Utopía
Reconocimiento interesado
Eduardo Ibarra Aguirre
Reconocer, como lo hizo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, que bajo su gobierno se incrementó notablemente el número de mexicanos en pobreza alimentaria, al pasar de 14 a 20 millones, podría ser un importante paso para asumir la cruda realidad y hasta de valentía para encarar los pésimos resultados de un gobierno que, por desgracia, no rinde buenas cuentas en prácticamente nada significativo, mientras se acerca a la mitad de la gestión con cada vez menos aliados empresariales, numerosos críticos del ámbito político, un decreciente respaldo ciudadano y, por todo ello, una debilidad creciente.
Reconocimiento interesado
Eduardo Ibarra Aguirre
Reconocer, como lo hizo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, que bajo su gobierno se incrementó notablemente el número de mexicanos en pobreza alimentaria, al pasar de 14 a 20 millones, podría ser un importante paso para asumir la cruda realidad y hasta de valentía para encarar los pésimos resultados de un gobierno que, por desgracia, no rinde buenas cuentas en prácticamente nada significativo, mientras se acerca a la mitad de la gestión con cada vez menos aliados empresariales, numerosos críticos del ámbito político, un decreciente respaldo ciudadano y, por todo ello, una debilidad creciente.
Lo que pudo haber sido un saludable ejercicio de autocrítica del abogado y economista, lo puso en juego ante los representantes de los empresarios católicos del mundo, para defender obcecadamente el paquete económico para 2010 y en particular el nuevo impuesto del 2 por ciento “para combatir la pobreza” y que concita la repulsa generalizada porque se prevé que su efecto será justamente contrario a lo que se busca o anuncia.
Las alarmantes cifras de 6 millones de personas más en pobreza alimentaria –“Es decir, una condición tal que la familia no tiene siquiera los componentes necesarios para la alimentación de sus hijos”, para decirlo en sus propias palabras--, justamente bajo el gobierno que prometió ser del empleo --compromiso electoral que, como muchos otros, quedó en el olvido--, fueron dadas a conocer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, y dos meses después se integran al discurso oficial para la batalla propagandística a favor de un impuesto que “nació muerto”, como bien advirtió Carlos Navarrete Ruiz.
Tiene razón, sin embargo, el michoacano de Morelia cuando localiza en las crisis alimentaria y económica globales, las causantes de este brutal incremento de la pobreza, pero elude con la mitomanía que ya lo caracteriza cualesquiera responsabilidades de un gobierno que se pasmó bajo las fórmulas de “uno de los mejores equipos de economistas del mundo”, “los retos que me gustan” y el imbécil “catarrito”. Y ahora mismo reincide en la incompetencia y un mínimo de seriedad al tener un subejercicio presupuestal de 50 por ciento en el modesto programa anticrisis que tardíamente puso en juego.
Esperar y recargarse en la recuperación económica de Estados Unidos, para no variar es la gran apuesta del grupo gobernante. Mientras tanto, sólo atinan a pretender cobrar más impuestos y encarecer los servicios públicos para 2010. A la vez que repite millones de veces en costosos anuncios que ofenden al sentido común: “El gobierno federal está eliminando los privilegios extraordinarios (sic) de los funcionarios”. Lo hace en forma milagrosa, sin tocar los 140 mil millones de pesos que gasta anualmente para garantizar a los empleados de elite las prestaciones superiores a las que marca la ley. El secretario de Gobernación, por ejemplo, dispone de cuatro teléfonos móviles y 40 mil pesos de tiempo aire cada mes, asegura Guicho Winchester en la portada de Colibrí de octubre, suplemento humorístico de Forum, que dirige Alán.
Felipe del Sagrado Corazón de Jesús hizo honor a su nombre bautismal y felicitó a la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresas porque ha tenido un papel fundamental “en evitar que la tesis (sic) de confrontación y de lucha clasista haya dividido más a muchas sociedades”; también al fomentar “una cultura de la solidaridad, en lugar de una cultura del odio –sic-- (…) en un mundo terriblemente injusto”. Mas en el país que dice presidir, 9 millones 800 mil jóvenes y niños comen dos y hasta una vez al día, es decir padecen hambre, informó simultáneamente en Mérida, Yucatán, Ernesto Cordero Arroyo.
Pobreza extrema que repunta con todo y las políticas públicas clientelares, mientras 39 familias se consolidan como las amas y señoras en un México terriblemente injusto.
Acuse de recibo
El lector Luis Enrique Torres Prieto comenta sobre Reveses a la cerrazón (2-X-09): “Agradezco la clasificación de activista social que me asigna en la publicación de mis comentarios, aunque hubiera preferido que comentara la visita que varios periodistas le hicieron al burócrata que cobra pero no resuelve ninguno de los asesinatos de periodistas, como tampoco resuelven asesinatos, desapariciones, encarcelamientos y penas arbitrarias y soeces como la de Nacho del Valle. A nosotros como Alianza de Organizaciones nos quitaron el programa Reflexión social, que se transmitía por Radio Capital todos los viernes, no obstante tener una gran aceptación popular, que hasta Democracy Now, de Estados Unidos, nos escuchaba, por eso no me extraña las actitudes fascistas de este ‘gobierno’”… Article19 deplora: “El 24 de septiembre se dieron a conocer los nombramientos, por parte del presidente de la República, de Wanda Sigrid Arzt Colunga y María Elena Pérez-Jaén Zermeño, como comisionadas del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), después de un proceso opaco y que lastima la credibilidad del IFAI.”
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