Leonardo García Tsao
La ciudad francesa de Niza es un atractivo turístico debido a su
mercado de flores, sus restaurantes y sitios históricos , pero sobre
todo por el festival de cine de Cannes. La imagen muestra la playa a
reventar, como cada año en temporada de encuentro cinematográficoFoto Ap
Cannes, 14 de mayo. La
alineación de la competencia de Cannes responde, naturalmente, a la
habitual costumbre de reunir una mayoría de nombres de prestigio con
otros de cineastas conocidos, en posible ascenso. Entre los ganadores
previos de la Palma de Oro figuran el austriaco Michael Haneke con Love, el iraní Abbas Kiartostami con Like Someone in Love, el británico Ken Loach con The Angel’s Share y el rumano Christian Mungiu con Dupa dealuri (Más allá de las colinas).
La lista de nombres llamativos incluye también a previos ganadores
del Grand Prix (el segundo lugar): el francés Jacques Audiard con De rouille et d’os (De óxido y hueso), el italiano Mateo Garrone con Reality y el también francés Alain Resnais, el más veterano de todos los presentes, con Vous n’avez rien encore vu (Aún no han visto nada). También cabe mencionar a autores como el canadiense David Cronenberg con Cosmopolis, el brasileño Walter Salles con On the Road, el austriaco Ulrich Seidl con Paradies: Liebe (Paraíso: amor) o al danés Thomas Vinterberg con Jagten (La cacería). Curiosamente, en esta ocasión Cannes no se ha arriesgado con ningún debutante. Y, como ya se ha comentado, ahora la competencia parece el Club de Tobi, pues no se ha seleccionado una sola película hecha por cineasta femenina. La indignación feminista de algunas realizadoras francesas no tardó mucho tiempo en darse.
Desde luego, la nota más importante para la perspectiva nacional es la sostenida presencia del cine mexicano en las secciones principales. En competencia por tercera ocasión se encuentra Carlos Reygadas, quien participa esta vez con Post Tenebras Lux, mientras Michel Franco presenta en Una cierta mirada su segundo largometraje, Después de Lucía, y Yulene Olaizola, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, debuta en el festival con su tercer largometraje, Fogo, coproducción mexicano-canadiense, seleccionada en la Quincena de realizadores. (Eso, por no mencionar las coproducciones en las que ha participado nuestro país, dirigidas por cineastas sudamericanos.)
De hecho, la de Reygadas es la única película hispanoparlante
de la competencia. Para hallar más presencia iberoamericana se debe
acudir a Una cierta mirada, donde además de la película de Franco se han
programado la película de episodios 7 días en La Habana (de diversos directores), Elefante blanco, del argentino Pablo Trapero, y La playa DC, del colombiano Juan Andrés Arango. Más títulos pueden hallarse en la Quincena de realizadores: 3, del uruguayo Pablo Stoll; Infancia clandestina, del argentino Benjamín Avila; La sirga, del colombiano William Vega; No, del chileno Pablo Larraín, y Sueño y silencio, del español Jaime Rosales, además de la proyección especial de La noche de enfrente, del
fallecido Raúl Ruiz. No debe extrañar, pues el nuevo director de la
Quincena, el crítico Edouard Waintrop, ha mostrado en su trayectoria
particular interés en el cine latinoamericano.
Finalmente, en la Semana de la crítica, cuyo nuevo director, Charles
Tesson, ha sustituido al amigo Jean-Christophe Berjon, se cuentan dos
participaciones: Aquí y allá, del español Antonio Méndez Esparza, quien trata un tema mexicano situado en el estado de Guerrero, y Los salvajes, del argentino Alejandro Fadel. Además de la ya tradicional exhibición de los cortos seleccionados por el Festival de Morelia.
Como siempre, el festival de Cannes en sus inicios se ve hinchado de
promesas. En los siguientes días veremos qué tanto se cumplen… o no. Por
lo pronto, la película inaugural no parece responder a la tradición del
usual entretenimiento hollywoodense. Moonrise Kingdom (Reino de la luna ascendente), del
idiosincrásico Wes Anderson, es una apuesta por cierto cine de autor
que no a todos convence. (Su anterior cinta, el ejercicio de animación El fantástico Sr. Zorro,
no pasa de ser una curiosidad.) En este caso se trata de una historia
de educación sentimental, situada en los años 60, interpretada por un
reparto variopinto: Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Tilda
Swinton.
Twitter: @walyder
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