Los
embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual (ITS) y
los abortos espontáneos son más frecuentes en las mujeres que informan
haber sido víctimas de violencia, reportó la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
Como parte de la conmemoración por el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la OMS instó a los servicios de salud sexual y reproductiva a “dar una respuesta más contundente” a la violencia que se comete contra las mujeres en el continente americano.
Recordó que la violencia de género sigue siendo un “grave problema de salud pública” en el hemisferio, pues una de cada tres mujeres experimenta durante su vida violencia física o sexual por parte de su pareja.
A lo que se suma que el 20 por ciento de las mujeres informan haber sido víctimas de abuso sexual cuando eran niñas, y muchas de ellas, entre los 15 y 19 años de edad, dicen que su primera experiencia sexual fue un acto que no buscaron o que les fue impuesto.
El organismo internacional sostuvo que la violencia contra las mujeres “guarda una relación con los problemas de la salud reproductiva”, pues no sólo provoca lesiones o incluso la muerte, sino que además “tiene una repercusión poco conocida en la salud reproductiva”.
Explicó que la violencia se traduce en más complicaciones durante el embarazo, así como embarazos no deseados, abortos espontáneos e ITS, incluido el VIH.
En algunos países –abundó la OMS–, los niveles de embarazo no deseado son dos a tres veces mayores en las mujeres que informan haber sufrido violencia a manos de su pareja, que en aquellas que no lo hacen.
Los abortos espontáneos son dos veces más frecuentes en las mujeres que informan haber sido víctimas de violencia, en tanto que el riesgo de parto prematuro es 1.6 veces superior.
De acuerdo con la OMS, existen estudios que han constatado que la violencia es una causa importante de muerte materna (MM). Por ejemplo, la violencia infligida por la pareja fue la causa principal de MM –responsable de 20 por ciento de esas defunciones– en tres ciudades de Estados Unidos entre 1993 y 1998.
A su vez, se comprobó que las hemorragias fueron tres veces más comunes en las embarazadas víctimas de actos de violencia en una provincia de Canadá en 2003.
Entre 3 y 44 por ciento de las embarazadas en América Latina y el Caribe informan haber sufrido actos de violencia por parte de su pareja durante el embarazo, dijo la OMS.
Por ello, recordó a las naciones que el rol del sector de la salud incluye la recolección de datos sobre la prevalencia de violencia, que se puedan utilizar como insumo para elaborar políticas públicas, y al mismo tiempo capacitar al personal para que preste una atención integral.
“Las y los trabajadores de la salud deberían derivar a las sobrevivientes a los servicios jurídicos y de apoyo social. Las estrategias de salud pública deberían incluir actividades dirigidas a cambiar las normas sociales y los comportamientos vinculados con la violencia”, observó la OMS.
Acotó que en el caso de las mujeres víctimas de agresión sexual, los servicios sanitarios deberían evaluar la necesidad de profilaxis contra el VIH o las ITS, poner a su disposición anticonceptivos de emergencia, ofrecer abortos sin riesgo de conformidad con las leyes nacionales, y proporcionar apoyo de salud mental.
Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.-
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