En tela de juicio
Por Manuel Fuentes Muñiz*
México DF, 3 feb 09 (CIMAC).- La Constitución Mexicana cumple este 5 de febrero 92 años; es una anciana rejuvenecida con 476 parches. No es la joven de antaño preocupada en la preeminencia de las garantías individuales y sociales; ahora es más ambiciosa, su preferencia de los últimos 32 años ha sido la protección al libre comercio y la ganancia sin límite.
Tiene ahora un mayor parecido a un código de comercio que a un ordenamiento político, social y económico en beneficio de toda la población. La clase política ha usado a la Constitución para justificar sus tropelías, su permanencia en el poder y beneficiar a los grandes sectores financieros; ahora a casi un siglo de su existencia está irreconocible.
Tan solo los últimos 6 presidentes han impulsado 308 modificaciones constitucionales que representan el 64.7 por ciento de las 476 reformas que de acuerdo a la Cámara de Diputados se han realizado desde 1917.
Ernesto Zedillo tiene el primer lugar con 77 cambios a la Constitución, enseguida Miguel de la Madrid con 66, Carlos Salinas 55 y Felipe Calderón con apenas dos años de gestión ocupa el 4º sitio con 45 reformas constitucionales.
En 5º posición se encuentra José López Portillo con 34 reformas y la 6ª y última posición de este grupo la tiene Vicente Fox con 31 cambios constitucionales.
Todas estas reformas se realizaron para crear una especie de democracia para elegir diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores y hasta presidentes de la república exclusivamente a través de los partidos políticos; sin embargo por otro lado se afianzó una dictadura económica para beneficiar a unos cuantos.
Se fortaleció un modelo económico ajeno a las necesidades nacionales bajo los dictados del Banco Mundial para abrir espacios a las grandes empresas transnacionales y de agentes financieros internacionales.
Fue con la entrada del Tratado de Libre Comercio que se impuso un modo de vida extraño a nosotros: la libre ganancia por sobre todas las cosas, aún sobre la vigencia de las garantías individuales y sociales.
La garantía de lucro se procuró antes que el derecho a la vida, la seguridad jurídica, la educación, un trabajo digno, vivienda, seguridad social y mejores condiciones de vida para la sociedad entera.
Las reformas tuvieron la intención de que los capitales extranjeros tuvieran el mismo tratamiento que los nacionales a pesar de su notable desigualdad. Se privatizaron más de un millar de empresas desde 1982 para evitar que el Estado se convirtiera en factor de equilibrio económico.
La reforma al Artículo 27 Constitucional trajo consigo innumerables modificaciones a leyes reglamentarias como la agraria, forestal, de pesca, minera, de aguas nacionales, de energía eléctrica y petroquímica básica, todas ellas con un mismo objetivo: privatizar y concesionar a los particulares tanto nacionales como extranjeros la explotación de nuestros recursos naturales.
Las modificaciones constitucionales permitieron modificar las leyes que regulan la actividad financiera en sus diversos ámbitos, entre ellas la del Banco de México, con el objeto de evitar la intervención estatal en la economía y fortalecer la autorregulación privada.
Con el paso del tiempo la clase política mexicana le ha perdido el respeto a la Constitución debido a su avanzada edad. Ha preferido ignorarla en lo que no le conviene, modificando leyes, aún cuando vayan contra la esencia de ésta.
De esta manera se han privatizado legalmente los fondos pensionarios de las y los trabajadores del IMSS y el ISSSTE contrariando la seguridad social protegida en la Constitución. Por medio de las llamadas Afores se han abierto las arcas de miles de millones de pesos en perjuicio de las y los trabajadores y en beneficio de agentes financieros extranjeros.
Ahora se propalan próximas reformas a la Ley Federal del Trabajo sin pretender modificar el Artículo 123 constitucional para dar mayor libertad al capital privado para despedir trabajadoras y trabajadores y flexibilizar aún más sus condiciones de trabajo.
ARTÍCULO 4º Y EQUIDAD, LETRA MUERTA
En otros casos ni siquiera se realizan reformas legales para eludirla, simplemente y de manera cínica no se acata la Constitución. La equidad de género prevista en el Artículo 4º constitucional es letra muerta y las mujeres siguen padeciendo en los hechos desigualdad familiar, económica, social y política.
De nada sirven los amparos, ni la intervención del Poder Judicial, ni la existencia de Comisiones de Derechos Humanos si los gobiernos siguen empecinados en seguir burlando la Constitución en el ámbito de los derechos humanos y proteger los intereses económicos de los grandes corporativos.
La Constitución debe representar los intereses de la sociedad entera; sin embargo ahora a sus 92 años se encuentra arrumbada y maltrecha sirviendo a los intereses de los grupos fácticos de este país.
Por Manuel Fuentes Muñiz*
México DF, 3 feb 09 (CIMAC).- La Constitución Mexicana cumple este 5 de febrero 92 años; es una anciana rejuvenecida con 476 parches. No es la joven de antaño preocupada en la preeminencia de las garantías individuales y sociales; ahora es más ambiciosa, su preferencia de los últimos 32 años ha sido la protección al libre comercio y la ganancia sin límite.
Tiene ahora un mayor parecido a un código de comercio que a un ordenamiento político, social y económico en beneficio de toda la población. La clase política ha usado a la Constitución para justificar sus tropelías, su permanencia en el poder y beneficiar a los grandes sectores financieros; ahora a casi un siglo de su existencia está irreconocible.
Tan solo los últimos 6 presidentes han impulsado 308 modificaciones constitucionales que representan el 64.7 por ciento de las 476 reformas que de acuerdo a la Cámara de Diputados se han realizado desde 1917.
Ernesto Zedillo tiene el primer lugar con 77 cambios a la Constitución, enseguida Miguel de la Madrid con 66, Carlos Salinas 55 y Felipe Calderón con apenas dos años de gestión ocupa el 4º sitio con 45 reformas constitucionales.
En 5º posición se encuentra José López Portillo con 34 reformas y la 6ª y última posición de este grupo la tiene Vicente Fox con 31 cambios constitucionales.
Todas estas reformas se realizaron para crear una especie de democracia para elegir diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores y hasta presidentes de la república exclusivamente a través de los partidos políticos; sin embargo por otro lado se afianzó una dictadura económica para beneficiar a unos cuantos.
Se fortaleció un modelo económico ajeno a las necesidades nacionales bajo los dictados del Banco Mundial para abrir espacios a las grandes empresas transnacionales y de agentes financieros internacionales.
Fue con la entrada del Tratado de Libre Comercio que se impuso un modo de vida extraño a nosotros: la libre ganancia por sobre todas las cosas, aún sobre la vigencia de las garantías individuales y sociales.
La garantía de lucro se procuró antes que el derecho a la vida, la seguridad jurídica, la educación, un trabajo digno, vivienda, seguridad social y mejores condiciones de vida para la sociedad entera.
Las reformas tuvieron la intención de que los capitales extranjeros tuvieran el mismo tratamiento que los nacionales a pesar de su notable desigualdad. Se privatizaron más de un millar de empresas desde 1982 para evitar que el Estado se convirtiera en factor de equilibrio económico.
La reforma al Artículo 27 Constitucional trajo consigo innumerables modificaciones a leyes reglamentarias como la agraria, forestal, de pesca, minera, de aguas nacionales, de energía eléctrica y petroquímica básica, todas ellas con un mismo objetivo: privatizar y concesionar a los particulares tanto nacionales como extranjeros la explotación de nuestros recursos naturales.
Las modificaciones constitucionales permitieron modificar las leyes que regulan la actividad financiera en sus diversos ámbitos, entre ellas la del Banco de México, con el objeto de evitar la intervención estatal en la economía y fortalecer la autorregulación privada.
Con el paso del tiempo la clase política mexicana le ha perdido el respeto a la Constitución debido a su avanzada edad. Ha preferido ignorarla en lo que no le conviene, modificando leyes, aún cuando vayan contra la esencia de ésta.
De esta manera se han privatizado legalmente los fondos pensionarios de las y los trabajadores del IMSS y el ISSSTE contrariando la seguridad social protegida en la Constitución. Por medio de las llamadas Afores se han abierto las arcas de miles de millones de pesos en perjuicio de las y los trabajadores y en beneficio de agentes financieros extranjeros.
Ahora se propalan próximas reformas a la Ley Federal del Trabajo sin pretender modificar el Artículo 123 constitucional para dar mayor libertad al capital privado para despedir trabajadoras y trabajadores y flexibilizar aún más sus condiciones de trabajo.
ARTÍCULO 4º Y EQUIDAD, LETRA MUERTA
En otros casos ni siquiera se realizan reformas legales para eludirla, simplemente y de manera cínica no se acata la Constitución. La equidad de género prevista en el Artículo 4º constitucional es letra muerta y las mujeres siguen padeciendo en los hechos desigualdad familiar, económica, social y política.
De nada sirven los amparos, ni la intervención del Poder Judicial, ni la existencia de Comisiones de Derechos Humanos si los gobiernos siguen empecinados en seguir burlando la Constitución en el ámbito de los derechos humanos y proteger los intereses económicos de los grandes corporativos.
La Constitución debe representar los intereses de la sociedad entera; sin embargo ahora a sus 92 años se encuentra arrumbada y maltrecha sirviendo a los intereses de los grupos fácticos de este país.
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