La Jornada:
La negación de la ciudadanía y el ejercicio de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales ha sido, y es un asunto de lucha constante de las personas y comunidades afrodescendientes en América Latina.
El informe Situación de las personas afrodescendientes en América Latina y desafíos de las políticas para garantías de sus derechos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) refiere que México cuenta con un millón 348 mil 38 afrodescendientes. Esta cifra representa 1.2 por ciento de su población.
De acuerdo con el informe, se concentran en tres entidades: estado de México, Veracruz y Guerrero 58 por ciento de los mexicanos afrodescendientes.
En América Latina, Brasil es el país con mayor cantidad de personas afrodescendientes representando más de la mitad de su población: 97 millones 171 mil 614; a éste le sigue Cuba, con 34 por ciento, que suman poco más de 4 millones, y con una proporción menor Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá, en donde representan entre 7 y 10 por ciento de su población.
El informe advierte que las tasas de pobreza y pobreza extrema de los afrodescendientes en 2014 eran más elevadas que las del resto de la población.Esta situación está relacionada con las características de la inserción ocupacional y los bajos ingresos que percibenen el mercado de trabajo.
Acerca de las condiciones de habitabilidad de las viviendas, los censos revelan que en la mayor parte de los países es más alto el porcentaje de las personas afrodescedientes que viven hacinadas.Las desigualdades son notorias en Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador y Uruguay, donde residen en promedio más de cinco personas por dormitorio. Lo mismo sucede con el acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento.
Algunos países en la región cuentan con planes generales de desarrollo para la población afrodescendiente; no obstante, otros carecen de ella. En México, los programas Oportunidades, primero, y después Prospera, aunque destinan recursos para todos los sectores, para el afro no existe.
La Cepal expone que las mujeres afrodescendientes son víctimas de múltiples formas de violencia, donde el factor racial se hace evidente en los países de la región. A esto se suma la violencia contra los jóvenes afrodescendientes como otro puntode alta preocupación, lo cual se expresa en la prevalencia de fallecimientos por causas relativas a ésta.
Sin embargo, si bien existen evidencias cuantitativas sobre las situaciones antes mencionadas, la información sobre la violencia que sufren los afrodescendienteses muy limitada, expone el organismo latinoamericano.
Jessica Xantomila
Periódico La Jornada
Jueves 28 de diciembre de 2017, p. 11
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