José Agustín Ortiz Pinchetti: El Despertar
Hacia 1983 un desastre financiero y una crisis económica despertaron la conciencia política. La oposición empezó a buscar en serio el poder. Miles pasaron de súbditos a ciudadanos. Fue mi caso, con un grupo de amigos empezamos a exigir limpieza en las elecciones, a denunciar los abusos del PRI. En todo el país aparecieron estos grupos, muy parecidos a los clubes maderistas. En julio de 86 denunciamos en Chihuahua cómo Elba Esther Gordillo organizó un fraude en favor del PRI y contra el PAN. Tal como hizo contra AMLO en favor del PAN, exactamente 20 años después.
Participé como observador en 18 procesos conflictivos y aprendí que los fraudes se cocinan meses antes de la elección. También aprendí que requieren una red de empresarios, clérigos, políticos y comunicadores. Suponer otra cosa es ingenuidad.
Nuestras denuncias de las irregularidades y fraudes del PRI hicieron efecto pero el motor del cambio fue una revolución cultural silenciosa, la gente se permitió inconformarse y protestar. El voto fue un instrumento.
Las cosas empezaron a mejorar en junio de 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó el gobierno de la capital y el PRI perdió el control del Congreso. Entonces el activismo de los ciudadanos en favor de la democracia empezó a debilitarse en parte porque el voto se respetaba y porque muchos activistas nos metimos a la política.
Fox era la esperanza de la consolidación; perdió todas las oportunidades: no hizo una reforma del Estado cuando podía, no redujo la impunidad, continuó el despilfarro para congraciarse con la burocracia y los gobernadores priístas, se puso en manos de la oligarquía, dilapidó los recursos excedentes, su única estrategia fue la aniquilación de AMLO y de la posible alternancia; fue un desastre y un traidor a la democracia. El PAN no frenó a Fox. Mimetizó con el PRI en el poder. Ha sufrido la peor derrota cultural que se recuerde. Ahora intentan abrir el camino para el regreso de los peores.
Interpreto mi incorporación al gobierno y al movimiento de AMLO como la continuación de la romántica lucha por la democracia que emprendimos hace casi tres décadas. En el fondo, siendo un activista ciudadano. Es probable que ante la tragedia del hundimiento del país por el fracaso de la transición cientos de miles de ciudadanos vuelvan a ponerse en marcha.
jaorpin@yahoo.com.mx
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
Como alumbramiento obstétrico, a casi nueve meses del inicio de su presidencia bajo óptimas expectativas mundiales, Barack Obama delineó los cuatro pilares de su nuevo orden mundial de corte multilateral, en el que opera un neto distanciamiento con su repudiado antecesor unilateralista: 1) un mundo libre de armas nucleares, 2) la resolución del estancado proceso de paz entre palestinos e israelíes, 3) el abordaje del cambio climático y 4) la salida de la crisis financiera global.
Menos contundente de lo que profiere en forma entusiasta el rotativo británico The Guardian (24/09/09), se trata de un antibushismo relativo, que define la vocación de abordaje multilateral de Obama, a diferencia notoria del unilateralismo bélico de su antecesor. Obama no se atreve a pronunciar la multipolaridad impronunciable que refleja la inocultable decadencia de Estados Unidos y prefiere la dulzura del término multilateral.
Habría que matizar: al corte obstétrico de caja de los nueves meses de su atribulada gestión, Obama manifiesta una personalidad multiforme debido a los amarres gordianos con la anterior administración y con el inexpugnable establishment: el caso de Bob Gates, quien repite en el Pentágono, ya no se diga la gobernación financiera supranacional de Ben Shalom Bernanke, gobernador de la Reserva Federal, y Tim Geithner, anterior gobernador de la Reserva Federal de Nueva York y hoy secretario del Tesoro.
Obama exhibe el síndrome de multipersonalidad (que ya habíamos detectado; ver Bajo la Lupa, 5/07/09) que comparte rasgos en sus actos con su antecesor, Baby Bush (desde Afganistán, pasando por el golpe de Estado inducido en Honduras, hasta el avasallante despliegue bélico en Sudamérica), pero también con Gorbachov (la personalidad universal de los dirigentes a quienes les toca administrar la transición de los imperios en decadencia, que el portal De Defensa ha analizado estupendamente), como, en mi muy humilde opinión, con Calderón en el ámbito financiero y económico (obviamente, en su justa proporción).
Si por sus hechos puede ser juzgado, entonces queda claro que en el ámbito financiero y económico Obama reina y Goldman Sachs gobierna en EU.
En el México neoliberal, Calderón reina y la dupla Carstens-Ortiz gobierna (ya ni siquiera la medieval plutocracia local). Carstens, quien pudo haber sido hasta secretario de Hacienda del folclórico Juanito, y el cordobista Guillermo Ortiz Martínez (gobernador del Banco de México) aplican las recetas tóxicas del FMI del que han sido dilectos funcionarios. Expresado densamente: en el México neoliberal Calderón reina y el FMI gobierna.
En el modelo neoliberal global, el verdadero e ilimitado poder, en la fase monetarista y financierista de la economía unipolar, lo detentan los bancos centrales (el centralbanquismo) y las secretarías/ministerios del Tesoro/Hacienda/Economía, donde los empequeñecidos políticos impotentes y emasculados (es decir, carentes de poder de decisión y orientación) cumplen funciones de registro notarial de los actos y actas de quienes ostentan el descomunal poder unilateral de las finanzas globales en su aplicación local.
De allí que en el modelo neoliberal global –que padece el síndrome del pollo decapitado, que sigue dando vueltas como loco después de haber perdido la cabeza, debido a los reflejos innatos primarios que todavía conserva hasta su caída final– los políticos (arrumbados en los poderes Ejecutivo y Legislativo) se hayan vuelto parasitariamente irrelevantes e irreconocibles a los ojos de la división de poderes de Montesquieu y Locke.
En la tiránica globalización neoliberal, el poder del monetarismo es indivisible cuan invisible, donde no caben los políticos ni los jueces –ya no se diga los otros profesionistas de las ciencias y las humanidades–, sino solamente las leyes del mercado, que controlan y manejan a su antojo unilateral los gobernadores de los bancos centrales y sus operadores hacendarios con toda su corte y cohorte de milagros: reguladores, calificadoras, contadores, auditores y comentaristas robotizados de los multimedia controlados por la fauna plutocrática.
A Obama –un ser humano, por más superdotado y carismático sea– le tocó lidiar con la fase compleja de transición multidimensional, característicamente híbrida, tanto del nuevo orden mundial multipolar (imperativamente hexapolar) como de desglobalización (que, por cierto, ya usa felizmente el canciller ruso Sergei Lavrov).
¿Cuál es, entonces, la verdadera personalidad de Obama?
Ya lo habíamos expresado: su muy atractiva personalidad proclive a la desnuclearización, que pareciera una utopía y será sumamente difícil implementar debido a los inmensos intereses del complejo militar industrial en juego, cuando Obama, con su reforma salubre, se tropezó con la montaña de inquebrantables intereses plutocráticos de las parasitarias aseguradoras que convirtieron a los galenos globales en vulgares agentes de ventas, quienes renegaron lastimosamente de su juramento hipocrático.
Obama tuvo una semana frenética desde su exitosa comparecencia en la Organización de Naciones Unidad (ONU) hasta su conducción de la tercera cumbre del G-20 en Pittsburgh, durante las cuales explayó los cuatro pilares –que merecen una crítica dialéctica– de su nuevo orden mundial multilateral, que no puede ser desconectado de su abandono, la semana previa, del alucinante escudo misilístico antibalístico bushiano (ver Bajo la Lupa; 23/09/09).
Por ahora nos centraremos sucintamente en el primer pilar, un mundo libre de armas nucleares, donde brilla intensamente Obama para quienes hemos sido abolicionistas en forma pública desde hace un cuarto de siglo.
Obama se dio el lujo de presidir una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, por primera vez para un presidente estadunidense, que aprobó una resolución, por desgracia no-vinculante, sobre el desarme y la antiproliferación de armas nucleares que forman parte del primer pilar de su nuevo orden mundial multilateral: su temeraria desnuclearización.
James Acton y George Perkovich (The Guardian; 23/09/09) celebran la resolución y comentan que Obama obtiene éxito donde Bush fracasó, al conseguir que el Consejo de Seguridad de la ONU se unifique contra la proliferación nuclear; agregan que se trata del primer fruto de la nueva estrategia de Estados Unidos para manejar los peligros nucleares.
El mismo Obama no se hace ilusiones de las dificultades que esperan a su desnuclearización, cuya aplicabilidad universal tendrá que ser obligadamente homogénea, transparente y sin excepciones teológicas unilaterales, como ha sido el caso con el Tratado de No Proliferación de dos pesas y mil medidas practicado selectivamente por Estados Unidos, lo cual lo ha llevado a su inoperancia. ¿Podrá resucitar Obama a ese tratado tan disfuncional?
León García Soler: A la mitad del foro
Escena de violencia ocurrida el pasado día 21 en Ciudad Juárez, donde este año ha habido más de mil 300 asesinatos. En la imagen, el cuerpo de un hombre que fue ultimado por desconocidos cerca de la línea divisoria con Estados UnidosFoto Ap
M
ientras los porfirianos preparaban los faustos del centenario, en Chihuahua pagaban dos pesos plata por el cuero cabelludo de un apache. Hoy se cuentan diariamente los muertos, los levantados, los ejecutados, las víctimas de balas perdidas, ajenos a la disputa de los cárteles por el mercado y a la guerra de Calderón. En vísperas del bicentenario, el quinto año de gobierno de José Reyes Baeza, llega de Chihuahua el grito amargo y retador de ¡Ay, Chihuahua, cuanto apache, de calzón y de huarache!
Nueva Crónica de un país bárbaro, de la obra formidable de Fernando Jordán, viajero, reportero, magistral narrador de la historia, la geografía y los pobladores de esa dura y generosa tierra; obra que es la memoria recuperada, reivindicación de una manera de vivir y de morir; de la construcción de un país colonizado con la fundación de cuarteles y no de pueblos con la traza española de iglesia y plaza como ejes sobrepuestos a los templos de los indios. Chihuahua en el bicentenario de la Independencia debiera ser núcleo del homenaje a Miguel Hidalgo, preso en Acatita de Baján; excomulgado y decapitado para colgar su cabeza en la Alhóndiga de Granaditas. Sí, dice excomulgado. Aunque la clerigalla ensaye patéticos sofismas y el monolítico cardenal Sandoval concluya que al libertador no lo excomulgó la Iglesia, sino los españoles.
Ocasión para reprochar el olvido de los 150 años de las Leyes de Reforma; de cuando Juárez se refugió en el desierto; de la razón por la que el viejo Paso del Norte ahora se llama Ciudad Juárez. ¡Ay, Chihuahua! Será porque de esa frontera entre el sur pobre y el norte rico nos llegan el dolor y la rabia por los incontables feminicidios, por los cadáveres de jóvenes mujeres momificados por el implacable sol del desierto; por la impunidad de Ciudad Juárez a Tapachula: a duras penas el uno por ciento de los crímenes cometidos llega a sentencia de un juez. En plena guerra, Felipe Calderón decide traer de Chihuahua al nuevo procurador general de la República; a un abogado panista y creyente, gente decente y con fama de honesto, a quien le pareció que a lo mejor, pudiera ser, quién sabe, pero pue’que a algunas de las mujeres de Juárez les quitaron la vida por usar vestimentas poco pudorosas.
¡Ay, Chihuahua! Para colmo de males, hace falta la ratificación del Senado de la República. En Xicoténcatl recibieron al abogado Arturo Chávez Chávez. Y ahí ratificaron los padres conscriptos la designación hecha por el presidente Felipe Calderón. Ya rindió protesta el buen hombre, que al ser cuestionado por Pablo Gómez respondió que él cree en la defensa de la vida. Le preguntaban sobre el texto de la ley, sobre la despenalización del aborto y sus causales. Haberse refugiado en su fe, en los dictados de su iglesia, debiera ser motivo más que suficiente para negarle la ratificación. Si su religión le impide cumplir la ley, ¿cómo va a imponerla, defenderla, aplicarla?
El Buscón: Telescopio
Crisis social en Ecuador: El presidente Rafael Correa enfrenta la agudización de las luchas de las oposiciones de izquierda y de derecha. En ese contexto se ve incluso obligado a informar al país y al mundo por qué fue a Cuba a operarse la rodilla y no lo hizo en Ecuador. Todos los diarios ecuatorianos –y el paraguayo ABC– informan al respecto que Correa dijo que en Ecuador no pueden hacerle un implante de cartílago, que deberá hacerse hacer en La Habana. El Comercio, por su parte, se descubre repentinamente indigenista y destaca que la Confederación de Naciones Indígenas de Ecuador (Conaie) hará este domingo una huelga general por tiempo indefinido, con cortes de rutas y carreteras para protestar contra las leyes sobre los bosques, las aguas y la minería. Dicha huelga de los pueblos originarios organizados (que llegan a 30 por ciento de los habitantes de Ecuador) cuenta además con la solidaridad de los estudiantes y de la Unión Nacional de Educadores. El Universo dice al respecto que en las protestas de estos últimos la policía arrestó a 116 manifestantes y Expreso agrega que Correa dijo que todos tienen derecho a hacer manifestaciones, pero que no tolerará cortes de rutas ni violencia.
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Pobreza, incapacidad y chantaje
Ante el amplio repudio social y legislativo que ha generado la propuesta presidencial de crear un nuevo impuesto de 2 por ciento generalizado –que afectaría también a medicinas y alimentos–, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Ernesto Cordero Arroyo, señaló ayer que el gravamen referido es necesario para que millones de familias pobres en el país sigan comiendo bien, tengan atención médica y (sus hijos) sigan en la escuela, y sentenció que en caso de no aprobarse el paquete económico propuesto por el gobierno federal, se estará sacrificando a una generación; condenando a los niños a seguir reproduciendo los patrones de pobreza; lo que queremos evitar es que un niño deje la escuela o se salte una comida.
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El Correo Ilustrado
Critica a senadores por ratificar a Chávez Chávez
Los senadores y senadoras de los partidos PRI, PAN y PVEM nos dieron una vez más una muestra de su poco compromiso con la ciudadanía, al ratificar a Arturo Chávez Chávez como titular de la PGR. Se les olvidó una vez más a nuestros representantes que ellos deberían obedecer al llamado de la ciudadanía y no a intereses personales o grupales. Cómo es posible que una persona que durante su gestión en el estado de Chihuahua, demostró su incompetencia para desempeñar el cargo. Ahora es claro que estos partidos llegaran a acuerdos siempre y cuando resulten beneficiados de ellos. No nos debe caer de raro que vuelvan a llegar a un consenso para aprobar el paquete económico propuesto por el presidente Felipe Calderón, que sin lugar a dudas repercutirá en la vida social, económica y política de los que menos hemos resultado favorecidos por políticas antidemocráticas. Por estas acciones es que muchos mexicanos ya no creemos en la vida política del país.
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Arnaldo Córdova: ¿Una derecha moderna en México?
La derecha en México siempre ha sido una posición ideológica desde la que se buscan defender los privilegios de la riqueza y el abuso del poder, con muchas justificantes: la religión, la propiedad, la cultura y, ante todo, la libertad (de empresa, de pensamiento, de iniciativa y muchas más). Desde luego, tal como sucede con la izquierda, es muy difícil definir a la derecha, pero creo que entre las dos es la más fácil. Los datos de la realidad asoman por todos lados. Yo, en lo personal, siempre he buscado enfrentar a la derecha en sus propios principios y en sus principales exponentes. A la derecha, creo yo, hay que desenmascararla tal como es y no como ella se presenta.
En mi trabajo han sido mi enseña dos autores a los que venero por su inteligencia: el inglés Edmund Burke (nacido en Dublín), contemporáneo de la Revolución Francesa y uno de sus más punzantes críticos, e Isaiah Berlin, un judío de Riga que se aclimató en Inglaterra en el siglo XX y se convirtió en uno de sus más brillantes pensadores. Berlin, en particular, hizo esfuerzos por encontrar la esencia de lo que eran la izquierda y la derecha, admitiendo siempre la dificultad para definirlas. La izquierda busca la igualdad, la derecha la libertad. A mí ése me pareció un método mezquino e hipócrita de definir. Tanto la derecha como la izquierda, en la realidad, son mucho más.
Entre los días 3 de marzo y 28 de abril de 2008, mis colegas del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Roger Bartra y Francisco Valdés, organizaron un seminario invitando a estudiosos y exponentes de la derecha a discutir la posibilidad en México de una derecha moderna. Este año, Bartra editó las ponencias de los participantes en el libro Gobierno, derecha moderna y democracia en México (Herder y Konrad Adenauer Stiftung). Valdría la pena que los interesados en el tema lo leyeran con cuidado. Aunque debo decir que en él busqué algo que me indicara que en México es posible una derecha moderna y no encontré más que buenos deseos.
En el libro hay aportes valiosos. Uno es el de Fernando González sobre las sociedades y grupos secretos que detentan el poder en la derecha y que no son de ahora, sino que nos vienen de hace mucho. Bartra señala los puntos esenciales que definirían a una derecha ilustrada en nuestro país: respeto al Estado de derecho, respeto por las reglas democráticas, respeto de las leyes, vale decir, ser moderna. Hay una derecha social, atrasada, y una derecha política, ligada a los intereses económicos. El autor nos dice que los intereses económicos son referentes importantes para definir la noción de derecha; pero no le parecen suficientes. Los parámetros religiosos de la derecha son comunes a ambas. Concluye que la polaridad entre izquierda y derecha puede desaparecer.
Esa misma conclusión saca Francisco Valdés partiendo de la experiencia chilena donde izquierda y derecha se unieron para batir a Pinochet. Cita al poeta chileno Nicanor Parra: La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas. Para Soledad Loaeza, no se trata sólo de intereses económicos, pues se debe admitir que hay un electorado de derecha, amplísimo, que es el que ha dado sus triunfos a los candidatos derechistas y que, por lo visto, está resultando imbatible. Creo que los primeros son estimulantes para quienes hoy en Oaxaca, en el PRD y otras fuerzas, buscan una alianza de la izquierda con la derecha. La advertencia de Loaeza les debería servir para algo más.
Hubo en el seminario participaciones de derechistas declarados y confesos. Carlos María Abascal, el que se indignó porque a su hija una maestra la había hecho leer Aura, de Fuentes, no hace más que refreír lo que los viejos derechistas ultramontanos (como su padre) aprendieron tan mal de la doctrina social de la Iglesia, sobre todo, aquello de que el valor supremo de la vida social es la persona humana (nunca fueron capaces de definir en qué diferían la persona humana asalariada y explotada y la que explota a y vive de los demás). Junto a su nombre aparece el del que supongo es su hijo y se llama Salvador, pero habla siempre en primera persona: “… como explicaré en esta reflexión…”
Otro es Juan Molinar. A éste lo conozco desde que era estudiante. Jamás pude saber a qué credo ideológico se debía, pero ahora resulta, lo confiesa en su breve participación, ser de derecha. No se si haya leído a Berlin (recientemente se publicó una antología de ensayos de este autor que está pésimamente impresa y abunda en errores tipográficos: El estudio adecuado de la humanidad, Turner, México, 2009). En su ensayo La búsqueda del ideal, como lo referí al principio, el autor británico define a la derecha y a la izquierda por sus valores supremos, la libertad y la igualdad; sólo que confiesa que, para él, vale la pena luchar por ambos. Molinar dice que tiene un amor entrañable por la igualdad, pero que, como es de derecha, se queda con la libertad.
De Enrique Krauze, francamente, me esperaba mucho más. Recurre al viejo truco de descalificar el término de derecha porque siempre se emplea para insultar a los oponentes y no dice absolutamente nada en sí mismo. Extraña, por ello, que se largue con una tirada como ésta: “… no me cuesta trabajo alguno decir que el cardenal Rivera es de derecha... De igual manera, no tengo empacho alguno en aceptar que el actual gobernador de Jalisco también lo es… Tampoco tengo inconveniente en catalogar de esa manera a los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, a El Yunque, a los Legionarios de Cristo y a un sector del Partido Acción Nacional… Sin embargo, la gran pregunta es: ¿De qué nos sirve llamarle a todo aquel conjunto ‘de derecha’? Creo que aún entre todos estos protagonistas colectivos de la vida mexicana hay diferencias. A mí lo que me interesa conocer son esas diferencias”.
Aparte su obstinada petición de principios, a Krauze vendría de preguntarle qué piensa de Televisa, de TvAzteca, de los treinta y tantos monopolios dueños de la riqueza nacional (de los 300 de Legorreta), de los gobiernos panistas y de los dos últimos priístas, de los que nunca dice nada. Se que es un lector asiduo de Berlin (y conoce también a Burke). ¿Por qué no se sitúa a su nivel e intenta, él también, definir a la derecha, cosa que no hace en su ensayo? Le agradezco, empero, que confiese que no le cuesta trabajo definir de derechistas a ciertos sectores. Sus derechistas son sólo pequeñas excrecencias de un poder mucho mayor y más dominante en nuestro país y él lo sabe.
Parafraseando a mi querido Monsi, al que encuentre una derecha ilustrada, moderna y bonita: ¡favor de devolverla!
Jorge Durand: La Jungla
Ala Jungla, el asentamiento de migrantes indocumentados en Calais, Francia, recientemente desman-telado por la policía francesa, se le conoce también como la Tijuana de Europa. El Paso de Calais es el lugar más cercano entre Francia e Inglaterra; allí se ubican los puertos que conectan, por medio de transbordadores, la isla con el continente, y por ahí pasa el Eurotúnel, la obra de ingeniería más famosa, compleja y costosa de Europa. Es la frontera entre Francia e Inglaterra, entre el euro y la libra, y allí se concentran los migrantes indocumentados y los infaltables traficantes.
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Rolando Cordera Campos: De victorias culturales
Las cifras del Inegi sobre el comportamiento del producto bruto interno confirman lo anunciado: en el primer semestre la caída de la actividad económica fue brutal y así debe haber ocurrido con el empleo y los ingresos de la gente. Ojalá y pronto contemos con mejores cuentas del instituto sobre las realidades del mundo laboral mexicano, porque la división entre formalidad e informalidad se ha vuelto convencional y poco útil para evaluar el desempeño económico y proyectarlo al estado de la sociedad en medio de la crisis. Las categorías al uso se desdoblan o superponen y las prácticas de sobrevivencia de las familias se vuelven cada vez más imaginativas, pero no logran dejar atrás el panorama de carencia y penuria que anunciaron las estimaciones del Coneval para 2008, antes de que la crisis estallara.
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Néstor de Buen: Poco menos de veinticinco años
Yo también estoy a punto de cumplir veinticinco años en La Jornada. Todo empezó con una consulta de varios periodistas que habían tenido problemas, me parece que con El Día. Entre ellos Carlos Payán, Carmen Lira, Miguel Ángel Granados Chapa y Humberto Musacchio. Presenté la demanda, pero el asunto se resolvió amistosamente enseguida.
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Guillermo Almeyra: Honduras: las tres peleas simultáneas
La instalación del presidente Manuel Zelaya en la embajada de Brasil en Tegucigalpa agudizó de un solo golpe la lucha entre los usurpadores del poder en Honduras y la gran mayoría del pueblo hondureño y, al mismo tiempo, el conflicto entre la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, encabezados por Brasil, y Estados Unidos, así como la disputa entre el presidente Barack Obama y el gobierno paralelo de la derecha unida (demócrata y republicana) que utiliza por su cuenta el Departamento de Estado y el Pentágono para forzarle la mano al ocupante de la Casa Blanca.
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Antonio Gershenson: Este gobierno, campeón de caída económica
La evaluadora financiera Merrill Lynch confirma, como vimos en estas páginas, que el gobierno federal y su política económica llevaron a México al primer lugar en América Latina en cuanto a caída económica. Miles de palabras, cientos de discursos, han mostrado su inutilidad para contrarrestar la crisis. Esa financiera estima que el producto interno bruto (PIB) mexicano va a bajar en un 6.8 por ciento en 2009.
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Marcos Roitman Rosenmann: La valentía del pueblo hondureño
José Antonio Rojas Nieto: Relámpagos y ahogos de la economía
Suerte de la derivada, suerte de la principal. ¿Cómo va la economía de Estados Unidos? Los datos oficiales más recientes confirman el inicio de una leve recuperación. Pero no nos confundamos. La economía sigue cayendo, pero a tasas menores. Por eso el riesgo subsiste. Se debe arribar a tasas positivas. Faltan meses para ello. Básicamente por el debilitamiento financiero, que disminuye la inversión. En consecuencia el empleo.
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Ángeles González Gamio: ¡Porrúa!
Así, con vigorosa contundencia, suele contestar el teléfono el librero-editor Miguel Ángel Porrúa. Heredero de una tradición que se remonta a fines del siglo XIX, cuando llegaron a México procedentes de Asturias tres emprendedores hermanos de apellido Porrúa, que se iniciaron con un pequeño local en la calle de San Pedro y San Pablo, ahora calle del Carmen. Colocaron en la puerta un letrero que decía compramos bibliotecas, por el que llegaron a adquirir varias de las mejores bibliotecas, entre otras la de Lucas Alamán y la de Vicente Riva Palacio, y el amor por los libros. Ello los llevó a iniciar, en 1900, la labor que los hizo convertirse en una de las editoriales más importantes de nuestro país y de muchas naciones de lengua española.
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Carlos Bonfil: Cinco días sin Nora
Carlos Monsiváis
“¡Papá, soy la ponencia que no has querido leer!”
Me llamo Amparo Solís Click y soy hija de madre pospuesta. Entiéndanme: no de madre soltera ni de madre abandonada en el altar, nada tan melodramático, sino simplemente de madre pospuesta, la que ocupa un sitio lejano en las preocupaciones del progenitor. Esto no quiere decir que nuestros padres no se hayan amado; sí lo han hecho, y no han tenido graves enfrentamientos. No, esta no es una queja, déjenme aclarar.
Siempre he creído que una persona crece educada por sus padres o por la madre, y también por la tutela de algunas fotos, no las digitales de ahora, meras impresiones fabricadas para el desvanecimiento, sino bajo la de las fotos como se debe, muy bien impresas, bien enmarcadas, atentas a fomentar la impresión de la personalidad de los retratados, eternamente dignos. Para mi mala fortuna, yo no he tenido fotos que cumplan el papel de tutores y he debido conformarme con la vaga orientación de las instantáneas, siempre ajenas a la consejería espiritual.
Vuelvo a mi experiencia. Mi padre, y este es el trauma de mi vida, no tuvo tiempo para mí. Demasiadas veces, mi madre me ha contado la separación. Todo comenzó cuando yo tenía uno o dos años de edad y al coautor de mis días lo invitaron a sustentar una ponencia en un Encuentro de Buena Voluntad Académica. Por compromiso él aceptó, redactó las páginas necesarias sobre un tema, “Neoliberalismo y destino humano, dos fuerzas complementarias, dos oposiciones salvajes”, y las leyó ante el asombro creciente de los asistentes. El resultado: ovación de pie y felicitaciones interminables.
En mis indagaciones, he hablado con el mejor amigo de mi padre en aquella época, hoy investigador consagrado. Al preguntarle sobre el éxito inaudito de mi progenitor, me miró con suavidad paternal y me dijo: “Eres una mujer de gran madurez, por eso te seré franco, como académico, en ensayos o tratados o simples artículos: tu padre era más bien un segundón. Como ponente, y más estrictamente como autor y lector de esa que fue su primera ponencia y que yo he escuchado varias veces, siempre con la misma emoción, era notable. Con él, y no creo exagerada la afirmación, nace la categoría de ponente en su dimensión autónoma y muy creativa. No me acuerdo bien ni del tema ni de las tesis que sustentaba, pero no olvido el énfasis vibrante, la sonoridad de los conceptos, la vibración con que entonaba algunas frases, la técnica que le permitía alcanzar el sueño de los ponentes, que los asistentes se sientan parte del texto leído, es decir, parte de la solución de un problema recién descubierto”.
Sigo con mi investigación de hija asombrada. De allí en adelante, el éxito llevó a mi padre de un coloquio a otro, de un simposio al siguiente, de un congreso a los sucesivos. Se integró a esa especie avasalladora, el congresista profesional. De manera que a mi madre le parecía muy curiosa, al final le pedían que leyera la antigua ponencia que, otra vez, provocaba el mismo arrebato. Esto, me aclaró María de los Ángeles Veraza, académica distinguida, no es tan extraño como parece, porque en rigor a la mayoría de los ponentes eméritos les pasa lo mismo (aclaro que la categoría de ponentes eméritos se instauró hace apenas dos años que mi padre fue el primer homenajeado.)
Hubo un ponente, del folclor internacional, que leyó un día su paper sobre “México en la conciencia”, y de allí se siguió repitiendo exactamente tesis y palabras con mínimas variantes en el título: “Conciencia, la de México”, “Sin conciencia no hay México”, “La inconsciencia no puede ser mexicana”, y así durante 40 años, hasta que murió mientras leía un texto insólito: “México, conciencia, conciencia, México”. Lo que también, me aclaró María de los Ángeles, no es insólito. Un número elevado de académicos actúa de modo similar, y nunca publican sus ponencias viajeras por temor de que algún intrépido las lea y eso aminore el efecto de sus intervenciones. Se ha dado el caso inaudito de un académico con tres décadas a horcajadas de su ponencia, que enloqueció y se presentó al Registro Civil para la adopción formal de sus páginas. Gritaba: “¡Esta ponencia no es como mi hija! ¡Es mi hija!”. Y la siguió leyendo en su cubículo acolchado en el sanatorio siquiátrico.
Tengo una sola foto con mi padre, él y yo y mamá, los tres. Mi personita en la cuna y ellos contemplándome amorosamente. Así nomás. Fue el día en que salió de casa para ir a un Congreso de Semiótica Facilona. Desde entonces ha vivido en los aeropuertos, y el regreso al hogar se le ha dificultado por la irrefrenable explosión de encuentros internacionales. Y mi padre asiste a todo, aferrado a la consigna: no hay que perderse reunión porque, ya se sabe, quien falte a una perderá el ritmo ponencial.
No digo que en todo este tiempo no haya vuelto a casa, pero no me ha tocado verlo porque son visitas fugaces y o no estoy o duermo o mi mamá me ahuyenta antes para no compartirlo. Y todo ha sido leer sus postales o luego sus e-mails desde Singapur o Dakar o San Pedro Sula, o donde se realice el congreso. Una vez mi padre invitó a mi madre a juntarse con él en un simposio sobre Vocablos Prohibidos por Desconocidos, porque tendría dos días libres antes de un congreso muy importante. Se vieron, se abrazaron, se fueron al cuarto, y ella estuvo dos días intensos transcribiendo la ponencia que seis lustros antes había capturado por vez primera.
La curiosidad me subyugó, debería conocerlo. Y me consagré a su persecución. El primer año nada conseguí. O me equivocaba de sala en el encuentro, y, quién lo duda, si uno se equivoca de panel ya nunca lo hallará, o lo confundía con alguien muy parecido, lo abrazaba y besaba ante su desconcierto, o entraba a la reunión, me quedaba dormida de inmediato y al despertar estaba sola. Me desesperé: “Es inútil”. Me di una última oportunidad. En internet vi que mi padre sería el orador principal de un simposio sobre “Amazonas extinguidas dentro de las especies”, que tendría lugar en Sydney. Como pude, y no me pidan que describa los métodos, conseguí el dinero y me fui. Con sobornos y amenazas obtuve sitio en la sala donde un admirador más hubiese causado una explosión nuclear. Al anunciar la nube de ovaciones al ponente más famoso del mundo, el éxtasis me llevó al desmayo. Nadie me hizo caso. Es un dogma: en una conferencia en verdad magistral sólo hay un protagonista.
Al volver en mí, ya era tarde. Mi padre se había ido a otro simposio en Piedras Negras y percibí con dolor la maldición: nadie, nunca, llega a conocer o tratar a un ponente de prestigio internacional, que sólo tiene tiempo para escribir o revisar ponencias en los aviones y duerme mientras las lee en los congresos.
Escritor
Sara Sefchovich
Así habló Agustín
Cuando se hacía evidente la desaceleración de la economía de Estados Unidos, el secretario Carstens aseguró que afectaría a México pero no tanto. Fue su frase célebre de que allá les daría pulmonía pero aquí sólo catarrito. Cinco meses después, con la crisis encima y sin saber cómo enfrentarla, le convino mejor decir lo contrario, que: “La mejoría de México depende de Estados Unidos”.
Contradicciones, mentiras y cambios de discurso han sido la constante para referirse a la crisis. Hemos recorrido el típico camino mexicano que va del no pasa nada al sí pasa pero está bajo control, y por fin a es el desastre pero nosotros no tenemos la culpa.
En octubre del año pasado Carstens dijo que “el sistema financiero mexicano está sano, sólo hay que tener paciencia y confianza en él”. Todavía en abril de 2009 lo afirmaba como “sólido y estable”. Pero un mes después resultó que no tanto porque el 8 de mayo anunció que “México está en recesión”. Por suerte duró poco, porque una semana después, dijo que el país “había superado la peor parte” y “empezaba la recuperación”.
Pero siempre no fue así y en agosto dijo que estábamos en “shock financiero”. Y no sólo eso, sino que éramos uno de los países con mayor daño económico. Gurría abundó: “La economía mexicana es un desastre y llevamos 18 meses en caída libre”.
Sin embargo, dijeron que el gobierno federal tenía un guardadito de 100 mil millones para enfrentar “escenarios complicados”, y Carstens hasta se adornó: “Tuvimos la inteligencia de ahorrar para épocas de vacas flacas”. Pero seis meses después la cosa cambió: “Tenemos un hoyo de 300 mil millones de pesos y ya no tenemos recursos para los programas anticrisis”.
¿Cuáles fueron esos programas? Quién sabe. Porque el secretario de Economía había dicho que “el gobierno no considera aplicar una estrategia para evitar el impacto de la crisis financiera porque sería anticiparnos a algo que todavía no pasa”, aunque unos días después de estas declaraciones el Presidente habló de su “plan oportuno contra la crisis” y Carstens de “acciones muy importantes para mitigar las fuerzas recesionistas”. Y anunciaron resultados para pronto, los cuales, sin embargo, no se han visto.
Por supuesto, la culpa no la tienen ellos: “Entramos a una etapa más complicada de lo esperado”, “La desaceleración del PIB fue peor a la esperada”, “La inflación se fue al doble de lo previsto”, “La baja en la actividad económica fue más severa de lo previsto”.
¿Por qué previeron tan mal? Críptica respuesta del secretario de Hacienda: “El diagnóstico resultó incorrecto debido a que era muy difícil predecir qué factores negativos coincidirían en el mismo a fin de aumentar el riesgo”. Pero hay quien sí lo tiene claro: según la calificadora Moodys, “México falló en la política monetaria y fiscal para enfrentar la crisis. Tenía una situación macroeconómica saludable pero la desaprovechó”, y según Gurría: “Calculamos mal, no fuimos ni medianamente competentes”.
Aun así, frente a la incompetencia evidente, Carstens sigue haciendo propuestas: “Urgen reformas estructurales”, dijo, y como el Ché Guevara habló de “hacer dos o tres reformas fiscales”. Pero a fin de cuentas la propuesta terminó siendo “más impuestos y endeudamiento”, lo cual hasta Guillermo Ortiz considera mala idea, pero él asegura que “pondrán a México en la senda del crecimiento sostenible”.
¿Cuándo sucederá ese milagro? En su informe reciente el Presidente dijo que “retomaremos la senda del crecimiento en 2010”. Carstens cree que no: “México no participará de la recuperación económica pronosticada para 2010”.
Entonces, ¿por qué creerle al secretario cuando le jura al Senado que esta vez sí es la propuesta correcta? El año pasado aseguró que “el presupuesto para 2009 le dará una inyección de energía a la economía”, y no sucedió. Ahora dice que “la propuesta económica del gobierno surge de una verdadera política de Estado que trasciende la mera estrategia del gobierno para un año fiscal y es para llevar a la salud de las finanzas públicas”. Ah, bueno.
sarasef@prodigy.net.mx
Escritora e investigadora en la UNAM
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