Pedro Echeverría V.
1. Según se ha publicado, no más de 40 petroleros disidentes ingresaron a las 3.50 de la madrugada del viernes 15 al edificio del sindicato petrolero (STPRM) forzando con barretas y tubos la cortina del acceso principal del búnker que alberga la sede. Ahí estaban dos veladores, pero no opusieron resistencia y dejaron pasar al grupo, que subió forzando los accesos de cada piso hasta llegar al cuarto nivel, donde se encuentra el complejo de oficinas en que despacha el líder Romero Deschamps, quien asumió el poder en 1991 apoyado por el entonces presidente Carlos Salinas. Dos horas después medio centenar de golpeadores, armados con tubos y pistolas al cinto, con tubazos, golpes y patadas, recuperaron las oficinas del gremio. A los pocos minutos llegó Romero Deschamps subió a sus lujosas oficinas por el elevador privado, no tuvo que ver los manchones de sangre que aún quedaban en las paredes y la escalera donde se escenificó buena parte de la reyerta entre la disidencia que encabeza Omar Toledo y un piquete de hombres visiblemente alcoholizados y entrenados para golpear.
2. Si el objetivo de la disidencia obrera fue simplemente llamar la atención con la toma temporal del local sindical, sin duda alguna lo logró; pero el costo de obreros disidentes golpeados y heridos fue alto por el error de confiar en que los charros (golpeadores y hasta asesinos) no acudirían inmediatamente a recuperar su local. Este tipo de aventuras minoritarias no son aconsejables porque el poder político, militar y sindical ha demostrado en todo el mundo (a través de los siglos) que cuando de defender el poder se trata, siempre actúan con brutalidad, sin miedo y sin límites. Los trabajadores deben analizar sus acciones con mucho detalle porque sus enemigos no se detienen ante nada cuando de reprimir se trata. Por eso, antes de estas acciones, siempre hay que contar con apoyo masivo de trabajadores de la organización, con equipos organizados de vigilancia y seguridad, así como con el apoyo de otros organismos sindicales y políticos que aseguren la cobertura solidaria. Los gobiernos, empresarios y charros, que cuentan además con el apoyo de otros empresarios, siempre estarán listos para intervenir.
3. Los grandes sindicatos y centrales de trabajadores en México, desde que nacieron hace casi un siglo, han servido a los intereses del gobierno de la República y al de los empresarios. Como pago por esos servicios sus dirigentes han recibido desde los años veinte de siglo pasado diputaciones, senadurías, gubernaturas, mucho dinero y regalos sin fin. El líder de la CROM, Luis Morones ocupó, con todo cinismo, la secretaría de Industria y Comercio en el gobierno de Elías Calles. Por ese motivo a sus poderosos dirigentes (rodeados siempre por cientos de golpeadores profesionales de los mismo sindicatos) se les ha llamado espurios, charros, vendidos, traidores, etcétera. Esos líderes no podrían sostenerse una semana en el cargo si no contaran con el total apoyo del gobierno en turno y con cientos de miembros de sus propias organizaciones que cobran sus salarios (sin trabajar) durante muchos años, como comisionados del sindicato. Aunque más del 50 por ciento de los trabajadores no han tenido sindicato, los sindicalizados han estado controlados, en un 90 por ciento, por líderes vendidos.
4. Personajes como Fidel Velázquez, Pérez Ríos, Gamboa Pascoe, Rodríguez Alcalde, Hernández Galicia, Romero Deschamps, Gómez Z, Gómez Sada, Carlos Jongitud, Esther Gordillo, Víctor Flores, (quienes ocuparon altos cargos de la CTM, así como de los sindicatos de petróleos, maestros, ferrocarrileros, electricistas, mineros, etcétera) son algunos de los más corruptos y famosos líderes charros que ocuparon sus organizaciones por varias décadas. Los sindicatos independientes han sido siempre muy minoritarios, aunque en los últimos 20 años, como una respuesta al neoliberalismo privatizador y a los gobiernos derechistas, el movimiento independiente de los trabajadores ha crecido. Por eso todos los altos funcionarios de la secretaría del Trabajo son escogidos en los distintos regímenes, entre los personajes más déspotas o autoritarios: Farell Cubillas, Abascal Carranza, Salazar Sáenz, Lozano Alarcón. Su objetivo ha sido siempre servir a los empresarios y mantener amenazados a los trabajadores, tal como lo han hecho contra los mineros de Gómez Urrutia.
5. Conociendo esa realidad, por haber sufrido mucha represión, los profesores de la Coordinadora (la CNTE), cuando han ocupado el local nacional del Sindicato de maestros (el SNTE), han sido acuerdos de asamblea que se llevan a los maestros de base. Jamás han tomado locales sindicales u organizado plantones (como el recién realizado frente a las oficinas centrales del ISSSTE de la ciudad de México) sin la presencia de dos mil, cinco mil o diez mil militantes de la organización. Además saben que deben organizar comités de vigilancia y de seguridad para evitar espías y provocadores y que casi diariamente deben realizar movilizaciones para propagar sus luchas y sensibilizar a otras organizaciones con el fin de ganarles su apoyo. Los golpeadores de los charros, aunque sean quinientos, siempre han sido rechazados y derrotados, y el gobierno sabe que si usa la fuerza brutal del ejército (muchas veces disfrazado de policías) se puede armar una gran batalla que permita ver una gran ingobernabilidad. Esta experiencia es importante para el futuro de los trabajadores.
6. El presidente ilegítimo Felipe Calderón ha fortalecido enormemente la presencia del ejército y de organizaciones policíacas en pueblos y ciudades de la República. Además está muy desesperado porque las cosas (como el asunto de los miserables salarios y la carestía galopante) no le salen bien y la gente ha comenzado a pedir su renuncia. Esto lo está poniendo más nervioso y se vislumbra que endurecerá más la represión contra los trabajadores. Por ello es fundamental fortalecer las luchas de los trabajadores ante el desempleo, los salarios miserables y el crecimiento del hambre en el país. Sin embargo estas batallas requieren discutirse más, asegurar en lo posible fuertes apoyos, así como darle a las luchas mucha más difusión. La valentía de la oposición obrera petrolera ayudará a despertar al gremio, pero no hay que arriesgar más. Por el contrario el ejemplo de las luchas de la CNTE y la de los compañeros de la APPO de Oaxaca, que ponen en primer lugar el movimiento de masas, es la estrategia que debe repetirse. El gobierno y los empresarios no están jugando. Ellos siempre defenderán la explotación y acumulación de capital con toda la fuerza del ejército y con fuego y es necesario.
pedroe@cablered.net.mx
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