5/15/2012

La mafia que controla al Panal

 
La mafia que controla al  Panal
Aun cuando tuvieran un currículum impresionante, que no es el caso, lo cierto es que el Panal quiere aprovechar una coyuntura que le permite estrechar alianzas políticas y de negocios turbios con un grupo de interés

Sin importar que el país esté al filo del despeñadero, por los abusos de una elite insaciable, hay quienes pretenden seguir actuando como si no pasara nada grave, como la mafia que controla al Partido Nueva Alianza (Panal), cuyo único propósito es evitar que se pierda su registro y así poder seguir lucrando. Como tantos otros cínicos miembros de la clase política, se aprovechan de una realidad ominosa para tratar de ampliar sus privilegios, a costa de una más acelerada descomposición del tejido social, con toda la secuela de horrores que trae consigo, entre ellos la violencia extrema que adquiere ya niveles de terrorismo.

La incorporación, como candidatos a diputados, de un hijo de Martha Sahagún y un nieto de Elba Esther Gordillo, es una clara demostración de que el Panal no persigue más objetivos que aprovecharse de una realidad lamentable, sin una pizca de vergüenza.
Se trata de Fernando Bribiesca Sahagún y de René Fujiwara Montelongo, dos beneficiarios prototípicos de un sistema de corrupción que parece imposible de frenar. La organización dizque partidista los propone porque dice que tienen méritos de sobra, aunque para la ciudadanía queda claro que se trata de una vil componenda entre la profesora y la señora Martha, ahora que todavía se puede.

Aun cuando tuvieran un currículum impresionante, que no es el caso, lo cierto es que el Panal quiere aprovechar una coyuntura que le permite estrechar alianzas políticas y de negocios turbios con un grupo de interés que le puede ser muy útil una vez que pasen las elecciones, y se patentice que la buena suerte de la añeja cacique comienza a declinar. En el colmo del cinismo, el partido afirma que, particularmente el nieto de la líder, “está preocupado sobre el rumbo que ha tomado el país”, y que se encuentra “insatisfecho con la manera en que se ejerce y se conceptualiza la política, y que por tanto busca cambiarla”. Ya ni la burla perdonan sus dirigentes, pues con toda desfachatez dicen sandeces que patentizan su nula calidad moral.

¿Qué pueden cambiar dos juniors favorecidos por un sistema político corrupto que los ha enriquecido de la noche a la mañana? Lo que quieren sus mentores es que sigan sus pasos, para que perpetúen ese sistema corrupto y envilecido que tantos beneficios les ha reportado. ¿Acaso Enrique Peña Nieto no acaba de pedir que se castigue a Humberto Moreira por sus desfalcos cuando fue gobernador de Coahuila? Y luego se asustan porque el país está metido en una vorágine de crímenes e inseguridad que parece no tener fin, pues al paso de  las semanas se va evidenciando el fracaso lastimoso de una “guerra” inútil que ha tenido resultados nefastos para la sociedad.

Los crímenes, cada vez más bestiales, que cometen las bandas delictivas, no son más que la consecuencia de la inagotable corrupción de las elites. Están dadas las condiciones para las atrocidades que llevan a cabo, en una secuela de horror que, según investigadores de la UNAM y de la UAM, no es más que “una estrategia terrorista del grupo criminal Los Zetas para frenar las investigaciones en su contra e intimidar a las autoridades” (‘La Jornada’, lunes 14). Se ha llegado ya a extremos incalificables “para presionar a la población, atemorizar a la sociedad y mostrar su poder a la autoridad”.

Y como si las cosas no hubieran rebasado ya todo límite, la Secretaría de Gobernación y la Procuraduría General de la República, en un comunicado conjunto, nos salen con que “se mantendrá la respuesta gubernamental sustentada en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública”. ¿No es para morirse de risa semejante respuesta? ¿De qué estrategia hablan, cuando es un hecho que Los Zetas actúan como les viene en gana a lo largo y ancho del territorio nacional? ¿Será mera coincidencia que la violencia terrorista con que actúan se dé en plena campaña electoral?

El dato concreto, que no deja dudas, es que en tan solo dos semanas han sido masacradas 90 personas de la manera más sádica que se pueda imaginar la mente más perversa: el 4 de mayo fueron hallados 23 cadáveres en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, 14 de ellos decapitados; el día 9, en el municipio de Ixtrahuacán de los Membrillos, Jalisco, fueron encontrados 18 cuerpos mutilados; y apenas la madrugada de ayer lunes, 49 cadáveres más fueron hallados en Cadereyta, Nuevo León, también horriblemente descuartizados.

Pero esto no importa a quienes se benefician de tal estado de cosas, como la dirigente vitalicia del sindicato de maestros, quien colocó como su candidato a la Presidencia a quien a su paso por dependencias del Ejecutivo, en gobiernos anteriores, dio claras muestras de ser un funcionario proclive a corruptelas que le dejan buenos dividendos, como ha empezado a salir a la luz pública. No es de extrañar que Gabriel Quadri sea hoy el portador de la antorcha del Panal, como tampoco lo es que la profesora Gordillo utilice su franquicia para pagar favores a Martha Sahagún, y aproveche la oportunidad para iniciar a su nieto favorito en los menesteres de la corrupción disfrazada de actividad política.
Guillermo Fabela - Opinión EMET

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