3/19/2019

Astillero de Julio Hernández López

Krauze desestima ir a tribunales
El testigo Ricardo Sevilla
Uno-dos con marca 4T
Oposicióntipo Venezuela


El señalamiento acusatorio de mecanismos de financiamiento empresarial, colindantes con el lavado de dinero, para atacar por medio de propaganda sucia a adversarios políticos y electorales, llevó ayer al principal señalado, Enrique Krauze, a sacar una virtual bandera de paz al deponer su anterior amenaza de ir a tribunales contra la diputada Tatiana Clouthier por las menciones hechas en un libro y luego reforzados por una detallada nota en el diario Eje Central, dirigido por Raymundo Riva Palacio, y por una confesión en forma de artículo que el editor Ricardo Sevilla dio a Aristegui Noticias para su publicación. La libertad debe enfrentarse desde la libertad, ha dicho en términos generales el historiador y empresario cultural Krauze, luego de que en entrevista radiofónica Ciro Gómez Leyva le preguntó si aceptaría el reto de la hija de Manuel J. Clouthier de resolver en instancias judiciales el diferendo actual.

Sevilla ha aportado detalles inicialmente muy convincentes respecto a la acometida orquestada desde una casa en la calle Berlín, de la colonia El Carmen, en Ciudad de México, en la que asegura que participaron el citado Krauze (como autor irónicamente intelectual), uno de sus principales allegados, Fernando García Ramírez, y, como supuestos financistas, Agustín Coppel, del grupo de tiendas departamentales que lleva ese apellido; Alejandro Ramírez, de Cinépolis, y Germán Larrea, de Grupo México, en un remolino de personajes en escena que, según lo dicho por el citado Sevilla, quien asegura estar dispuesto a ir a tribunales a confirmar sus declaraciones hasta ahora sólo mediáticas, incluyó a Margarita Zavala y a Consuelo Sáizar (hasta antes de que la derecha se decantara por Ricardo Anaya y no por la candidata de Felipe Calderón Hinojosa) en la lista de visitantes a la casa de Berlín.
Uno-dos con guantes marca 4T: primero fue el caso del financiamiento irregular y presuntamente delictivo del documental sobre el populismo en Latinoamérica, que fue promovido en México con evidente ánimo propagandístico inmediato, no para que fuera visto el contenido, pero sí la fotografía (difundida de manera masiva, incluso en el transporte público) en que se presentaba a Andrés Manuel López Obrador junto a Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva.
No es que, a fin de cuentas, fuera punible la oposición a la candidatura del tabasqueño, pero sí el financiamiento delictivo de empresas a actividades con evidente intención electoral: OHL, el gobierno del estado de México, Gabinete de Comunicación Estratégica (dirigido por Liévano Sáenz y Federico Berrueto) y, de manera especial, el anterior genio de la conversión de dinero público en campañas político y electorales a gusto del cliente, Alejandro Quintero, antes vicepresidente de Televisa.
La trama que involucra a Krauze resulta peor, pues golpea en el centro de flotación a un equipo y un personaje que pretendieron constituirse en una presunta avanzada democrática y, ante el impulso de López Obrador, en una resistenciacivilque incluso ahora busca etiquetas de victimización al estilo de los grupos adversos en Venezuela a Chávez y, ahora, a Nicolás Maduro: el ciudadano inerme ante los abusos del poder, proclaman quienes hasta hace poco y durante décadas fueron beneficiarios de ese poder y constructores, o cuando menos cómplices ideológicos e intelectuales, de la construcción del México de desigualdad, corrupción, impunidad y violencia que ahora les aterra.
El tema tuvo una concertación evidente en cuanto a presentación en escena: primero el libro, que contenía a título hipotético (se presume, se escribió en varios de los párrafos clave) los detalles de las revelaciones que luego publicaría Eje Central y finalmente asumiría quien se ha declarado testigo de los hechos, el citado Ricardo Sevilla. Y, ante ello, el principal señalado, Enrique Krauze, desestimando de entrada que vaya a concurrir a tribunales para esclarecer el asunto, como lo había anunciado en una primera reacción.
Twitter: @julioastillero

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