11/25/2014

México: movilizado

Alberto Aziz Nassif

Ahora resulta que la explicación de la crisis actual para Peña Nieto es que hay grupos o intereses que quieren desestabilizar al país y a su gobierno. Estas declaraciones me recuerdan lo que decía Díaz Ordaz sobre el movimiento estudiantil de 1968, pero me resulta difícil entender cómo, con otro país y después de tanto tiempo, se hace el mismo discurso. El Presidente no logra entender qué pasó si él pensaba que el país iba tan bien, por qué de pronto está metido en este problema, y su respuesta es: porque hay malos mexicanos que provocan una onda desestabilizadora. Pero Peña no entiende y después de varias semanas de pasmo lanza la acusación del complot. Pero la sociedad gana terreno y la desaparición de 43 estudiantes de Guerrero genera al México más movilizado de las últimas décadas.
Puede ser que haya infiltrados y radicales, puede ser que haya grupos que lleven agua al molino de sus intereses, puede ser que la violencia sea calculada y premeditada, pero nada de esto explica, motiva o produce un movimiento de indignación y dolor como el que se vive en México ahora. Tenemos ya varios años de una violencia terrible, hay cientos de miles de muertos, desaparecidos y desplazados. Vimos al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que demandó justicia y reparación, y qué resultados hay, más muertes y desaparecidos; luego llegó el movimiento #YoSoy132 que pidió una democratización de los medios y qué tenemos, las promesas de una reforma y una instrumentación que aparentemente cambia las reglas, pero todo sigue más o menos igual.
Con el proceso electoral de 2012 observamos los excesos del gasto, la compra de votos y el clientelismo y, al final, los que más gastaron y más cobertura mediática tuvieron, se quedaron con un triunfo cuestionado. Con el cambio de gobierno llegaron los pactos y casi dos años el país giró en torno a las reformas legislativas. Sin embargo, de forma silenciosa los grave problemas nacionales quedaron intocados, no se atendió el contubernio entre autoridad y crimen organizado, se minimizó la impunidad, se le bajó el volumen a la violencia; no se quiso ver que un país tan desigual genera más oportunidades para la violencia y la destrucción de los tejidos sociales. No se calculó que tarde o temprano habría una chispa, que en un momento se podría cambiar la percepción y que un exceso de los factores de poder —que realmente desestabilizan al país desde hace años, como la violencia criminal, la impunidad y la gran desigualdad—, producirían tanta indignación como para llenar las calles y las plazas, tomar las casetas de peaje, bloquear carreteras, convocar a un paro nacional y construir una amplia red de solidaridad. Por supuesto que no se calculó.
Nada desestabiliza más que un Estado incapaz de proteger la vida de los ciudadanos; nada deslegitima más que un gobierno que simula un país que sólo existe para unos cuántos; nada desprestigia más a la autoridad que ser exhibido en actos de corrupción o de represión. Eso es lo que pasó en estos días. 2014 es el año en donde ha habido más desapariciones, entre enero y octubre se contabilizaron 5,090 víctimas, según información del Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (Animal Político, 19/XI/2014). La violencia en contra de las mujeres sigue a todo lo que da, cinco mujeres mueren al día víctimas de violencia, entre 2012 y 2013, fueron 3,892 y el 15% fue en el Estado de México (El País, 18/XI/2014). Se hicieron muchos discursos sobre el bajísimo salario en México y de nuevo se repite el mismo esquema para 2015, sólo se aumentará 3.4%, mientras que los ministros de la Suprema Corte, que son los mejor pagados del país, se suben 6.5% y los diputados se reparten 5 mil millones de pesos para que cada uno tenga 10 millones que serán usados de forma discrecional.
Si la respuesta es reprimir y violar el debido proceso, el Presidente, los partidos y los diputados seguirán en el sótano de la confianza. Estamos frente a una crisis mayor del Estado mexicano. No vemos (quizá no veremos) una respuesta inteligente del gobierno para recuperar la iniciativa política y la confianza de la ciudadanía.
Investigador del CIESAS. 

@AzizNassif

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