Actualidad Étnica, 27/11/2007. En la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad, nosotras militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres, nos reafirmamos en el compromiso del mundo que estamos construyendo: Un mundo donde “todos los seres humanos vivan libres de toda violencia. Donde ningún ser humano le pertenezca a otro. Donde ninguna persona pueda ser esclavizada, forzada al casamiento, deba realizar trabajo forzoso, sea objeto de trafico o de explotación sexual.”
El 25 de noviembre de 2007 – jornada internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres – nos movilizamos en el mundo entero para reafirmar la libertad, la paz, la justicia, la solidaridad, la igualdad: los valores de la Carta.
Condenamos el patriarcado, sistema milenario de desigualdades, explotación, privilegios, discriminaciones, valores, normas, políticas, por el que la autoridad y el poder recae en los hombres y en lo masculino, basado en la premisa de una supuesta inferioridad natural de las mujeres en tanto que seres humanos, que lleva a una estratificación en la cual las mujeres ocupan un papel inferior, un sistema que genera violencias.
Condenamos el machismo, que niega el derecho a la autonomía corporal, sexual y reproductiva, a la felicidad y el placer de las mujeres, usando la violencia sexual, afectando nuestra capacidad de goce, deseo y ejercicio de todos los derechos. El machismo reduce a las mujeres a objetos sexuales y condena a las lesbianas y promueve el sexismo, la prostitución, la trata de mujeres y niñas, la violencia contra las mujeres y niñas y niños.
Condenamos el racismo en nuestros países, que junto con la opresión de clase y género, se convierten en una trenza de dominación que condena a las mujeres campesinas, indígenas, inmigrantes y afrodescendientes a las peores condiciones de vida.
Condenamos la globalización capitalista neoliberal que convierte nuestros cuerpos y sexualidad en mercancía y que se apoya sobre la división sexual del trabajo entre hombres y mujeres, tierra fértil para todavía más violencias. ¡Queremos poner fin a las violencias!
Este día es un homenaje a las tres hermanas Mirabal, asesinadas por orden del dictador Trujillo en la República Dominicana el 25 de noviembre de 1960.
Aún existen Estados autoritarios que utilizan la violencia contra mujeres protagonistas de movimientos de mujeres y sociales. Sólo en la última semana recibimos llamados para solidarizarnos con mujeres reprimidas en Burma, Colombia, Guinea, Irán y Pakistán. (1)
Donde hay violencia, hay resistencia. Las mexicanas denuncian los vínculos entre la militarización y la criminalización de los pobres y de los movimientos sociales y la violencia patriarcal. Ellas alzan la voz de las mujeres víctimas abusadas sexualmente en las zonas de frontera con Estados Unidos, que están militarizadas o en situaciones de represión como Oaxaca y Atenco. La campaña “Un millón de firmas por la seguridad de las mujeres” se desarrollará entre el 25 de noviembre de 2007 y el 24 de mayo de 2008.
Sin embargo, sabemos que la impunidad puede ser quebrada por la fuerza de las mujeres que se organizan. El 4 de diciembre de 2006 las mujeres filipinas consiguieron que un militar estadounidense que había violado una filipina fuese declarado culpable. Ha sido la primera vez que un militar americano es llevado ante un tribunal y es aplicada la ley anti-violación en vistas a reforzar los derechos de las mujeres y de poner a prueba el ejercicio de la soberanía nacional en un crimen que involucraba al VFA (Visiting Forces Agreement).
Nuestra organización debe ser muy fuerte y comprometida para enfrentar la violencia cotidiana sufrida por las mujeres en regiones de conflicto. Somos solidarias con las mujeres que combaten la violencia hacia las mujeres – el abuso sexual, la violación, la esclavitud sexual y doméstica, la tortura, el asesinato – en Kivu, República Democrática de Congo y en Darfour, Sudán. Demandamos la sanción a los responsables y la resolución de los conflictos con la participación de las mujeres.
Los discursos que demandan los derechos de las mujeres y la necesidad de “protegerlas”, son utilizados para justificar ocupaciones militares (por ejemplo en Afganistán), así como para justificar el aumento del racismo y la intolerancia. En Irak, en Palestina, y en otros lugares donde las mujeres representan un gran número entre las victimas de guerra, deben afrontar la supervivencia material, en un contexto de destrucción de las infraestructuras y la supervivencia emocional, en un contexto de inseguridad total.
La violencia hacia las mujeres no es un fenómeno cultural, ni nacional o de clase social, la violencia es transversal y nos concierne a todas. No aceptaremos la utilización de un discurso sobre los derechos de las mujeres para justificar la xenofobia y la represión a los inmigrantes.
Ninguna forma de violencia hacia las mujeres debe ser tolerada. Es en este sentido que las europeas lanzan la campaña “Ni una más” poniendo el acento en la violencia conyugal. Ellas demandan que se voten leyes sobre la violencia hacia las mujeres y que sean aplicadas en todas sus dimensiones: prevención, centros de acogida de las mujeres, acciones por la independencia económica de las mujeres, etc. Ellas subrayan el protagonismo de las asociaciones feministas que hacen el trabajo en el terreno y actúan sobre las causas de la violencia hacia las mujeres.
Tenemos demandas hacia el Estado. Pero también llamamos a nuestra responsabilidad individual y colectiva, de mujeres y hombres, de tomar posición contra las violencias sexistas por donde las encontremos.
¡Mientras todas las mujeres no sean libres nosotras estaremos en marcha!
Fuente: Minga Informativa de Movimientos Sociales http://movimientos.org/
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