Canciones dedicadas al Che (+ Videos)
Hay un enorme número de canciones dedicadas a Ernesto Che Guevara. En este artículo una pequeña recopilación de las mejores, a nuestro criterio:
- Una canción necesaria (Vicente Feliú)
- Hasta la victoria (Aníbal Zampayo)
- Nanas (Luis Pastor)
- América, te hablo de Ernesto (Silvio Rodríguez)
- Hombre (Silvio Rodríguez)
- Fusil contra fusil (Silvio Rodríguez)
- La era está pariendo un corazón (Silvio Rodríguez)
- El aparecido (Víctor Jara)
- Zamba al Che (Víctor Jara)
- Hasta siempre Comandante (Carlos Puebla)
- Hacen mil hombres (Alí Primera)
- Si el poeta eres tú (Pablo Milanés)
- Gallo rojo (Los Fabulosos Cadillacs)
- Son los sueños todavía (Gerardo Alfonso)
Una canción necesaria
Vicente Feliú
al Che no in memoriam
Tu piel ligada al hueso se perdió en la tierra.
La lágrima, el poema y el recuerdo
están labrando sobre el fuego
el canto de la muerte
con ametralladoras doradas desde ti.
Y aquí a cada noche se busca en tus libros
el propósito justo de toda acción.
Y se abre tu memoria a todo aquel que renace,
pero nunca falta alguien que te alce en un altar
Y haga leyenda tu imagen formadora
y haga imposible el sueño de alcanzarte
y aprenda alguna de tus frases de memoria
para decir: “seré como él”, sin conocerte
Y lo pregone sin pudor,
sin sueño, sin amor, sin fe
Y pierdan tus palabras sentido de respeto
hacia el hombre que nace cubierto de tu flor
Algún poeta dijo, y sería lo más justo,
desde hoy nuestro deber es defenderte
de ser Dios.
Hasta la victoria
Aníbal Zampayo
Yo soy Ramón
aquel que rompe las cadenas.
Buril, solar la fe
que enciende las hogueras.
Clamor fundamental
la voz de la justicia
el que a la suave brisa
la torna en vendabal.
Yo soy Ramón
aquel que vive más allá.
Que tiemble el verdugo opresor,
el buitre insaciable del mal.
Detrás de la muerte yo soy Ramón
hasta la victoria final.
Yo soy Ramón,
aquel la luz del oprimido.
La carne, sangre y piel
del hombre redimido.
Yo soy el león que va
cruzando la montaña,
por montes y quebradas
rugiendo libertad.
Yo soy Ramón,
aquel que nunca morirá.
Que tiemble el verdugo opresor,
el buitre insaciable del mal.
Detrás de la muerte yo soy Ramón
hasta la victoria final.
Ramón era el nombre de combate del Che en Bolivia.
Nanas
Luis Pastor
Despierta mi niño, que viene Guevara
los ojos ardientes, florida la barba.
Despierta mi niño, que ya llega el Che
dicen que es muy malo, yo no sé por qué.
Despierta mi niño, que se acerca Ernesto
gritando a los pobres: este mundo es nuestro.
Despierta mi niño, que está con nosotros
un pastor del pueblo que espanta los lobos.
Duérmete mi niño, que es mejor no ver
lo que aquellos lobos han hecho con él.
América, te hablo de Ernesto
Silvio Rodríguez, 1971, Santiago de Chile
Con una mano larga
para tocar las estrellas
y una presión de dios en la huella,
pasó por tu cintura,
por tu revés y derecho
el curador de hombres estrechos.
Preparando el milagro
de caminar sobre el agua
y el resto de los sueños
de las dolencias del alma,
vino a rajar la noche
un emisario del alba.
Y con voz tan perfecta
que no necesita oído
hizo un cantar que suena a estampido.
En todos los idiomas el emisario
va a verte:
en todos los idiomas
hay muerte.
Aunque lo entierren hondo,
aunque le cambien la cara,
aunque hablen de esperanza
y brille la mascarada,
llegará su fantasma
bien retratado en las balas.
Fusil contra fusil
Silvio Rodríguez, 1968
El silencio del monte va
preparando un adiós.
La palabra que se dirá in memoriam
será la explosión.
Se perdió el hombre de este siglo allí,
su nombre y su apellido son: fusil contra fusil.
Se quebró la cáscara del viento a sur
y sobre la primera cruz despierta la verdad.
Todo el mundo tercero va
a enterrar su dolor.
Con granizo de plomo hará
su agujero de honor, su canción.
Dejarán el cuerpo de la vida allí,
su nombre y su apellido son: fusil contra fusil.
Cantarán su luto de hombre y animal
y en vez de lágrimas echar, con plomo llorarán.
Alzarán al hombre de la tumba al sol
y el nombre se repartirán: fusil contra fusil.
Hombre
Silvio Rodríguez
De quererte cantar sufro disnea
bastante más allá de los pulmones.
Tu sombra brilla hoy en la pelea
mayor de la conciencia y las razones.
Por ti canto de pecho,
como el sueño en que giro
y leve, como aún respiro.
Por ti adelanto trecho
a lo que falta en tono
y canto lo que no perdono.
Hombre, hombre y amigo,
aún queda para estar contigo.
Hombre, hombre sin templo
desciende a mi ciudad tu ejemplo.
Supiste cabalgar contra quien odia
desde su torre de odio y exterminio,
pero, en mi parecer, te dio más gloria
el alma que tallaste a tu dominio.
La medicina escasa,
la más insuficiente
es la de remediar la mente.
Y la locura pasa
risueña cuando engaña,
cual odio de la propia entraña.
Hombre sin apellido,
un poco de piedad te pido:
hombre, ay, todavía,
que un tanto más allá está el día.
De la melena inculta a la calvicie,
del número inicial a lo incontable,
desde la tumba hasta la superficie,
tras breve veinte tan multiplicable
me llega un canto alado
de fiebres de la infancia,
me brota la invención del ansia
y entero y mutilado,
furiosamente a besos,
te doy mi corazón travieso:
Hombre, hombre sin muerte,
la noche respiró tu suerte,
hombre de buen destino,
y hay luces puestas en camino.
La era está pariendo un corazón
Silvio Rodríguez, 1968
Le he preguntado a mi sombra
a ver como ando para reírme,
mientras el llanto, con voz de templo,
rompe en la sala
regando el tiempo.
Mi sombra dice que reírse
es ver los llantos como mi llanto,
y me he callado, desesperado
y escucho entonces:
la tierra llora.
La era está pariendo un corazón,
no puede más, se muere de dolor
y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir
en cualquier selva del mundo,
en cualquier calle.
Debo dejar la casa y el sillón,
la madre vive hasta que muere el sol,
y hay que quemar el cielo si es preciso
por vivir,
por cualquier hombre del mundo,
por cualquier casa.
El aparecido
Víctor Jara
Abre sendas por los cerros,
deja su huella en el viento,
el águila le da el vuelo
y lo cobija el silencio.
Nunca se quejo del frío,
nunca se quejo del sueño,
el pobre siente su paso
y lo sigue como ciego.
Córrele, córrele, córrela
por aquí, por allí, por allá,
córrele, córrele, córrela,
córrele que te van a matar,
córrele, córrele, córrela.
Su cabeza es rematada
por cuervos con garra de oro
como lo ha crucificado
la furia del poderoso.
Hijo de la rebeldía
lo siguen veinte mas veinte,
porque regala su vida
ellos le quieren dar muerte.
Córrele, córrele, córrela
por aquí, por allí, por allá,
córrele, córrele, córrela,
córrele que te van a matar,
córrele, córrele, córrela.
Zamba al “Che”
Víctor Jara
Vengo cantando esta zamba
con redoble libertario,
mataron al guerrillero
Che comandante Guevara.
Selvas, pampas y montañas
patria o muerte su destino.
Que los derechos humanos
los violan en tantas partes,
en América Latina
domingo, lunes y martes.
Nos imponen militares
para sojuzgar los pueblos,
dictadores, asesinos,
gorilas y generales.
Explotan al campesino
al minero y al obrero,
cuanto dolor su destino,
hambre miseria y dolor.
Bolívar le dió el camino
y Guevara lo siguió:
liberar a nuestro pueblo
del dominio explotador.
A Cuba le dió la gloria
de la nación liberada.
Bolivia también le llora
su vida sacrificada.
San Ernesto de La Higuera
le llaman los campesinos,
selvas, pampas y montañas,
patria o muerte su destino.
Hasta siempre Comandante
Carlos Puebla, 1965
Aprendimos a quererte
desde la histórica altura
donde el sol de tu bravura
le puso un cerco a la muerte.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Tu mano gloriosa y fuerte
sobre la historia dispara
cuando todo Santa Clara
se despierta para verte.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Vienes quemando la brisa
con soles de primavera
para plantar la bandera
con la luz de tu sonrisa.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Tu amor revolucionario
te conduce a nueva empresa
donde esperan la firmeza
de tu brazo libertario.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Seguiremos adelante
como junto a ti seguimos
y con Fidel te decimos:
hasta siempre Comandante.
Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Esta canción fue compuesta poco de después de conocerse la carta de despedida del Che.
Hacen mil hombres
Alí Primera
Hace mil hombres nacieron
multiples como la caña
las de un niño hombre y pueblo
tus manos son la montaña
son Maestra y Bahia Grande
son Guerrilla, son el Granma
son Cuba libre, son Patria
tus manos siguen viviendo
dicen pueblo, pueblo, pueblo
tus manos siguen viviendo
dicen fuego, fuego, fuego
tus manos, aun muertas estan viviendo
porque aprientan el gatillo
combatiente guerrillero
de aquel enorme fusíl
la voluntad de los pueblo
tus manos siguen viviendo
dicen fuego, fuego, fuego
tus manos buscan tu cuerpo
dicen pueblo, pueblo, pueblo
tus manos las está besando el pueblo
tus manos, tus manos, che
tus manos llenan de fé
llenan de fé en la victoria
tus manos, tus manos che,
cantando les dice el pueblo
hasta siempre venceré
tus manos,
aun muertas estan luchando,
porque tus manos,
no te las cortaron rogando.
tus manos,
aun muertas estan luchando
porque tus manos
no te las cortaron rogando.
Si el poeta eres tú
Pablo Milanés
Sí el poeta eres tú,
como dijo el poeta,
y el que ha tumbado estrellas
en mil noches
de lluvias coloridas eres tú,
qué tengo yo que hablarte Comandante
Si el que asomó al futuro su perfil
y lo estrenó con voces de fusil
fuiste tu guerrero para siempre
tiempo eterno.
Qué puedo yo cantarte Comandante
En vano busco en mi guitarra tu dolor
y en mi jardín ya todo es bello no hay temor.
Qué puedo yo dejarte Comandante
que no sea cambiar mi guitarra por tu suerte
o negarle una canción al sol
o morir sin amor
Qué puedo yo cantarte Comandante
Si el poeta eres tú
como dijo el poeta
y el que ha tumbado estrellas
en mil noches de lluvias coloridas eres tú.
Qué puedo yo cantarte Comandante.
El poeta al que hace referencia Pablo es Miguel Barnet.
Gallo rojo
Los Fabulosos Cadillacs
Hubo un tiempo que eras fuerte
y peleabas como un gallo,
gallo rojo, tan valiente
comandante de este barrio,
no importaba si eran diez,
si eran veinte o si eran mil,
eras grande, sol de mayo.
Hoy la gente, va dormida
nadie puede despertarlos.
Es por eso que te pido
que nos vuelvas a la vida,
que despiertes a toda la sangre
que está dormida.
Algún día esta cuadra
va a ser como vos querías
y mañana será todo el barrio
el que te siga.
Cuando suba la marea
yo me quedo en este barrio
porque llevo tus zapatos
y tu sangre caminando.
y mañana serán diez,
serán veinte o serán mil
a tu lado sol de mayo.
Hubo un tiempo que peleabas
y ese tiempo va llegando.
Es por eso que te pido
que nos vuelvas a la vida,
que despiertes a toda la sangre
que está dormida.
Algún día esta cuadra
va a ser como vos querías
y mañana será todo el barrio
el que te siga.
Son los sueños todavía
Gerardo Alfonso
Tú surgías desde el Cono Sur
y venías desde antes,
con el amor al mundo bien adentro.
Fue una estrella que te puso aquí
y te hizo de este pueblo.
De gratitud nacieron muchos hombres
que igual que tú,
no querían que te fueras
y son otros desde entonces.
Después de tanto tiempo y tanta tempestad
seguimos para siempre
este camino largo, largo,
por donde tú vas.
El fin de siglo anuncia una vieja verdad,
los buenos y los malos tiempos
hacen una parte de la realidad.
Yo sabía bien que ibas a volver,
que ibas a volver de cualquier lugar,
porque el dolor no ha matado a la utopía,
porque el amor es eterno
y la gente que te ama no te olvida.
Tú sabías bien desde aquella vez
que ibas a crecer que ibas a quedar,
porque la fe clara limpia las heridas,
porque tu espíritu es humilde
y reencarnas en los pobres y en sus vidas.
Después de tanto tiempo y tanta tempestad…
Son los sueños todavía
los que tiran de la gente
como un imán que los une cada día.
No se trata de molinos,
no se trata de un Quijote,
algo se templa en el alma de los hombres,
una virtud que se eleva por encima
de los títulos y nombres.
Después de tanto tiempo y tanta tempestad…
Tomado de Patria Grande.net
No hay comentarios.:
Publicar un comentario