El 2 o Sexo": no se nace feminista
QUINTA DE CINCO PARTES
CIMAC México, DF.- A Continuación transmitimos la quinta de cinco partes del Artículo " El Segundo Sexo": de no se nace feminista, que el escritor Carlos Monsiváis publicó en el volumen 20 de Debate Feminista, en octubre de 1999.
"Heroína es la mujer del héroe"
Por Carlos Monsiváis
México, DF, 25 jun 10 (CIMAC).- Muy escasas señoras merecen figurar en la historia oficial, y eso en calidad de heroínas colaterales o complementarias: Josefa Ortiz de Domínguez, que le avisó al cura Hidalgo del descubrimiento de la rebelión; Leona Vicario, por ser esposa de don Andrés Quintana Roo; Agustina Ramírez, que le entregó a la Patria a todos sus hijos.... A la lista precaria, se añaden los símbolos de la revolución que son certificados de gratitud a la especie: la Soldadera, la Coronela.
En este siglo, sólo la escritora Rosario Castellanos ha obtenido credencial de socio regular en la Rotonda de los Hombres Ilustres (cuando se inauguró, el adjetivo era redundante). Hasta hace poco, a las mujeres se les destinaba el gran papel: testigos de la grandeza ajena. Véase si no la tardanza: en 1979 Griselda Álvarez, primera gobernadora, toma posesión; en 1980 Rosa Luz Alegría es la primera en el Gabinete Presidencial: Secretaria de Turismo.
¿Quién que es mujer?
En 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines le concede el voto a las féminas, así como se oye, él le concede a las féminas porque, como se explica entonces, las buenas relaciones con la iglesia católica hacen ya innecesaria la alarma sobre la cesión del voto femenino a los curas.
Son la mitad de la población y hay que concederles algunos derechos formales, pero ya se sabe: las mujeres votarán por el PRI que es la estabilidad. Al principio, el voto es un apoyo psicológico que desea reducir el efecto maligno de "Era mujer y sin embargo pensaba", pero no van más allá los beneficios. Está bien que las mujeres voten, ¿pero a quién se le ocurriría votar por una mujer?
"Y ahora la diputada les va a explicar a las señoras por qué votar no va en contra de la ternura propia de su sexo"
Durante una larga etapa, en los ámbitos del monopolio político la representación femenina se burocratiza a la fuerza; las ya aceptadas como las más iguales entre las desiguales, deben profesionalizarse como emblemas.
Un ejemplo curricular, ni muy reciente ni demasiado antiguo, la profesora normalista y dirigente cetemista Hilda Anderson Nevares. Ingresa al PRI en 1958, en donde es secretaria de Acción Femenil (1971- 73).
Es fundadora y dirigente de la Agrupación Nacional Femenil Revolucionaria (1973-77). Secretaria general de la Federación de Organizaciones Femeniles de la CTtvt.
Presidenta del Comité Femenino de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (1981- 83).
Miembro de la Comisión para la Mujer de la Organización Internacional del Trabajo, diputada federal, senadora, candidata nuevamente a diputada. . . Concluido lo anterior, ¿qué se sabe, públicamente, de los pronunciamientos de doña Hilda en asuntos de la mujer? Nada, o si se hace un esfuerzo, vaguedades, brumas verbales. Es inequívocamente, una representante profesional, especialista en el oficio de símbolo.
¿En qué se ha traducido hasta el momento la representación de La Mujer en el PRI y en la oposición? Hasta fechas muy próximas, la respuesta parecía obvia: se ha traducido en el crecimiento de la burocracia femenina o femenil o en el perfeccionamiento de lugares comunes.
Y más símbolos no quiere decir el fin del acceso simbólico a la política, sólo la ampliación de los compartimentos alegóricos.
Los presidentes y los ministros se suceden, el tono va cambiando del paternalismo sentimental ("La mujer, la presencia detrás del gran hombre") al paternalismo tecnocrático ("La mujer, la capturista de emociones nobles"), pero en lo básico, en lo tocante a las creencias profundas de la clase política y de la sociedad, no se modifica el prejuicio: la política es cosa de hombres. "Una no nace mujer". Tampoco feminista.
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