4/06/2009

¡LUIS ECHEVERRÍA, CULPABLE DEL GENOCIDIO DEL 2 DE OCTUBRE




UNIÓN DE JURISTAS DE MÉXICO

BOLETÍN DE PRENSA

Ciudad de México, 2 de abril de 2009

¡LUIS ECHEVERRÍA, CULPABLE DEL GENOCIDIO DEL 2 DE OCTUBRE DE 1968, AUNQUE LOS JUECES LO EXONEREN!


La investigación histórica y el juicio popular acreditan que el ex presidente Luis Echeverria Álvarez es culpable de la comisión del delito de genocidio cometido el 2 de octubre de 1968 contra un grupo de estudiantes y pobladores que demandaban democracia y libertad para México, aunque en días pasados los Tribunales del poder judicial federal le hayan otorgado la libertad con las reservas ley. A casi 41 años del 2 de octubre de 1968, los victimarios de aquellos hechos no han sido castigados ni se ha esclarecido toda la verdad.

La resolución judicial dictada por el Quinto Tribunal Colegiado y Segundo Tribunal Unitario en materia penal del primer circuito dieron otra demostración de inutilidad, al decidir que si se acredita el delito genocidio, previsto y sancionado en el artículo 149 bis del código penal federal, pero que no se acredita la responsabilidad criminal del ex presidente Echeverría Álvarez por falta de elementos de prueba, porque solamente era secretario de Gobernación. Con ello, el Poder Judicial federal abona una vez más el camino de la impunidad, al dejar de responsabilizar a funcionarios y demás miembros de la oligarquía gobernante de sus actos ilegales. La ley al servicio de los poderosos, sin importarles pasar por encima de la Constitución.

No cabe duda, que en la Plaza de las Tres Culturas se dio un genocidio cuando el ejército mexicano atacó una manifestación pacifica de jóvenes que protestaban contra los encarcelamientos y la represión. El número de muertos y heridos nunca se ha precisado, pero las investigaciones históricas han comprobado fehacientemente que se trató de una acción decidida, organizada, financiada y ejecutada desde el poder. Y que, junto con el ex –presidente Gustavo Díaz Ordaz, Echeverría dirigió personalmente la represión. Así lo han revelado numerosos investigaciones, particularmente la que se coordinó precisamente desde la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), que el foxismo montó de 2001 a 2006, luego manipulo y desmanteló, dejando actualmente pendiente la deuda con el pueblo de México, de conocer la verdad y castigar a los culpables. Con ello, también se acredita el fracaso de dicha fiscalía, amén de los cuestionamientos a su dirección.

La sangre inocente que se derramó en Tlatelolco no se lavará con sentencias indignas. Los magistrados y jueces son ahora cómplices de esos actos de barbarie. Con ello, no sólo dejan sin castigo a delincuentes de lesa humanidad, sino que además frustran las esperanzas de justicia de millones de habitantes de este país y pretenden con ello minimizar la gran contribución que el movimiento estudiantil popular de 1968 generó a la lucha por la democracia en nuestro país, que es un parteaguas de nuestra historia moderna.

Cuando la justicia en una nación muestra sus desatinos, como es el caso, procede entonces recurrir a las instancias internacionales. En el plano interamericano y en el de Naciones Unidas, quedan todavía mecanismos para lograr el enjuiciamiento de Echeverría y de sus cómplices. Infortunadamente, tenemos que salir del país para buscar la luz de la justicia, pues en México el ambiente es oscuro amenazante; los derechos humanos van en retroceso ante el avance del autoritarismo y la militarización por efectos del “Plan Mérida”.

Los juristas y defensores de los derechos fundamentales que suscribimos este boletín deploramos la vergonzosa actitud de los magistrados y jueces que exculpan a Echeverría. Declaramos que sumaremos nuestros esfuerzos a los del Comité 68, a los de las ONG, y al de tantos y tantas mexicanas que están ávidos de justicia. Insistiremos en la creación de una comisión de la verdad, haciendo patente nuestro firme propósito de continuar luchando, por los medios legales a nuestro alcance, para que se enjuicie y sancione a los criminales de lesa humanidad y nunca más se repitan los genocidios, como el de 1968, cometidos por un Estado terrorista y represor.


Atentamente.

Eduardo Miranda Esquivel, Jesús Cervantes Esparza, Cesar de León y Pablo Franco Hernández, por la Presidencia Colegiada de la Unión de Juristas de México UJM; Lauro Sol, Presidente de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos ANAD; José Enrique González Ruiz, por el Programa de Derechos Humanos de la UACM; José Sotelo Marbán, ex coordinador del informe de la FEMOSPP ¡que no vuelva a suceder!; Dip. José Alfonso Suárez del Real y Aguilera; Comité 68 y varias firmas más.

1 comentario:

  1. Querida Hylda, leí el documento que circuló por la red con respecto al artículo que circuló la Unión de Juristas, respecto de la responsabilidad e que tuvo Luis Echeverría, el 2 de octubre de 1968, en el asesinato de más de cien jóvenes (193) según reportes que se han dado en las últimas fechas con motivo del 40 aniversario de la masacre dados en el Canal 22. Comparto con los compañeros de la Unión el criterio de la responsabilidad que se le atribuye al ex presidente, aunque la Corte lo solape y haya declarado recientemente que Luis Echeverría, es inocente de genocidio. En lo personal y como guerrerense, recuerdo muy claramente que el ex presidente, también participó y muy activamente en los muertos y desaparecidos en la sierra de Atoyac de Álvares, Guerrero; cuando el ejercito mexicano por órdenes del entonces presidente realizó la guerra sucia a la guerrilla de Lucio Cabañas, hasta que lo aniquiló; de mi pueblo Tenexpa, Guerrero (comunidad de Técpan de Galeana), el ejercito, desapareció a uno de los hombres más ilustres de Tenexpa, me refiero al Profesor Inocencio Castro, que desde 1974, fue traido al Campo Militar Número Uno (hasta la fecha, en los manifiestos de la Senadora Rosario Ibarra de Piedra, sigue apareciendo la fotografía de tan insigne y distinguido profesor, a quien los costeños y especialmente los que somos de Tenexpa, recordamos con cariño, recordando como el pueblo, lo diustinguía por su afabilidad, reconociendo en él a un brillante Profesor, mentor de la generación de los alumnos de los años 60´s y principios de los años 70´s. También Echeverría, participó en esa desaparición de el profesor y muchos más (que dirá ahora la "Tremenda" Corte, que Echeverría, tambíén es inocente de esa guerra sucia, si él como Comandante en Jefe de las fuerzas armadas,órdenó tal desaparición). Vaya este comentario,dedicado a la esposa del Profesor Inocencio Castro, Adelina y sus hijos Alejandra, Carmen y Fidel Castro, quienes quedaron en la orfandad, por culpa de los genocidas Echeverría y Rubén Figueroa Figueroa.

    Saludos a la Unión de Juristas

    Atentamente

    Tu amigo, Gustavo.

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