Lo anterior son algunas de las conclusiones a las que llegó “Danzar en las brumas, género, juventudes en entornos desiguales en América Latina y el Caribe”, un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), El Colegio de México (Comex) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), el cual fue elaborado en más de 20 países y publicado durante los primeros días de marzo.
El estudio evidencia las desigualdades de género que afectan específicamente a las juventudes; visualiza sus tramas y presenta propuestas de política pública para superarlas. Está estructurado en ocho capítulos que cubren temas como migración, salud mental, embarazo adolescente, cambio climático, brecha digital y trayectorias educativas.
“Danzar en las brumas” no sólo se limita a entender la desigualdad como las diferencias en ingresos monetarios, sino que también explora la desigualdad de género, la vinculada con el acceso a bienes y servicios públicos, la derivada de la pertenencia a la población indígena y la relacionada con la orientación sexual.
La pandemia de Covid-19 profundizó estas brechas en la región, teniendo consecuencias principalmente en la vida de las mujeres. El documento hace énfasis en que, frente a este contexto, la población joven es la más afectada.
Tan sólo en 2020 la tasa de desempleo de las personas de 15 a 29 años estaba entre 10 y 20 por ciento, según sexo y generación. La pandemia tuvo efectos muy negativos, al dejar a cerca de 114 millones de estudiantes sin escolarización presencial en toda la zona. Esto ha provocado un aumento de la desvinculación y ha desencadenado nuevos procesos de exclusión educativa.
En varios países se observa una sobrecarga, en las mujeres, de horas destinadas al cuidado, con una diferencia de entre 15 y 30 horas semanales más en relación con sus pares varones. En el tema de brecha digital, muestra que 70 por ciento y 80 por ciento de las y los estudiantes de niveles socioeconómicos altos cuentan con computadoras portátiles en sus hogares, mientras que en los quintiles menores sólo las tienen entre 10 y 20 por ciento.
El informe revela que, en las naciones de la región, 43 por ciento de las juventudes se sienten pesimistas por su futuro, 80 por ciento realiza trabajo no remunerado y ocurren 16.3 por ciento de los embarazos adolescentes del mundo. Sobre este último punto, mostró que en México anualmente 350 mil mujeres menores de 18 años presentan embarazos.
La publicación de más de 200 páginas llama a los países a desarrollar un enfoque integral ante las problemáticas que conjugue la perspectiva de género con el enfoque generacional de juventudes y la multidimensionalidad de las desigualdades.
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