Alejandro Puente, presidente de la Canitec.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (apro).- Desde el inicio de la guerra entre Televisa y Telmex por el control del mercado del triple play (servicios
convergentes de voz, datos y video) en México, el cablero Alejandro
Puente Córdova se convirtió en el vocero más aguerrido y continuo de la
empresa de Emilio Azcárraga Jean.
Lo mismo ha publicado
desplegados en contra de periodistas críticos, como el reciente contra
Carmen Aristegui, que contra la exsubsecretaria de Comunicaciones,
Purificación Carpinteyro, que contra Telmex-Telcel, contra MVS y Grupo
Dish e, incluso, contra Ricardo Salinas Pliego, antes de que el
concesionario de TV Azteca aspirara a ser socio de Televisa a través de
Grupo Iusacell.
En tono por demás grosero, en el desplegado contra
Aristegui, Alejandro Puente acusa a la conductora de MVS Radio de
utilizar su entrevista del viernes 11 de mayo con Enrique Peña Nieto, el
candidato presidencial del PRI, para “dedicarse a la defensa y
promoción de intereses corporativos del señor Carlos Slim”.
No es
nuevo en la historia de Puente. Ese ha sido su estilo. Convertirse en un
crítico unilateral a Telmex-Telcel y a los periodistas o analistas que
plantean una competencia en el mercado de la televisión abierta o a los
legisladores que buscaron regular el must carry o el must offer, las dos reglas principales para permitir una sana competencia en los contenidos de televisión restringida.
Puente
va a cumplir casi una década al frente de la Cámara Nacional de la
Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec), un organismo que
representaba a cerca de 200 concesionarios de este servicio de
televisión restringida.
Su poder e influencia se acrecentaron de
la mano de la estrategia de Televisa para ir apropiándose de las
empresas de televisión por cable más grandes del país. Televisa, además
de ser propietaria de Cablevisión México y Cablevisión Monterrey,
adquirió Cablemás, TVI (Milenio TV) y, además, armó un cártel del triple play con Megacable, de la familia Yamuni, con quienes formó la empresa Yoo.
“Canitec
se convirtió en el representante del cártel Yoo. Televisa es Yoo”,
afirma Salomón Elías Padilla, representante legal de la Asociación de
Redes de Telecomunicaciones de México (ARTM), grupo que se separó de la
Canitec, y presentó una demanda ante la Comisión Federal de Competencia
en contra de la política de concentración y creciente dominio de
Televisa en la televisión por cable.
En la propia página de
Canitec, se afirma que Alejandro Puente vendió sus redes “como
consecuencia de la consolidación de la industria del cable en 2008”,
pero “continúa siendo socio de la empresa Cablemás, segundo operador de
cable más importante en el país, con cerca de un millón de suscriptores
de televisión, 310 mil suscriptores de Internet en banda ancha y más de
150 mil en telefonía digital”.
Al tiempo que la concentración de
Televisa en el terreno de la televisión por cable fue avanzando, Puente y
la Canitec se convirtieron en enemigos abiertos a la posibilidad de que
la Secretaría de Comunicaciones y Transportes cambiara el título de
concesión de Telmex para que la empresa del magnate Carlos Slim pudiera
ofrecer también servicios de triple play.
Puente se
convirtió en el más adelantado en la cruzada “anti Telmex”, al grado que
en la guerra abierta desatada en febrero de 2011 entre Telmex y
Televisa la Canitec demandó a las empresas telefónicas de Slim, al
tiempo que criticó la sociedad entre MVS y Telmex para crear la empresa
Dish, la primera compañía de televisión por satélite de bajo costo que
ha representado una dura competencia para Sky, la segunda compañía más
importante de Grupo Televisa.
Los ataques de Puente, a través de
sendos desplegados, también se dirigieron en algún momento contra
Ricardo Salinas Pliego y su empresa HiTV, por presunta
violación a su título de concesión al ofrecer servicios a varios canales
de televisión, utilizando los llamadazos “canales espejo” que la SCT
les otorgó para la transición al modelo digital. Canitec le demandó a la Cofetel que suspendieran este servicio de televisión restringida de Salinas Pliego.
En
mayo de 2009, Salinas Pliego acusó a Canitec y a Televisa de preservar
“prácticas monopólicas”. Incluso, mandó a publicar un duro desplegado,
el 14 de mayo, con estas afirmaciones:
“La empresa Televisa, Sky y
Cablevisión, así como sus socias Cablemás y Televisión Internacional, y
las empresas que forman parte de la Canitec, han hecho todo lo posible
para impedir que se rompa el monopolio de TV de paga, para impedir que
bajen los precios al consumidor, para impedir que haya una mayor oferta
en esta industria.
“Por eso, ahora TV Azteca reta al monopolio de
TV de paga, igual que en 1993, cuando retó y rompió el monopolio de
Televisa en la tv abierta”.
Dos años después, los presuntos
adversarios se unieron. En mayo de 2011, Grupo Salinas y Televisa
anunciaron que iban de la mano juntas en la empresa Total Play. La Canitec y Alejandro Puente no volvieron a atacar al nuevo socio.
Puente
ha sido también un personaje con amplios contactos en otros ámbitos
informativos. Fue consejero patrono del Consejo de Administración del
periódico El Universal, es presidente del Consejo de
Administración de EfektoTV, empresa en la que tiene el 75 por ciento de
las acciones. Es miembro del patronato del Museo Nacional de
Antropología.
En febrero de este año sustituyó al suegro de Emilio
Azcárraga Jean como integrante del Consejo de Participación Ciudadana
de la PGR, por un periodo de dos años.
Curiosamente, se convirtió
también en candidato a senador, por la vía plurinominal, por el
Movimiento Ciudadano, partido que antes fue Convergencia, y que forma
parte de la coalición de izquierda que postula a la Presidencia de la
República a Andrés Manuel López Obrador.
La posición de Puente,
como segundo en la lista plurinominal, representó el desplazamiento del
actual diputado federal del PT, Porfirio Muñoz Ledo.
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