morena. El descrédito del sol azteca facilitará las tareas priístas de recuperación parcial del Distrito Federal en las elecciones venideras, cuando el partido tricolor buscará alcanzar algunos triunfos delegacionales y en diputaciones, en preparación para la batalla madre de 2018 por la jefatura de Gobierno que actualmente ejercen de manera informal con Miguel Ángel Mancera como aliado y ejecutor. Alicaído y todo, el PRD y los Chuchos serán útiles al peñismo y, con inyecciones presupuestales y cesiones de salvamento, intentarán sortear su peor momento, tal vez el postrero, frente a Morena, que con pragmatismo puntual se declara listo para recibir a perredistas buenos que quieran dar el brinco.
Entre la instalación de tenderetes partidistas en espera de que pase la temporada navideña para comenzar con fuerza en enero las ofertas electorales, las precampañas publicitarias y demás faenas de mercadeo político, surgió la nota publicada por la televisiva cadena francesa de noticias France 24 respecto al secuestro de más de 30 estudiantes de educación media el pasado 7 de julio, su último día de clases, en Cocula, Guerrero. A plena luz del día, enmascarados a bordo de patrullas que ni siquiera fueron camufladas se llevaron a los alumnos, según relato de la madre de una de ellos (el video, en inglés, en http://bit.ly/1xTzJVB). Cocula está asociada indeleblemente con los sucesos de Iguala y forma parte del amplio panorama de México como fosa nacional y de entreveramientos corruptos del crimen organizado, dominante, con las autoridades locales y la permisividad-complicidad de las fuerzas y los políticos federales (a pesar de todo, el alcalde priista de Cocula, César Peñaloza Santana, fue llevado a declarar el pasado 14 de octubre y luego fue liberado para que regresara a ejercer sus funciones).
Y, mientras el país celebra que, a pesar de todo (¡sí se puede!), Carlos Slim se sostiene como segundo hombre más rico del mundo (¡Méxicoooo, Méxicoooo!), ¡hasta mañana, con el peso llegando a la conversión de 14 por dólar y los precios del petróleo cayendo a nivel mundial!
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Hay nerviosismo en el medio financiero. Ayer siguió cayendo el precio del petróleo. El barril que exporta Pemex bajó a 69 dólares 77 centavos (Ver gráfica). El dólar rompió el nivel de 14 pesos. Algunos bancos lo vendieron hasta en 14.04 pesos. Y el Fondo Monetario Internacional lanzó un salvavidas al gobierno mexicano. Renovó una línea de crédito por 70 mil millones de dólares. Ya dispone de 270 mil millones para hacer frente a una emergencia, es decir, a una fuga súbita de capitales. Eso no significa que en caso de suceder no tendría consecuencias impredecibles para los mexicanos. El fondo de emergencia serviría para pagarles a los inversionistas del extranjero, pero la salida de los dólares dejaría temblando al país.
Compañías de seguros
Entre enero y septiembre de este año las aseguradoras pagaron a sus clientes 157 mil millones de pesos por siniestros reclamados, cantidad 15 por ciento mayor que años anteriores. El sector asegurador es el tercer inversionista institucional del sector financiero mexicano. El 74 por ciento de las inversiones se encuentran en renta fija en instrumentos respaldados por el gobierno federal. Como otros segmentos de la economía, este año no ha sido el mejor. Presenta una caída de 1.2 por ciento en su crecimiento, en términos reales, durante el tercer trimestre de 2014, comparado con el mismo periodo de 2013, informó Recaredo Arias, director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Esto rompe la inercia que tenía desde 2011, cuando presentaba crecimientos por arriba de 10 por ciento. Teníamos estimado crecer entre 6.5 y 7 por ciento, pero vamos a quedar en 3.64 por ciento. La causa ya la conocemos todos: la economía ha tenido un desarrollo débil este año. Los ramos con mayor movimiento fueron el de seguros de vida, accidentes y enfermedades (7.8 por ciento), mientras que el apartado de pensiones fue el menos dinámico, con 6.2 por ciento.
El nuevo salario mínimo
Ya comenzó el simulacro que antecede a la fijación del salario mínimo del próximo año. El presidente de la comisión tripartita que tiene a su cargo esta tarea –sindicatos charros, directivos de organismos empresariales y el gobierno federal–, Basilio González, es un personaje próspero. Copias del presupuesto 2014 de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos indican que tiene un sueldo de 2 millones 81 mil 600 pesos anuales, más 39 mil 600 por un bono de protección al salario, 75 mil 800 pesos por pago de seguros, 275 mil 211 pesos por concepto de fondos y seguros de ahorro para el retiro, y 270 mil pesos por otros conceptos. Sin embargo, el incremento del sueldo mínimo de los trabajadores difícilmente será mayor a dos pesos diarios. Es decir, aumentaría a 69.29. El Gobierno del Distrito Federal se ha enfrascado en una solitaria batalla para conseguir que suba al menos a 82 pesos diarios –que tampoco resuelve las necesidades de una familia. Lo primero es desvincular el salario de las multas –ya que sirve como medida para calcularlas y asustan a la gente diciéndole que si sube el sueldo van a subir las multas también e incluso los pagos al Infonavit. La Asamblea Legislativa aprobó por unanimidad la creación de la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México (UCDMX), que sustituirá al salario como referencia a partir del primero de enero de 2015. El diputado por el PAN Saúl Téllez dijo confiar en que las legislaturas de los estados de la República modificarán su normatividad para crear sus propias unidades de cuenta. Falta que se reformen artículos de 50 leyes, así como los códigos civil de instituciones y procedimientos electorales, fiscal y penal del Distrito Federal. Y hasta el artículo 123 de la Constitución. El camino está lleno de piedritas.



El coctel económico se torna explosivo y pone nervioso (Carstens dixit) a más de uno: la economía se mantiene en el limbo, se desploma el ingreso petrolero, se acelera la exportación de capital, se cae el tipo de cambio, flaquea la inversión extranjera, los capitales golondrinos se aprestan a emigrar hacia paraísos financieros y fiscales distintos al mexicano, el poder adquisitivo de la mayoría se deteriora día a día y quienes presumían saber cómo gobernar, de plano no dan una.
Cero y van dos (sin olvidar las tres décadas previas). En un ambiente político enrarecido y con una sociedad enardecida, el actual inquilino de Los Pinos cierra su segundo año con un abultadísimo inventario de pendientes, a tientas y sin mayor perspectiva para iniciar el tercero del mandato, el cual, formalmente, arranca al próximo lunes. Una vez más la terca realidad se impuso, y a Peña Nieto no le duró la fábula del mexican moment ni el cuento de las reformas.
Ante tal panorama los pragmáticos aliados naturales del régimen no desperdician su tiempo en pequeñeces ni se fijan en colores gubernamentales: con los dineros por ellos obtenidos en la economía mexicana atiborran sus alforjas y apresuran su envío a territorios menos hostiles y más civilizados.
De acuerdo con información oficial, “entre el primer trimestre de 2013 y el tercero de 2014, es decir, durante el actual gobierno, han sido transferidos a cuentas bancarias del exterior 44 mil 625.7 millones de dólares. Otros 17 mil 871 millones de dólares se han enviado para realizar inversiones directas –las que generan actividad económica y empleo en terceras naciones– fuera del país. En total, por ambas vías han salido de México 62 mil 497 millones de dólares” (La Jornada, Roberto González Amador).
La cantidad de recursos enviados en lo que va de la actual administración a cuentas bancarias en el extranjero o para financiar la compra de empresas es inferior en sólo 18 por ciento al saldo de la deuda externa neta del gobierno federal. Resulta mayor si es comparada con las operaciones que por los mismos conceptos se registraron en igual periodo del gobierno anterior” (ídem).
Entonces, si el gobierno peñanietista requería un indicador fidedigno sobre la confianza que el gran capital le tiene (como presume en sus discursos), pues el Banco de México (de donde proviene la información referida) recién se lo ha proporcionado. Es tal la confianza que le tienen, que en los primeros 21 meses de la nueva administración los barones exportaron capitales a razón promedio de 99.2 millones de dólares por día (alrededor de mil 300 millones de pesos cada 24 horas).
Con el citado balance, y en medio de la teoría del complot que maneja el inquilino de Los Pinos, en el transcurso del presente siglo (que involucra las administraciones foxista, calderonista y peñanietista), los barones han desvalijado (dinero generado internamente para ser exportado) a la economía mexicana con cerca de 300 mil millones de dólares, y contando, algo así como una cuarta parte del producto interno bruto nacional. Todo, desde luego, permitido por el propio gobierno y las leyes aprobadas por el Congreso.
Por lo anterior, México refrenda el negro galardón que en tiempos calderonistas le concedió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), es decir, el de exportador neto de capitales, dineros generados en la economía mexicana para ser depositados y/o invertidos en terceras naciones, donde contribuyen a generar empleo y al fortalecimiento económico del país receptor.
Y, como siempre, se juntan roto con descosido. El Inegi informa que el ingreso mexicano por exportación petrolera se desplomó 21 por ciento en octubre de este año, proporción equivalente a 3 mil 430.2 millones de dólares. Si se considera esta caída y se combina con el creciente costo (por precio, volumen y tipo de cambio) de importar productos petrolíferos, entonces la conclusión es aterradora: en el mes de referencia, la aportación neta de divisas al país por la industria petrolera fue de apenas 42.9 millones de dólares (La Jornada, Juan Antonio Zúñiga).
El barril mexicano de exportación cerró octubre de 2014 con un precio de 76.98 dólares, 10.53 billetes verdes menos que en septiembre. Pero ayer el crudo nacional se cotizó a 69.77 dólares, 7.21 menos que al concluir octubre, la cota más baja desde 2010. Y este último precio ya aplica para las ventas de enero de 2015, toda vez que éstas se concretan y contabilizan seis semanas antes de la entrega física. En síntesis, a lo largo del presente año el precio del barril mexicano de exportación se ha desplomado 25 por ciento, sin olvidar que la producción se reduce y que el ingreso por oro negro representa un tercio del presupuesto de egresos de la federación.
Para aderezar el coctel, el tipo de cambio del peso frente al dólar se zarandea (con una deuda externa en niveles históricos), el cual ayer cerró por arriba de las 14 unidades. Cuando Enrique Peña Nieto se instaló en Los Pinos se pagaban 12.98 bilimbiques por billete verde, y en la euforia propagandística del mexican moment la paridad se ubicó por debajo de las 12 unidades. Ahora hay que pagar 14 pesos por dólar, algo no registrado desde hace más de dos años, con todo y reformas que finalmente no resultaron ser la prometida varita mágica.



En semanas recientes, notas publicadas en distintos medios exponen tres asuntos relacionados con la política de los nuevos propietarios de Grupo Modelo y los resultados de su aplicación por los encargados de la planta cervecera ubicada en el municipio de Calera.
El primero son las dificultades que enfrentan varias empresas para tener acceso al gas natural que fluye por el gasoducto recientemente inaugurado, en cuya administración la cervecera tiene poder de decisión; el segundo es el conflicto laboral surgido por una nueva oleada de despidos de trabajadores, y el tercero, el problema entre la empresa y el grupo de transportistas zacatecanos que por años le han prestado sus servicios y ahora encaran una negociación que amenaza con dejarlos sin materia de trabajo.
En el primer caso se observa un comportamiento frío y sin compromiso social de la cervecera, que aprovecha su administración casi monopólica del gasoducto para determinar el ritmo de las conexiones de gas (¿y los precios?) a otras empresas. El error inicial fue haber concesionado la construcción del gasoducto al sector privado.
Los otros dos hechos reflejan la falta de compromiso de la cervecera con la sociedad que le permite sobrexplotar sus acuíferos. Ampliar ganancias a costa de eliminar trabajo humano es la esencia del modelo neoliberal, y hoy somos testigos de su aplicación.



Si en algún momento del pasado 27 de septiembre el secretario de Gobernación hubiera salido antes que los medios a informar a la sociedad de lo ocurrido esa madrugada en Iguala; si el procurador hubiera anunciado la atracción inmediata de las investigaciones (basado en la premisa simple de que ninguna delincuencia no organizada es capaz de asesinar a balazos a seis personas en cuestión de minutos y secuestrar a otras 43), y si el Presidente hubiera encabezado con su propia indignación la indignación social que el hecho iba a generalizar horas más tarde, tal vez el gobierno federal no estaría ahora enfrentando una situación agónica y sin salida posible. Pero será hoy, a 60 días de aquellos sucesos, cuando Peña procurará atajar con algún anuncio de algo el descontento multiplicado y exponenciado por dos meses de indolencia, omisiones, insensibilidad, mentiras, arrogancia y conatos represivos –que lejos de disuadir la protesta le dan más sustancia–, el hubiera es irrelevante y parece ser que ya es demasiado tarde.Por falta de visión de Estado, por interés o por lo que haya sido, el gobierno peñista optó por preservar la red de complicidades entre el poder público y la delincuencia organizada, que ofrece ventajas inmediatas en materia de control político, y lanzó una vasta operación de imagen a fin de resolver el problema: desde la línea oficial a medios dóciles para que escamotearan a sus audiencias la información sobre la guerra en curso y sus saldos, hasta el envío de Alfredo Castillo a Michoacán para que dividiera, debilitara y cooptara la insurrección ciudadana que amenazaba con propinar una derrota decisiva a los cárteles que operan en la entidad. Si la actual administración se hubiera propuesto desde sus inicios hacer frente a la inseguridad mediante un combate decidido y profundo contra la corrupción; si hubiera cambiado de paradigma en la lucha contra la delincuencia organizada y se hubiera deslindado en forma real y efectiva del calderonato; si hubiera sido capaz de comprender las raíces políticas y sociales del narcotráfico, la pudrición institucional y la violencia, tal vez no estaríamos ahora descubriendo fosas y fosas ni exigiendo la aparición con vida de desaparecidos. Hoy, a lo que puede verse, al gobierno se le ha hecho demasiado tarde.


 

Al cumplirse dos meses de la agresión sufrida por alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, durante la que fueron asesinadas seis personas –tres normalistas y otros tres individuos– y 43 estudiantes fueron desaparecidos, México asiste al despliegue de una irritación y una movilización social que resultaban impensables antes del 26 de septiembre pasado, en tanto las instituciones enfrentan una crisis de credibilidad sin precedente en la historia moderna del país.

Divulgadores de la ciencia, sobre Ayotzinapa
Los comunicadores y divulgadores de la ciencia manifestamos nuestro más enérgico rechazo y condena a los acontecimientos de violencia e impunidad en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, como a los que durante los últimos años nos han sacudido y conmovido en muchas partes del país.

Hoy jueves 27 de noviembre, la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), por decisión unánime de sus ex presidentes y de la actual presidenta, Karla Micheel Sala, me otorga la prestigiada medalla correspondiente al año 2014, denominada Emilio Krieger, instituida en honor del fundador de esa democrática, comprometida y libre agrupación desde el año 2003. Ello representa un gran reconocimiento a nuestra lucha por la defensa y la promoción de los derechos sociales de los mexicanos.

Inducida, genuina e incluso producto de la ficción, la pregunta de Sofía, la niña de 11 años hija de la actriz Karina Gidi, es pertinente: ¿Podemos quitar al presidente? Para una clase política formada en una cultura autoritaria, donde nada puede funcionar si no lo decide el jefe supremo –de donde nuestro ejecutivismo despótico–, la revocación de mandato es tabú.

En la historia de México no han faltado los infiltrados. Uno de los primeros y más famosos fue el coronel Jesús Guajardo, el asesino de Emiliano Zapata. La táctica de ese militar fue ganarse la confianza de Zapata, so pretexto de que estaba contra Venustiano Carranza. Para lograrlo llegó al exceso de fusilar a media centena de sus propios soldados. Luego le puso la trampa de Chinameca al Caudillo del Sur. Guajardo fue ascendido a general por Carranza, además de recibir una cuantiosa suma de dinero por su exitosa misión. No fue un traidor, fue un infiltrado para liquidar al revolucionario.

No hubo sorpresa. Después de una marcha multitudinaria ejemplar por la organización de sus filas, la protesta se vio enturbiada por la acción de los provocadores y la represión subsiguiente. Al concluir el acto en el Zócalo los infiltrados se dieron vuelo atacando a la guardia militar que protege la Puerta Mariana de Palacio Nacional, mientras los asistentes pedían a gritos pero sin éxito el cese de la violencia. Luego, las cargas policiales barrieron la plaza, deteniendo sin discriminar a decenas de asistentes que estaban en la manifestación pero sin participar en los actos violentos. La historia se repite: incomunicadas, golpeadas, las víctimas de las cargas policiales se convierten mediante un acto de autoridad en los culpables de instigar la desestabilización del país. Como en los viejos tiempos, las acusaciones parten de los mismos agentes del orden, destacadamente los granaderos, cuyo historial de arbitrariedades es tan amplio como la ineptitud de sus mandos para actuar sin violentar las reglas. A los 11 detenidos en cárceles federales se les acusa de los delitos de motín, asociación delictuosa y tentativa de homicidio, acusaciones que sólo se entienden como recurso para crear confusión y temor ante el caso Iguala-Ayotzinapa. Como dije aquí hace una semana, las autoridades locales y federales siempre aseguran tener identificados a los provocadores que actúan a plena luz del día, pero éstos nunca son los que se presentan ante el juez, lo cual refuerza la desconfianza y envenena el momento, con la obvia intención de cargar contra la movilización pacífica la responsabilidad por la ruptura del orden legal. Cierto es que a crear esas condiciones contribuyen los actos vandálicos y los llamados delirantes a enfrentar a la fuerza pública a los que poco importa que la protesta crezca incorporando nuevos contingentes pacíficos.

Teníamos el monstruo en casa y no nos dimos cuenta. Ni siquiera mi esposo, que el monstruo lo traía adentro, se dio cuenta. Es la historia de Teresa, una de las protagonistas de los monólogos de la obra Ferite a morte (Heridas a muerte), de la italiana Serena Dandini. La obra fue presentada en México el pasado 8 de noviembre en el Palacio de Bellas Artes. La ministra Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas y la magistrada María del Carmen Alanís Figueroa, entre otras personalidades, hicieron propias las historias de mujeres víctimas de violencia y feminicidio, como Teresa, asesinada por el marido al séptimo mes de su quinto embarazo, después de años de violencia física, sexual y sicológica.

Fue un abismo moral y político el que separó la feroz represión y criminalización desplegada por el régimen la noche del 20 de noviembre contra la inmensa y pacífica manifestación que le antecedió minutos antes, “pocas veces vista –si es que alguna vez– en esta ciudad de México” (A. Gilly La Jornada 24/11/14 p.1). Por tratarse de un masivo y arrollador movimiento pluriclasista, multi-cultural, de dimensión nacional y mundial encabezado por el reclamo de los padres de familia exigiendo la aparición con vida de sus 43 hijos, no extraña que coincidiera, en la mañana de ese día, con el anuncio de un préstamo de 350 millones de dólares del Banco Mundial (BM), que ahora aparece como una operación de rescate del PRI con la mira en las elecciones de 2015, al estar destinado para Prospera, principal palanca asistencialista/electorera al mando de Rosario Robles, que opera como policía social de un régimen que se hunde en Ayotzinapa.
Max Weber afirmó que el Estado ejerce el monopolio de la violencia por definición. Pero añadía que esa facultad debe cumplirse a través de un proceso de legitimación, que en el caso de las monarquías absolutas es aceptada por los subordinados como derecho divino; pero también puede provenir de un liderazgo carismático (los subordinados aceptan el poder basándose en la santidad, heroísmo o ejemplaridad de quien lo ejerce) o de una legitimidad racional (los subordinados aceptan el poder de acuerdo con motivaciones objetivas e impersonales) que deviene en sinónimo de legalidad. De una manera sencilla y más de un siglo antes, el lúcido Rousseau establece que la legitimidad la otorga la voluntad general de los sometidos al poder. Versión que se aviene con el concepto moderno de democracia como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, feliz definición de Abraham Lincoln.

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