Pedro Echeverría V.
1. Ante el criminal bombardeo de la frontera ecuatoriana, ordenado por el presidente colombiano asesino, Álvaro Uribe, las relaciones entre esos países están a punto de romperse. De la Presidencia rápidamente se informó ayer que Felipe Calderón sostuvo conversaciones telefónicas con sus homólogos de Ecuador, Rafael Correa, y Colombia, Álvaro Uribe. En urgente comunicado de prensa se destacó que Calderón recibió las impresiones de ambos mandatarios acerca del incidente en la frontera de ambas naciones y les manifestó (a Correa y Uribe) la voluntad de su gobierno de apoyar cualquier acción, a solicitud de las partes, que favorezca el diálogo, con el objetivo de que la relación bilateral recupere la normalidad lo antes posible. ¿Puede Calderón ser juez si forma parte del grupo integrado con Alan García de Perú y el mismo Uribe, siendo los tres presidentes sumisos e incondicionales del gobierno de los EEUU?
2. El asesino Uribe, inmediatamente le dijo a Calderón que sí, que siga proponiéndose como mediador, que él lo apoya con todas sus fuerzas; pero Correa (junto a Hugo Chávez) seguramente se sonreirán y pensarán: ¿Por qué no proponemos a Fidel o a Raúl Castro que seguramente apoyarían que se haga un juicio internacional contra Uribe, que la OEA y la ONU discutan el caso y que (a pesar de la parcialidad de esos organismos a favor del gobierno de EEUU) se obliguen a pronunciarse contra la violación territorial y la masacre? La realidad es que para ser intermediario es necesario ser independiente, no ser juez y parte; Calderón sólo jugaría el papel de ser un cachorro de Bush. ¡Qué lejos están aquellos tiempos en que México era un país abierto para los refugiados que huían de la represión en su país (España, Chile, Argentina, Nicaragua, País Vasco) y eran bienvenidos a pesar del disgusto de poderosos empresarios y grupos políticos de derecha!
3. Que México recupere su prestigio como país abierto o país de asilo para todas aquellas familias perseguidas en sus países por ser luchadores sociales a favor del pueblo explotado, debería ser una demanda de todos los luchadores sociales. Fuera de que en ese asilo pudieran colarse dos o tres indeseables (por dedicarse a los grandes negocios y a la explotación) los asilados han aportado a México mucha riqueza cultural y profesional. Lo que los últimos gobiernos mexicanos han hecho, sobre todo contra los trabajadores vascos, al entregárselos al gobierno franquista español, es absolutamente condenable. México debe dejar de ser un país al servicio de los EEUU, de la CIA y de su Departamento de Estado. No debe admitir presiones internacionales que lo obliguen a entregar a personas plenamente identificadas por luchar por los derechos de sus pueblos. Debe entregar a ladrones, desfalcadores, ex nazis reconocido, pero no a luchadores del pueblo.
4. Los gobiernos del venezolano Chávez, de Correa y de Evo Morales de Bolivia, no son parte de ninguna guerrilla ni tampoco adiestran a guerrilleros en su territorio. Cuando denuncian a los terratenientes, a los ricos y a los medios informativos en sus países es porque esas clases poderosas se dedican a explotar, a oprimir y a desinformar a los pueblos. Los que sí preparan antiguerrillas y ejércitos represores en su territorio, y sus bases militares ancladas en el mundo, son los gobiernos sucesivos de EEUU. El apoyo principal que reciben los gobiernos suramericanos lo tienen entre los indígenas, los campesinos, los sectores populares, la gente pobre y miserable, en las protestas y manifestaciones masivas que organizan para repudiar a los ricos que desde hace siglos los mantienen aplastados. En cada país existen sin duda, entre los luchadores sociales, diferencias estratégicas con sus gobiernos, pero todos coinciden en la lucha contra los explotadores.
5. La intermediación internacional de Calderón sólo la puede obtener entre los grupos de la democracia cristiana, entre un gobierno derechista y otro o, en México, entre grupos empresariales. Él está definido económica y políticamente por el campo de los explotadores, de los EEUU, de los que hacen la guerra, por el alto clero, por la derecha. Chávez, por ejemplo, no intermedia entre el gobierno colombiano y la guerrilla; lo que hace Chávez es aprovecharse de su prestigio como presidente de izquierda y prosocialista para que las FARC lo escuchen y faciliten la liberación de los presos. Por cierto hay que preguntar: ¿cuántos presos guerrilleros del gobierno de Uribe han sido canjeados con la liberación de los siete u ocho de las FARC? ¿Por qué los medios sólo hablan de los señoritos presos y no dicen nada de los heroicos guerrilleros? Quizá las FARC no deberían liberar a ninguno más si por lo menos no hay 100 guerrilleros fuera de prisión.
6. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien asumió el cargo apenas en enero de 2007 y ha batallado contra viento y marea porque los derechos de los indígenas, los campesinos, los pobres, anunció de inmediato la expulsión del embajador colombiano Carlos Holguín, el retiro de su representante diplomático en Bogotá, Francisco Suescum, y el traslado de tropas a la frontera norte, tras rechazar la disculpa del vecino país por la violación de su territorio y espacio aéreos, el sábado, en un operativo militar que cegó la vida del dirigente guerrillero Raúl Reyes. En un mensaje televisado a la nación, Correa informó que su gobierno pidió la convocatoria inmediata del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) Es correcta la actitud digna de Correa al no aceptar las hipócritas disculpa de de Uribe el asesino, pero tampoco puede confiar en la OEA.
7. El presidente Chávez por su parte, con una actitud totalmente consecuente con su dignidad y como ningún otro mandatario del mundo, decidió de manera inmediata retirar a todo el personal de la embajada de su país en Bogotá y ordenó el envío de 10 batallones apoyados con tanques y aviones a la frontera con Colombia, un día después que el ejército colombiano mató al comandante guerrillero Raúl Reyes en un campamento ubicado dos kilómetros dentro del territorio ecuatoriano, en la provincia amazónica de Sucumbíos. “Nosotros no queremos guerra, pero no le vamos a permitir al imperio ni a su cachorro, que es el presidente Uribe, que nos vengan a debilitar”, afirmó Chávez en su programa dominical Aló, Presidente!, al referirse a la muerte del comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Se espera una ruptura de relaciones con el gobierno colombiano de Uribe por todo su comportamiento anterior y el bombardeo.
8. Calderón, ¿condenará por lo menos el bombardeo, la violación territorial y los asesinatos? ¿Y los funestos medios de información mexicanos realizarán como siempre sus campañas anticomunistas en lugar de informar con objetividad? ¿Y los “intelectuales” mexicanos seguirán cuidando su buen nombre para que el gobierno de Calderón no los enliste como chavistas? En los sesenta y setenta hicimos manifestaciones izquierdistas en la ciudad de México contra las intervenciones imperialistas contra Cuba, Dominicana, Panamá y otros países. Quizá sea el momento para manifestarse contra el intervencionismo yanqui en la región, exigiendo que el asesino Uribe renuncie a la presidencia y sea encarcelado. Debe redoblarse el apoyo a Chávez, Correa y Morales porque el gobierno yanqui de Bush quisiera ganar las elecciones en EEUU enseñándole a su pueblo que ha cumplido como el mayor asesino del mundo.
pedroe@cablered.net.mx
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