12/02/2014

Lucha de Abuelas de Plaza de Mayo y madres de Ayotzinapa es similar


De Carlotto da apoyo; hay dictadura enmascarada, dice joven

Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, se reunió con madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos 




Las Abuelas de Plaza de Mayo (organización con más de 37 años en busca de sus familiares desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina) brindó su experiencia y solidaridad a madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.
 
En una charla de tres horas, familiares de los estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, desaparecidos presuntamente por policías municipales y el grupo criminal “Guerreros Unidos”, se reunieron con Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, quien reconoció que la búsqueda de las madres de Ayotzinapa es similar a la lucha de su propia organización.
 
De Carlotto dijo ayer en conferencia de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en esta capital, que al igual que las abuelas que perdieron a sus hijas y nietos durante la dictadura militar (1976-1983), en México son las familias de Ayotzinapa quienes están saliendo a buscar a sus hijos.
 
“He recordado mi misma historia, la historia de mis compañeras las abuelas, que con lágrimas de no saber qué hacer empezamos la búsqueda”, destacó la activista, quien apenas hace tres meses recuperó finalmente a su nieto.
 
Recordó que durante los inicios de su organización la prensa desinformaba a la población y culpabilizaba a las víctimas, como (según acusan las familias de Ayotzinapa) ocurre en México con la desaparición de los 43 normalistas.
 
Pese a no manifestarse durante los años de la dictadura –explicó De Carlotto para dar aliento a las madres–, al final “salimos porque tuvimos conciencia de que estaban secuestrando a nuestros hijos, y salimos las mujeres solas, con desconocimiento y rechazadas por la sociedad”.
 
La desaparición de su hija Laura, así como de la de centenares de recién nacidos, transformó la vida de Estela de Carlotto, quien expresó: “Les habla una mujer de 84 años que 40 años atrás no pensaba estar haciendo esto, tenía otro proyecto de vida”.
 
De Carlotto puso a disposición de las familias de Ayotzinapa toda su experiencia y les aconsejó “que no aflojen, que no desmayen, que tengan la voluntad porque cuando uno tiene fe hay resultados”.
 
Como botón de muestra, la activista contó: “Mi nieto le fue robado a mi hija Laura para matarla a ella dos meses después; lo busqué por el mundo por 36 años y hace tres meses lo he encontrado. A luchar porque se puede”, declaró.
 
La finalidad de esta visita, explicó, es la de “manifestar nuestro total apoyo y solidaridad, que cuenten con nosotras para acompañarlas, difundir y denunciar esta aberrante situación”; y llamar al Estado mexicano a que “haga carne, carne propia de esto que está pasando” para evitar que las desapariciones forzadas vuelvan a suceder.
 
También llamó a la sociedad para que siga marchando y manifestándose, y a no abandonar a las familias; y recordó que el Estado de Derecho tiene la obligación de corroborar el retorno y esclarecimiento de la desaparición de estos jóvenes, cuyos familiares los están esperando a diario.
 
A la fundadora de Las Abuelas de Plaza de Mayo le preocupa que estas “tragedias” sigan sucediendo aún en países democráticos, con representantes que fueron electos mediante el voto. Señaló que en Buenos Aires, Argentina, están expectantes de lo que sucede en México (como el feminicidio en Ciudad Juárez, Chihuahua), porque se está sumando una historia de atrocidades, apuntó.
 
La ahora defensora de Derechos Humanos señaló que su lucha, junto a la de otras agrupaciones en América Latina, logró poner en las Naciones Unidas leyes y convenciones que protegen a las víctimas de desaparición forzada, así como bancos de datos genéticos para su fácil localización.
 
Advirtió que “no hay una receta (de búsqueda); cada país tiene su propia idiosincrasia, su ciudadanía y su metodología”; y señaló que en Argentina se ha avanzado muchísimo, pero si el Estado gobernante no escucha u ofrece cosas inoperantes, no sirve”.
 
CASO AYOTZINAPA   En respuesta a De Carlotto, las madres y padres de Ayotzinapa dijeron que no se van a cansar nunca y van a seguir buscando a sus hijos. “Aquí hay una señora de gran corazón que nos está poniendo el ejemplo”, resaltaron.   Hilda Hernández Rivera, madre de César Manuel González, declaró que como Estela, ellas también están sufriendo una transformación.  
“Si hablamos como madres –porque (antes) éramos calladas– es porque ya estamos hartas de tantas mentiras que nos han dicho de nuestros hijos y porque no hacen nada (el gobierno mexicano) por buscarlos. Y seguiremos hablando, ya no nos vamos a quedar calladas, hasta encontrarlos”, lanzó.
 
Cristina Bautisto Salvador, madre de Benjamín Asencio Bautisto, agradeció todo el apoyo que están recibiendo de la sociedad, pero criticó que Enrique Peña Nieto “sigue poniendo pretextos, que faltan los papeles, que no presentamos la relación completa y que nosotros tenemos la culpa”, informó.
 
En entrevistas pasadas, las madres de otros normalistas desaparecidos confirmaron que reparten sus esfuerzos entre la búsqueda y la defensa de la imagen de sus hijos, ya que algunos medios de comunicación y el mismo gobierno está acusándolos de “delincuentes” y “viciosos”.
 
Como ejemplo, María Olivares, madre de Antonio Santana Maestro Olivares, dijo en entrevista que su hijo (el mayor de tres) era muy centrado y responsable. Pese a no poder estudiar otra carrera, estaba entusiasmado por entrar a la Normal y ser maestro; por eso María no entiende por qué se lo llevaron y por qué los policías hostigan a los normalistas.
 
María observó que la lucha de las madres de Ayotzinapa cobija la búsqueda de otras madres a la par que se respalda en ellas, y agregó que no puede haber impunidad en estos casos porque se corre el riesgo de que la tragedia vuelva a suceder.
 
Todas las madres coinciden en que sus hijos enfrentaron muchos obstáculos económicos y culturales para continuar sus estudios, que en muchos casos eran ejemplo para sus hermanos menores y sustento para las familias.
 
Las madres también están conscientes de que su lucha ya no es sólo para encontrar a sus hijos, sino que es porque la tragedia no vuelva a suceder, y para que la sociedad, empezando por el estado de Guerrero, se transforme.
 
Si en un punto se unen las madres de Ayotzinapa (entrevistadas durante el recorrido que realizaron en días recientes en caravana por su entidad), es en la convicción de que sus hijos están vivos, como lo pensaron desde hace 37 años las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes al día de hoy suman más de 90 nietos encontrados.
 
Omar García, integrante del comité estudiantil de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, dijo tras el encuentro con De Carlotto, que lo que sucedió en Ayotzinapa movió la conciencia a nivel internacional. “Mientras las Abuelas de Plaza de Mayo vivían en una dictadura militar, nosotros (los normalistas) vivimos en una dictadura enmascarada”, observó.
 
Agregó que el movimiento de las familias y compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos está viviendo una nueva fase.
 
“Estamos tratando de articular un movimiento nacional porque no corresponde únicamente a nosotros como estudiantes, como padres de familia afectados, organizar y proponer alternativas de cambio para este país; corresponde a todos los ciudadanos mexicanos, a toda la población, porque a todos nos duele y nos ha movido el 26 de septiembre”, concluyó.
 


 
Consulta nuestra cobertura informativa Caravana de madres de Ayotzinapa

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