Zona de Reflexión
En pie de lucha por la justicia
Por Lucía Lagunes Huerta
México, DF 26 ene 10 (CIMAC).- “Seguiré luchando para que los militares paguen, estoy triste porque siete años después, aún no hay justicia, y estoy sola y, lejos de mi familia. Voy a luchar hasta que encuentre la justicia y cuando ésta llegue voy a regresar a mi pueblo a sembrar jamaica junto a mi familia”, así decía Valentina en enero de 2009, en una entrevista con Cimacnoticias.
Para quienes no recuerden, Valentina e Inés, son indígenas Me`phaa del Estado de Guerrero. Ambas fueron violadas por militares en 2002. Valentina en febrero e Inés en marzo. Sus denuncias siguieron el proceso que siguen las violaciones de derechos humanos contra las mujeres: el letargo institucional, falta de profesionalismo en la investigación, procesos llenos de irregularidades.
A ello se sumó otro elemento, que sus agresores son efectivos del ejército mexicano, doblemente la lentitud y desprecio para hacer justicia se sumaron para enviar las denuncias a la justicia militar.
La impunidad que viven Valentina e Inés son un ejemplo de lo que señala el reciente informe de Human Rights Watch en donde se señala que en México se “permite sistemáticamente que las fuerzas militares se investiguen a sí mismas a través de un sistema de justicia militar que garantiza la impunidad de los abusos cometidos por el Ejército, afirmación que se refuerza con el informe de Amnistía internacional.
Razón por la cual, nuevamente el Estado mexicano está bajo la lupa internacional, nuevamente el tema es impunidad e injusticia, nuevamente las mujeres sobrevivientes de la violencia machista son las protagonistas.
Valentina e Inés no se conocían, ambas vivían en comunidades distintas, la búsqueda de justicia las encontró, ambas recorren el mismo camino internacional en busca de justicia.
Ocho años después. Ambas esperan la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para la mitad de año.
Valentina e Inés siguen en pie, ninguna de las dos se rinde.
Para Inés, además de la violación, la persecución e intimidación siguen siendo una constante en su vida. Su hermano Lorenzo, quien apoyó a su hermana en la denuncia de violación fue secuestrado, torturado y asesinado el 9 de febrero de 2008, se cree que esto a consecuencia de las denuncias del caso de Inés en foros internacionales.
Valentina, hace honor a su nombre, mujer valiente que se enfrenta al Estado mexicano por una simple razón, por justicia, porque, dice, no quiere que vuelva ocurrir con otras mujeres la agresión, porque está convencida que su agresión debe ser castigada..
Lograr la justicia para Valentina e Inés es abrir la esperanza para muchas mujeres, para quienes han podido denunciar públicamente su agresión como para aquellas que ante la vulnerabilidad y la falta de justicia han quedado en silencio.
Mantener la impunidad a costa de las mujeres sobrevivientes de la violencia misógina es legitimar la violencia contra ellas, es violar el Estado de Derecho.
El informe de Human Rights Watch y de Amnistía Internacional no puede ser menospreciado, debe ser un instrumento valioso que lleve a una política de respeto total de los derechos humanos.
Recordemos que, no hay democracia posible cuando la mayoría de la población vive amenazada en su integridad, dentro y fuera de su hogar.
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