Escrito por Jenaro Villamil
Reportaje Publicado Originalmente en la Edición No. 1854 de Proceso.
En el primer debate televisivo entre los
cuatro candidatos presidenciales, Enrique Peña Nieto, el aspirante del
PRI-PVEM, lanzó una frase que abrió las compuertas de una nueva polémica
sobre sus millonarios contratos para promover su figura y su
candidatura en Televisa y TV Azteca, las dos principales empresas de
televisión abierta:
“Yo le diría a Andrés Manuel (López
Obrador): si la televisión hiciera presidentes, usted sería presidente
Andrés Manuel, porque durante su gestión como Jefe de Gobierno destinó
más de mil millones de pesos y tengo aquí los documentos de la cuenta
pública que representan más del doble de lo que el Estado de México
gastó en comunicación social”.
En su réplica, López Obrador le presentó
el resumen de 8 cuartillas del Presupuesto 2005-2006, negociado por el
gobierno de Peña Nieto y las empresas TV Promo y Radar Servicios
Especializados, ambas intermediarias o brokers de Televisa.
Para el primer año de la administración del priista presupuestaron 691 millones 734 mil pesos en tiempos de televisión vía spots (327.4
millones de pesos) y 364.3 millones de pesos en compra de información,
incluyendo 180 notas informativas en los noticieros de Televisa.
El proyecto original fue publicado por Proceso en
su edición No. 1512, el 23 de octubre de 2005. El presupuesto total
ascendía a 724.11 millones de pesos porque incluía 44.4 millones de
pesos en “estrategia integral de comunicación” más 10.7 millones de
pesos en inserción de 37 publirreportajes en 9 revistas de la empresa
Televisa.
Este documento, entregado a Proceso
junto con un CD, incluyó 50 páginas de un detallado Plan de Trabajo
2005-2011 cuyos objetivos principales eran deslindar a Peña Nieto,
recién electo gobernador, del “escándalo Arturo Montiel”, su antecesor y
padrino político, y convertir a joven mandatario en una figura
política, conocida a nivel nacional y “posible candidato” del PRI a la
presidencia de la República.
La información fue entregada por una
fuente anónima “para proteger mi vida y la de mi familia”. Señalaba a TV
Promo, “brazo político y financiero de Televisa” como un instrumento “a
través del cual esta empresa vende sus espacios publicitarios, sus
contenidos noticiosos e, incluso, su línea editorial a cambio de favores
y de retribuciones futuras”.
La misma fuente advirtió en su escrito
que Televisa lleva una doble contabilidad a través de TV Promo: “Esta
televisora logra maquillar cifras y montos relacionados con los gastos
de campaña de sus clientes a fin de evitar que sean sancionados por las
autoridades electorales”.
El presupuesto para el primer año de
gobierno vino acompañado de una factura a nombre de Radar Servicios
Especializados S.A. de C.V. El “cliente” es el Estado de México. Como
“responsable del proyecto” aparece Yessica de Lamadrid, que en ese
entonces trabajaba para esta empresa.
Tanto TV Promo como Radar Servicios
Especializados fueron empresas creadas por Alejandro Quintero,
vicepresidente corporativo de Comercialización de Televisa, según consta
en los folios No. 293222 del Registro Público de la Propiedad del
Distrito Federal.
En 2007 ante la Securities Exchange
Commision (SEC), organismo regulador bursátil de Estados Unidos,
Televisa admitió finalmente que TV Promo sí realiza intermediación con
diversos clientes. Junto con otras empresas bróker “definen
tarifas aplicables a terceros que adquieren servicios de publicidad, los
cuales son más bajos que las tarifas que regularmente se pagan”. La
auditoría de abril de 2008, realizada por Price Waterhouse Coopers anota
que durante 2006 y 2007, Televisa “pagó comisiones sobre ventas a una
empresa en donde un miembro del Consejo y ejecutivo de la compañía es un
accionista por un monto de 113 millones 972 mil pesos y 49 millones 614
mil pesos, respectivamente”.
En el debate presidencial, Peña Nieto le
respondió a López Obrador que esa información era “totalmente falsa” y
provenía “de una revista que de manera especulativa” la ha publicado.
Nunca mencionó a Proceso por su nombre. Mucho menos admitió que existiera una intermediación a través de Alejandro Quintero.
La Danza de las Cifras
La oficina de prensa del PRI distribuyó,
apenas terminó el debate, cifras con los montos que el Estado de México
destinó de 2005 a 2011 al Comunicación Social durante la administración
de Peña Nieto: 646 millones de pesos. Era apenas un recuadro. Citaban a
Fundar y Artículo 19, especializadas en acceso a la información y
transparencia que, a su vez, citaban las fuentes oficiales mexiquenses.
Es decir, se autocitaron utilizando a un tercer organismo.
La información proporcionada por el PRI
no desglosaba la inversión en televisión abierta y menos mostraba los
contratos originales. Desde finales del gobierno de Arturo Montiel, la
oficina de Comunicación Social calificó como “reservada” la información
de los contratos con medios de comunicación, tanto impresos como
electrónicos. La administración de Peña Nieto continuó manteniendo en
“reserva” esa información.
En contraste, el PRI informó también que
durante la administración de Andrés Manuel López Obrador y Alejandro
Encinas (2000-2006), el Gobierno del Distrito Federal gastó 1,209
millones de pesos en Comunicación Social. Según el equipo peñista, el
gasto per cápita anual de la administración capitalina en ese periodo
fue de 23 pesos, mientras el gobierno peñista destinó sólo 7 pesos per
cápita.
También citó a Fundar para indicar que
el gobierno federal invirtió de 2005 a 2011 un total de 16, 566 millones
de pesos en comunicación social, “25 veces más que el Estado de
México”.
Los primeros días posteriores al debate,
la polémica por los gastos de Comunicación Social del Estado de México,
el Gobierno del Distrito Federal y el gobierno federal quedaron en
segundo plano. El distractor más importante fue la polémica presencia de la edecán Julia Orayén,
quien llevó un vestido escotado que generó fervor en las redes sociales
y las fallas en la producción televisiva del debate, atribuidas a Jesús
Tapia, quien terminó presentando su renuncia ante el IFE.
Sin embargo, la polémica adquirió un
nuevo aire el 9 de mayo. López Obrador desmintió las cifras del gasto de
Comunicación Social de su gobierno ofrecidas por Peña Nieto. Según el
candidato presidencial del PRD, sus gastos fueron de la siguiente
manera: 148 millones de pesos en el 2001, 149 mdp en el 2002; 72.9 mdp
en el 2003; 92.9 mdp en el 2004; y 93.3 mdp en el 2005. Un total de 557
millones de pesos.
El periódico Reforma publicó un
comparativo con estas cifras y los datos de la Cuenta Pública de la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal. No coincidieron las cifras
del 2001 y 2002. En el primer año fueron 2002.6 mdp, y en el segundo
fueron 212.7 mdp. El monto total es de 674 millones de pesos, 119
millones de pesos de diferencia.
Las cifras del Gobierno del Estado de
México son más contrastantes. Según el monto de la información difundida
en la página oficial de Enrique Peña Nieto, su administración destinó
un total de 646.6 millones de pesos entre 2005 y 2011. Según la cifra
derivada de la Cuenta Pública se destinó a Comunicación Social un total
de 1 mil millones de pesos. Es decir, 354 millones de pesos de
diferencia.
En entrevista con Carmen Aristegui, en
el programa MVSNoticias, López Obrador le planteó el 10 de mayo un
desafío a Enrique Peña Nieto:
“Si es cierto lo que él dice (Peña
Nieto) en el manejo de los gastos en medios, yo renuncio a mi
candidatura, pero si no es cierto lo que él dice, que haga lo propio”.
Y planteó la necesidad de contrastar las cifras y las pautas publicitarias con las televisoras y el monitoreo de ambos periodos.
El viernes 11 de mayo, Peña Nieto
defendió las cifras de gasto en Comunicación Social de su gobierno,
insistió que entre 2001 y 2006, el GDF destinó 1,209 millones de pesos
en este rubro y evadió aceptar el reto de López Obrador. “El puso esa
condición. Nadie le pide que renuncie a su candidatura”, atajó el
mexiquense en entrevista con Aristegui.
Volvió a desacreditar el extenso plan de acción que Televisa le ofreció a Peña Nieto desde octubre de 2005, publicado por Proceso por un monto total de 742.1 millones de pesos, de los cuales, 691.7 millones serían en “inversión en tiempos de televisión”.
“Es un documento no nuevo. Es un
documento publicado hace cinco o seis años por una revista (sic) y que
no tiene fundamento ni sustento alguno. No es información oficial ni
está sustentado, menos avalado por información pública del gobierno. No
sé de la empresa televisiva, pero del gobierno evidentemente no tiene
sustento alguno”, insistió Peña Nieto.
Peña Nieto sí aceptó que su gobierno
destinó al menos 32.3 millones de pesos en “apoyos informativos” para
programas radiofónicos, además de 19.7 millones de pesos en spots de
radios como parte de sus campañas informativas. Los “apoyos
informativos” incluyeron el pago de 9.2 millones de pesos a la empresa
ASTRON Publicidad S.A., por “comentarios de Joaquín López Dóriga
transmitidos dentro de su noticiero ‘López Dóriga’ y en el noticiero de
Oscar Mario Beteta”.
El candidato presidencial priista se
justificó diciendo que era pago para patrocinar el segmento, no para que
hablaran bien de su persona. Es “como el comercial de Tequila Don
Ramón”, afirmó Peña Nieto. “No es algo nuevo. Esos documentos son de 3
años”, minimizó.
La misma empresa ASTRON Publicidad cobró
varios de estos servicios a otros gobiernos estatales. Por ejemplo, el
15 de enero de 2008, el gobierno de Nuevo León le pagó 575 mil pesos por
comentarios favorables al mandatario estatal priista.
Peña Nieto negó que dependiera de
Televisa o que pagara para que en los espacios informativos de la
empresa hablaran bien de él. Calificó como “absurdo y falaz” que
Televisa hiciera una inversión política a través de él.
(Continúa mañana)
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