Por
Octavio Islas* (Proceso).- El despliegue de campañas negras como
recurso político no es nuevo en la geografía mundial, y desde luego
tampoco lo es en México; mucho menos lo ha sido en lo que respecta a la
figura de Andrés Manuel López Obrador… Pero no buscamos aquí victimizar a
quien se ha dicho perseguido y atacado durante lustros, sino documentar
en forma somera y fáctica que ningún actor político como él ha
concitado en la historia del país tanto descomunal gasto en recursos
humanos, materiales, institucionales y económicos, todo lo cual suma
miles de millones de pesos.
El pasado jueves 14 de marzo Santiago Nieto Castillo, titular de
la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), reveló pormenores de una de las campañas de
propaganda negra que fueron desplegadas en contra de Andrés Manuel López
Obrador (AMLO) durante el proceso electoral 2017-2018, y anunció que el
gobierno federal interpondrá una demanda por la presunción de delitos
electorales y de lavado de dinero.
Según el titular de la UIF, en el financiamiento y producción de la
serie “El populismo en América Latina” participaron el gobierno del
Estado de México a través de la Coordinación del Programa de Apoyo a la
Comunidad (PAC); la empresa Bufete de Proyectos de Información y
Análisis; los hermanos Angel y Federico Berrueto Pruneda; Alejandro
Quintero Íñiguez, sus hermanos Germán Arturo y Carlos; Grupo TV Promo SA
de CV; Piña Digital S de RL de CV; Canaxis, OHL –propiedad del
empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, quien para intentar limpiar la
imagen de su principal empresa optó por darle nuevo nombre: Aleática–;
Grupo Peñoles y el Consejo Mexicano de Negocios.
La campaña fue intensa y costosa. Incluso participaron en ella
algunos periodistas. El 28 de abril de 2018 Pascal Beltrán del Río,
director de Excélsior, difundió en su cuenta en Twitter la programación
de la serie, que comprendió seis capítulos; se pretendía que el último,
dedicado a presentar al tabasqueño como populista, pudiera coincidir con
la fecha más próxima posible al cierre de campañas establecido por la
ley electoral.
Ante el aplastante triunfo de López Obrador en las urnas, Televisa y TV Azteca optaron por no transmitir la serie.
El mismo jueves 14, en el portal Eje Central, Juan Carlos Rodríguez
reveló detalles acerca de la maquinación de una supuesta estrategia,
denominada “Operación Berlín”, con base en la cual los empresarios
Agustín Coppel (Grupo Coppel), Alejandro Ramírez (Cinépolis) y Germán
Larrea (Grupo México) financiaron una campaña de desprestigio contra
AMLO.
La referida campaña, afirma, fue concebida y operada por un grupo de
intelectuales encabezados por Enrique Krauze y Fernando García Ramírez,
uno de los principales colaboradores del primero, quien es columnista
del diario El Financiero. Ambos son mencionados como los autores
intelectuales de algunos de los principales sitios web y perfiles en
Facebook antilopezobradoristas, como Populismo Autoritario, Napoleopez y
Prensa México.
De hecho, algunos de los nombres que consigna Rodríguez en su
investigación periodística coinciden con los que se incluyen en el
libro Juntos Hicimos Historia, puesto en circulación hace dos semanas
por Tatiana Clouthier, en el cual se exponen los resultados de las
investigaciones de la excoordinadora de campaña de AMLO en torno al
origen de PejeLeaks.org.
No queda lejos en el tiempo –mediados de enero de 2018–, cuando León
Krauze, hijo del historiador, intentó abrir otro frente contra López
Obrador al advertir, en una nota publicada en The Washington Post, sobre
la posible intervención de Rusia en los comicios mexicanos.
Los antecedentes de otras campañas semejantes contra AMLO se remontan
a varios lustros, hecho que revela un camino de continuidad en técnicas
de guerra sucia con claros visos de complot. Destaca la emprendida en
1998 por el entonces llamado Consejo Mexicano de Hombres de Negocios,
cuando el tabasqueño encabezó un movimiento social contra el rescate
bancario del Fobaproa. El hecho de que el embate de este grupo
empresarial se haya prolongado ya por dos décadas revela un claro plan
para destruir a quien hoy es presidente de la República.
Figuran también las campañas del gobierno del panista Vicente Fox en
contra del tabasqueño, entonces jefe del gobierno del Distrito Federal,
al presentarlo como violador de la ley por abrir un camino de acceso a
un hospital; la lanzada durante las campañas presidenciales con miras a
los comicios de 2006 y que dirigió Antonio José Solá Reche, contratado
por el equipo del también panista Felipe Calderón. El resultado fue la
creación de la propaganda negra desplegada bajo el eslogan “AMLO, un
peligro para México”.
En 2012, con Enrique Peña Nieto en la contienda, para favorecer a
éste los mismos poderosos grupos político-empresariales decidieron
impedir el eventual triunfo de López Obrador en las urnas, pero ahora
mostrándolo como el “Hugo Chávez mexicano”.
En el ciberespacio destacó la furiosa ofensiva de bots y trols –los
“peñabots” que introdujo Alejandra Lagunes Soto Ruiz, distinguida
discípula de Alejandro Quintero Iñíguez, entonces vicepresidente de
Ventas y Mercadotecnia de Grupo Televisa.
Una vez instalado en el poder, el priista mexiquense pretendió
gobernar a través del marketing y despilfarró altas sumas de recursos
federales en la promoción de su imagen pública. La firma Olabuenaga
Chemistri, por ejemplo, recibió por lo menos 865 millones de pesos en
contratos por la realización de campañas publicitarias en favor del
gobierno de Peña Nieto.
Además, esa empresa destinó millonadas a tareas de manipulación
informativa en las redes sociales. La firma Agavis Digital, propiedad de
Aaron Fernández y Santiago López –amigos de Alejandra Lagunes desde los
días en que laboraban en Google, según destaca el reportaje difundido
en Eje Central–, logró conseguir más de 131 millones de pesos en
adjudicaciones directas, es decir, sin pasar por licitaciones o
concursos.
Resulta ingenuo suponer que Peña Nieto permaneció al margen de las
distintas campañas de propaganda negra que fueron implementadas en la
guerra sucia desplegada contra López Obrador. Tan ingenuo como creer que
el Consejo Mexicano de Negocios nada tuvo que ver con la campaña de
propaganda negra de la cual formó parte la serie “El populismo en
América Latina” l
*Director del Centro de Altos Estudios en Internet y Sociedad de la Información, Universidad de los Hemisferios, Quito, Ecuador.
Este análisis se publicó el 17 de marzo de 2019 en la edición 2211 de la revista Proceso.
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