El
10 de noviembre en una escena teatral televisada por los principales
monopolios de los medios de comunicación en México, se intentó cerrar
el expediente de investigación sobre la desaparición forzada de los 43
estudiantes de la Normal de Ayotzinapa; en esa escena, el actor
principal, Jesus Murillo Karám, se presentó como portavoz de 3 de los
que él mismo denominó miembros del cártel de narcotráfico “Guerreros
Unidos”, dando por hecho que las declaraciones de estos tres detenidos
es la verdad absoluta sobre los hechos en la detención-desaparición de
los estudiantes, en base a esas declaraciones, el señor que también
representa a la Procuraduría General de la República (PGR), afirma que
los 43 están muertos, fueron quemados y que los restos encontrados son
de ellos pero por su grado de calcinación no se puede probar por el
momento la identidad de los restos ¿A quien pretendía verle la cara, el
señor Murillo Karam? ¿Cuales eran en el fondo las verdaderas razones de
tan magna mentira?
Las cosas no quedaron ahí, cuando la prensa
le preguntó sobre el papel del ejército, él respondió: “Qué bueno que
no salió el ejército, porque si lo hubiera hecho, iba a ser para apoyar
al poder constituido”. Vaya cinismo del Estado Mexicano, no tiene nada
que ocultar a estas alturas del juego, por eso Murillo Karam, declara
abiertamente que el ejército está para proteger al narcoestado, y
golpear, asesinar y desaparecer a la población. La escena teatral fue
cerrada por un “Ya me cansé”, en respuesta a las preguntas que seguían
sin parar por parte de los medios de comunicación; ese #YaMeCansé de la
PGR, desde luego trae una serie de verdades tras de sí: la intención
clara del estado de dar por cerrado el caso Ayotzinapa; su desinterés
por profundizar las investigaciones, encontrar a los desaparecidos,
castigar a los culpables materiales e intelectuales; por el contrario,
se ha evidenciado el papel encubridor de las supuestas investigaciones
que el estado mexicano está realizando en el caso.
La respuesta
fue clara y contundente, desde el otro extremo de esta lucha de clases:
los padres de familia fueron firmes: “No aceptamos la versión de
Murillo Karam. ¡Exigimos la Presentación con Vida de nuestros Hijos!”,
los millones de hombres y mujeres que nos incorporamos a esta lucha por
la presentación con vida de los 43, nos sumamos a la posición de los
padres de familia. Esa misma tarde, el 10 de noviembre se realizaron
diversas movilizaciones que hicieron patente un repudio y rechazo
generalizado, al intento de la PGR de darle carpetazo a las
investigaciones.
Al paso de los días, ha quedado perfectamente
claro el objetivo del Estado Mexicano de presentar una escena tan burda
como las declaraciones de Jesus Murillo en esa tarde: ante la creciente
movilización de masas en el país, habría que generar un escenario de
carpetazo, inducir la resignación de los padres de familia y
estudiantes de Ayotzinapa; al mismo tiempo, generar un acto de
provocación para inducir movilizaciones y acciones desesperadas que son
recurrentes entre pequeños contingentes de la lucha de masas; buscar
que las movilizaciones sin ton ni son se desaten inmediatamente por
todo el país, que generen un desgaste de los contingentes
inmediatamente, y que no se ponga atención a un plan organizado,
unitario y nacional, en suma, se buscaba descarrilar al movimiento,
para que no logre objetivos, más claros y concretos sobre la
presentación con vida y otras demandas que ya vienen tomando fuerza al
interior del movimiento.
Evitar que la tendencia de ascenso del
movimiento de masas llegara a la fecha histórica del 20 de noviembre,
pero sobre todo que tomara realmente fuerza la convocatoria al Paro
Nacional del 1° de Diciembre, que puede convertirse en un sólido ensayo
de la Primera Huelga General en el país. He ahí, el cúmulo de
intenciones del Estado Mexicano, al presentar la idea de que nuestros
compañeros desaparecidos estuvieran muertos.
Una vez que ha
quedado claro esto, también es importante que a 2 meses de la
desaparición forzada de los 43, tengamos claro que el conjunto del
movimiento obrero, campesino, indígena, popular y estudiantil, nos
hemos incorporado a la lucha como no lo habíamos hecho desde hace
muchos años; muchos nuevos sectores se han sumado, los paros
estudiantiles cuando se organizan de manera unitaria en todo el país
han cimbrado fuertemente las universidades; hemos logrado coincidir las
más diversas tendencias democráticas, progresistas y revolucionarias
del país, por ejemplo, el EZLN ha salido junto a nosotros, lo mismo que
la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y muchos comités del propio
Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que han roto con la
posición blandengue de muchos de sus dirigentes. Los Paros Nacionales
del 8, 22 y 28-30 de octubre, 5 y 20 de noviembre fueron ejemplares,
marcaron camino de lo que en términos de las formas de lucha debemos
cualificar; las verdaderas acciones contundentes y que han golpeado
realmente al régimen de Peña Nieto, las que obligaron la caída del
Gobierno de Aguirre han sido las acciones unitarias,
nacionales-internacionales y coordinadas. Sobre la organización de
nuestro gran movimiento, también hemos avanzado: la vinculación de
todos los procesos unitarios que existían antes de Ayotzinapa a todas
las acciones de la lucha actual; el Congreso Social Hacia un Nuevo
Constituyente, el Encuentro Nacional Magisterial y Popular, el
Precongreso/Congreso Nacional Estudiantil, la Convención Nacional
Campesino e Indígena, las reuniones de Enlace Nacional, se han
integrado a las acciones masivas y en una medida la mayoría de estos
proceso se han vinculado con la Asamblea Nacional Popular, espacio
convocado por los estudiantes, padres de familia de Ayotzinapa, así
como la CETEG (maestros de guerrero) y el Movimiento Popular
Guerrerense. Lo anterior ha permitido que se tengan vasos comunicantes
con todos los frentes, coordinadoras, movimientos de todo el país entre
quienes se encuentran en el centro de la lucha de clases y casi todo el
movimiento de masas.
Pero queda mucho por hacer. Las
movilizaciones no han sido suficientes para obligar a todo el sistema
capitalista actual a que disponga todo para la localización de los
desparecidos y deje de hacer una simulación frente a esa exigencia;
enfatizamos esto, porque estos días de lucha nos han permitido
aclararnos que si bien el gobierno (federal, estatal y municipal) es el
representante político de la burguesía y la oligarquía financiera, hay
un entramado de instituciones económicas, científicas, tecnológicas y
mediáticas que están a disposición del sistema capitalista, que no
permiten, obstruyen, ocultan, protegen y torpedean, con el claro
objetivo de evitar que el esclarecimiento real de los hechos que
sucedieron los días 26 y 27 de septiembre, evidencie la verdadera
naturaleza de este sistema. Ese es el fondo del problema, por eso
juegan con el dolor de los padres de los desparecidos. Así que los
millones que somos el pueblo ahora movilizado hemos logrado conectar
correctamente la lucha por la presentación con vida de nuestros
desaparecidos, el castigo a los responsables directos, con la
destitución del gobernado, y ahora en todas nuestras movilizaciones se
ha empezado a generalizar la consigna: ¡Fuera Peña! La caída del
gobierno de Peña puede abrir una etapa de lucha, para empujar la
tendencia de un Gobierno de Obreros y Campesinos Pobres, mediante la
instalación inmediata de un Gobierno Provisional Revolucionario que
convoque a una Asamblea Nacional Constituyente, Democrática y Popular
para que se promulgue una Nueva Constitución. Es la única posibilidad
segura que hoy para poner a nuestra disposición todos los recursos
tecnológicos, científicos, económicos a favor de nuestras demandas, y
de paso echar abajo toda la política neoliberal, que se ha vuelto un
obstáculo para el desarrollo de nuestro país; el gobierno neoliberal de
hecho, ha vuelto las armas contra el pueblo mexicano, por ello, no
tenemos otra alternativa que tirarlos del poder.
Lograrlo no
será fácil; una sola organización, un sólo plan de lucha, un sólo
objetivo político, unas mismas consignas, son las condiciones
necesarias para avanzar en esta lucha; la dispersión organizativa de
nuestro movimiento y las acciones dispersas aunque sean tan radicales o
ultrarrevolucionarias, ya llegaron a un límite; con este nivel de
organización y con este nivel de lucha ya no llegaremos a más. Para
elevar nuestra forma de organización es fundamental que todos los
esfuerzos concreten los acuerdos que ya tienen respecto a la unidad,
que se convoque la constitución de la Asamblea Nacional del
Proletariado y los Pueblos de México; pero hay que hacerlo de
inmediato, una parte importante del movimiento piensa que en el mes de
diciembre de este año o a más tardar en enero se debe concretar esta
tarea; esta gran asamblea deberá constituirse en la verdadera soberanía
popular, concentrar dentro de sí todas las fuerzas sindicales-obreras,
campesinas-indígenas, populares-estudiantiles, y aglutinar dentro de
sí, todos los procesos que se han desarrollado en los últimos tiempos a
nivel nacional, estatal, regional, municipal, sectorial o temático;
todos deben acudir ese llamado a construir una sólo frente de lucha.
Diremos
hasta el cansancio que las formas de lucha y las formas de organización
van de la mano, para elevar las formas de organización se requiere
también elevar las formas de lucha, hemos dicho que hasta ahora las
acciones más contundentes que hemos tenido son los Paros Nacionales,
resulta entonces que ahora ya no son suficientes, el camino obligado
que nos queda es la preparación de la Huelga Política General, que
organice de mejor manera todas las acciones que hemos logrado realizar,
que incorpore a nuevas fuerzas, sobre todo que jalone a la acción a la
clase obrera mexicana, quienes todavía están titubeantes sobre su papel
en medio de la lucha de clases del país. Hay planes específicos para
realizar la primera Huelga Política General a principios del próximo
año, de cualquier forma, la tendencia que se dibuja es que 2015 sin
duda ha de ser ¡Año de la Huelga Política General!
La
presentación con vida de los desaparecidos debe seguir siendo nuestra
demanda principal, nuestra consigna prioritaria de esta esta etapa de
lucha; al lado de ésta, la caída de Enrique Peña Nieto, y al lado de
estas dos consignas, la derogación de todas las reformas neoliberales;
en su lugar: Un Gobierno Provisional, una Asamblea Constituyente, una
Nueva Constitución. Nuestra suerte está echada, dependerá de todos
hacer lo que nos falta por hacer por Ayotzi, por México.
*Florentino López Martínez es Presidente Nacional del Frente Popular
Revolucionario y miembro del Comité de Coordinación de la Liga
Internacional de la Lucha de los Pueblos (ILPS)
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