Pedro Echeverría V.
1. Si con las bellísimas revoluciones campesinas y obreras armadas;
de 1917 en Rusia, de 1949 en China y de 1959 en Cuba, la izquierda
marxista no pudo construir ningún socialismo, no fue porque sus honestos
y voluntariosos dirigentes hayan traicionado, sino porque el
capitalismo y el imperialismo demostraron más fuerza y tradición.
Ninguna experiencia socializante e igualitaria antecedió a esos ensayos
que sólo contaban con El Manifiesto, El Capital y la Comuna de París;
sin embargo algo quedó después de cinco décadas y seguimos acariciando
la esperanza –aunque con otras estrategias y métodos- de que esos tres
países, más otros como La India, Brasil, que se decidan, ahora sí
cuenten con la fuerza para enterrar a ese imperio que se ha valido de
millones de armas atómicas y amenaza nuclear para someter a los pueblos.
2. La derecha política y empresarial dominante es enemiga natural del
socialismo y de cualquier lucha que persiga una sociedad de igualdad,
por ello no se cansa de combatir las luchas sociales de los
trabajadores. La ideología derechista piensa que dios nos hizo
desiguales y así tiene que ser el mundo; que hay gentes que nacen ricos
en buena cuna y buena familia y, por otro lado, la inmensa mayoría que
sólo nacemos para trabajar. Por ningún motivo puede aceptar el
pensamiento de derecha una sociedad socialista o comunista donde los
seres humanos posean derechos, propiedades, ingresos iguales porque,
según ellos es antinatural. Así que cuando critican al socialismo y
comunismo lo hace por convicción y cuando defienden a la religión y al
empresariado es porque están convencido que es la única sociedad que
debe existir.
3. López Obrador, el tres veces candidato presidencial de centro
izquierda (2006,2012 y 2018), para eliminarlo y bajarle votación
electoral, desde 2006 se ha dicho que es un “Peligro para México” porque
es amigo de Chávez-Maduro, de Lula y de Fidel o Raúl Castro. En vez de
enfrentar la acusación demostrando que esos gobiernos son superiores a
los de México porque mediante sacrificios buscan construir un sociedad
justa no capitalista y que por ello son víctimas de la propaganda y
agresiones yanquis, ha preferido decir que él no tiene que ver con ellos
y ni siquiera los conoce. Con ese tipo de acusaciones se ha querido
desprestigiar y arrinconar a López Obrador. Obviamente es difícil
responder porque el pueblo mexicano no comprende y durante un siglo el
capitalismo los ha engañado con el anticomunismo.
4. Los izquierdistas -que somos 100 veces más analíticos- cuando
hemos criticado a los gobiernos de Chávez/Maduro en Venezuela y a los
gobiernos de México de Peña Nieto y sus antecesores hemos partido del
extremo diferente: la derecha critica a Chávez/Maduro/Peña por
inclinarse a la izquierda y buscar someter a los empresarios; por el
contrario, nosotros los izquierdistas los criticamos por no aplicar a
fondo sus políticas que le permitan someter a los explotadores del
trabajo obrero y no aplicar programas al servicio directo de la clase
pobre. Igual sucede con la candidatura de López Obrador. Muchos apoyamos
a Morena, pero lucharemos contra ella si sus políticas no buscan
beneficiar de manera directa a los explotados y oprimidos. La derecha no
quiere a AMLO por miedo al socialismo; nosotros al contrario, lo
exigimos ya.
5. Las campañas anticomunistas, que comenzaron después del triunfo de
la revolución en Rusia en 1917 -por consigna de los EEUU, Reino Unido,
Francia, Israel- no han cesado después de un siglo. La doctrina marxista
de la lucha contra la explotación, por la lucha de clases y la igualdad
socioeconómica, causó gran alarma entre las clases dominantes. Fue la
campaña que alertó a los explotadores para ponerse en guardia contra las
ideologías igualitarias y la irrupción trabajadora. Al comunismo hoy
(los derechistas, sus enemigos) le han puesto otros nombres (terrorismo,
anarquismo, rebeldía, socialismo, izquierdismo,) para seguir
atemorizando al pueblo y así someterlo con mayor facilidad. La derecha
(ideología de los ricos explotadores) jamás ha descansado con sus falsas
acusaciones, sus críticas y calumnias contra quienes considera su
principal enemigo.
6. Si AMLO ascendiera a la Presidencia de México, así como Lula en
Brasil y los Kirchner en Argentina, comenzaría una nueva correlación de
fuerzas en América uniéndose los tres países puntales. Nuevamente
Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Uruguay recuperarían presencia. No es
difícil si tomamos en cuenta la correlación internacional en la que
China, Rusia, La India, Europa de Alemania, comienzan a entrar en otro
contexto. En estos tiempos estamos ilusionándonos menos y la
desconfianza de los pueblos hacia el imperio yanqui ha crecido. Irán,
Norcorea, Venezuela y México pueden entrar en relaciones muy
interesantes que permitan hacer contrapeso contra los gobiernos de la
derecha. El mismo presidente Trump tendría que bajar de sus discursos
amenazantes y comenzar a entender al mismo México que no se atreve a ser
independiente. (14/I/18)
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