Pedro Echeverría V.
1. Sería bueno que se publicaran las fotos de los autores de la propuesta de “embargar el salario de los trabajadores”, pero sobre todo de los tontitos diputados que votaron y los que se escondieron. Claro, después que el presidente desaprobó el acuerdo, de inmediato el oportunismo se colocó tras el presidente repitiendo sus palabras. A mí no me interesa este chisme, porque yo estoy por la desaparición del salario y del capital, de la plusvalía y la explotación. Porque si desapareciera el salario se desploma automáticamente el capitalismo y se tendrían que regalar las cosas. Trabajar, producir sin pagar salarios, significaría que nadie tendría para comprar nada, ni para pagar transporte, escuelas, medicinas, comida, nada. Habría que pensar en hacer posible lo imposible.
2. En el capitalismo puede ser justo embargar los salarios de la pareja en beneficio de los hijos si los esposos no llegan a acuerdos sin meter abogados; pero embargar a deudores en beneficio de bancos y empresas, me parece que debería ser lo contrario: embargar las multimillonarias ganancias de grandes empresas en beneficio de todos los desempleados y miserables. ¿Por qué? porque toda su enorme riqueza –las de todos ellos- son producto de la explotación, el saqueo, los negocios, el fraude. Pero obviamente, como todos los gobiernos –podría decirse del mundo- están al servicio de los grandes ricos, ni se les asoma la idea tocarlos. ¿Cómo “embargarlos” si son los protectores de los políticos, los que pagan las campañas, los del dinero para votos?
3. Hoy recordaba de Marx su folleto Trabajo asalariado y capital de 1847; así como su sintético trabajo: “Salario, precio y ganancia” de 1865, que antecedieron su voluminosa obra El Capital de 1867. Recordé un folleto de quien fue casi mi “gurú marxista” en el Espartaquismo, Guillermo Rousset, que nos explicó en los años 70, su concepción sobre “La desaparición del trabajo asalariado”, idea que no llegó a plantearse en Rusia ni por Lenin ni Trotsky, los teóricos y líderes de la revolución de 1917. Era imposible este planteamiento dado que en la Rusia precapitalista, cuya revolución fue en parte forzada por la primera guerra mundial (1914-19), fue terriblemente acosada, mal tratada, por todos los países capitalistas e imperialistas.
4. La consigna permanente de los trabajadores de exigir en sus luchas más salarios es justa en el capitalismo que mantiene a los trabajadores en la terrible explotación y la más grande miseria y hambre; pero el movimiento de los salarios da más vida y presencia al capitalismo, al gran comercio y toda la acumulación de capital que fortalece la terrible desigualdad. Rusia y Cuba después -que expropiaron la propiedad privada y fortalecieron la intervención del Estado- nunca pudieron abolir el trabajo asalariado porque la producción no estuvo encaminada en su distribución gratuita e incluso a la desaparición del dinero. Si el Estado decretará gratuidad de servicios, no habría necesidad de manejar dinero o este se reduciría a su mínima expresión.
5. Hace menos de un mes se habló de que el gobierno había retirado los dobles turnos en las escuelas que eran de 8 de la mañana a 20 horas. Por el contrario, pienso que habría que apoyar que todos los niños tuvieran sus tres comidas en guarderías y escuelas; que los padres reciban sus comidas en sus centros de trabajo. ¿Imaginan para qué serviría el dinero si escuelas, centros de salud, transportes y diversiones, fueran gratuitas? Así que eso de “embargar” salarios de los trabajadores daría risa porque la mayoría de las cosas se recibirían de manera gratuita. ¿Para qué carajos sirven las competencias de precios y salarios, estar comprando al por mayor, hacer más grande la desigualdad, cuando la desaparición del salario haría innecesario tantos problemas que nos enfrentan? (19/III/22)
http://pedroecheverriav.
alterar26@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario