CNDH, el cambio difícil
JENARO VILLAMIL
MÉXICO, D.F., 20 de octubre (apro).- Con las comparecencias de los aspirantes (27) a presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) comenzó a perfilarse ya por dónde vendrán los vetos y los votos para la elección de quien sustituirá a José Luis Soberanes.
El cambio se perfila difícil, después de 10 años de una era de dispendio acentuado –más de 60% de los casi mil millones de presupuesto anual de la CNDH no se destina a sus labores sustantivas–, un exceso de burocracia y falta de credibilidad entre organismos ciudadanos, nacionales e internacionales. Para distintos observadores es claro que el candidato más fuerte ante la opinión pública es el ombudsman capitalino saliente, Emilio Álvarez Icaza, pero no es el favorito de los grupos dominantes entre las bancadas del PAN y el PRI en el Senado.
Mucho menos de la jerarquía católica, que no le perdonará su posición en favor de la despenalización del aborto y que, además, cabildea intensamente entre los legisladores de ambos partidos, tal como lo hizo para que en 16 entidades los diputados locales priistas y panistas aprobaran contrarreformas en materia de diversidad sexual y aborto. Si la correlación de fuerzas al interior de ambas bancadas cambia, es claro que Álvarez Icaza haría valer su experiencia al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), pero lo que está en juego es una negociación previa entre el PRI y el PAN para dejar a la CNDH en el entorno de los intereses creados.
Otros observadores señalan que existe una red de intereses y compromisos políticos establecidos por José Luis Soberanes y su equipo en la última década. Son éstos los que determinarán la designación del próximo presidente de la CNDH, a menos que en el camino el grupo político de Jorge Carpizo, el primer ombudsman nacional, logre colocar a alguno de sus candidatos. Entre los actuales aspirantes, tres de los que han conseguido el mayor número de apoyos entre las bancadas del PRI y el PAN pertenecen al equipo actual de la CNDH: Mauricio Farah Gebara, exquinto visitador y exadministrador de la institución, considerado al interior de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara alta como el auténtico "delfín", tanto de Soberanes como del senador Manlio Fabio Beltrones; Raúl Plascencia Villanueva, exprimer visitador de la CNDH, el "plan B" del grupo Soberanes, junto con Javier Moctezuma Barragán, secretario ejecutivo del organismo en los últimos tres años y cercano a las posiciones conservadoras del PAN, el PRI y, al parecer, con el aval de Los Pinos.
En conferencia de prensa, el pasado miércoles 7, la senadora Rosario Ibarra de Piedra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, afirmó que existe un pacto entre un bloque de senadores del PAN y el coordinador priista Manlio Fabio Beltrones, para elegir al exvisitador Mauricio Farah como titular de la CNDH, a cambio de la ratificación del procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez. "Quiero que la CNDH funcione, que no sea coto de poder, que no sea un negocio, que no sea una fuente de empleos para amigos de los que integran los altos puestos en la Comisión", reiteró Ibarra de Piedra durante un encuentro legislativo el pasado jueves 15. Los otros dos candidatos que disputarán con los funcionarios de Soberanes la presidencia de la CNDH son el exombudsman del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, el más conocido de los 26 candidatos finalistas y quien cuenta con el apoyo de decenas de organizaciones civiles, y el exabogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez, apoyado por el grupo cercano a la rectoría y a Jorge Carpizo, el primer presidente de la CNDH, distanciado finalmente del grupo de Soberanes.
Entre los candidatos que podrían tener posibilidades de integrar las ternas finales se menciona, también, a Patricia Olamendi, exsubsecretaria de Relaciones Exteriores, apoyada por una red de organizaciones feministas; el director del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Gerardo Laveaga, egresado de la Escuela Libre de Derecho y cercano al calderonismo; el exsubsecretario de Derechos Humanos, Ricardo Sepúlveda, cercano al senador Santiago Creel, quien al interior de la Cámara alta influye sobre cerca de 30 legisladores de su partido, incluyendo a los que se consideran del "ala yunquista" o conservadora.
Otros aspirantes que han realizado un intenso cabildeo entre senadores son el exgeneral José Francisco Gallardo Rodríguez; la excomisionada de feminicidios en Ciudad Juárez, María Guadalupe Morfín Otero, adversaria de Soberanes años atrás; la exvisitadora Susana Talía Pedroza de la Llave; la profesora del Inacipe, Karmen Thereza Silva Fajardo, así como los abogados Jorge Eduardo Pascual López y Lucrecia Ortega.
La posibilidad de que la elección final sea producto de un acuerdo bipartidista entre el PRI y el PAN, bancadas con mayoría en el Senado, ha generado suspicacias y advertencias, incluyendo a organismos multinacionales como Amnistía Internacional.
Irene Khan, secretaria general de ese organismo, advirtió a los senadores, en una carta enviada el pasado viernes 17 de septiembre: "Amnistía espera que esta decisión asegure un proceso plural y transparente y no un preludio para imponer una decisión bipartidista, acerca de los candidatos más convenientes para los principales partidos políticos. "La futura credibilidad de la CNDH ante la opinión pública nacional (e internacional) también depende de la credibilidad del proceso de selección del nuevo mandato", advirtió Khan en su misiva.
La era Soberanes
El exadministrador y exquinto visitador de la CNDH, Mauricio Farah Gebara, jugó desde 1999 un papel clave en el ascenso de José Luis Soberanes a la presidencia del organismo. Quienes conocieron este proceso consideran que Farah, yerno del exsubsecretario de Gobernación, Jesús Salazar Toledano, cabildeó al interior de la bancada del PRI en el Senado en 1999, en ese entonces coordinada por María de los Ángeles Moreno, para que los votos favorecieran a Soberanes. Durante los primeros seis años de Soberanes al frente del organismo, Farah fue el secretario de Administración del organismo.
Como tal, fue el responsable de la adquisición de varios inmuebles de la CNDH por más de 185 millones de pesos. En febrero de 2005, Farah se convirtió en el quinto visitador general de la CNDH y responsable de programa de protección a los derechos humanos de los migrantes y periodistas. Farah Gebara fue responsable de los primeros contratos de consultoría con empresas como Aregional, vinculada al senador Manlio Fabio Beltrones. Entre 2003 y 2004, la CNDH firmó contratos por 1 millón 210 mil pesos con esta consultoría y también con el despacho Vázquez Nava y Asociados. El segundo candidato más fuerte dentro del equipo de Soberanes es el primer visitador Raúl Plascencia Villanueva, responsable de algunas de las recomendaciones más polémicas de la CNDH.
Bien visto por Los Pinos y por un sector conservador del PRI es el secretario ejecutivo de la CNDH, Javier Moctezuma Barragán, abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho y estrecho colaborador de administraciones priistas y panistas. Moctezuma Barragán se incorporó en 2006 al equipo de Soberanes, pero antes fue embajador de México ante El Vaticano (2004-2005), subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos (2000-2003) y subsecretario del Trabajo en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000). Ha sido profesor de Derecho en tres universidades tan disímbolas como la UNAM, la Universidad Panamericana y el Instituto Tecnológico Autónomo de Monterrey.
Distintos columnistas y comentaristas de medios consideran a Moctezuma Barragán el "verdadero candidato" del PAN y del PRI. Al igual que en el caso de Plascencia, se le ha criticado por usar la infraestructura y los recursos de la comisión. Incluso, el pasado miércoles 7, Patricia Olamendi acudió a la Secretaría de Gobernación para exigir que Moctezuma renunciara a su cargo, a fin de que exista una "contienda equitativa" por la CNDH. Email: jenarovi@yahoo.com.mx
El cambio se perfila difícil, después de 10 años de una era de dispendio acentuado –más de 60% de los casi mil millones de presupuesto anual de la CNDH no se destina a sus labores sustantivas–, un exceso de burocracia y falta de credibilidad entre organismos ciudadanos, nacionales e internacionales. Para distintos observadores es claro que el candidato más fuerte ante la opinión pública es el ombudsman capitalino saliente, Emilio Álvarez Icaza, pero no es el favorito de los grupos dominantes entre las bancadas del PAN y el PRI en el Senado.
Mucho menos de la jerarquía católica, que no le perdonará su posición en favor de la despenalización del aborto y que, además, cabildea intensamente entre los legisladores de ambos partidos, tal como lo hizo para que en 16 entidades los diputados locales priistas y panistas aprobaran contrarreformas en materia de diversidad sexual y aborto. Si la correlación de fuerzas al interior de ambas bancadas cambia, es claro que Álvarez Icaza haría valer su experiencia al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), pero lo que está en juego es una negociación previa entre el PRI y el PAN para dejar a la CNDH en el entorno de los intereses creados.
Otros observadores señalan que existe una red de intereses y compromisos políticos establecidos por José Luis Soberanes y su equipo en la última década. Son éstos los que determinarán la designación del próximo presidente de la CNDH, a menos que en el camino el grupo político de Jorge Carpizo, el primer ombudsman nacional, logre colocar a alguno de sus candidatos. Entre los actuales aspirantes, tres de los que han conseguido el mayor número de apoyos entre las bancadas del PRI y el PAN pertenecen al equipo actual de la CNDH: Mauricio Farah Gebara, exquinto visitador y exadministrador de la institución, considerado al interior de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara alta como el auténtico "delfín", tanto de Soberanes como del senador Manlio Fabio Beltrones; Raúl Plascencia Villanueva, exprimer visitador de la CNDH, el "plan B" del grupo Soberanes, junto con Javier Moctezuma Barragán, secretario ejecutivo del organismo en los últimos tres años y cercano a las posiciones conservadoras del PAN, el PRI y, al parecer, con el aval de Los Pinos.
En conferencia de prensa, el pasado miércoles 7, la senadora Rosario Ibarra de Piedra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, afirmó que existe un pacto entre un bloque de senadores del PAN y el coordinador priista Manlio Fabio Beltrones, para elegir al exvisitador Mauricio Farah como titular de la CNDH, a cambio de la ratificación del procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez. "Quiero que la CNDH funcione, que no sea coto de poder, que no sea un negocio, que no sea una fuente de empleos para amigos de los que integran los altos puestos en la Comisión", reiteró Ibarra de Piedra durante un encuentro legislativo el pasado jueves 15. Los otros dos candidatos que disputarán con los funcionarios de Soberanes la presidencia de la CNDH son el exombudsman del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, el más conocido de los 26 candidatos finalistas y quien cuenta con el apoyo de decenas de organizaciones civiles, y el exabogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez, apoyado por el grupo cercano a la rectoría y a Jorge Carpizo, el primer presidente de la CNDH, distanciado finalmente del grupo de Soberanes.
Entre los candidatos que podrían tener posibilidades de integrar las ternas finales se menciona, también, a Patricia Olamendi, exsubsecretaria de Relaciones Exteriores, apoyada por una red de organizaciones feministas; el director del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Gerardo Laveaga, egresado de la Escuela Libre de Derecho y cercano al calderonismo; el exsubsecretario de Derechos Humanos, Ricardo Sepúlveda, cercano al senador Santiago Creel, quien al interior de la Cámara alta influye sobre cerca de 30 legisladores de su partido, incluyendo a los que se consideran del "ala yunquista" o conservadora.
Otros aspirantes que han realizado un intenso cabildeo entre senadores son el exgeneral José Francisco Gallardo Rodríguez; la excomisionada de feminicidios en Ciudad Juárez, María Guadalupe Morfín Otero, adversaria de Soberanes años atrás; la exvisitadora Susana Talía Pedroza de la Llave; la profesora del Inacipe, Karmen Thereza Silva Fajardo, así como los abogados Jorge Eduardo Pascual López y Lucrecia Ortega.
La posibilidad de que la elección final sea producto de un acuerdo bipartidista entre el PRI y el PAN, bancadas con mayoría en el Senado, ha generado suspicacias y advertencias, incluyendo a organismos multinacionales como Amnistía Internacional.
Irene Khan, secretaria general de ese organismo, advirtió a los senadores, en una carta enviada el pasado viernes 17 de septiembre: "Amnistía espera que esta decisión asegure un proceso plural y transparente y no un preludio para imponer una decisión bipartidista, acerca de los candidatos más convenientes para los principales partidos políticos. "La futura credibilidad de la CNDH ante la opinión pública nacional (e internacional) también depende de la credibilidad del proceso de selección del nuevo mandato", advirtió Khan en su misiva.
La era Soberanes
El exadministrador y exquinto visitador de la CNDH, Mauricio Farah Gebara, jugó desde 1999 un papel clave en el ascenso de José Luis Soberanes a la presidencia del organismo. Quienes conocieron este proceso consideran que Farah, yerno del exsubsecretario de Gobernación, Jesús Salazar Toledano, cabildeó al interior de la bancada del PRI en el Senado en 1999, en ese entonces coordinada por María de los Ángeles Moreno, para que los votos favorecieran a Soberanes. Durante los primeros seis años de Soberanes al frente del organismo, Farah fue el secretario de Administración del organismo.
Como tal, fue el responsable de la adquisición de varios inmuebles de la CNDH por más de 185 millones de pesos. En febrero de 2005, Farah se convirtió en el quinto visitador general de la CNDH y responsable de programa de protección a los derechos humanos de los migrantes y periodistas. Farah Gebara fue responsable de los primeros contratos de consultoría con empresas como Aregional, vinculada al senador Manlio Fabio Beltrones. Entre 2003 y 2004, la CNDH firmó contratos por 1 millón 210 mil pesos con esta consultoría y también con el despacho Vázquez Nava y Asociados. El segundo candidato más fuerte dentro del equipo de Soberanes es el primer visitador Raúl Plascencia Villanueva, responsable de algunas de las recomendaciones más polémicas de la CNDH.
Bien visto por Los Pinos y por un sector conservador del PRI es el secretario ejecutivo de la CNDH, Javier Moctezuma Barragán, abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho y estrecho colaborador de administraciones priistas y panistas. Moctezuma Barragán se incorporó en 2006 al equipo de Soberanes, pero antes fue embajador de México ante El Vaticano (2004-2005), subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos (2000-2003) y subsecretario del Trabajo en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000). Ha sido profesor de Derecho en tres universidades tan disímbolas como la UNAM, la Universidad Panamericana y el Instituto Tecnológico Autónomo de Monterrey.
Distintos columnistas y comentaristas de medios consideran a Moctezuma Barragán el "verdadero candidato" del PAN y del PRI. Al igual que en el caso de Plascencia, se le ha criticado por usar la infraestructura y los recursos de la comisión. Incluso, el pasado miércoles 7, Patricia Olamendi acudió a la Secretaría de Gobernación para exigir que Moctezuma renunciara a su cargo, a fin de que exista una "contienda equitativa" por la CNDH. Email: jenarovi@yahoo.com.mx
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