A sólo cinco días de haber asumido el poder, el presidente de Estados Unidos concretó sus obsesiones de campaña relacionadas con su odio hacia México y los mexicanos: firmó dos órdenes ejecutivas que, en resumen, le dan luz verde a su anhelado muro fronterizo (que ya existe, sólo lo ampliará) y, lo más grave, desatan una cacería inmisericorde de migrantes irregulares. Una instrucción ordena al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicar cada semana una “lista comprensiva” de las presuntas acciones criminales perpetradas por indocumentados.
CIUDAD
DE MÉXICO (Proceso).- Las dos órdenes ejecutivas que firmó Donald Trump
el pasado miércoles 25 –la primera, sobre el control fronterizo; la
segunda, relativa a la seguridad interna– auguran tiempos oscuros para
los migrantes en Estados Unidos: el magnate ordena una cacería de
indocumentados, convierte a los policías en agentes de “La Migra”,
fomenta las campañas de odio contra los migrantes e instruye el arranque
de las deportaciones masivas.
Ambas órdenes ejecutivas plantean
una serie de medidas que, con el pretexto de la “transparencia”,
articulan una agresiva estrategia mediática, la cual asociará la
inmigración con la criminalidad, fomentará el odio y el miedo hacia los
indocumentados, y debilitará el discurso de las organizaciones que
defienden los derechos de los migrantes.
Una instrucción ordena al
Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicar cada semana una
“lista comprensiva” de las acciones criminales perpetradas por
indocumentados.
Esta medida se ve agravada con la sección 14 de la
orden ejecutiva relativa a la seguridad interna, que pide de manera
expresa a las agencias no respectar la privacidad y la protección de la
identidad de los migrantes en situación irregular. Trump incentiva así
el señalamiento público, con nombre, apellido y fotografía, de las
personas que se encuentren en tal situación.
El magnate ordenó
además la creación de una oficina en el DHS que tendrá el único
propósito de proveer asistencia a “las víctimas de crímenes perpetrados
por migrantes indocumentados”, así como a sus familiares. Dicha oficina
“elaborará reportes trimestrales que estudiarán los efectos de la
victimización por migrantes criminales presentes en Estados Unidos”.
En
otras palabras: cada tres meses la oficina expondrá los casos de los
estragos psicológicos causados a los familiares y –en su caso– a las
víctimas de violaciones, homicidios y otras agresiones cometidas por
indocumentados.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2100, ya en circulación
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