Ciudad de México. Madres y familiares de víctimas de feminicidio detienen sus vidas para atravesar caminos llenos de negligencia y violencia, donde incluso pueden llegar a perder la vida por buscar justicia para sus hermanas, hijas o amigas. Algunas de estas historias se albergan en el micrositio #NOSVANAVERJUNTAS presentado hace unos días de manera virtual.
#NOSVANAVERJUNTAS es resultado del trabajo de integrantes de Católicas por el Derecho a Decidir y el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, quienes buscan mostrar en este sitio cómo las madres, familiares y sobrevivientes de violencia feminicida transforman su dolor en un motor de lucha para exigir acceso a la justicia, a la verdad y a la reparación del daño integral.
En este proceso, dijeron, el acompañamiento y el trabajo de las defensoras de Derechos Humanos como ellas, es vital en el aspecto jurídico y emocional, ya que no dejan que las madres, familias y víctimas enfrenten solas las omisiones, impunidad y agresiones de las autoridades y las ayudan a comprender el lenguaje jurídico.
Como resultado, declararon, han obtenido sentencias históricas junto a las madres y familias que esperan ayuden a que otros casos de mujeres y niñas accedan a la justicia de manera más pronta. Además, han colaborado con la documentación para mejorar los protocolos de investigación del delito de feminicidio y agilizar los procedimientos de las órdenes de protección.
Por tal razón, resaltaron, este sitio anhela fortalecer las redes de apoyo entre la sociedad y reivindicar el valor de Zyanya Becerril, Fernanda Sánchez, Fátima Varinia, y de otras 12 mujeres y niñas a partir de sus memorias para concientizar que ellas siempre serán vidas y no cifras y que además, la violencia feminicida no se limita a los espacios privados, sino que existen patrones machistas que día a día “acaban con la vida de las mujeres”, comentaron.
Además de estas historias, el sitio cuenta con 3 cortometrajes sobre casos de feminicidio, llamados “Indignación”, “Memoria”, y “Esperanza”, así como 11 postales y diversas infografías que exponen el contexto abrumador de violencia que existe en México, donde cada día 11 mujeres son asesinadas.
De acuerdo con las cifras del sitio, de 2015 al 2019, se han registrado 15 mil 804 asesinatos de mujeres, de los cuales sólo 3 mil 751, es decir 20 por ciento de ellos, son investigados como feminicidio.
En 2019, los estados con más casos de feminicidio de mujeres de más de 60 años de edad fueron: Veracruz con 163, Estado de México con 125, Ciudad de México con 68, Nuevo León con 67 y Puebla con 60.
En ese mismo año, los estados con más casos de feminicidio de mujeres de entre 15 a 29 años de edad fueron: Oaxaca con 28, San Luis Potosí con 28, Tabasco con 27, Coahuila 26, Baja California 24, Chiapas 20, Hidalgo 20, Guanajuato 18, Quintana Roo 18 y Guerrero 18.
Mientras que los estados con más feminicidio infantil de entre 0 y 14 años de edad fueron: Michoacán con 13, Tamaulipas con 13, Colima con 11, Durango con 11, Zacatecas con 11, Querétaro con 8, Campeche con 6, Aguascalientes con 5, Nayarit con 5, Tlaxcala con 3, Yucatán con 2 y Baja California Sur con 2.
Los cuerpos de estas mujeres y niñas fueron encontrados en carreteras, barrancas, hoteles de paso, tiraderos y la vía pública. En suma, se puede leer en el sitio, en la mayoría de los casos las autoridades desconocen a los agresores de las víctimas.
De víctimas a defensoras
En conferencia de prensa, Irínea Buendía (madre de Mariana Buendía, mujer de 29 años); Lorena Gutierrez Rangel (madre de Fátima Quintana, niña de 12 años); y María Antonia Márquez (madre de Nadia Muciño, mujer de 24 años) relataron cómo su dolor se transformó en impulso para buscar justicia por los asesinatos violentos de sus hijas.
Todas ellos contaron a viva voz cómo inicio su peregrinar y de pronto su vida no volvió a ser la misma. En un primer paso confiaron en las autoridades, pero fueron ellas las que las enfrentaron a más obstáculos y entorpecieron sus casos, por ejemplo, explicaron que los peritos omitieron recoger evidencia esencial en las escenas del crimen y hacían todo lo posible por tipificar los casos como homicidios o suicidios.
Ninguno de sus esfuerzos, dijeron, fue suficiente para acceder a la justicia, pero no desistieron y unieron fuerzas con otras madres de víctimas para convertirse en defensoras de los Derechos Humanos de sus hijas y de todas las mujeres con el objetivo de erradicar la violencia de género y a la vez, seguir exigiendo que sus casos no queden en la impunidad.
Alf final del evento, las integrantes de las organizaciones exigieron que el gobierno de México impulse una política integral que atienda de manera estructural la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes, las y los operadores de justicia juzguen con perspectiva de género, y por último, haga público los resultados de sus estrategias de prevención del delito de feminicidio.
20/AEG/LGL
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