«Nora Cortiñas es un faro de dignidad y resistencia. Su ejemplo nos guía en la búsqueda de un mundo donde los derechos humanos sean respetados y defendidos», declaró Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
A esta mujer, junto con el grupo de madres y abuelas buscadoras en Argentina, se les atribuye un legado de lucha heredado por jóvenes feministas en América Latina, quienes portan un pañuelo como símbolo de exigencia por derechos humanos, por ejemplo, la Marea Verde.
Desde el momento de la desaparición de Carlos Gustavo, su madre emprendió una búsqueda, al solicitar información de oficina en oficina pública, donde se encontró con respuestas evasivas, funcionarios militares y del gobierno que la exhortaban a que dejara de buscar, hoy, aún se desconoce el paradero de su hijo.
Al mes de la desaparición de su hijo, Nora Cortiñas se unió a un pequeño grupo de madres que se reunieron para exigir información sobre sus hijos desaparecidos.
Desde su muerte, no ha dejado de recibir reconocimientos a una vida de lucha, por ejemplo, Myriam Bregman, abogada y diputada nacional del Frente de Izquierda en Argentina, a quien se refirió con cariño a ella como Nori, la describió como «todas las luchas las sentía como propias», por eso se ganó la frase: era la madre de todas las luchas.
Un 30 de abril de 1977, 14 mujeres se reunieron por primera vez frente a la casa Rosada, sede del poder Ejecutivo de la República Argentina, ubicada en el centro histórico de la ciudad capital de Buenos Aires; lo hicieron en plena dictadura, para exigir información sobre sus hijas e hijos que habían sido secuestrados y de los que no se sabía nada.
Argentina, en ese entonces, estaba bajo el gobierno militar de Jorge Rafael Videla (1976-1983) y estaba cubierta por un régimen terrorista de Estado, que justificó su accionar violento con el proyecto denominado “Proceso de Reorganización Nacional” que, a partir de prácticas de represión y terror, acechó a un la población civil opositora.
Diariamente, fueron víctimas de secuestro, tortura, asesinato y desaparición forzada personas intelectuales, artistas, militantes de partidos, periodistas, profesionales, líderes religiosos y dirigentes populares quienes organizaban y movilizaban a los sectores enfrentados con la dictadura.
La propuesta de la movilización del primer colectivo de las Madres de la Plaza de Mayo surgió de la iniciativa de Azucena Villaflor, quien después de que su hijo, Néstor de Vicenti, y su compañera, Raquel Mangini, fueran secuestrados el 30 de noviembre de 1976, comenzó una búsqueda incansable. En dicho proceso se encontró con otras mujeres, quienes también buscaban a sus hijos, como el caso de Nora Cortiñas.
En 1986, las Madres de Plaza de Mayo se disolvieron en medio de divisiones internas: un bando presionó para realizar actividades más combativas. Esto provocó enfrentamientos entre sus integrantes, como la propia Cortiñas, sobre las exigencias que debían plantear bajo un gobierno democrático.
Cortiñas se convirtió en lideresa de una rama conocida como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
La organización que creó junto con otras madres de Argentina contribuyó a centrar la atención internacional en los abusos cometidos por la dictadura militar y continuó presionando al gobierno argentino para obtener respuestas, tras la restauración de la democracia.
A lo largo de las décadas, Nora Cortiñas participó en innumerables marchas, conferencias y eventos internacionales, llevando su mensaje de justicia y memoria a diversos rincones del mundo. Su trabajo no se limitó a Argentina, pues su apoyo se extendió a las causas de los derechos humanos en países como Chile, Uruguay, México y España, entre otros.
Su labor ha sido reconocida con numerosos premios y distinciones, incluyendo el Premio Internacional de Derechos Humanos de la Fundación Friedrich Ebert y el Premio de Derechos Humanos Emilio Mignone.
Carlos Gustavo, hijo de Cortiñas, desapareció el 15 de abril de 1977. Estudiaba economía en la Universidad de Buenos Aires y militaba en un grupo político de izquierda, lo que le convirtió en un objetivo de la dictadura de derecha que tomó el control de Argentina en 1976 mediante un golpe de Estado.
Gustavo estaba por cumplir 25 años, era militante de la Juventud Peronista en un barrio de Buenos Aires y trabajaba en el instituto de estadísticas INDEC, cuando fue secuestrado por un grupo militar. Es una de las 30 mil personas desaparecidas que, según organizaciones de derechos humanos, dejó la dictadura en Argentina.
Educación y Conciencia
Nora Cortiñas también ha sido una ferviente defensora de la educación y la conciencia histórica. Trabajó para garantizar que las nuevas generaciones comprendan la importancia de los derechos humanos y la historia reciente de América Latina.
A través de charlas en escuelas, universidades y organizaciones comunitarias, inspiró a jóvenes a involucrarse en la defensa de los derechos y la justicia social.
A lo largo de su vida, Nora Cortiñas fue una presencia activa en la vida pública. Recientemente, participó en la presentación de un informe sobre la situación de los derechos humanos en América Latina, donde destacó la importancia de la solidaridad internacional y la necesidad de mantener viva la memoria histórica.
«Nuestra lucha es por todos aquellos que sufrieron y siguen sufriendo injusticias. Es una lucha por un mundo más justo y humano», expresó Cortiñas ante una audiencia conmovida.
El impacto de Nora Cortiñas en la sociedad fue innegable. Este año, en reconocimiento a su trayectoria, se ha inaugurado en Buenos Aires un mural en su honor, realizado por jóvenes artistas. Además, diversas organizaciones están planificando una serie de eventos y homenajes para celebrar su vida y su legado.
La madre buscadora de Argentina continuó su lucha con la misma energía y determinación que mostró durante toda su vida. Su compromiso inquebrantable con los derechos humanos y la justicia seguirán siendo una fuente de inspiración y esperanza para muchos.
En cada lugar en que alguien necesitaba solidaridad estaba ella, “Norita”, que nunca dejó de luchar “ni dormida” como decía y de estar presente como un extraño duende con amorosas alforjas que iba repartiendo por la vida. A sus 94 años participó de todas las marchas de este año tan duro y difícil. Lo hizo hasta pocos días antes de ser internada en un hospital donde falleció.
La Búsqueda de Justicia
Durante los años más oscuros de la dictadura, las Madres de Plaza de Mayo enfrentaron persecución, amenazas y represión. Sin embargo, su determinación continuó. Con pañuelos blancos en la cabeza, continuaron marchando cada jueves, visibilizando la causa de las y los desaparecidos.
Con la llegada de la democracia en 1983, las Madres intensificaron su lucha, exigiendo no solo la verdad sobre el paradero de sus hijas e hijos, sino también justicia para los responsables de las violaciones de derechos humanos. Su incansable labor contribuyó a la realización de los Juicios por la Verdad y al posterior juzgamiento de numerosos represores.
Diversificación del Movimiento
Con el tiempo, el movimiento se diversificó en dos organizaciones: Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Ambas comparten el objetivo de buscar justicia, aunque han adoptado enfoques diferentes en sus actividades y discursos.
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora se ha enfocado en el trabajo conjunto con otras organizaciones de derechos humanos y en la educación, promoviendo la memoria histórica y la formación de nuevas generaciones en la defensa de los derechos humanos.
La Asociación Madres de Plaza de Mayo, por su parte, ha desarrollado proyectos educativos y sociales, como la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo y programas de vivienda para los más necesitados.
El impacto de las Madres de Plaza de Mayo trasciende las fronteras de Argentina. Su lucha ha sido reconocida internacionalmente, recibiendo múltiples premios y honores, y sirviendo de inspiración para movimientos de derechos humanos en todo el mundo.
La democracia mexicana se encuentra enferma: Cortiñas
En una visita a México para participar en el Foro Internacional sobre las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, una de las mujeres emblemáticas de la resistencia en la dictadura argentina de los años 70, le concedió una entrevista a la periodista Lucía Laguna Huerta, que fue difundida por Cimacnoticias el 29 de mayo de 2017, donde hizo referencia a que la democracia mexicana se encuentra enferma y sus síntomas son la desaparición, el asesinato de periodistas y personas defensoras.
Si alguien sabe de desaparición y la lucha por la verdad es ella, quien a sus 87 años de edad, en el momento de la entrevista hace siete años, sigue demandando la presentación con vida de su hijo Gustavo, desaparecido por su lucha política un 15 de abril del año 1977, fecha en la que ella se transformó de ama de casa en defensora de la libertad y la democracia.
Tras cuatro décadas de la exigencia por la presencia de las personas desaparecidas, el derecho a la verdad y la justicia, Nora sigue dándose cita en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, la casa de gobierno argentino, donde cada madre de alguna hija/o desaparecida se transformó en la madre de 30 mil jóvenes desaparecidos, que la dictadura de Jorge Rafael Videla arrebató de sus familia.
Lo que ocurre en México, asegura la defensora argentina, podría acercarse al Terrorismo de Estado, donde el crimen organizado sirve para eliminar del paso a quienes incomodan u obstaculizan los planes de los poderosos, del dinero y la política. Puedes leer la entrevista completa de Nora Cortiñas, una de las mujeres más destacada por su incansable lucha por los derechos humanos.https://cimacnoticias.com.mx/2017/05/29/lo-que-pasa-en-mexico-podria-acercarse-al-terrorismo-de-estado-nora-cortinas/#gsc.tab=0
Madres de la Plaza de Mayo en Argentina
Desde Buenos Aires, Argentina, Cimacnoticias hizo una cobertura especial, en octubre del 2022, donde la periodista Cirenia Celestino Ortega pudo llegar hasta donde se puede conocer de primera mano a las madres de la Plaza de Mayo.
Ahí, Celestino Ortega detalló que lucen fuertes y, lejos de la tristeza que causa la desaparición, su resistencia es alegre y sonriente.
Pina, Visitación y Carmen, son las Madres que la recibieron.
La lucha de las Madres de Plaza de Mayo es acompañada por otras y otros, cercanos, familiares, personas que van pasando y se suman respetuosamente para escuchar a las madres, algunas de ellas en silla de ruedas tras el paso de los años.
Las madres y acompañantes rodean la Pirámide de Mayo, monumento central de la plaza de mayo, mientras gritan y exigen “presentación con vida, juicio y castigo a los culpables”.
Como en cada rincón del mundo, las mujeres están presentes. Como víctimas de la dictadura con las graves violaciones a derechos humanos, tortura sexual entre ellas. Hoy la voz es de las mujeres, como luchadoras sociales y como quienes mantienen vivo el movimiento con el pañuelo blanco como insignia, para la vida y la libertad.
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