12/30/2017

Las mujeres: actoras clave en la resistencia hondureña


 Gobiernos conservadores amenazan derechos 
   

La reelección de Juan Orlando Hernández Alvarado, del Partido Nacional, como presidente de Honduras es ilegal y significa perpetuar y avalar la represión y criminalización de la protestas, así como la violación y el retroceso de los derechos de las mujeres, denunciaron defensoras de los Derechos Humanos (DH) del país centroamericano.
Luego de las elecciones celebradas el pasado 26 de noviembre,  calificadas por la ciudadanía hondureña como fraudulentas, mujeres y hombres realizaron protestas en las calles, mismas que en opinión de activistas se han caracterizado por la represión de policías y fuerzas militares.
Hasta el 22 de diciembre organizaciones civiles del país contabilizaron 38 asesinatos en ese contexto, entre ellos el de la estudiante de 19 años Kimberly Fonseca Santa María, quien, según informaron medios nacionales, recibió el impacto de una bala militar durante las primeras manifestaciones de este mes.
La indignación creció tras el drástico cambio de los resultados electorales. En un conteo preliminar de los votos el Tribunal Supremo Electoral anunció la ventaja de cinco puntos del candidato opositor de izquierda, Salvador Nasralla, pero siete días después de la jornada electoral, el 4 de diciembre, la autoridad alegó fallas en el sistema y declaró el triunfo de Hernández Alvarado.
La instancia gubernamental oficializó el fallo el 17 de diciembre y el político del Partido Nacional fue considerado como ganador aun cuando en ese país la Constitución establece como ilegal la reelección. Él ocupó la Presidencia desde 2014 la presidencia, mandato que terminaba en enero de 2018.
Además de ser anticonstitucional, la reelección significará un obstáculo para defender los DH de las mujeres, actoras claves durante las actuales denuncias en Honduras pues el gobierno de Hernández Alvarado se caracterizó por frenar iniciativas sobre derechos de las mujeres como la despenalización del aborto. Esto afirmó en entrevista con Cimacnoticias la coordinadora del Observatorio Político de Mujeres N-26, Jessica Sánchez.
La defensora expuso que el retroceso democrático también se ve reflejado en la violencia política contra las mujeres, ejercida contra funcionarias y diputadas que se han opuesto a la reelección, según han documentado.
Sánchez también criticó que pese a que en Honduras está vigente la Ley del Principio de Paridad y Mecanismo de Alternancia, los datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral anuncian que de 298 cargos municipales solo 22 estarán ocupados por mujeres. Los resultados oficiales sobre los cargos del Congreso aún no se publican.
“Una agenda política que favorezca a las mujeres no ha sido la prioridad de los gobiernos hondureños”, denunció también en entrevista la directora del Centro de Derechos de Mujeres (CDM), Gilda Rivera, quien afirmó que el contexto de represión a nivel nacional muestra la violencia de la que han sido víctimas las personas defensoras de DH en el país, un ejemplo, recordó, fue el asesinato en 2016de la defensora de la tierra, Berta Cáceres.
El crimen contra la ambientalista no fue el único, de 2013 a 2016 la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos en Humanos documentó mil 9 agresiones contra mujeres defensoras de DH, lo que posicionó al país como el segundo de la región más violento para ejercer su labor, sólo por debajo de México.
La defensora e integrante del Centro de Estudios de la Mujer -  Honduras (CEM-H) Sara Avilez Tomé explicó que las actuales denuncias son resultado de la “indignación acumulada por la población desde 2009, cuando las fuerzas armadas y el presidente del Congreso Nacional derrocaron al entonces mandatario Manuel Zelaya. En esos años de resistencia, mencionó, las mujeres han tenido un papel esencial.
“En la toma de las calles ellas son las que organizan a los vecinos, también preparan alimentos a las y los manifestantes y, cansadas de la presencia de Fuerzas Armadas en las calles, encaran al ejército y la policía durante las manifestaciones”, afirmó Avilez Tomé.
Gilda Rivera precisó que el movimiento civil de resistencia en Honduras y particularmente las mujeres organizadas, no apoyan a Salvador Nasralla como presidente porque tampoco es una opción ya que él se ha pronunciado contra los derechos de las personas como el matrimonio igualitario, por tanto un posible mandato de este político tampoco significaría cambios estructurales a favor de los DH, sin embargo, representaría “el fin de un gobierno ilegítimo” erigido por Hernández Alvarado.
Jessica Sánchez observa el golpe de estado en Honduras de 2009 y las actuales elecciones en su país desde un contexto internacional de “vuelta a la derecha política”, lo que considera es una amenaza a los derechos de las mujeres. Esto, dijo, se observó más claro con el nombramiento de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, nación que la semana pasada reconoció el gobierno de Hernández Alvarado.
Para hacer frente a este panorama Jessica Sánchez señaló que la organización de las mujeres en las calles y la sociedad civil a través de iniciativas servirán de contrapeso, tal como lo hicieron miles de mujeres estadunidenses en enero pasado cuando marcharon tras la toma de protesta de Trump para exigir que sus derechos sean prioridad.
El fallo del Tribunal Supremo Electoral a favor de la reelección también fue condenado por organismos internacionales como la Unión Europea y la Organización de los Estados Americanos (OEA), quien señaló que por el “cúmulo de irregularidades” aún no podría determinarse quién fue electo como presidente.
A raíz de los asesinatos, el pasado 26 de diciembre la OEA solicitó la entrada de uno de sus delegados para obtener información sobre las violaciones a los DH cometidas y hablar con las víctimas y sus familiares, misma que fue rechazada por el gobierno hondureño un día después.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Montserrat Antúnez Estrada

Cimacnoticias | Ciudad de México .- 

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