Con palas y uñas escarban la tierra a la que llegan por un pitazo, un rumor, un algo que atraviesa sus oídos colectivos. ¿Qué hubiera pasado si ellas no hubieran cruzado el umbral del rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco? ¿Quién se hubiera atrevido a tomar con cuidado y dignidad cada pedazo de hueso, cada zapato, mochila, cuaderno y camiseta encontrada en el mismísimo infierno? ¿Quién hubiera ofrecido el testimonio fotográfico de que sí existen crematorios clandestinos, para el momento en que las autoridades lo negaran?
La Guardia Nacional estuvo ahí hace apenas seis meses, y hay testimonios de que el campo de entrenamiento y de exterminio de jóvenes reclutados de manera engañosa o forzada, operaba desde 2012, a tan sólo 55 kilómetros de Guadalajara. El tenebroso hallazgo del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, marcó los hornos clandestinos y entregó toda la información a las autoridades.
Cada año son más familias las que pierden a un ser amado y empiezan desde cero el peregrinar por instancias y baldíos. El horror hoy se extiende entre la sociedad porque cada vez queda más cerca la posibilidad de que toque en casa. Por eso, también, la necesaria movilización en lugar de resguardarse. Y por eso hoy, en más de 30 ciudades de una veintena de estados de la República, habrá vigilias y lutos colectivos en plazas centrales con 400 velas y 400 zapatos que representan a quienes ya no están porque no hubo un Estado que los protegiera.
No faltan políticos sinvergüenzas que quieren montarse en una acción que justo los interpela. No falta tampoco la reiterada negación del oficialismo. Pero hoy el horror es más grande, no cabe la indiferencia y se busca en la colectividad amortiguar el miedo y buscar la esperanza arrebatada.
impartidores de justiciano hay hecho otra cosa que mantener impune y proteger los intereses del tóxico Germán Larrea, lo que da puntual cuenta de que no sólo Ricardo Salinas Pliego
patrocinaa ciertos integrantes del Poder Judicial.
Lo peor del caso es que en el sexenio anterior algunos integrantes del gabinete se prestaron a este oscuro proceder –concretamente en el caso de la mina San Martín, en Sombrerete–, tras la queja presentada por el Sindicato Nacional de Mineros que derivó (junio de 2023) en una solicitud del gobierno estadunidense para que el mexicano investigara la situación de los trabajadores en ese centro productivo,concesionado a Grupo México, consorcio que sistemáticamente ha violado el derecho de huelga y de libre asociación sindical.
En ese entonces, las secretarías del Trabajo y de Economía estuvieron a cargo de atender
la solicitud del gobierno estadunidense en el marco del Mecanismo
Laboral de Respuesta Rápida (MLRR) del T-MEC, con el fin de revisar la
situación de los trabajadores de la mina San Martín, en Sombrerete,
Zacatecas, concesionada al citado corporativo, propiedad del tóxico
barón.
Dicha solicitud, presentada por la Oficina de Representación Comercial de Estados Unidos, encabezada por Katherine Tai, se basó en la violación de los derechos laborales de los trabajadores en la mina San Martín en huelga (junto con las de Cananea y Taxco), toda vez que Grupo México lejos de atender las demandas de los trabajadores simplemente reanudó las actividades productivas e ilegalmente contrató personal ajeno al sindicato titular del contrato colectivo del trabajo, el Nacional de Mineros.
Tanto Trabajo como Economía simplemente se lavaron las manos, batearon la solicitud, aseguraron que dicha solicitud estaba fuera del ámbito del MLRR
y que si había algo que arreglar
, pues que los trabajadores recurrieran a las instancias judiciales mexicanas
,
es decir, las mismas que a lo largo de casi 18 años sistemáticamente
les han negado la justicia y se han dedicado a mantener impunes a Grupo
México y a su propietario, a pesar de que hay un laudo favorable al
Sindicato Minero que lo reconoce como titular del contrato colectivo, al
tiempo que responsabiliza al corporativo de causar y lo condena a pagar
salarios caídos y prestaciones.
Como en aquel momento se comentó en este espacio, por aquellos ayeres las solicitudes presentadas en el marco del MLRR sumaban 11. De ese total, 10 fueron resueltas favorablemente para los trabajadores (en ninguna apareció relacionado el nombre de Germán Larrea). Sola una, la de la mina San Martín, fue rechazada por las autoridades mexicanas, en línea con el proceder de los dos sexenios anteriores.
Y colorín, colorado, esta historia no ha terminado, porque el pasado jueves el Sindicato Nacional de Mineros anunció que “pedirá la nulidad del panel laboral por el caso de la mina San Martín, a la vez que anunció que solicitará la instalación de uno nuevo, ya que el representante del gobierno de México ante esa instancia del T-MEC (el citado MLRR), Lorenzo Roel Hernández, actuó de manera “parcial. Nahir Velasco, coordinador jurídico del sindicato, señaló que ese personaje –también representante de la Coparmex y de las cámaras patronales– incurrió en omisiones e influyó en la decisión de los otros dos panelistas, además de que argumentó que la huelga estallada hace más de 17 años fue por ‘un tema personal’ entre el líder minero Napoleón Gómez Urrutia y el empresario Germán Larrea”, cuando en realidad el conflicto estalló por violaciones al contrato colectivo, a la libertad sindical y a la falta de condiciones de seguridad en la mina.
Entonces, ¿cuánto tiempo más?, porque parece que, en su denodado esfuerzo por mantener impune al tóxico Germán Larrea, para las autoridades mexicanas 18 años no son muchos, casi un suspiro.
Las rebanadas del pastel
De inmediato enseñó el cobre: aún no se instala en la
oficina principal de la embajada de Estados Unidos en México, pero
Ronald Johnson –ex militar de fuerzas especiales y veterano de la CIA,
con lo que ello implica– ya habla de la posibilidad
del utilizar
la fuerza militar gringa en territorio mexicano contra los cárteles de
la droga. Y ese es el tono con el que este energúmeno comienza su labor diplomática
en nuestro país.
Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com
Porque aceptarla sin más, después de tres años de guerra, que suman
miles de muertos y mutilados, así como el estigma de no haber podido
cumplir ninguno de los objetivos que planteó al iniciar su operación militar especial
(desmilitarizar Ucrania, desnazificarla y liberar
el Donbás (Donietsk y Lugansk); ciertamente, consiguió otros no
previstos como establecer un corredor terrestre que une Crimea con Rusia
y anexionarse cuatro regiones ucranias antes de ocuparlas por
completo), sería visto por muchos rusos como un perdedor y por el sector
nacionalista más radical, como un traidor.
Dar un rotundo no a Trump equivaldría a poner en entredicho la
perspectiva de mejorar la relación bilateral y desatar la ira de un
aparente socio
impredecible, que ya anoche al enterarse de los
muchos peros que puso Putin –aplicando ahora contra Moscú su método de
la vara y la zanahoria– ordenó endurecer las sanciones a los bancos
rusos y limitar la posible venta de petróleo.
Por eso, Putin optó por no comprometerse ni con un sí
ni con un no
,
planteando numerosas dudas, algunas razonables como la dificultad de
verificar que nadie viole el acuerdo, y al menos tres que mientras dure
la tregua son inaceptables para Ucrania, Europa y Trump: que Kiev
suspenda el reclutamiento y reubicación de tropas, que Bruselas deje de
darle ayuda militar y financiera y que los 10 mil efectivos ucranios en
Kursk se entreguen como prisioneros. Nada dijo sobre ninguna concesión
de Rusia que, además, se reserva el derecho de reclutar y armarse.
Con ello, pretende endosar a Ucrania la culpa si se niega a declarar el cese de hostilidades bajo las imposiciones rusas y apuesta todo a que podrá convencer a Trump de qué lo apoye, aún consciente de que un mediador no debe ponerse de lado de una sola de las partes beligerantes.
No es claro que Trump acepte que la discusión de las cuestiones que Putin insiste en resolver se vuelva interminable, frustrando lo que tanto anhela: presumir que es el único capaz de lograr un alto el fuego, que no una paz justa y duradera.
Bullrich respondió de la misma manera en que lo ha hecho cada vez que los gobiernos de derecha le han dado puestos de poder: ordenando una represión que no le envidia nada a los regímenes totalitarios ni a los genocidas de la última dictadura militar argentina, de la que ella y la mayor parte de los mileístas son apologistas furibundos. Además de disparar contra un reportero y arrojar al suelo a una anciana de 87 años, las cinco corporaciones lanzadas contra la población bonaerense asaltaron vehículos de transporte público para detener a toda persona que portara indumentaria de equipos de futbol, arrojaron gases lacrimógenos de manera indiscriminada, realizaron decenas de detenciones arbitrarias, obligaron a niños a autoincriminarse por delitos que no ocurrieron, entre otras violaciones graves a los derechos humanos. En una más de sus exhibiciones de desprecio por la ley y las garantías individuales, Bullrich advirtió que todas las personas que acudieron a la protesta fueron fichadas y serán criminalizadas.
Lejos de recular tras la difusión de imágenes que muestran sin margen de dudas el uso desproporcionado y gratuito de la fuerza pública, la ministra acusó de intentar un golpe de Estado a quienes suplican por un alivio a la miseria que padecen después de toda una vida de trabajo. Ayer, en un discurso frente a los grandes latifundistas que efectivamente son autores de golpes de Estado, descendientes de golpistas y beneficiarios de las dictaduras, Milei agradeció a Bullrich, describió a los manifestantes como hijos de puta, y calificó la represión como una defensa de la República, que equiparó con la defensa de la oligarquía frente a los degenerados que propugnan la justicia social. El mandatario que presume su alineamiento incondicional con el genocida Benjamin Netanyahu como una virtud ratificó que su política represiva es un verdadero terrorismo de Estado, pues su finalidad es acabar con cualquier disidencia e imponer el miedo como disuasión a las expresiones de malestar.
Aunque atroz, la conducta de Milei no resulta sorprendente por cuanto
representa las pulsiones autoritarias que nunca ha ocultado. Tampoco
sorprende el cierre de filas de Grupo Clarín y La Nación, los
grandes conglomerados que controlan la mayoría de los medios argentinos,
los cuales llegan a extremos nauseabundos para crear o reproducir la
narrativa de la represión como defensa de los ciudadanos de bien
frente a hordas de delincuentes; complicidad que los medios globales
acompañan con un silencio que corrobora la percepción de que ponen los
negocios por encima de cualquier ética.
Hacemos un llamado a todos los pueblos de nuestro Abya Yala a alzar nuestras voces y repudiar categóricamente estos actos de violencia que han dejado 114 detenidos (entre ellos niños), 20 heridos y al fotógrafo Pablo Grillo en estado grave.
Esta violencia sistemática viola los derechos humanos de las y los jubilados y de todas las personas que fueron reprimidas, poniendo en evidencia el régimen autoritario y fascista encabezado por Milei, que atenta contra la democracia y la soberanía del pueblo argentino.
¡Exigimos la libertad inmediata e incondicional de los detenidos!, ¡Basta de represión!, ¡Castigo a los responsables!
Daniela González López y Eduardo Correa Senior Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos
desde abajorecibir fondos del IMSS-Bienestar (Alejandro Shvarch) para con
asambleas de derechohabientesdel Issste inducir Comités de Salud del Bienestar (Cosabis) –organizados desde arriba por la Secretaría del Bienestar– y luego dispersar desde ellos un goteo de recursos a los insuficientes y deteriorados servicios de salud del Issste? ¿Es la manera adecuada de invertir en los desfinanciados servicios de los trabajadores públicos, presentándola además como
participación social?
Según Shvarch, La Clínica es Nuestra es un proceso de democracia participativa
del IMSS-Bienestar muy sólido que en 2025 incorpora
a los compañeros del primer nivel del Issste –trabajando con la misma metodología– para el florecimiento
de ese primer nivel (Conferencia matutina, 22/1/2025). Todo el fondo
del IMSS-Bienestar suma 6 mil 300 mdp y, a diferencia de la participación
social bajo la responsabilidad de Shvarch –que atiende a población sin
seguridad social–, la de Batres en el Issste cubre un universo
absolutamente diferente, constituido por sus derechohabientes.
Con el financiamiento de Shvarch (nunca precisado) y la logística de
la Secretaría del Bienestar, Martí Batres, director general del Issste
señaló que el objetivo fundamental de La Clínica es Nuestra es mejorar
infraestructura, equipamiento y mobiliario de las unidades con participación comunitaria
de los derechohabientes para mejorar las condiciones
de su atención. ¿Y eso cómo se logra?
Con un universo nacional de 565 clínicas de primer nivel, luego indicó que se hacen asambleas
de derechohabientes adscritos a cada clínica y se elige un comité –con
presidente, secretaria técnica, tesorera– que también aprueba el
proyecto a realizarse en la unidad. Él ejerce
los recursos, contrataciones, obra. Es un proceso, dijo, de apropiación
social/cultural de las comunidades sobre sus unidades. ¿Seguro? Se fortalece
el tejido social porque la gente se junta, se conoce, se une
. ¿Eso lo fortalece
? ¿Cómo? Se favorece
la construcción de la identidad del personal de salud con la derechohabiencia. ¿Y eso cómo se logra? También se fortalece
el enfoque preventivo porque es el primer nivel. ¿Y cómo se lo fortalece? Además que se fomenta
la economía local. ¿Cómo? Los recursos, remató, se aplicarán para
impermeabilizar, mejorar instalaciones eléctricas, hidráulicas,
acabados, techumbres, bardas perimetrales, baumanómetros, estetoscopios,
oxímetros y mobiliario: sillas, anaqueles, pantallas, botiquines.
La secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, aclaró que las asambleas se llevan con un facilitador
(servidor de la nación) y un “secretario técnico (de la plantilla del Issste) para instalarla
y dirigir
los primeros trabajos (Conferencia matutina, 22/1/2025). Es decir, una
asamblea inducida desde arriba (como documentan relatorías sobre su
instalación, 15/3/2025).
Después se distribuyó una convocatoria, de la Dirección de Oficinas
de Representación Issste, invitando a participar en asambleas de La
Clínica es Nuestra (15/2/2025) acudiendo a la que te corresponde
y participar en la asamblea comunitaria
que determinará las mejoras
, además de elegir el Cosabi que garantizará
la gestión de los proyectos. Tu participación es importante
. Detallando objetivos y funcionamiento para ayudarnos
a mejorar 565 clínicas, los Cosabis (Comité de Contraloría Social (uno a tres derechohabientes) y el Plan de Trabajo.
Otra convocatoria publicitó: ayudamos
a mejorar 13 unidades de
medicina familiar detallando objetivos, Cosabis, funcionamiento, comité
de contraloría social y plan de trabajo. Respecto a las asambleas
comunitarias enfatizó que ellas son el mecanismo de participación para designar
(desde arriba) y conformar los Cosabis aclarando que la integración estará sujeta a las dinámicas
de vida de la población, sus tiempos y mecanismos de organización. ¿Cuáles mecanismos si esa organización
deriva –en el caso de La Clínica es Nuestra, de Batres– de la inducción de la Secretaría de Bienestar con su facilitador
(servidor de la nación) y del propio Issste con su secretario técnico
(que forma parte de la plantilla del Issste)?
Frente al urgente fortalecimiento del seguro salud-Issste y la cascada de recursos que reclama, se aprecia que arribar desde la política en general a la seguridad social, como el caso de Batres (presidente del partido Morena 2014-2015), puede conducir a propuestas sin real soporte sanitario.
¿Su participación social en salud desde abajo
consiste en
dictar, con la Secretaría del Bienestar, los Cosabis desde arriba para
dispersar desde ahí un goteo de recursos provenientes del
IMSS-Bienestar? ¿Ello rompe la pasividad
ciudadana y fortalece
el primer nivel preventivo
?
¿Es antineoliberal? ¿O es otra cosa? La participación social en salud
siempre será bienvenida, pero bien labrada con la población y con
precisión sanitaria.
UAM-X
Nacido en el seno de una familia de refugiados palestinos en Siria,
casado con una estadunidense y que, después de haber trabajado para el
gobierno británico, emigró a Estados Unidos en 2022, completó su tesis
de maestría en políticas internacionales y públicas y estaba por
graduarse en un par de meses, Khalil es un residente legal permanente en
Estados Unidos, habiente de una green card, que, según los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), le ha sido revocada por su activismo
. Si bien las residencias pueden ser revocadas, si su titular comete delitos como apoyar materialmente a una organización terrorista
(en este caso Hamas) –lo que parece estar insinuando la administración
trumpista, pero sin presentar ninguna prueba ni acusación oficial al
respecto−, no es competencia del presidente ni de su secretario de
Estado, sino de un juez de inmigración, y menos se puede anular por
tener opiniones o participar en protestas (derechos protegidos por la
Constitución) que no son de agrado de la administración en turno (t.ly/H3Umm).
La principal base legal para procesar al activista es una disposición
legal raramente utilizada −aplicada, por ejemplo, en 1995 a Mario Ruiz
Massieu (t.ly/EqXPs) y declarada anticonstitucional por una jueza, hermana de… Trump (t.ly/Tmj1I)−,
promulgada para atacar a los sobrevivientes judíos del Holocausto de
Europa del Este que llegaban a Estados Unidos en los años 40 y 50,
sospechosos de ser agentes soviéticos y de amenazar los intereses de la política exterior estadunidense
(t.ly/1Zo0Y). Si bien esto refleja perfectamente el espíritu del neomacartismo
trumpista obsesionado con los enemigos internos
−como ha señalado el sociólogo Richard Sennett (t.ly/8iEVL)−, el clima político que abrió la puerta al arresto de Khalil es legado de su predecesor.
La administración de Joe Biden y el establishment demócrata creó las condiciones que ahora Trump aprovecha en su cruzada expulsora
contra los subversivos
,
sean migrantes o ciudadanos plenos. Han sido ellos quienes han
demonizado y tratado de criminalizar a los opositores al genocidio en
Gaza como extremistas antisemitas
. Han sido los políticos
liberales quienes reprimieron violentamente los campamentos
propalestinos en los campus, no sólo en Columbia, sino también en otras
universidades. Y así, su sofocación de la disidencia y ataques a la
libertad de expresión ayer, fruto de su apoyo incondicional a Israel,
los hace cómplices de la represión de hoy.
Resulta que, más allá de las pretensiones, ninguna de ambas administraciones ha sido tan diferente (t.ly/WHCCZ),
tampoco en este rubro. Cuando a finales de 2023 la vocera de la Casa
Blanca Karine Jean-Pierre comparó a los manifestantes que pedían el alto
al genocidio en Gaza y la implementación inmediata del cese el fuego,
muchos judíos estadunidenses, con los neonazis de Charlottesville
(sic), a quienes Trump defendió (in)famosamente después de una marcha
violenta en 2017, a fin de justificar la brutal violencia policiaca en
su contra, emulaba la misma demonización a la que Trump sujetó en otro
momento a los activistas de #BlackLivesMatter, volcando todo el aparato
represivo del Estado en su contra.
Este clima político bidenista era igualmente reminiscente de la
represión de las manifestaciones contra la guerra en Vietnam, que llegó a
su punto máximo bajo la administración de Nixon, pero que fue iniciada
por sus predecesores demócratas. En 1970, antes de mandar a la Guardia
Nacional a suprimir la protesta en la Universidad de Kent, el gobernador
de Ohio (t.ly/3dtK4) comparó a los manifestantes con las camisas pardas nazis
. Si los estudiantes eran nazis
−tal como según la administración de Biden lo eran los manifestantes
propalestinos−, entonces era justificado usar todo el tipo de fuerza en
su contra: el saldo de la represión en Ohio han sido cuatro muertos,
varios heridos y un estudiante paralizado de por vida (t.ly/ZlI_q). En usar todas las previsiones de la ley
,
incluidas las oscuras disposiciones que hoy trata de aplicar Trump
contra Khalil −“sólo la primera de las cabecillas del activismo
universitario ‘antiamericano’ en caer”, según el pre-sidente− éste sigue
simplemente los pasos de sus predecesores, cuyo mutismo hoy es igual al
del año pasado, cuando la Universidad de Columbia llamó a la policía
para brutalizar a sus propios estudiantes, no es sorprendente.
El mundo en el que los saludos nazis son normales
−e incluso blanqueados por el propio Israel y sus agencias como la Liga Antidifamación (t.ly/gpRe7), la misma que acaba de celebrar el arresto de Khalil por el peligro
que representa (v)− y el gobierno y las universidades sofocan la libre expresión y el libre pensamiento mientras las sandías son antisemitas
y todo el activismo propalestino es perseguido y criminalizado, es un
mundo particular trumpista, pero uno para el que, primero habilitando el
genocidio en Gaza y luego tratando de sofocar sus críticas en casa,
sentó las bases Joe Biden.
la educación es librehay requisitos para impartirla), la nueva era un proyecto que partía de las condiciones en que la gran mayo-ría del país, campesinos, trabajadores, maestros y empleados vivían y trabajaban en la sociedad mexicana (la llamada
educación socialistaque nutriría el sexenio de Cárdenas). Doce años después, en 1946, el texto cardenista fue desechado por el Congreso por iniciativa del presidente Ávila Camacho, quien mencionó que en ella había
un problema de redacción(¡sic!). Se aprobó entonces un texto que tenía como edulcorante propósito
el desarrollo armónicode las personas (y del país). Era la
escuela del amoro nueva escuela mexicana, como entonces se le llamaba irónicamente.
alborotosuniversitarios eran promovidos por los y las más jóvenes estudiantes. El gobierno asumió entonces la política de ya no crear instituciones integrales. Surgieron así, sin bachillerato, universidades como la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Y, por otra parte, se crearon sistemas de educación media superior como el Colegio de Bachilleres (Colbach) y escuelas técnicas. Los jóvenes de inmediato identificaron que eran una especie de limbo, ni educación básica ni superior, aisladas, sin el ambiente de profesores e investigadores universitarios y sin la certidumbre al menos de poder seguir estudiando (pase automático). Hubo entonces que
inducira los jóvenes y se les pedía que hicieran una autoasignación de opciones –pero que realmente no les interesaban. Esta mezcla de la indefinición del nivel y el desinterés de los jóvenes hizo que las nuevas escuelas migraran con facilidad hacia ambientes represivos:
basura, se les llamaba en el Conalep a los estudiantes que se hartaban. Este experimento de asignación forzosa duró 30 años (1996-2025) y ahora se propone continuarlo mediante la autoasignación:
escoge tú mismo cuál escuela quieres de entre las que ya sabemos que no quieres.
autoasignadasa los pobres) es más difícil ingresar a la universidad. Sin darles oportunidad de ver otros horizontes, como estar y trabajar en el mundo desde la filosofía, las ciencias y la técnica. A las y los jóvenes les gusta discutir las grandes problemáticas y eso es central en la educación y, por eso, en la formación para el trabajo. Habría más razones, pero no estamos frente a un tema educativo o laboral, sino político. Algo tan importante como responder a las demandas y necesidades de conocimiento de los y las jóvenes, pero también algo tan vital para la educación como es la certidumbre de condiciones dignas de trabajo y de jubilación para los profesores, investigadores y maestros (Ley del Issste).
* UNAM

Echeverría había sido secretario de Gobernación en el periodo de Díaz Ordaz y, desde esa posición, concentraba una serie de atribuciones –formales y de facto– que contribuyeron de manera inequívoca a la masacre estudiantil del 68. A su vez, como presidente de la República en 1971, Echeverría experimentó con formas de control que derivaron en una nueva represión ha-cia las expresiones estudiantiles de resistencia. Siguiendo las estimaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en Tlatelolco habían sido masacrados al menos 350 estudiantes, mientras en 1971 fueron asesinados alrededor de 120.
La década de los años 70, marcada por estos hechos ominosos, también expresaría una nueva forma de hacer política. Echeverría impulsaba una doble propuesta de apertura democrática y desarrollo compartido que constituían el eje discursivo de su gestión. Durante dicha gestión, la política educativa alcanzaría una gran presencia merced al enorme gasto social y a una estrategia que apelaba a la importancia nacional de la educación.
La voluntad oficial para atender el campo educativo superior, incluido el nivel medio, resultaría espectacular y pronto sus efectos se verían reflejados con la creación de nuevas instituciones –el Colegio de Ciencias y Humanidades, las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales y el Sistema de Universidad Abierta en la UNAM, así como el Colegio de Bachilleres y la Universidad Autónoma Metropolitana, en el ámbito nacional– y una táctica que analistas han caracterizado como de cooptación y control de los sectores intelectual y estudiantil.
Así, la educación superior alcanzaría una presencia impensable unos años antes. En ese contexto, el contradictorio personaje, que fundaba instituciones y a la vez reprimía al estudiantado, buscaría acercarse a la UNAM con el propósito explícito de inaugurar sus cursos y, sobre todo, de congraciarse con su comunidad.
Echeverría iniciaba su discurso agradeciendo una pretendida invitación de los universitarios. Lo cierto es que se trataba de una auto invitación, pues el entonces rector, Guillermo Soberón, afirmaría años después que los funcionarios cercanos al presidente le decían: “¿Cuándo vas a invitar al presidente a la UNAM, Guillermo? Me desentendía del tema, simulaba indiferencia. Es que el ambiente en la UNAM era muy adverso al presidente Echeverría. Y se sabía. ¡Pero él lo pidió! Yo advertí sobre el riesgo…” (bit.ly/41UpIuG)
El ambiente universitario resultó tal como cabría imaginarse: muy poco receptivo y absolutamente irreverente ante la figura presidencial. Las imágenes (bit.ly/4bA2AGy) dan testimonio de un Echeverría exaltado y reaccionando ante los gritos de un auditorio que tenía frente a sí al personaje más visible de la represión hacia el estudiantado. Así, el discurso del presidente se volvía peligrosamente provocador: “¡así gritaban las juventudes de Mussolini y Hitler!, ¡escuchen jóvenes manipulados por la CIA!, ¡jóvenes profascistas!, ¡jóvenes del coro fácil! El estudiantado, por su parte, incrementaba su inconformidad y malestar ante las arengas del presidente. Un escenario volátil, permanentemente en el filo de la navaja.
La década de los 70, pródiga para la educación superior y, de manera paradójica, plena de tensiones y de formas represivas –algunas veces sutiles y otras abiertamente violentas– dejaron una profunda huella en las instituciones nacionales. La expresión de fuerzas políticas como el Partido Comunista, de movimientos sociales y sindicales, así como de múltiples reivindicaciones universitarias detonaron un nuevo México, que daría cabida a sectores cada vez más conscientes de su papel social. Hace 50 años, los jóvenes no solamente se encontraban muy lejos del fascismo: habían sabido resistir la insolencia de un personaje que representaba al México del pasado.
* Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM
Naomi Klein. La doctrina del shock es un libro de 2007 de la
autora y activista social canadiense, en el cual argumenta que el
neoliberalismo ha cobrado relevancia gracias a una estrategia deliberada
que denomina capitalismo del desastre
, donde los actores
políticos explotan el caos de los desastres naturales, las guerras y
otras crisis para impulsar políticas impopulares.
Por su parte, Trump usa amenazas creíbles –que lo son porque su comportamiento y acción política confirma sus propósitos– para generar miedo y paralizar al oponente. Las narrativas están siempre bien estructuradas y se deslizan deliberadamente hacia símbolos que expresan eventos históricos traumáticos.
Munich. Tanto el discurso del vicepresidente Vance en Munich, como todo los actos y narrativas alrededor de Ucrania y la cercanía de Trump con Putin, sugerían analogías, sea con el pacto Ribbentrop-Molotov de los treinta, con el cual se le arrebata a Checoeslovaquia la región del Sudetes; sea más ampliamente con los acuerdos de Yalta, donde Estados Unidos y la Unión Soviética se dividieron los territorios europeos.
Polk. Desde su discurso de toma de posesión Trump usó un término inequívoco para los mexicanos y muchos otras naciones: destino manifiesto. Aparece por primera vez en el artículo Anexión
del periodista John O’Sullivan, publicado en julio-agosto de 1845. En él se decía: El
cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el
continente que nos ha sido asignado por la providencia para el
desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno
. El
presidente James Polk primero aprobó la anexión de Texas y luego con un
conjunto de provocaciones bajo una cruzada del destino manifiesto, creó
el clima propicio para declarar la guerra contra México.
¿Y el cambio de nombre de Golfo de México por Golfo de América, es una simple broma de un individuo senil? ¿Y las incursiones aéreas de las fuerzas aéreas estadunidenses? ¿Y las acusaciones de que gobierno mexicano está infiltrado o en contubernio con los cárteles criminales? ¡Claro que no!
Trump es un episodio. En las páginas del Financial Times se
llevó a cabo recientemente por medio de dos sendos artículos publicados
separadamente, un excelente debate sobre Trump. Joseph Nye uno de los
mayores exponentes de la política exterior de Estados Unidos en el siglo
XX y creador de concepto de poder blando
, en 1990, para
caracterizar la manera como algunos países ejercen influencia sobre
otros sin recurrir directamente a las fuerzas armadas, considera que el
nacionalismo nativista de Trump no tendrá éxito y concluye que el poder
blando tendrá muchos problemas en los siguientes cuatro años. Desde
luego su visión es histórica, pero ve el fenómeno Trump como un episodio
que concluirá en cuatro años.
Trump, expresión de una tendencia profunda. Para Adam Tooze, un excelente economista de origen británico, entender el fenomeno Trump requiere una revision histórica de cómo llegamos a este punto, y qué significa. Para él, Trump no es sólo un shock, sino indicativo de una tendencia más profunda y a largo plazo. Es enfático en señalar que la coalición que sustentó la globalización estadunidense en su variante liberal ya colapsó y eso no comenzó ni cuando ganó Trump por primera vez.
Me identificó con esta visión. Desde hace dos años vengo insistiendo que Trump es una amenaza existencial para México.
¿Y sí tomamos en serio las amenazas de invasión estadunidense? Quiero empezar por reflexionar algunos aspectos relevantes de la guerra de intervención de Estados Unidos contra México de 1846-1848.
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