ColumnasJulio Hernández López: Astillero
Como en 2006, aparecen membretes esquivos que siembran masivamente mensajes propanistas en Internet. Bajo el título de Actuar por México”, ciudadanos de El Bajío, que no se explican cómo sus nombres aparecen en las listas de envíos derechistas, han recibido un texto en el que se les convoca a no permitir “que nuestro país vuelva al pasado”, es decir, a que no voten por el PRI ni propicien su retorno al poder.El lenguaje oscurantista de esos envíos embona con los discursos de Germán Martínez y Antonio Solá, los encargados de crear otra división política en México: si ocho años atrás, con Fox, se acabó “con 70 años de corrupción”, y se erradicaron “los vicios que generaron tantos años de injusticias, terror y abusos”, ahora es necesario redoblar esfuerzos contra “esta sombra que puede oscurecer de nuevo el ambiente del país (...) debemos evitar a toda costa que el mal regrese para adueñarse de la mayoría en el Congreso, gubernaturas o alcaldías”.Como si de verdad México hubiera cambiado para bien, y como si la descripción de los vicios a combatir no fuera en realidad una especie de informe felipista de gobierno, los correos enviados al estilo hildebrándico proponen: “No permitamos que el país se llene de corrupción, fraudes electorales, impuestos inútiles y por supuesto, no permitamos que el narcotráfico se siga filtrando debido a los arreglos que tienen con el partido que siempre los ha protegido”. El texto convoca a enviar sugerencias y comentarios a actuapormexico@pan2009.org y termina convocando a “actuar” en favor de Acción Nacional.AstillasMarco Antonio Pompa Delfín (eldelfinpolaco@hotmail.com) escribe con frecuencia para impugnar en términos soeces lo que aquí se publica. Ayer, impregnado de los buenos sentimientos de temporada, planteó: “tengo un amigo médico neurocirujano y, platicando con él, le pregunté si era posible sacarte toda la mierda que tienes en tu cabecita ‘loca’ y me dijo que era posible, pero que le contara por qué te quería hacer el favor, y dije: es que este Julito todo lo que hace el presidente de todos los mexicanos, menos de tres Umnobilados (sic) que son el peje, noroña y julito, a estos tres simpáticos amigos del sueño dorado del peje nadie les puede quitar la idea de que están equivocados; por eso te hago la sugerencia de ir con el médico para que te limpien el cerebro. Que tengas buena Semana Santa, aunque lo dudo, pues a lo mejor eres ateo y homosexual”. Pompa Delfín vive en Nuevo Laredo, y desde allí envió a la sección de comentarios de los lectores del diario español ABC, derechista y monárquico, un comedido mensaje de felicitación a los príncipes de Asturias por el nacimiento de su segunda hija, intitulado “Honor a quien honor merece”: “Hermoza (sic) su niña, los felicito de manera cordial y sincera, quiera DIOS (mayúsculas en el original) se las guarde por una eternidad”... Otro lector, que prefiere ser identificado como Ernesto Zapata Villa, critica que aquí se haya dado información del Viacrucis comprometido con los pobres y ofendidos que se realiza en algunas parroquias oaxaqueñas, pues se les pone en “un riesgo muy alto ante el cacique asesino (URO) en momentos en que va a iniciarse una nueva movilización del magisterio y de la APPO; en que el gobierno pretende involucrar a las parroquias de Ocotlán en la lucha que varios pueblos de esta zona están llevando a cabo contra las mineras de Canadá; en que va a iniciarse el trazo del libramiento sur (la supercarretera que servirá para sacar la producción de oro y plata de varias comunidades) y que generará movilizaciones contra afectaciones ejidales”. El material del viacrucis social, que fue enviado a esta columna por presbíteros que lo redactaron y organizaron, no tiene nada que no pueda ser conocido por cualquiera de las muchas “orejas” estatales y federales que hay en Oaxaca y se presentan en todo acto con tinte social crítico. Justamente por ello, y entendiendo que no hay mejor defensa contra los aires conspiratorios simplistas que la transparencia, se ha puesto el texto del mencionado viacrucis oaxaqueño en www.astillero.tv... Un tamaulipeco, cuyo nombre será omitido por decisión de esta columna, asegura: “Acá siempre se supo de la estrecha relación que Miguel Ángel Almaraz Maldonado mantenía con la cúpula chuchista, pues siempre fue considerado el hombre fuerte de Nueva Izquierda en la región. Almaraz fue llevado de la mano de Guadalupe Acosta Naranjo y de Carlos Sotelo hasta la presidencia estatal del perredismo tamaulipeco, pasando por dos candidaturas a diputado federal, dos más a la presidencia municipal de Río Bravo y una más a diputado local. Particularmente Acosta Naranjo le otorgó todo tipo de facilidades, enviándole activistas y operadores para todo lo que emprendió, y así organizó giras y preparó recepciones para líderes como Jesús Zambrano. Así es que todos los que ahora quieren colocarse lo más lejos posible del mencionado Almaraz sabían de sus excesos y lo festejaron en su momento; supieron que en 2004, en uno de sus cierres de campaña por la presidencia municipal de Río Bravo, contrató a la cantante Alicia Villarreal para que animara el evento en donde además rifó dos carros nuevos; ni Jesús Ortega ni Jesús Zambrano ni Carlos Navarrete se sorprendieron cuando Almaraz contrató al campeón de boxeo Julio César Chávez para grabarle unos mensajes televisivos llamando a votar por él. Así que no tiene caso que la cúpula chuchista siga negando lo que en Tamaulipas se sabe a los cuatro vientos, que ellos siempre solaparon y protegieron a Miguel Ángel Almaraz Maldonado”... Y, mientras el ámbito político y electoral sigue ensangrentándose (“oscureciéndose”, diría la firma Solá-Hildebrando), primero en Oaxaca, con el asesinato de Beatriz López Leyva, y luego en Michoacán, con la ejecución del suplente de la candidatura del hermano de Leonel Godoy, ¡hasta mañana, con marinos rumbo a acciones conjuntas con EU que el Senado apenas hará como que aprueba y con el yunquista Luege en acuática guerra santa por los votos del DF!Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Como en 2006, aparecen membretes esquivos que siembran masivamente mensajes propanistas en Internet. Bajo el título de Actuar por México”, ciudadanos de El Bajío, que no se explican cómo sus nombres aparecen en las listas de envíos derechistas, han recibido un texto en el que se les convoca a no permitir “que nuestro país vuelva al pasado”, es decir, a que no voten por el PRI ni propicien su retorno al poder.El lenguaje oscurantista de esos envíos embona con los discursos de Germán Martínez y Antonio Solá, los encargados de crear otra división política en México: si ocho años atrás, con Fox, se acabó “con 70 años de corrupción”, y se erradicaron “los vicios que generaron tantos años de injusticias, terror y abusos”, ahora es necesario redoblar esfuerzos contra “esta sombra que puede oscurecer de nuevo el ambiente del país (...) debemos evitar a toda costa que el mal regrese para adueñarse de la mayoría en el Congreso, gubernaturas o alcaldías”.Como si de verdad México hubiera cambiado para bien, y como si la descripción de los vicios a combatir no fuera en realidad una especie de informe felipista de gobierno, los correos enviados al estilo hildebrándico proponen: “No permitamos que el país se llene de corrupción, fraudes electorales, impuestos inútiles y por supuesto, no permitamos que el narcotráfico se siga filtrando debido a los arreglos que tienen con el partido que siempre los ha protegido”. El texto convoca a enviar sugerencias y comentarios a actuapormexico@pan2009.org y termina convocando a “actuar” en favor de Acción Nacional.AstillasMarco Antonio Pompa Delfín (eldelfinpolaco@hotmail.com) escribe con frecuencia para impugnar en términos soeces lo que aquí se publica. Ayer, impregnado de los buenos sentimientos de temporada, planteó: “tengo un amigo médico neurocirujano y, platicando con él, le pregunté si era posible sacarte toda la mierda que tienes en tu cabecita ‘loca’ y me dijo que era posible, pero que le contara por qué te quería hacer el favor, y dije: es que este Julito todo lo que hace el presidente de todos los mexicanos, menos de tres Umnobilados (sic) que son el peje, noroña y julito, a estos tres simpáticos amigos del sueño dorado del peje nadie les puede quitar la idea de que están equivocados; por eso te hago la sugerencia de ir con el médico para que te limpien el cerebro. Que tengas buena Semana Santa, aunque lo dudo, pues a lo mejor eres ateo y homosexual”. Pompa Delfín vive en Nuevo Laredo, y desde allí envió a la sección de comentarios de los lectores del diario español ABC, derechista y monárquico, un comedido mensaje de felicitación a los príncipes de Asturias por el nacimiento de su segunda hija, intitulado “Honor a quien honor merece”: “Hermoza (sic) su niña, los felicito de manera cordial y sincera, quiera DIOS (mayúsculas en el original) se las guarde por una eternidad”... Otro lector, que prefiere ser identificado como Ernesto Zapata Villa, critica que aquí se haya dado información del Viacrucis comprometido con los pobres y ofendidos que se realiza en algunas parroquias oaxaqueñas, pues se les pone en “un riesgo muy alto ante el cacique asesino (URO) en momentos en que va a iniciarse una nueva movilización del magisterio y de la APPO; en que el gobierno pretende involucrar a las parroquias de Ocotlán en la lucha que varios pueblos de esta zona están llevando a cabo contra las mineras de Canadá; en que va a iniciarse el trazo del libramiento sur (la supercarretera que servirá para sacar la producción de oro y plata de varias comunidades) y que generará movilizaciones contra afectaciones ejidales”. El material del viacrucis social, que fue enviado a esta columna por presbíteros que lo redactaron y organizaron, no tiene nada que no pueda ser conocido por cualquiera de las muchas “orejas” estatales y federales que hay en Oaxaca y se presentan en todo acto con tinte social crítico. Justamente por ello, y entendiendo que no hay mejor defensa contra los aires conspiratorios simplistas que la transparencia, se ha puesto el texto del mencionado viacrucis oaxaqueño en www.astillero.tv... Un tamaulipeco, cuyo nombre será omitido por decisión de esta columna, asegura: “Acá siempre se supo de la estrecha relación que Miguel Ángel Almaraz Maldonado mantenía con la cúpula chuchista, pues siempre fue considerado el hombre fuerte de Nueva Izquierda en la región. Almaraz fue llevado de la mano de Guadalupe Acosta Naranjo y de Carlos Sotelo hasta la presidencia estatal del perredismo tamaulipeco, pasando por dos candidaturas a diputado federal, dos más a la presidencia municipal de Río Bravo y una más a diputado local. Particularmente Acosta Naranjo le otorgó todo tipo de facilidades, enviándole activistas y operadores para todo lo que emprendió, y así organizó giras y preparó recepciones para líderes como Jesús Zambrano. Así es que todos los que ahora quieren colocarse lo más lejos posible del mencionado Almaraz sabían de sus excesos y lo festejaron en su momento; supieron que en 2004, en uno de sus cierres de campaña por la presidencia municipal de Río Bravo, contrató a la cantante Alicia Villarreal para que animara el evento en donde además rifó dos carros nuevos; ni Jesús Ortega ni Jesús Zambrano ni Carlos Navarrete se sorprendieron cuando Almaraz contrató al campeón de boxeo Julio César Chávez para grabarle unos mensajes televisivos llamando a votar por él. Así que no tiene caso que la cúpula chuchista siga negando lo que en Tamaulipas se sabe a los cuatro vientos, que ellos siempre solaparon y protegieron a Miguel Ángel Almaraz Maldonado”... Y, mientras el ámbito político y electoral sigue ensangrentándose (“oscureciéndose”, diría la firma Solá-Hildebrando), primero en Oaxaca, con el asesinato de Beatriz López Leyva, y luego en Michoacán, con la ejecución del suplente de la candidatura del hermano de Leonel Godoy, ¡hasta mañana, con marinos rumbo a acciones conjuntas con EU que el Senado apenas hará como que aprueba y con el yunquista Luege en acuática guerra santa por los votos del DF!Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
rancamente las autoridades esperan demasiado de la abnegación y la credulidad de la gente. Después de tantos engaños todavía quieren que se les crea. De tiempo atrás organismos empresariales como Coparmex han venido pugnando porque suban los precios de los alimentos y medicinas, como un medio para que el gobierno recaude más impuestos a través del IVA. La endrogada escalofriante que FC le ha dado al país con el préstamo del Fondo Monetario Internacional, es decir, la necesidad de pagarlo, aunada a la caída de la recaudación fiscal y del precio del petróleo, necesariamente moverán al mismo gobierno a buscar nuevas fuentes de ingreso. Y ahí está la gallina de los huevos de oro: el consumo de medicamentos y comida. El panismo lo niega, aunque fue el principal propulsor de la idea en el sexenio anterior. El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, José Isabel Trejo, dice que es falso que el gobierno tenga pensado aplicar nuevos impuestos a los contribuyentes. Nadie en el PAN, en el gobierno o en Hacienda está pensando en eso. Es inviable y ni siquiera está a discusión”. ¿Pero quién les cree? Han mentido tanto: recuerden lo del presidente del empleo y el catarrito, para no ir muy lejos.LlorónDurante una entrevista con la cadena ABC soltó el llanto sir Allen Stanford, el magnate tejano acusado de un fraude financiero de 8 mil millones de dólares que afectó a centenares de inversores en América Latina. Se encuentra en espera de ser procesado por un jurado federal. Niega que su negocio fuera una pirámide, como la de Madoff. En México hay 2 mil 500 personas que esperan que les regrese sus dólares. Una de las víctimas, dicen los que saben, es un picudo de Televisa, de ahí la campaña que ha emprendido contra la cabeza de Stanford Mexico, David Nanes, a quien la misma televisora presenta como fugitivo.e@Vox Populi
rancamente las autoridades esperan demasiado de la abnegación y la credulidad de la gente. Después de tantos engaños todavía quieren que se les crea. De tiempo atrás organismos empresariales como Coparmex han venido pugnando porque suban los precios de los alimentos y medicinas, como un medio para que el gobierno recaude más impuestos a través del IVA. La endrogada escalofriante que FC le ha dado al país con el préstamo del Fondo Monetario Internacional, es decir, la necesidad de pagarlo, aunada a la caída de la recaudación fiscal y del precio del petróleo, necesariamente moverán al mismo gobierno a buscar nuevas fuentes de ingreso. Y ahí está la gallina de los huevos de oro: el consumo de medicamentos y comida. El panismo lo niega, aunque fue el principal propulsor de la idea en el sexenio anterior. El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, José Isabel Trejo, dice que es falso que el gobierno tenga pensado aplicar nuevos impuestos a los contribuyentes. Nadie en el PAN, en el gobierno o en Hacienda está pensando en eso. Es inviable y ni siquiera está a discusión”. ¿Pero quién les cree? Han mentido tanto: recuerden lo del presidente del empleo y el catarrito, para no ir muy lejos.LlorónDurante una entrevista con la cadena ABC soltó el llanto sir Allen Stanford, el magnate tejano acusado de un fraude financiero de 8 mil millones de dólares que afectó a centenares de inversores en América Latina. Se encuentra en espera de ser procesado por un jurado federal. Niega que su negocio fuera una pirámide, como la de Madoff. En México hay 2 mil 500 personas que esperan que les regrese sus dólares. Una de las víctimas, dicen los que saben, es un picudo de Televisa, de ahí la campaña que ha emprendido contra la cabeza de Stanford Mexico, David Nanes, a quien la misma televisora presenta como fugitivo.e@Vox Populi
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
n fechas recientes las relaciones de EU y China se han tensado en medio de su peligrosa confrontación en el mar del sur de China y de las ominosas advertencias del primer ministro Wen Jiabao sobre la seguridad de los activos chinos invertidos en EU y cuyo futuro se ha vuelto incierto, debido a la grave crisis financiera y económica de la otrora superpotencia unipolar.En esta coyuntura, The People’s Daily (9/3/09), bajo el título “Conseguir un nuevo equilibrio para el ajuste estratégico”, comenta con escepticismo aséptico el visible acercamiento, todavía más coreográfico que sustancial, entre EU y Rusia (ver Bajo la Lupa 11/3/09).El rotativo, portavoz oficioso del gobierno chino, considera “tres aspectos que pueden ayudar a mejorar las relaciones entre EU y Rusia:1. “Ambos se han percatado de la importancia de cada uno y de que librar guerras va contra sus intereses, especialmente en la coyuntura de la recesión global y en los temas no tradicionales de seguridad.2. “Ambos desean mejorar las relaciones.” EU “desea abrir un nuevo prospecto diplomático con el poder-inteligente, encontrar soluciones al punto muerto entre EU y Rusia, y recibir ayuda de Rusia cuando lidia con asuntos espinosos; mientras Rusia desea encontrar oportunidades para facilitar las relaciones enfriadas por el conflicto de Rusia y Georgia”.3.“Aún (sic) existen potenciales oportunidades para Moscú y Washington con el fin de mejorar las relaciones, siempre y cuando sean adecuadamente manejadas, y puedan abarcar una más amplia cooperación en temas de la desaceleración económica, el contencioso nuclear iraní, y la guerra contra el terror en Afganistán.”Hasta aquí concluyen las tres generalidades teóricas que no aportan mayor luz, pero que son mejor interpretadas mediante la antitesis dialéctica y realista que caracteriza la sapiencia milenaria de los chinos, que no se cuecen al primer hervor: “detrás de las buenas intenciones existe margen para las maniobras secretas (¡súper sic!)”, ya que la “señal de reconciliación que soltó EU es más bien complicada (¡súper sic!)” cuando “EU no ha variado su posición sobre el despliegue de su sistema misilístico y la expansión oriental de la OTAN”.Una cosa es practicar la retórica de la negociación en materia antimisilística, como nunca ha cesado de proclamar EU, y otra es variar sustancialmente su postura, lo cual todavía no sucede tangiblemente: “se dice (sic) que EU ha realizado solamente cambios minúsculos (sic) en su plan de acción y en sus intereses nacionales, pero que su objetivo estratégico fundamental permanece invariable”, advierte sabiamente el rotativo chino.Esta advertencia es digna de tomar en consideración por nuestros amigos rusos, que ya padecieron las calamidades de la candidez de Gorbachov y Yeltsin, y que pagaron con sangre cuando Daddy Bush y Bill Clinton no se agotaron en tomarles el pelo.No faltarán críticos estadunidenses que aduzcan trivialmente que nuestros amigos chinos están celosos y que desean amarrar navajas por la perezagruska (“reactivación”) de las relaciones entre EU y Rusia.En política exterior solamente son contabilizados los actos tangibles y no las “buenas intenciones”, de las que no pocas veces está sembrada la ruta a los infiernos, como expresara el genial Dante.A juicio del rotativo chino, que algo sabrá, “Rusia ha recibido bien, con sus reservas, la decisión y exhibe su punto de vista optimista (sic) sobre el futuro de las relaciones bilaterales”. Sin embargo, “su pleito sobre la influencia en Asia central, Medio Oriente y Latinoamérica nunca ha cesado”.Bueno, una cosa es la sana competencia geopolítica y otra es la confrontación bélica que no cesaron de buscar y azuzar los neoconservadores straussianos (íntimos de Israel) durante los ochos años de la aciaga gestión de Baby Bush.Si de algo pecan los chinos es de milenaria precaución, que les faltó a los pasados estrategas rusos durante las calamitosas etapas de Gorbachov y Yeltsin, que colindaron con la frivolidad en sus relaciones con EU y cuya ilimitada irresponsabilidad permitió la aplicación unilateral de la desregulada globalización financiera del eje anglosajón que tiene secuestrado al planeta entero al borde del abismo económico.A juicio del rotativo chino, tampoco se pueden soslayar “otras razones que obstruyen el calentamiento de las relaciones bilaterales”, entre las que resalta la “mala asignación de los objetivos”, ya que “Washington pretende apaciguar (sic) a Moscú con un ajuste estratégico, que puede abrir el camino para promover sus objetivos planeados”. ¿Caerá una vez más Moscú en la trampa de Washington?Por el bienestar del equilibrio mundial se espera que Rusia no se conforme con las migajas de los trueques hasta ahora propuestos por EU. Sería una locura ceder a Irán en trueque por los cadáveres geoeconómicos de Europa del este, los Balcanes y el Cáucaso, que se están cayendo solos. No se debe mezclar en forma simplista, como pretende EU, la zona de influencia de la “periferia inmediata” de Rusia con la geopolítica medio oriental, de por sí sumamente compleja –lo cual entienden mucho mejor los europeos, por su convivencia y proximidad mayores.A juicio del rotativo chino, “el objetivo de Moscú es mantener su posición como un país poderoso y pacifista, lo que le cuesta trabajo aceptar a EU”. Sustenta que “ambos países sospechan uno del otro” y vaticina que “el juicio estratégico negativo de EU sobre Rusia no cambiará a corto plazo y, como resultado, la confianza de Rusia en EU permanecerá baja”.En síntesis, después de haber sopesado “los factores positivos y negativos”, el rotativo chino vaticina que “el futuro de las relaciones de EU y Rusia mantendrá una tendencia de ‘turbulencia y rebote’”, en la que la “confesión franca” será determinante cuando “la negociación y la sapiencia política de sus líderes en temas específicos puedan marcar la diferencia”.Durante la guerra fría y después de la humillante derrota de EU en Vietnam, de la que no supieron sacar provecho los anquilosados estrategas rusos, Washington optó a principios de la década de los 70 por el acercamiento estratégico con China, en la etapa de Mao Zedong, para contrarrestar a Rusia.En octubre de 1971, la China comunista ingresó como miembro permanente al Consejo de Seguridad de la ONU y cuatro meses más tarde se escenificó la visita histórica de Nixon y Kissinger a Pekín; seis años más tarde, en la etapa de Deng Xiaoping, China y “Occidente” iniciaron así su colaboración comercial que, 30 años más tarde, parece haber llegado a un impasse, cuando China se perfila como el gran triunfador geofinanciero y geoeconómico del planeta.¿Intentan ahora Obama e Hillary aliarse con Rusia para contrarrestar a China?
n fechas recientes las relaciones de EU y China se han tensado en medio de su peligrosa confrontación en el mar del sur de China y de las ominosas advertencias del primer ministro Wen Jiabao sobre la seguridad de los activos chinos invertidos en EU y cuyo futuro se ha vuelto incierto, debido a la grave crisis financiera y económica de la otrora superpotencia unipolar.En esta coyuntura, The People’s Daily (9/3/09), bajo el título “Conseguir un nuevo equilibrio para el ajuste estratégico”, comenta con escepticismo aséptico el visible acercamiento, todavía más coreográfico que sustancial, entre EU y Rusia (ver Bajo la Lupa 11/3/09).El rotativo, portavoz oficioso del gobierno chino, considera “tres aspectos que pueden ayudar a mejorar las relaciones entre EU y Rusia:1. “Ambos se han percatado de la importancia de cada uno y de que librar guerras va contra sus intereses, especialmente en la coyuntura de la recesión global y en los temas no tradicionales de seguridad.2. “Ambos desean mejorar las relaciones.” EU “desea abrir un nuevo prospecto diplomático con el poder-inteligente, encontrar soluciones al punto muerto entre EU y Rusia, y recibir ayuda de Rusia cuando lidia con asuntos espinosos; mientras Rusia desea encontrar oportunidades para facilitar las relaciones enfriadas por el conflicto de Rusia y Georgia”.3.“Aún (sic) existen potenciales oportunidades para Moscú y Washington con el fin de mejorar las relaciones, siempre y cuando sean adecuadamente manejadas, y puedan abarcar una más amplia cooperación en temas de la desaceleración económica, el contencioso nuclear iraní, y la guerra contra el terror en Afganistán.”Hasta aquí concluyen las tres generalidades teóricas que no aportan mayor luz, pero que son mejor interpretadas mediante la antitesis dialéctica y realista que caracteriza la sapiencia milenaria de los chinos, que no se cuecen al primer hervor: “detrás de las buenas intenciones existe margen para las maniobras secretas (¡súper sic!)”, ya que la “señal de reconciliación que soltó EU es más bien complicada (¡súper sic!)” cuando “EU no ha variado su posición sobre el despliegue de su sistema misilístico y la expansión oriental de la OTAN”.Una cosa es practicar la retórica de la negociación en materia antimisilística, como nunca ha cesado de proclamar EU, y otra es variar sustancialmente su postura, lo cual todavía no sucede tangiblemente: “se dice (sic) que EU ha realizado solamente cambios minúsculos (sic) en su plan de acción y en sus intereses nacionales, pero que su objetivo estratégico fundamental permanece invariable”, advierte sabiamente el rotativo chino.Esta advertencia es digna de tomar en consideración por nuestros amigos rusos, que ya padecieron las calamidades de la candidez de Gorbachov y Yeltsin, y que pagaron con sangre cuando Daddy Bush y Bill Clinton no se agotaron en tomarles el pelo.No faltarán críticos estadunidenses que aduzcan trivialmente que nuestros amigos chinos están celosos y que desean amarrar navajas por la perezagruska (“reactivación”) de las relaciones entre EU y Rusia.En política exterior solamente son contabilizados los actos tangibles y no las “buenas intenciones”, de las que no pocas veces está sembrada la ruta a los infiernos, como expresara el genial Dante.A juicio del rotativo chino, que algo sabrá, “Rusia ha recibido bien, con sus reservas, la decisión y exhibe su punto de vista optimista (sic) sobre el futuro de las relaciones bilaterales”. Sin embargo, “su pleito sobre la influencia en Asia central, Medio Oriente y Latinoamérica nunca ha cesado”.Bueno, una cosa es la sana competencia geopolítica y otra es la confrontación bélica que no cesaron de buscar y azuzar los neoconservadores straussianos (íntimos de Israel) durante los ochos años de la aciaga gestión de Baby Bush.Si de algo pecan los chinos es de milenaria precaución, que les faltó a los pasados estrategas rusos durante las calamitosas etapas de Gorbachov y Yeltsin, que colindaron con la frivolidad en sus relaciones con EU y cuya ilimitada irresponsabilidad permitió la aplicación unilateral de la desregulada globalización financiera del eje anglosajón que tiene secuestrado al planeta entero al borde del abismo económico.A juicio del rotativo chino, tampoco se pueden soslayar “otras razones que obstruyen el calentamiento de las relaciones bilaterales”, entre las que resalta la “mala asignación de los objetivos”, ya que “Washington pretende apaciguar (sic) a Moscú con un ajuste estratégico, que puede abrir el camino para promover sus objetivos planeados”. ¿Caerá una vez más Moscú en la trampa de Washington?Por el bienestar del equilibrio mundial se espera que Rusia no se conforme con las migajas de los trueques hasta ahora propuestos por EU. Sería una locura ceder a Irán en trueque por los cadáveres geoeconómicos de Europa del este, los Balcanes y el Cáucaso, que se están cayendo solos. No se debe mezclar en forma simplista, como pretende EU, la zona de influencia de la “periferia inmediata” de Rusia con la geopolítica medio oriental, de por sí sumamente compleja –lo cual entienden mucho mejor los europeos, por su convivencia y proximidad mayores.A juicio del rotativo chino, “el objetivo de Moscú es mantener su posición como un país poderoso y pacifista, lo que le cuesta trabajo aceptar a EU”. Sustenta que “ambos países sospechan uno del otro” y vaticina que “el juicio estratégico negativo de EU sobre Rusia no cambiará a corto plazo y, como resultado, la confianza de Rusia en EU permanecerá baja”.En síntesis, después de haber sopesado “los factores positivos y negativos”, el rotativo chino vaticina que “el futuro de las relaciones de EU y Rusia mantendrá una tendencia de ‘turbulencia y rebote’”, en la que la “confesión franca” será determinante cuando “la negociación y la sapiencia política de sus líderes en temas específicos puedan marcar la diferencia”.Durante la guerra fría y después de la humillante derrota de EU en Vietnam, de la que no supieron sacar provecho los anquilosados estrategas rusos, Washington optó a principios de la década de los 70 por el acercamiento estratégico con China, en la etapa de Mao Zedong, para contrarrestar a Rusia.En octubre de 1971, la China comunista ingresó como miembro permanente al Consejo de Seguridad de la ONU y cuatro meses más tarde se escenificó la visita histórica de Nixon y Kissinger a Pekín; seis años más tarde, en la etapa de Deng Xiaoping, China y “Occidente” iniciaron así su colaboración comercial que, 30 años más tarde, parece haber llegado a un impasse, cuando China se perfila como el gran triunfador geofinanciero y geoeconómico del planeta.¿Intentan ahora Obama e Hillary aliarse con Rusia para contrarrestar a China?
Carlos Fernández Vega: México SA
Por decisión del inquilino de Los Pinos será la empresa privada y no los grandes centros de investigación y desarrollo de tecnología del Estado la que reciba recursos del erario para tal fin, en un intento de disfrazar el rotundo fracaso que para el país, no para la IP, significó el invento foxista de un Comité Interinstitucional (integrado por representantes del Conacyt y de las secretarías de Hacienda, Economía y Educación Pública) para la aplicación del estímulo fiscal a los gastos e inversiones en investigación y desarrollo de tecnología, equivalente a 30 por ciento de los gastos e inversiones realizados en un ejercicio dado por los conceptos referidos”, por medio del cual el fisco sacrificó alrededor de 20 mil millones de pesos entre 2001 y 2008.Como se trata de hacer lo mismo que Fox, pero (mal) disfrazado, ayer el inquilino de Los Pinos detalló el “nuevo” mecanismo por medio del cual las arcas nacionales seguirán pagando la investigación y el desarrollo de tecnología a la iniciativa privada, nacional y extranjera, que opera en el país. En lugar de que tales dineros se destinen a la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y demás universidades y centros de investigación del Estado, con el subsecuente beneficio para México, el michoacano insiste en que sea el capital privado el que “encabece” tal esfuerzo, por más que las ganancias, económicas y científicas, sean exclusivamente para el propio capital privado y no para la nación.Así, ya no será a través de “estímulos fiscales” a las empresas privadas, sino por medio de “estímulos directos” a las mismas como pretende “impulsar” la investigación y desarrollo de tecnología (IDT) “en beneficio del país”, según dice y Fox contradice. Para tal fin, en 2009 del erario saldrán otros 2 mil 500 millones de pesos para que la iniciativa privada desarrolle tecnología para sus propios fines, haciendo a un lado, una vez más, a los grandes centro de investigación propiedad de la nación, como en el caso de la UNAM, institución a la que el año pasado el gobierno calderonista descaradamente exigió recortar su presupuesto para atender los caprichos del inquilino de Los Pinos (obvio es que la respuesta puma fue mandarlos a recolectar a otra parte).Dijo ayer el “innovador” inquilino de Los Pinos que “transformamos el esquema de estímulos fiscales en un sistema de estímulos directos para impulsar con mayor fuerza la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación en las empresas mexicanas; se trata de un mecanismo de incentivos más eficiente, más focalizado, que en estos momentos beneficia, especialmente, a las empresas con problemas de liquidez. Concretamente, a partir de este año los fondos que estamos aplicando presupuestalmente permiten a través de tres fondos específicos fomentar la innovación empresarial con una inversión, no recuperable para el gobierno, de 2 mil 500 millones de pesos que no tiene precedente”. De hecho, sí hay precedente, y no es otro que el citado Comité Interinstitucional y los cerca de 20 mil millones de pesos que para el mismo propósito y con idénticos beneficiarios autorizó su antecesor, Vicente Fox.Una vez más, pues, el dinero de la nación no es para ésta y quienes la habitan, sino para fines particulares, y si son de cúpula qué mejor. Por decisión del Señor de Los Pinos (en turno), el erario no sólo “rescata” negocios y paga deudas privadas, sino que también financia la investigación y el desarrollo de tecnología de las empresas particulares que explotarán en su propio beneficio, en un país en el que la inversión en este prioritario renglón a duras penas roza 0.4 por ciento del PIB, por mucho que desde hace cinco administraciones gubernamentales el “compromiso” ha sido incrementarla a uno por ciento.En julio de 2008 (los días 4 y 5) México SA documentó las empresas privadas a las que los gobiernos foxista y calderonista (en su primer bienio) autorizaron subsidios fiscales cercanos a 20 mil millones de pesos. Va un rápido recorrido, en el entendido que la mayoría de esas empresas son famosas, entre otras tantas cosas, por sus elevadísimas utilidades y su raquítica contribución al fisco. En fin, las siguientes, que no son todas pero sí las principales, recibieron (y seguirán recibiendo) “subsidios fiscales” (ahora “estímulos directos”) para investigación y desarrollo de tecnología, según la versión oficial:Bachoco (propiedad de la familia Bours, la del gobernador de Sonora); Banco Azteca, de Ricardo Salinas Pliego; Bimbo y su subsidiaria Barcel (de la siempre pía familia Servitje); las trasnacionales automotrices General Motors, Daimler-Chrysler, Volkswagen, Nissan y Ford Motors Company; Arca, uno de los grupos embotelladores de Coca-Cola en México; Cadbury Adams; Laboratorios Astrazeneca; Bayer; Bombardier Transportation; Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, de FEMSA, uno de los ex propietarios del “rescatado” y extranjerizado Bancomer; Du Pont; Abbott Laboratories; Grupo Gamesa y Sabritas, subsidiarias de Pepsico; Grupo Posadas (que compró Mexicana de Aviación); Banamex-Citigroup (que se quedó con Aeroméxico y se benefició con la ilegal decisión de Calderón-Carstens); Teléfonos de México y Televisa, entre otras.Las empresas más importantes del país, las de multimillonarias utilidades y gigantescos beneficios del SAT, ¿realmente necesitan “subsidios fiscales” para investigación y desarrollo de tecnología? Desde luego que no, aunque, por meras casualidades de la vida y del régimen, muchas de ellas (con sus dueños en primer plano) aparecen inventariadas en un sin fin de “rescates”, “salvamentos”, “apoyos”, “subsidios”, “créditos fiscales”, “líneas de crédito” y demás “contribuciones” del erario, a la par que como grandes “aportantes” a ciertas campañas políticas, con los resultados que “haigan” sido.Las rebanadas del pastelAlgunos sectores airadamente reclaman por la designación de un politólogo, Alonso Lujambio, al frente de la Secretaría de Educación Pública, el mismo que relevó en el cargo a una ex gerente de fábrica de pinturas, es decir, la misma que no hace mucho se encargaba del Desarrollo Social. Bien, pero de qué se sorprenden si, por ejemplo, la Secretaría de Seguridad Pública federal está a cargo de un ingeniero mecánico, la de Gobernación de un abogado corporativo, la de Comunicaciones y Transportes de otro politólogo, la del Trabajo de un pianista, la Sagarpa de un ingeniero electricista, la Comunicación Social del gobierno federal de un baterista, y la Sectur y la Profepa de sendos grillos, y así por el estilo. Entonces, ¿cómo reclamarles por la falta de resultados?cfvmexic_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Por decisión del inquilino de Los Pinos será la empresa privada y no los grandes centros de investigación y desarrollo de tecnología del Estado la que reciba recursos del erario para tal fin, en un intento de disfrazar el rotundo fracaso que para el país, no para la IP, significó el invento foxista de un Comité Interinstitucional (integrado por representantes del Conacyt y de las secretarías de Hacienda, Economía y Educación Pública) para la aplicación del estímulo fiscal a los gastos e inversiones en investigación y desarrollo de tecnología, equivalente a 30 por ciento de los gastos e inversiones realizados en un ejercicio dado por los conceptos referidos”, por medio del cual el fisco sacrificó alrededor de 20 mil millones de pesos entre 2001 y 2008.Como se trata de hacer lo mismo que Fox, pero (mal) disfrazado, ayer el inquilino de Los Pinos detalló el “nuevo” mecanismo por medio del cual las arcas nacionales seguirán pagando la investigación y el desarrollo de tecnología a la iniciativa privada, nacional y extranjera, que opera en el país. En lugar de que tales dineros se destinen a la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y demás universidades y centros de investigación del Estado, con el subsecuente beneficio para México, el michoacano insiste en que sea el capital privado el que “encabece” tal esfuerzo, por más que las ganancias, económicas y científicas, sean exclusivamente para el propio capital privado y no para la nación.Así, ya no será a través de “estímulos fiscales” a las empresas privadas, sino por medio de “estímulos directos” a las mismas como pretende “impulsar” la investigación y desarrollo de tecnología (IDT) “en beneficio del país”, según dice y Fox contradice. Para tal fin, en 2009 del erario saldrán otros 2 mil 500 millones de pesos para que la iniciativa privada desarrolle tecnología para sus propios fines, haciendo a un lado, una vez más, a los grandes centro de investigación propiedad de la nación, como en el caso de la UNAM, institución a la que el año pasado el gobierno calderonista descaradamente exigió recortar su presupuesto para atender los caprichos del inquilino de Los Pinos (obvio es que la respuesta puma fue mandarlos a recolectar a otra parte).Dijo ayer el “innovador” inquilino de Los Pinos que “transformamos el esquema de estímulos fiscales en un sistema de estímulos directos para impulsar con mayor fuerza la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación en las empresas mexicanas; se trata de un mecanismo de incentivos más eficiente, más focalizado, que en estos momentos beneficia, especialmente, a las empresas con problemas de liquidez. Concretamente, a partir de este año los fondos que estamos aplicando presupuestalmente permiten a través de tres fondos específicos fomentar la innovación empresarial con una inversión, no recuperable para el gobierno, de 2 mil 500 millones de pesos que no tiene precedente”. De hecho, sí hay precedente, y no es otro que el citado Comité Interinstitucional y los cerca de 20 mil millones de pesos que para el mismo propósito y con idénticos beneficiarios autorizó su antecesor, Vicente Fox.Una vez más, pues, el dinero de la nación no es para ésta y quienes la habitan, sino para fines particulares, y si son de cúpula qué mejor. Por decisión del Señor de Los Pinos (en turno), el erario no sólo “rescata” negocios y paga deudas privadas, sino que también financia la investigación y el desarrollo de tecnología de las empresas particulares que explotarán en su propio beneficio, en un país en el que la inversión en este prioritario renglón a duras penas roza 0.4 por ciento del PIB, por mucho que desde hace cinco administraciones gubernamentales el “compromiso” ha sido incrementarla a uno por ciento.En julio de 2008 (los días 4 y 5) México SA documentó las empresas privadas a las que los gobiernos foxista y calderonista (en su primer bienio) autorizaron subsidios fiscales cercanos a 20 mil millones de pesos. Va un rápido recorrido, en el entendido que la mayoría de esas empresas son famosas, entre otras tantas cosas, por sus elevadísimas utilidades y su raquítica contribución al fisco. En fin, las siguientes, que no son todas pero sí las principales, recibieron (y seguirán recibiendo) “subsidios fiscales” (ahora “estímulos directos”) para investigación y desarrollo de tecnología, según la versión oficial:Bachoco (propiedad de la familia Bours, la del gobernador de Sonora); Banco Azteca, de Ricardo Salinas Pliego; Bimbo y su subsidiaria Barcel (de la siempre pía familia Servitje); las trasnacionales automotrices General Motors, Daimler-Chrysler, Volkswagen, Nissan y Ford Motors Company; Arca, uno de los grupos embotelladores de Coca-Cola en México; Cadbury Adams; Laboratorios Astrazeneca; Bayer; Bombardier Transportation; Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, de FEMSA, uno de los ex propietarios del “rescatado” y extranjerizado Bancomer; Du Pont; Abbott Laboratories; Grupo Gamesa y Sabritas, subsidiarias de Pepsico; Grupo Posadas (que compró Mexicana de Aviación); Banamex-Citigroup (que se quedó con Aeroméxico y se benefició con la ilegal decisión de Calderón-Carstens); Teléfonos de México y Televisa, entre otras.Las empresas más importantes del país, las de multimillonarias utilidades y gigantescos beneficios del SAT, ¿realmente necesitan “subsidios fiscales” para investigación y desarrollo de tecnología? Desde luego que no, aunque, por meras casualidades de la vida y del régimen, muchas de ellas (con sus dueños en primer plano) aparecen inventariadas en un sin fin de “rescates”, “salvamentos”, “apoyos”, “subsidios”, “créditos fiscales”, “líneas de crédito” y demás “contribuciones” del erario, a la par que como grandes “aportantes” a ciertas campañas políticas, con los resultados que “haigan” sido.Las rebanadas del pastelAlgunos sectores airadamente reclaman por la designación de un politólogo, Alonso Lujambio, al frente de la Secretaría de Educación Pública, el mismo que relevó en el cargo a una ex gerente de fábrica de pinturas, es decir, la misma que no hace mucho se encargaba del Desarrollo Social. Bien, pero de qué se sorprenden si, por ejemplo, la Secretaría de Seguridad Pública federal está a cargo de un ingeniero mecánico, la de Gobernación de un abogado corporativo, la de Comunicaciones y Transportes de otro politólogo, la del Trabajo de un pianista, la Sagarpa de un ingeniero electricista, la Comunicación Social del gobierno federal de un baterista, y la Sectur y la Profepa de sendos grillos, y así por el estilo. Entonces, ¿cómo reclamarles por la falta de resultados?cfvmexic_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Fujimori y Echeverría: justicia e impunidadLa sala penal especial de la Corte Suprema de Justicia de Perú condenó ayer a 25 años de prisión al ex presidente de ese país Alberto Fujimori, al encontrarlo culpable, más allá de toda duda razonable”, de la autoría intelectual de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), en las que fueron asesinadas 25 personas, así como de los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer.La resolución de la justicia peruana reviste importancia histórica para el país andino y para América Latina, pues por vez primera un ex mandatario constitucional en la región es procesado por crímenes de lesa humanidad y declarado culpable. Además de arrastrar un estigma imborrable de corrupción –que derivó en el enriquecimiento del propio ex presidente y de algunos de sus más cercanos colaboradores, como Vladimiro Montesinos–, el gobierno de Fujimori se distinguió por un cariz represor y bárbaro, expresado en las masacres de Barrios Altos y La Cantuta; en el sangriento desalojo de la embajada japonesa en Lima, tomada en diciembre de 1996 por miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, quienes fueron ejecutados tras el asalto y, en términos generales, por el recurso a la guerra sucia (es decir, a la violación masiva y sistemática de los derechos humanos) en la lucha contra esa organización armada y contra Sendero Luminoso. Por añadidura, el político de origen japonés acabó con al autonomía de los poderes Legislativo y Judicial, se erigió en férreo censor de los medios de comunicación; durante su gobierno fueron prácticamente desaparecidas las principales fuerzas políticas opositoras y se emprendieron, desde el poder político, campañas para perseguir y aniquilar físicamente a los grupos disidentes.Es decir, el régimen de Fujimori concentró muchas de las características de los regímenes militares golpistas que azotaron la región en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado. Sin embargo, a diferencia de personajes como Augusto Pinochet, en Chile, o Rafael Videla, en Argentina, Fujimori arribó a la presidencia mediante el sufragio ciudadano, y una vez en el poder distorsionó las instituciones peruanas, al punto de implantar una dictadura: en lo que se ha dado en llamar un autogolpe de Estado, el ex presidente consumó un asalto al Congreso de la República en abril de 1992, suspendió las actividades del Poder Judicial, derogó la Constitución vigente desde 1979 y avanzó en la redacción de una nueva, hecha a la medida, al tiempo que promovió la integración de un cuerpo legislativo sumiso a su gobierno.Cabe felicitarse, pues, por que se haga justicia –así sea de manera tardía e incompleta– por algunas de las atrocidades cometidas durante el gobierno de Fujimori, pues causaron un enorme daño a la sociedad peruana y fueron objeto de escándalo e indignación mundiales.Por lo demás, resulta inevitable comparar el fallo de la Corte Suprema peruana con lo ocurrido en nuestro país el pasado 26 de marzo, cuando, para vergüenza del aparato mexicano de justicia, un tribunal colegiado absolvió al ex presidente Luis Echeverría Álvarez de todos los cargos que le había imputado la desaparecida Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, con lo cual se exculpó a quien es considerado el mayor responsable vivo de la masacre del 2 de octubre de 1968 –era, en ese momento, secretario de Gobernación del gabinete de Gustavo Díaz Ordaz– y el responsable central de la ilegal barbarie represiva desplegada durante su propia presidencia (1970-1976), la cual empleó, en territorio mexicano, métodos similares a los de las dictaduras militares de Centro y Sudamérica: desaparición forzada, encarcelamientos clandestinos, tortura y asesinato de guerrilleros y de muchos ciudadanos ajenos a la lucha armada.A la luz de tales antecedentes, es inevitable concluir que el sistema de impartición de justicia mexicano ha otorgado un aliento a la impunidad en el país y ha asestado un duro golpe –uno más– a la legalidad y la vigencia del Estado de derecho.A lo que puede verse, en suma, las autoridades mexicanas –las ejecutivas y las judiciales– están muy a la zaga de las peruanas en lo que se refiere a voluntad política de esclarecer y hacer justicia por los crímenes que el poder público ha cometido en el pasado reciente. En contraste con la sentencia histórica emitida ayer en la nación andina, en México impera la vergüenza de la impunidad.
Bill Piper y Ethan Nadelmann*: Ayudemos a México: legalicemos la mariguana
urante meses, las organizaciones mexicanas del narcotráfico han combatido con los gobiernos de México y Estados Unidos, así como unas contra otras, con creciente violencia a ambos lados de la frontera. De 2007 en adelante, la guerra de las drogas en México ha costado la vida a más de 7 mil 500 personas, entre ellas 200 estadunidenses. El Congreso de Estados Unidos ha llevado a cabo varias audiencias sobre el tema y hay más por venir. Aunque sin duda lo intentarán, será difícil que los legisladores continúen dejando a un lado la causa de fondo del problema: la prohibición de las drogas.Muchas partes de México hoy día son como Chicago en los días de la prohibición del alcohol y de Al Capone, pero multiplicado por 50. Los ciudadanos se preguntan quién tiene el control: el gobierno o una u otra de las organizaciones criminales. En fechas recientes, el Comando Conjunto de las Fuerzas de EU advirtió que el gobierno de México está en peligro de convertirse en un Estado débil y fallido y que podría precipitarse al caos. El Departamento de Estado ha emitido un aviso precautorio a los estadunidenses sobre los riesgos de viajar a México, entre los cuales está morir por accidente en confrontaciones violentas entre narcotraficantes y militares.Mientras México hace frente a la violencia, al crimen y a la corrupción que genera la prohibición global de las drogas, Estados Unidos apenas empieza a enfrentar las consecuencias de sus propios excesos prohibicionistas. Con menos de 5 por ciento de la población mundial, tenemos casi 25 por ciento de los prisioneros del planeta. La población encarcelada ha crecido de 500 mil personas en 1980 a 2.3 millones en la actualidad, de las cuales más o menos la tercera parte están encerradas por violaciones a leyes sobre drogas u otros delitos relacionados con la prohibición. Ocupamos el primer lugar mundial en encarcelamientos per cápita de nuestros propios ciudadanos, y metemos en prisión a más personas que China, cuya población global es cuatro veces mayor que la nuestra. Millones de estadunidenses son excluidos de votar o de acceder a préstamos estudiantiles, vivienda pública y otros programas de asistencia a causa de convicciones derivadas de las leyes sobre drogas. Incluso estados prósperos se han visto forzados a recortar gastos en salud, educación, vivienda y protección ambiental para sufragar el costo de las prisiones.No es extraño que cada vez más personas expresen dudas sobre el paradigma prohibicionista básico. En la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, donde varios alcaldes mexicanos viven y cruzan la frontera para ir a trabajar, por temor de que sus familias serían asesinadas si residieran en México, el cabildo local aprobó en enero una resolución en la que llama al Congreso a debatir la legalización de las drogas como forma de reducir la violencia relacionada con la prohibición. En febrero, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, organismo de alto nivel presidido conjuntamente por ex jefes del Ejecutivo de Brasil, Colombia y México, exhortó a un “cambio de paradigma” en la política global sobre drogas, que incluiría despenalizar la mariguana y “romper el tabú” que impide un debate abierto y robusto sobre todas las opciones de política sobre drogas.El procurador general de Arizona, citando evidencias de que los cárteles mexicanos de la droga obtienen de la mariguana entre 60 y 80 por ciento de sus ingresos, ha sugerido que quienes trazan las políticas nacionales debatan legalizar la yerba como forma de desarticular las bandas criminales tanto mexicanas como estadunidenses. Si bien tuvo cuidado en aclarar que él no proponía la legalización, planteó la pregunta correcta: ¿debe la mariguana ser gravada y regulada, como lo es el alcohol?Los críticos afirman que la legalización podría incrementar el uso de la droga. Es posible. Pero de todos modos, estudios realizados en todo el mundo han descubierto que la relativa severidad de las leyes sobre drogas tiene una importancia sorprendentemente exigua. Después de todo, los niveles de consumo de drogas ilícitas en Estados Unidos son iguales o mayores que los de Europa, pese a nuestras políticas más punitivas. Y aunque 13 estados de la Unión ya han despenalizado la mariguana, el consumo sube y baja en ellos más o menos en la misma proporción que en los demás.Lo que más importa, desde luego, no es cuántas personas consumen mariguana, alcohol u otras drogas, sino cómo reducir mejor los daños del abuso de las drogas y los que causan las políticas de control de narcóticos. Hace 70 años los estadunidenses reconocieron que los daños del abuso del alcohol habían sido rebasados por los daños de la prohibición del alcohol, y respondieron revocando una enmienda nacional por primera y única vez en la historia de la nación. Cientos de miles de estadunidenses mueren prematuramente cada año a causa del cigarrillo, pero aún somos lo bastante prudentes para entender que las estrategias severas de salud pública producen mejores resultados generales que la prohibición penal.La mariguana es dramáticamente menos peligrosa que el alcohol o el tabaco. Es mucho menos adictiva que éste, y típicamente se consume en cantidades mucho menores. Carece de la poderosa asociación del alcohol con la violencia, los accidentes y las conductas sexuales abusivas. Es imposible morir de sobredosis de mariguana. Y las consecuencias de la adicción a ésta, dada la pequeña proporción de consumidores que llegan a hacerse adictos, son dramáticamente menores que las de la adicción al alcohol.Con México en crisis, las prisiones de Estados Unidos sobresaturadas y los déficit estatales y federales en aumento, ha llegado la hora de por lo menos considerar la idea de que se grave y regule el consumo de mariguana. Un estudio realizado en 2005 con el respaldo de cientos de economistas descubrió que legalizar la yerba podría ahorrar unos 7 mil 700 millones de dólares al año en gasto gubernamental. Gravarla como se hace con el alcohol o el tabaco podría generar otros 6 mil 200 millones en ingresos. Es suficiente para contratar casi 350 mil nuevos maestros de primaria o poner 290 mil nuevos policías en las calles. Nadie odiaría más esta nueva política que los narcotraficantes mexicanos, porque los llevaría a la quiebra. Cuarenta por ciento de todos los estadunidenses afirman que es hora de legalizar la mariguana. En algunos estados del oeste, el apoyo se acerca a 50 por ciento. Si alguna vez fue hora de que los políticos abran este debate, es ahora.*Bill Piper es director de asuntos nacionales de la Alianza por la Política sobre Drogas. Ethan Nadelmann es director ejecutivo de la misma organización.Traducción: Jorge Anaya
urante meses, las organizaciones mexicanas del narcotráfico han combatido con los gobiernos de México y Estados Unidos, así como unas contra otras, con creciente violencia a ambos lados de la frontera. De 2007 en adelante, la guerra de las drogas en México ha costado la vida a más de 7 mil 500 personas, entre ellas 200 estadunidenses. El Congreso de Estados Unidos ha llevado a cabo varias audiencias sobre el tema y hay más por venir. Aunque sin duda lo intentarán, será difícil que los legisladores continúen dejando a un lado la causa de fondo del problema: la prohibición de las drogas.Muchas partes de México hoy día son como Chicago en los días de la prohibición del alcohol y de Al Capone, pero multiplicado por 50. Los ciudadanos se preguntan quién tiene el control: el gobierno o una u otra de las organizaciones criminales. En fechas recientes, el Comando Conjunto de las Fuerzas de EU advirtió que el gobierno de México está en peligro de convertirse en un Estado débil y fallido y que podría precipitarse al caos. El Departamento de Estado ha emitido un aviso precautorio a los estadunidenses sobre los riesgos de viajar a México, entre los cuales está morir por accidente en confrontaciones violentas entre narcotraficantes y militares.Mientras México hace frente a la violencia, al crimen y a la corrupción que genera la prohibición global de las drogas, Estados Unidos apenas empieza a enfrentar las consecuencias de sus propios excesos prohibicionistas. Con menos de 5 por ciento de la población mundial, tenemos casi 25 por ciento de los prisioneros del planeta. La población encarcelada ha crecido de 500 mil personas en 1980 a 2.3 millones en la actualidad, de las cuales más o menos la tercera parte están encerradas por violaciones a leyes sobre drogas u otros delitos relacionados con la prohibición. Ocupamos el primer lugar mundial en encarcelamientos per cápita de nuestros propios ciudadanos, y metemos en prisión a más personas que China, cuya población global es cuatro veces mayor que la nuestra. Millones de estadunidenses son excluidos de votar o de acceder a préstamos estudiantiles, vivienda pública y otros programas de asistencia a causa de convicciones derivadas de las leyes sobre drogas. Incluso estados prósperos se han visto forzados a recortar gastos en salud, educación, vivienda y protección ambiental para sufragar el costo de las prisiones.No es extraño que cada vez más personas expresen dudas sobre el paradigma prohibicionista básico. En la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, donde varios alcaldes mexicanos viven y cruzan la frontera para ir a trabajar, por temor de que sus familias serían asesinadas si residieran en México, el cabildo local aprobó en enero una resolución en la que llama al Congreso a debatir la legalización de las drogas como forma de reducir la violencia relacionada con la prohibición. En febrero, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, organismo de alto nivel presidido conjuntamente por ex jefes del Ejecutivo de Brasil, Colombia y México, exhortó a un “cambio de paradigma” en la política global sobre drogas, que incluiría despenalizar la mariguana y “romper el tabú” que impide un debate abierto y robusto sobre todas las opciones de política sobre drogas.El procurador general de Arizona, citando evidencias de que los cárteles mexicanos de la droga obtienen de la mariguana entre 60 y 80 por ciento de sus ingresos, ha sugerido que quienes trazan las políticas nacionales debatan legalizar la yerba como forma de desarticular las bandas criminales tanto mexicanas como estadunidenses. Si bien tuvo cuidado en aclarar que él no proponía la legalización, planteó la pregunta correcta: ¿debe la mariguana ser gravada y regulada, como lo es el alcohol?Los críticos afirman que la legalización podría incrementar el uso de la droga. Es posible. Pero de todos modos, estudios realizados en todo el mundo han descubierto que la relativa severidad de las leyes sobre drogas tiene una importancia sorprendentemente exigua. Después de todo, los niveles de consumo de drogas ilícitas en Estados Unidos son iguales o mayores que los de Europa, pese a nuestras políticas más punitivas. Y aunque 13 estados de la Unión ya han despenalizado la mariguana, el consumo sube y baja en ellos más o menos en la misma proporción que en los demás.Lo que más importa, desde luego, no es cuántas personas consumen mariguana, alcohol u otras drogas, sino cómo reducir mejor los daños del abuso de las drogas y los que causan las políticas de control de narcóticos. Hace 70 años los estadunidenses reconocieron que los daños del abuso del alcohol habían sido rebasados por los daños de la prohibición del alcohol, y respondieron revocando una enmienda nacional por primera y única vez en la historia de la nación. Cientos de miles de estadunidenses mueren prematuramente cada año a causa del cigarrillo, pero aún somos lo bastante prudentes para entender que las estrategias severas de salud pública producen mejores resultados generales que la prohibición penal.La mariguana es dramáticamente menos peligrosa que el alcohol o el tabaco. Es mucho menos adictiva que éste, y típicamente se consume en cantidades mucho menores. Carece de la poderosa asociación del alcohol con la violencia, los accidentes y las conductas sexuales abusivas. Es imposible morir de sobredosis de mariguana. Y las consecuencias de la adicción a ésta, dada la pequeña proporción de consumidores que llegan a hacerse adictos, son dramáticamente menores que las de la adicción al alcohol.Con México en crisis, las prisiones de Estados Unidos sobresaturadas y los déficit estatales y federales en aumento, ha llegado la hora de por lo menos considerar la idea de que se grave y regule el consumo de mariguana. Un estudio realizado en 2005 con el respaldo de cientos de economistas descubrió que legalizar la yerba podría ahorrar unos 7 mil 700 millones de dólares al año en gasto gubernamental. Gravarla como se hace con el alcohol o el tabaco podría generar otros 6 mil 200 millones en ingresos. Es suficiente para contratar casi 350 mil nuevos maestros de primaria o poner 290 mil nuevos policías en las calles. Nadie odiaría más esta nueva política que los narcotraficantes mexicanos, porque los llevaría a la quiebra. Cuarenta por ciento de todos los estadunidenses afirman que es hora de legalizar la mariguana. En algunos estados del oeste, el apoyo se acerca a 50 por ciento. Si alguna vez fue hora de que los políticos abran este debate, es ahora.*Bill Piper es director de asuntos nacionales de la Alianza por la Política sobre Drogas. Ethan Nadelmann es director ejecutivo de la misma organización.Traducción: Jorge Anaya
Luis Linares Zapata: Las facturas sin fin del señor Calderón
l (des)gobierno del señor Calderón sangra a raudales por diversos lados, vitales algunos de ellos para la buena marcha de una administración. Para ocultarlos o, al menos, desviar la debida atención sobre ellos, desata, a través de su partido, una agresiva campaña difusiva que a pocos beneficia. Los daños colaterales de esta irresponsable forma de sacar raja electoral son mayúsculos. Pero el PAN, a través de su acólito iracundo, insiste, con fingido coraje, en contrariar al PRI y su abultada carga de pasado. En el proceso los panistas reciben el manipulado auxilio de influyentes medios de comunicación. El motivo seleccionado por el cuarto de guerra blanquiazul es la lucha contra el crimen organizado en su vertiente del narcotráfico. Confiados en éxitos pasados, extienden su campaña a otros terrenos de gran sensibilidad y peligro para un priísmo que se ha negado a cambiar y padece grave parálisis junto a profundas divisiones internas.Tienen, el PAN y su (des)gobierno, la pretensión de circunscribir la disputa por las simpatías del futuro votante al único terreno donde el señor Calderón recibe interesados elogios y reconocimientos en cascada desde los centros de poder mundial. A la ya trágica crisis económica, según sus estrategas de bolsillo, tratarán de relegarla a planos secundarios, taparla con la alfombra de injustos males venidos de fuera. La crisis social derivada (desempleo y nulas oportunidades de mejoría) no hay necesidad de considerarla como prioridad, menos aún diseñar programas urgentes para, al menos, paliarla. El ninguneo (piensa el oficialismo completo) dejará a los desamparados en ese oscuro rincón donde se refugian en silencio y parálisis. La miseria y marginación crecientes se podrán observar pasadas las elecciones. Mientras eso sucede, los haberes públicos disminuyen con violencia, pero la burocracia crece y, en su cúspide, continúa bien cebada con los pingües pero intocables salarios de vergüenza pública.El señor Calderón ha sido, sin embargo, eficaz en otros aspectos de su administración: puso en movimiento un generoso, desbocado subsidio financiero a sus patrocinadores y jefes reales. Para ellos consiguió el apoyo de las agencias internacionales (FMI) y del gobierno estadunidense. Con el Tesoro de Estados Unidos ha conseguido 30 mil millones de dólares (swaps), complementados con otros 47 mil millones en una línea de crédito que estarán ahí por si acaso se requiere. Con ello, el endeudamiento del país se eleva a más del doble del actual. No es tarea inútil recordar aquí aquella historia pasada de calumnias que desataron él y su equipo de ayudantes contra el gobierno de la ciudad de México (2006), acusándolo de endeudarse en demasía. Las cifras no les cuadraban pero, quitados de la pena, siguieron con su griterío para dejar sembrada la duda.Hace poco todavía afirmaron, el señor Calderón y su inefable señor Carstens, que no usarían esos dineros, que sólo eran el blindaje necesario para reforzar la confianza y calmar la especulación contra el peso. Pero no resistieron las urgencias de sus patrocinadores ni la voracidad de los privilegiados de siempre. Los primeros 4 mil millones de dólares serán puestos a la disposición de aquellos barones de los negocios que los requieran para salvar sus endeudadas empresas. Son esos 4 miles de millones el ensayo que el señor Calderón hará para medir lo que ya nombran como la profundidad del mercado. A partir de ello se inyectarán cantidades adicionales y se sabrá hasta dónde será preciso continuar con los subsidios, ahora medidos en miles de millones de dólares. Nadie sabrá quiénes serán los finalmente beneficiados ni con cuánto se les sostendrá. Un denso manto les será extendido por el sistema bancario, que actuará como intermediario. Ellos negociarán plazos, intereses y demás condiciones (si se las ponen). Los nuevos deudores seguirán, qué duda cabe, al mando de sus empresas, con su influencia y buen nombre intactos. Seguirán también disfrutando de beneficios varios como el uso de sus lujosísimos aviones o helicópteros particulares y otras minucias como clubes o casas de descanso. Todo ello cargado al costo de sus productos o servicios. Onerosas facturas que Calderón todavía se siente obligado a pagar por los favores de campaña recibidos y por la necia decisión de seguir actuando bajo el depredador modelo neoliberal.La sociedad mexicana poco sabe de las tribulaciones de los barones de los grandes negocios. El de Cemex (LZ), por ejemplo, maneja un conglomerado que ha crecido por el mundo con dinero prestado, apalancamiento le llaman. Goza de favores indebidos aquí en México. El principal es el desmedido precio que se permite al cemento y la tajante prohibición para importar ese indispensable producto. En tiempos normales, dichas ventajas (indebidas y hasta ilegales) le permitieron generar enormes utilidades que solidificaron su valor accionario de mercado. Tal capitalización la empleó el señor Zambrano como garantía de préstamos posteriores. Pero la crisis tomó a Cemex con fantásticos compromisos de pagos y sus ingresos (efectivo) disminuyeron de manera drástica por la parálisis del consumo. Ahora no puede responder a las consecuencias de su expansión desmedida y busca renegociar su deuda con los acreedores ante la negativa de desprenderse de activos, por lo demás, devaluados. No ha podido convencerlos, y por eso necesita que los contribuyentes nacionales le echen una mano repleta de dólares, o euros, forzados por el señor Calderón. Así, el señor Zambrano, su benefactor, seguirá siendo un empresario de éxito.El caso de Vitro es todavía peor. La familia que posee la mayoría accionaria ha administrado muy mal la empresa. Ha usado y desusado sus recursos y está, prácticamente, quebrada. En este caso, como Barack Obama hizo con la General Motors, hay necesidad de disolver el capital de los accionistas a favor del contribuyente y despedir a todo el directorio de Vitro. Basta de tropelías y abusos. Pero el señor Calderón no hará tal cosa. Será benévolo con esos y otros empresarios adicionales y los salvará del naufragio. El pueblo pagará las cuentas de este tiradero que se quiere ocultar con un intrincado laberinto de arreglos bancarios y esa perversa campaña desatada por el PAN.
l (des)gobierno del señor Calderón sangra a raudales por diversos lados, vitales algunos de ellos para la buena marcha de una administración. Para ocultarlos o, al menos, desviar la debida atención sobre ellos, desata, a través de su partido, una agresiva campaña difusiva que a pocos beneficia. Los daños colaterales de esta irresponsable forma de sacar raja electoral son mayúsculos. Pero el PAN, a través de su acólito iracundo, insiste, con fingido coraje, en contrariar al PRI y su abultada carga de pasado. En el proceso los panistas reciben el manipulado auxilio de influyentes medios de comunicación. El motivo seleccionado por el cuarto de guerra blanquiazul es la lucha contra el crimen organizado en su vertiente del narcotráfico. Confiados en éxitos pasados, extienden su campaña a otros terrenos de gran sensibilidad y peligro para un priísmo que se ha negado a cambiar y padece grave parálisis junto a profundas divisiones internas.Tienen, el PAN y su (des)gobierno, la pretensión de circunscribir la disputa por las simpatías del futuro votante al único terreno donde el señor Calderón recibe interesados elogios y reconocimientos en cascada desde los centros de poder mundial. A la ya trágica crisis económica, según sus estrategas de bolsillo, tratarán de relegarla a planos secundarios, taparla con la alfombra de injustos males venidos de fuera. La crisis social derivada (desempleo y nulas oportunidades de mejoría) no hay necesidad de considerarla como prioridad, menos aún diseñar programas urgentes para, al menos, paliarla. El ninguneo (piensa el oficialismo completo) dejará a los desamparados en ese oscuro rincón donde se refugian en silencio y parálisis. La miseria y marginación crecientes se podrán observar pasadas las elecciones. Mientras eso sucede, los haberes públicos disminuyen con violencia, pero la burocracia crece y, en su cúspide, continúa bien cebada con los pingües pero intocables salarios de vergüenza pública.El señor Calderón ha sido, sin embargo, eficaz en otros aspectos de su administración: puso en movimiento un generoso, desbocado subsidio financiero a sus patrocinadores y jefes reales. Para ellos consiguió el apoyo de las agencias internacionales (FMI) y del gobierno estadunidense. Con el Tesoro de Estados Unidos ha conseguido 30 mil millones de dólares (swaps), complementados con otros 47 mil millones en una línea de crédito que estarán ahí por si acaso se requiere. Con ello, el endeudamiento del país se eleva a más del doble del actual. No es tarea inútil recordar aquí aquella historia pasada de calumnias que desataron él y su equipo de ayudantes contra el gobierno de la ciudad de México (2006), acusándolo de endeudarse en demasía. Las cifras no les cuadraban pero, quitados de la pena, siguieron con su griterío para dejar sembrada la duda.Hace poco todavía afirmaron, el señor Calderón y su inefable señor Carstens, que no usarían esos dineros, que sólo eran el blindaje necesario para reforzar la confianza y calmar la especulación contra el peso. Pero no resistieron las urgencias de sus patrocinadores ni la voracidad de los privilegiados de siempre. Los primeros 4 mil millones de dólares serán puestos a la disposición de aquellos barones de los negocios que los requieran para salvar sus endeudadas empresas. Son esos 4 miles de millones el ensayo que el señor Calderón hará para medir lo que ya nombran como la profundidad del mercado. A partir de ello se inyectarán cantidades adicionales y se sabrá hasta dónde será preciso continuar con los subsidios, ahora medidos en miles de millones de dólares. Nadie sabrá quiénes serán los finalmente beneficiados ni con cuánto se les sostendrá. Un denso manto les será extendido por el sistema bancario, que actuará como intermediario. Ellos negociarán plazos, intereses y demás condiciones (si se las ponen). Los nuevos deudores seguirán, qué duda cabe, al mando de sus empresas, con su influencia y buen nombre intactos. Seguirán también disfrutando de beneficios varios como el uso de sus lujosísimos aviones o helicópteros particulares y otras minucias como clubes o casas de descanso. Todo ello cargado al costo de sus productos o servicios. Onerosas facturas que Calderón todavía se siente obligado a pagar por los favores de campaña recibidos y por la necia decisión de seguir actuando bajo el depredador modelo neoliberal.La sociedad mexicana poco sabe de las tribulaciones de los barones de los grandes negocios. El de Cemex (LZ), por ejemplo, maneja un conglomerado que ha crecido por el mundo con dinero prestado, apalancamiento le llaman. Goza de favores indebidos aquí en México. El principal es el desmedido precio que se permite al cemento y la tajante prohibición para importar ese indispensable producto. En tiempos normales, dichas ventajas (indebidas y hasta ilegales) le permitieron generar enormes utilidades que solidificaron su valor accionario de mercado. Tal capitalización la empleó el señor Zambrano como garantía de préstamos posteriores. Pero la crisis tomó a Cemex con fantásticos compromisos de pagos y sus ingresos (efectivo) disminuyeron de manera drástica por la parálisis del consumo. Ahora no puede responder a las consecuencias de su expansión desmedida y busca renegociar su deuda con los acreedores ante la negativa de desprenderse de activos, por lo demás, devaluados. No ha podido convencerlos, y por eso necesita que los contribuyentes nacionales le echen una mano repleta de dólares, o euros, forzados por el señor Calderón. Así, el señor Zambrano, su benefactor, seguirá siendo un empresario de éxito.El caso de Vitro es todavía peor. La familia que posee la mayoría accionaria ha administrado muy mal la empresa. Ha usado y desusado sus recursos y está, prácticamente, quebrada. En este caso, como Barack Obama hizo con la General Motors, hay necesidad de disolver el capital de los accionistas a favor del contribuyente y despedir a todo el directorio de Vitro. Basta de tropelías y abusos. Pero el señor Calderón no hará tal cosa. Será benévolo con esos y otros empresarios adicionales y los salvará del naufragio. El pueblo pagará las cuentas de este tiradero que se quiere ocultar con un intrincado laberinto de arreglos bancarios y esa perversa campaña desatada por el PAN.
Arnoldo Kraus: Mi profesor de la morgue: un recuerdo
a morgue es un sitio único. No malo. Distinto y especial. Nuestro profesor era muy reconocido en el ámbito de la medicina forense. Sin duda conocía todos los vericuetos de su profesión. Creo que nunca he conocido una persona tan brutalmente fría y distante como él. Las clases eran muy dinámicas. Algunas veces presenciábamos las autopsias y en ocasiones ayudábamos. En otras, nos encargaba escuchar las peticiones de las personas que buscaban a sus desaparecidos. Aunque teníamos prohibido intervenir, era nuestra obligación tomar notas y elaborar un reporte.Con frecuencia nos llevaba fotografías de personas que habían muerto a consecuencia de un acto violento o de algún accidente: acuchillados, albañiles que habían caído de edificios en construcción, personas que se habían arrojado a las vías del Metro, seres aplastados en las salidas de los estadios, etcétera. Como parte de nuestro entrenamiento nos pedía que describiésemos la fotografía con todo detalle, lo cual solía ser un fracaso: no veíamos lo que deberíamos ver.Con la finalidad de completar la materia nos invitó a la consulta médica en una de las cárceles en las cuales ejercía como médico y perito. Desde el primer día fue obvio que el credo del profesor era no creer. Todo lo que escuchaba lo descartaba de un plumazo. Ningún argumento de los reclamantes era válido. En esa consulta imperaba el descrédito y el desprecio. En ese ámbito, y bajo la jurisdicción del profesor la palabra dignidad no existía. Era difícil presenciar los interrogatorios sin sentirse incomodo, y más difícil cuando quien presentaba su denuncia era una madre joven acompañada por su hija, la cual había sido violada.El profesor desechaba los argumentos en un santiamén. De nada servían el llanto de la madre y la angustia de la hija. Nada servía de nada. Esa consulta era la antesala de un infierno en la Tierra. Al malsano poder que impone la bata del médico se agregaba la brutal fragilidad de los pacientes o de quienes se presentaban a ese servicio. Era tal el temor en las personas que acudían a consulta, que pronto quedaban reducidas a guiñapos, a seres incapaces de argumentar o reclamar. En pocos minutos la consulta quedaba concluida y el caso cerrado. Era imposible callar. El oprobio era interminable. La desesperanza de quienes reclamaban era contagiosa.–Maestro, ¿por qué no cree en los argumentos de la señora? Lo que cuenta parece real. La cara de su hija refleja el terror de lo vivido.–No le creo porque todas son iguales. Todas cuentan lo mismo.–Pero ni siquiera revisó a la hija. La madre asegura que la violaron hace dos horas. Seguramente se podrían encontrar huellas del acto.–Me pagan por no creer.–Pero usted no puede concluir sin al menos buscar alguna evidencia que compruebe o no lo que la madre reclama.–Ya te dije: me pagan por no creer.Las visitas “médicas” a la cárcel eran un ejercicio de humanidad. En esos consultorios, cualquier persona, independientemente de su profesión, podría nutrir su espíritu y su agenda moral. Los atropellos eran realmente aborrecibles. Ingenuo como era, pensé que sería, si no adecuado, sí obligado mostrarle una idea que contraviniese sus dictums. En una de las últimas clases decidí compartir con él unas frases de Bertrand Russell. Me esmeré en utilizar buena letra y le entregué el papel en un sobre cerrado.–Maestro, cuando tenga oportunidad lea esa idea. Me parece muy buena. Tiene que ver con su arte de no creer.–Gracias. Tus bromas no son buenas.Aunque no recuerdo con precisión las palabras de Russell, el filósofo inglés sostenía que “Aristóteles se equivocó cuando aseguró que la mujer tenía más dientes que el hombre. Su error fue no haber contado los dientes de ambos”.La última clase, durante el examen final, aprendí otra lección: aunque te fustiguen es ético decir lo que se piensa. La prueba era oral. En ninguna otra materia los exámenes eran orales; algunos combinaban la parte escrita con preguntas orales. Creo que el maestro gozaba mucho al someternos a ese tipo de examen. En el encuentro cara a cara era imprescindible verlo e imposible ganar.Como suele ser, empezó la prueba con los alumnos cuyo apellido iniciaba con la letra A, y así sucesivamente. De la J pasó a la L. Cuando llegó la M me acerqué a él y le comenté que se había saltado la K.–No te preocupes. Sé bien el abecedario.Los alumnos que habían sido examinados abandonaban el salón. Finalmente no tuve que esperar a la Z: Velásquez fue el penúltimo alumno y Kraus se convirtió en la letra siguiente y en la pareja obligada del profe. El salón sin otros alumnos me pareció más frío y más lúgubre que en otras ocasiones. Al igual que sus pacientes me convertí en su víctima: no recuerdo cuántas preguntas me hizo, fueron muchas, muchísimas, pero estoy casi seguro de que sólo logré contestar una.En un acto del cual Lucifer hubiese quedado orgulloso, el maestro sacó de su saco, exactamente como se lo entregué, el sobre donde Bertrand Russell y yo habíamos pretendido iniciar un diálogo con él.–No siga haciendo esas cosas. Váyase.Aprobé la materia. Me imagino que me pasó para incrementar su gozo: suficiente humillación había conseguido con esa maniobra. Más palabras en algún examen extraordinario hubiesen mermado su placer.
a morgue es un sitio único. No malo. Distinto y especial. Nuestro profesor era muy reconocido en el ámbito de la medicina forense. Sin duda conocía todos los vericuetos de su profesión. Creo que nunca he conocido una persona tan brutalmente fría y distante como él. Las clases eran muy dinámicas. Algunas veces presenciábamos las autopsias y en ocasiones ayudábamos. En otras, nos encargaba escuchar las peticiones de las personas que buscaban a sus desaparecidos. Aunque teníamos prohibido intervenir, era nuestra obligación tomar notas y elaborar un reporte.Con frecuencia nos llevaba fotografías de personas que habían muerto a consecuencia de un acto violento o de algún accidente: acuchillados, albañiles que habían caído de edificios en construcción, personas que se habían arrojado a las vías del Metro, seres aplastados en las salidas de los estadios, etcétera. Como parte de nuestro entrenamiento nos pedía que describiésemos la fotografía con todo detalle, lo cual solía ser un fracaso: no veíamos lo que deberíamos ver.Con la finalidad de completar la materia nos invitó a la consulta médica en una de las cárceles en las cuales ejercía como médico y perito. Desde el primer día fue obvio que el credo del profesor era no creer. Todo lo que escuchaba lo descartaba de un plumazo. Ningún argumento de los reclamantes era válido. En esa consulta imperaba el descrédito y el desprecio. En ese ámbito, y bajo la jurisdicción del profesor la palabra dignidad no existía. Era difícil presenciar los interrogatorios sin sentirse incomodo, y más difícil cuando quien presentaba su denuncia era una madre joven acompañada por su hija, la cual había sido violada.El profesor desechaba los argumentos en un santiamén. De nada servían el llanto de la madre y la angustia de la hija. Nada servía de nada. Esa consulta era la antesala de un infierno en la Tierra. Al malsano poder que impone la bata del médico se agregaba la brutal fragilidad de los pacientes o de quienes se presentaban a ese servicio. Era tal el temor en las personas que acudían a consulta, que pronto quedaban reducidas a guiñapos, a seres incapaces de argumentar o reclamar. En pocos minutos la consulta quedaba concluida y el caso cerrado. Era imposible callar. El oprobio era interminable. La desesperanza de quienes reclamaban era contagiosa.–Maestro, ¿por qué no cree en los argumentos de la señora? Lo que cuenta parece real. La cara de su hija refleja el terror de lo vivido.–No le creo porque todas son iguales. Todas cuentan lo mismo.–Pero ni siquiera revisó a la hija. La madre asegura que la violaron hace dos horas. Seguramente se podrían encontrar huellas del acto.–Me pagan por no creer.–Pero usted no puede concluir sin al menos buscar alguna evidencia que compruebe o no lo que la madre reclama.–Ya te dije: me pagan por no creer.Las visitas “médicas” a la cárcel eran un ejercicio de humanidad. En esos consultorios, cualquier persona, independientemente de su profesión, podría nutrir su espíritu y su agenda moral. Los atropellos eran realmente aborrecibles. Ingenuo como era, pensé que sería, si no adecuado, sí obligado mostrarle una idea que contraviniese sus dictums. En una de las últimas clases decidí compartir con él unas frases de Bertrand Russell. Me esmeré en utilizar buena letra y le entregué el papel en un sobre cerrado.–Maestro, cuando tenga oportunidad lea esa idea. Me parece muy buena. Tiene que ver con su arte de no creer.–Gracias. Tus bromas no son buenas.Aunque no recuerdo con precisión las palabras de Russell, el filósofo inglés sostenía que “Aristóteles se equivocó cuando aseguró que la mujer tenía más dientes que el hombre. Su error fue no haber contado los dientes de ambos”.La última clase, durante el examen final, aprendí otra lección: aunque te fustiguen es ético decir lo que se piensa. La prueba era oral. En ninguna otra materia los exámenes eran orales; algunos combinaban la parte escrita con preguntas orales. Creo que el maestro gozaba mucho al someternos a ese tipo de examen. En el encuentro cara a cara era imprescindible verlo e imposible ganar.Como suele ser, empezó la prueba con los alumnos cuyo apellido iniciaba con la letra A, y así sucesivamente. De la J pasó a la L. Cuando llegó la M me acerqué a él y le comenté que se había saltado la K.–No te preocupes. Sé bien el abecedario.Los alumnos que habían sido examinados abandonaban el salón. Finalmente no tuve que esperar a la Z: Velásquez fue el penúltimo alumno y Kraus se convirtió en la letra siguiente y en la pareja obligada del profe. El salón sin otros alumnos me pareció más frío y más lúgubre que en otras ocasiones. Al igual que sus pacientes me convertí en su víctima: no recuerdo cuántas preguntas me hizo, fueron muchas, muchísimas, pero estoy casi seguro de que sólo logré contestar una.En un acto del cual Lucifer hubiese quedado orgulloso, el maestro sacó de su saco, exactamente como se lo entregué, el sobre donde Bertrand Russell y yo habíamos pretendido iniciar un diálogo con él.–No siga haciendo esas cosas. Váyase.Aprobé la materia. Me imagino que me pasó para incrementar su gozo: suficiente humillación había conseguido con esa maniobra. Más palabras en algún examen extraordinario hubiesen mermado su placer.
Michael Moore: “Nosotros, el pueblo”, al “Rey del Mundo”: “Estás despedido”
unca había pasado algo parecido. El presidente de Estados Unidos, el representante electo del pueblo, le acaba de decir a quien encabeza General Motors –la compañía que lleva más años que nadie más como número uno en la lista de Fortune 500–: “¡Estás despedido!”Simplemente no lo puedo creer. Esta asombrosa acción, sin precedentes, me dejó sin habla durante los pasados dos días. Me la paso diciendo: “¿De verdad Obama despidió al ejecutivo en jefe de General Motors? ¿La más rica y poderosa empresa del siglo XX? ¿Puede hacer eso? ¿De verdad? ¡Órale! ¡¿Qué más puede hacer?!”Esta osada acción hizo que los jefes del Estados Unidos empresarial se quedaran atontados y vomitando sopa de chícharo. Obama refrendó: el gobierno de, por y para el pueblo está a cargo, no los grandes negocios. John McCain lo captó. En el pleno del senado preguntó, “¿Qué le dice este mensaje a otras empresas e instituciones financieras respecto a si el gobierno federal también los despedirá?” El senador Bob Corker dijo que “debía darle un calambre a todos los estadunidenses que creen en la libre empresa”. La bolsa de valores se desplomó mientras los amos del universo se preguntaban “¿seré el próximo?” Y susurraban entre sí, “¿qué vamos a hacer con este Obama?”No mucho, cuates. Tiene la enorme voluntad del pueblo estadunidense detrás de él, y le dimos permiso para que haga lo que le parezca necesario. Si les gustó el tiro perfecto a la canasta de esta semana, permanezcan sintonizados.Les escribo esta carta en homenaje a los cientos de miles de trabajadores que en los pasados 25 años, y más, fueron echados a la basura por General Motors. Muchos vieron cómo sus vidas fueron arruinadas para siempre. Se refugiaron en el alcohol o las drogas, sus matrimonios se vinieron abajo, algunos se suicidaron. La mayoría siguió con su vida, se mudó, se apartó, cambió de ciudad. Terminaron trabajando en dos empleos por la mitad de lo que recibían en General Motors. Y maldijeron al jefe ejecutivo de GM por destruir sus vidas.Ninguno pensó que un día sería testigo de que el jefe ejecutivo recibiera el mismo trato. Claro que el jefe ejecutivo Wagoner no tendrá que solicitar asistencia alimentaria o ser desalojado de su hogar o decirle a sus hijos que deberán ir a la universidad municipal, y no a la universidad. En vez, recibirá un paracaídas dorado de 23 millones de dólares. Pero el papel en su mano sigue siendo rosa [el color de las notificaciones de despidos. N de la T], como los cientos de miles que otros recibieron; sólo que el suyo fue emitido por todos nosotros, vía Obamaman. Ahí está la puerta, amigo. Nos vemos. No quiero ser tú.Comencé mi día, hoy [primero de abril], en Washington DC. Fui al Senado estadunidense y me metí a la audiencia de su Comité de Finanzas, acerca del rescate de Wall Street. Los legisladores querían saber cómo los bancos se gastaron el dinero. Y muchos de los bancos no les dicen. Tomaron billones de dólares y nadie sabe a dónde se fue ese dinero. Definitivamente no se destinó a crear empleos, aliviar a quienes tienen hipotecas o facilitar préstamos que la gente necesita. Fue tan impactante escuchar esto, que me tuve que ir antes de que terminara. Pero me dio una idea para la película que estoy filmando.Más tarde, fui a los Archivos Nacionales e hice fila para ver la copia original de nuestra Constitución. Pensé en que este mes se cumplen 20 años de que estaba aquí cerquita terminando mi primera película [se refiere a Roger y yo. N de la T], una súplica personal para alertar a la nación acerca de GM y la mortífera economía que gobernaba. Ese día de marzo, en 1989, estaba en la ruina, había cobrado el último de mis cheques de desempleo, contaba con el apoyo de mis amigos (Bob y Siri me invitaban a cenar y siempre agarraban la cuenta, el asistente del gerente en un cine me metía a la sala para que pudiera ver una película de vez en cuando, Laurie y Jack me compraron una vieja máquina (para editar) Steenbeck, John Richard me pasaba un boleto de avión sin usar para que pudiera regresar a casa para Navidad, Rod hacía cualquier cosa por mí y manejaba a Flint en cualquier momento en que necesitara algo para la película). Mi difunta madre (si todavía estuviera con nosotros, mañana cumpliría 88 años) y mi padre, obrero automotriz para la GM, me dijeron, en la cocina, que querían ayudar y me entregaron un cheque por la asombrosa cantidad de mil dólares. Ni siquiera sabía que tenían mil dólares. Lo rechacé, insistieron en que lo tomara –”¡No!”– y luego, con esa voz paternal, me dijeron que lo cobrara para que pudiera terminar mi película. Lo hice. Y lo hice.Así que, ese día de marzo, en 1989, mientras iba por la Avenida Pensilvania, mi coche, de nueve años de edad, simplemente se murió. Lo acerqué a la banqueta, recargué mi cabeza en el volante y me puse a llorar. No tenía dinero para llevarlo a reparar y definitivamente no tenía dinero para pagarle al chofer de la grúa. Así que me salí del coche, le quité las placas para que no me multaran, le di la espalda y lo dejé ahí para siempre. Voltee a ver el edificio que estaba al lado. Decía “Archivos Nacionales”. Qué mejor lugar para donar mi coche muerto, pensé, mientras caminaba el resto del trayecto a casa.A pesar de que no fue fácil para mí, de todos modos no tuve que padecer lo que muchos de mis amigos y vecinos sufrieron gracias a General Motors y un sistema económico diseñado contra ellos. Me pregunto lo que habrán pensado cuando se despertaron este lunes por la mañana y leyeron en el Detroit News o el Detroit Free Press los encabezados de que Obama había despedido al jefe en ejecutivo de GM. Un momento. No pudieron haberlo leído. No había Free Press ni News. El lunes fue el día en que ambos periódicos dejaron de hacer entregas a domicilio. Fueron canceladas (como lo harán durante cuatro días a la semana) porque los diarios, así como General Motors, y como Detroit, están en la ruina.Estoy en espera de la próxima acción superheroica del presidente. Suyo, Michael Moore.MMFlint@aol.com www.michaelmoore.comPD. Por favor, quiero que sepan que a ninguno de nosotros en el cinturón industrial nos pasó desapercibido el trato que le dieron a nuestros jefes empresariales (recuerden, las compañías automotrices querían un préstamo, no una caridad), en comparación con cómo los titanes de Wall Street obtuvieron billones de dólares de dinero gratis, almuerzo en la Casa Blanca y una sesión fotográfica con el presi. Confíen en mí, nos damos cuenta. Y si hay un dios en el cielo, los ladrones de Wall Street pronto pagarán. También... ver a nuestro presidente teniendo que prometer que respaldará todas las garantías de GM y le dará a los consumidores un bono si entregan su Grand Am como pago parcial de un híbrido, fue, a momentos, triste; en otros, hilarante, y a veces simplemente raro. Esto es a lo que hemos llegado: el Comandante en Jefe del Mundo Libre ahora es el señor Goodwrench [mecánico de GM que sale en la publicidad de la automotriz. N de la T]. Chale.Traducción: Tania Molina Ramírez
unca había pasado algo parecido. El presidente de Estados Unidos, el representante electo del pueblo, le acaba de decir a quien encabeza General Motors –la compañía que lleva más años que nadie más como número uno en la lista de Fortune 500–: “¡Estás despedido!”Simplemente no lo puedo creer. Esta asombrosa acción, sin precedentes, me dejó sin habla durante los pasados dos días. Me la paso diciendo: “¿De verdad Obama despidió al ejecutivo en jefe de General Motors? ¿La más rica y poderosa empresa del siglo XX? ¿Puede hacer eso? ¿De verdad? ¡Órale! ¡¿Qué más puede hacer?!”Esta osada acción hizo que los jefes del Estados Unidos empresarial se quedaran atontados y vomitando sopa de chícharo. Obama refrendó: el gobierno de, por y para el pueblo está a cargo, no los grandes negocios. John McCain lo captó. En el pleno del senado preguntó, “¿Qué le dice este mensaje a otras empresas e instituciones financieras respecto a si el gobierno federal también los despedirá?” El senador Bob Corker dijo que “debía darle un calambre a todos los estadunidenses que creen en la libre empresa”. La bolsa de valores se desplomó mientras los amos del universo se preguntaban “¿seré el próximo?” Y susurraban entre sí, “¿qué vamos a hacer con este Obama?”No mucho, cuates. Tiene la enorme voluntad del pueblo estadunidense detrás de él, y le dimos permiso para que haga lo que le parezca necesario. Si les gustó el tiro perfecto a la canasta de esta semana, permanezcan sintonizados.Les escribo esta carta en homenaje a los cientos de miles de trabajadores que en los pasados 25 años, y más, fueron echados a la basura por General Motors. Muchos vieron cómo sus vidas fueron arruinadas para siempre. Se refugiaron en el alcohol o las drogas, sus matrimonios se vinieron abajo, algunos se suicidaron. La mayoría siguió con su vida, se mudó, se apartó, cambió de ciudad. Terminaron trabajando en dos empleos por la mitad de lo que recibían en General Motors. Y maldijeron al jefe ejecutivo de GM por destruir sus vidas.Ninguno pensó que un día sería testigo de que el jefe ejecutivo recibiera el mismo trato. Claro que el jefe ejecutivo Wagoner no tendrá que solicitar asistencia alimentaria o ser desalojado de su hogar o decirle a sus hijos que deberán ir a la universidad municipal, y no a la universidad. En vez, recibirá un paracaídas dorado de 23 millones de dólares. Pero el papel en su mano sigue siendo rosa [el color de las notificaciones de despidos. N de la T], como los cientos de miles que otros recibieron; sólo que el suyo fue emitido por todos nosotros, vía Obamaman. Ahí está la puerta, amigo. Nos vemos. No quiero ser tú.Comencé mi día, hoy [primero de abril], en Washington DC. Fui al Senado estadunidense y me metí a la audiencia de su Comité de Finanzas, acerca del rescate de Wall Street. Los legisladores querían saber cómo los bancos se gastaron el dinero. Y muchos de los bancos no les dicen. Tomaron billones de dólares y nadie sabe a dónde se fue ese dinero. Definitivamente no se destinó a crear empleos, aliviar a quienes tienen hipotecas o facilitar préstamos que la gente necesita. Fue tan impactante escuchar esto, que me tuve que ir antes de que terminara. Pero me dio una idea para la película que estoy filmando.Más tarde, fui a los Archivos Nacionales e hice fila para ver la copia original de nuestra Constitución. Pensé en que este mes se cumplen 20 años de que estaba aquí cerquita terminando mi primera película [se refiere a Roger y yo. N de la T], una súplica personal para alertar a la nación acerca de GM y la mortífera economía que gobernaba. Ese día de marzo, en 1989, estaba en la ruina, había cobrado el último de mis cheques de desempleo, contaba con el apoyo de mis amigos (Bob y Siri me invitaban a cenar y siempre agarraban la cuenta, el asistente del gerente en un cine me metía a la sala para que pudiera ver una película de vez en cuando, Laurie y Jack me compraron una vieja máquina (para editar) Steenbeck, John Richard me pasaba un boleto de avión sin usar para que pudiera regresar a casa para Navidad, Rod hacía cualquier cosa por mí y manejaba a Flint en cualquier momento en que necesitara algo para la película). Mi difunta madre (si todavía estuviera con nosotros, mañana cumpliría 88 años) y mi padre, obrero automotriz para la GM, me dijeron, en la cocina, que querían ayudar y me entregaron un cheque por la asombrosa cantidad de mil dólares. Ni siquiera sabía que tenían mil dólares. Lo rechacé, insistieron en que lo tomara –”¡No!”– y luego, con esa voz paternal, me dijeron que lo cobrara para que pudiera terminar mi película. Lo hice. Y lo hice.Así que, ese día de marzo, en 1989, mientras iba por la Avenida Pensilvania, mi coche, de nueve años de edad, simplemente se murió. Lo acerqué a la banqueta, recargué mi cabeza en el volante y me puse a llorar. No tenía dinero para llevarlo a reparar y definitivamente no tenía dinero para pagarle al chofer de la grúa. Así que me salí del coche, le quité las placas para que no me multaran, le di la espalda y lo dejé ahí para siempre. Voltee a ver el edificio que estaba al lado. Decía “Archivos Nacionales”. Qué mejor lugar para donar mi coche muerto, pensé, mientras caminaba el resto del trayecto a casa.A pesar de que no fue fácil para mí, de todos modos no tuve que padecer lo que muchos de mis amigos y vecinos sufrieron gracias a General Motors y un sistema económico diseñado contra ellos. Me pregunto lo que habrán pensado cuando se despertaron este lunes por la mañana y leyeron en el Detroit News o el Detroit Free Press los encabezados de que Obama había despedido al jefe en ejecutivo de GM. Un momento. No pudieron haberlo leído. No había Free Press ni News. El lunes fue el día en que ambos periódicos dejaron de hacer entregas a domicilio. Fueron canceladas (como lo harán durante cuatro días a la semana) porque los diarios, así como General Motors, y como Detroit, están en la ruina.Estoy en espera de la próxima acción superheroica del presidente. Suyo, Michael Moore.MMFlint@aol.com www.michaelmoore.comPD. Por favor, quiero que sepan que a ninguno de nosotros en el cinturón industrial nos pasó desapercibido el trato que le dieron a nuestros jefes empresariales (recuerden, las compañías automotrices querían un préstamo, no una caridad), en comparación con cómo los titanes de Wall Street obtuvieron billones de dólares de dinero gratis, almuerzo en la Casa Blanca y una sesión fotográfica con el presi. Confíen en mí, nos damos cuenta. Y si hay un dios en el cielo, los ladrones de Wall Street pronto pagarán. También... ver a nuestro presidente teniendo que prometer que respaldará todas las garantías de GM y le dará a los consumidores un bono si entregan su Grand Am como pago parcial de un híbrido, fue, a momentos, triste; en otros, hilarante, y a veces simplemente raro. Esto es a lo que hemos llegado: el Comandante en Jefe del Mundo Libre ahora es el señor Goodwrench [mecánico de GM que sale en la publicidad de la automotriz. N de la T]. Chale.Traducción: Tania Molina Ramírez
Lorenzo Córdova Vianello
Campañas negativas
Por lo visto, hay prácticas que se han arraigado profundamente en la mentalidad de algunos políticos. Me refiero a la tentación ya reiterada de centrar el proselitismo electoral a partir de la denostación del contrario. La llamada publicidad negativa no es nueva entre nosotros, como tampoco lo es la prohibición legal de expresiones que impliquen denigración y calumnia. Desde 1996 se impidió a los partidos políticos a recurrir a expresiones de ese tipo en su propaganda electoral, y desde entonces el IFE empezó a conocer de quejas por ese concepto. El primer caso que recuerdo implicó una multa al PRI porque difundió un montaje fotográfico en el que aparecía el entonces presidente del PAN, Felipe Calderón, vestido con un uniforme nazi y haciendo el saludo hitleriano. Después se sucedieron algunos otros ejemplos pero se trató, al menos hasta 2006, de casos aislados. Sin embargo, desde las últimas elecciones presidenciales las campañas negativas aterrizaron, con toda su carga disruptiva, en los procesos electorales. Gracias a la asesoría y talento denigratorio de ese hoy fracasado publicista español (como lo demuestran sus mal logradas asesorías a Rajoy y a la hoy desbancada ARENA en El Salvador), Antonio Solá, el PAN apostó en la contienda presidencial a ese recurso y, desde entonces, reiteradamente ha centrado sus estrategias en el ataque y denostación de sus adversarios. Así, desde hace unas semanas, el dirigente nacional del PAN, con la beligerancia y gusto por el discurso altisonante que lo caracterizan, ha venido acusando al PRI (su adversario en turno) de no apoyar la cruzada del presidente Calderón contra el crimen organizado, e incluso de solapar al narco y de tener vínculos con éste. Se trata de una acusación grave —pues de ser cierta debería denunciar penalmente el hecho— y muy peligrosa para el buen desarrollo del presente proceso electoral y para la gobernabilidad futura. Es cierto, como algunos dicen, que las campañas negativas pueden aportar elementos relevantes para la discusión pública y proporcionar información útil para que los electores se formen un juicio de cara a la elección; pero eso es algo distinto a la mera denostación gratuita y la difamación (por ahora sin sustento) del adversario. Pongo un ejemplo: de cara a la segunda vuelta en los últimos comicios presidenciales en Francia, Segolene Royal le espetó a Nicolas Sarkozy que era “un peligro para Francia”, y este último le reviró que el verdadero peligro lo encarnaban las propuestas de ella. La diferencia entre ese episodio y la famosa y estridente frase inventada por Solá para denostar a López Obrador en la elección de 2006 es que un caso ocurrió en medio de un largo e intenso debate televisivo, en el que uno y otro contendientes argumentaban, respondían y presentaban pruebas de sus dichos, y el otro en un spot en el que el único elemento aportado era la imagen del Ángel de la Independencia cayéndose a pedazos, sin agregar mayor elemento objetivo de juicio a la contienda democrática. Al final del día la simple diferencia radica en que una cosa es la crítica al contrario, que es válida y legítima en términos democráticos, y otra es una mera difamación o incluso calumnia. Y eso es, precisamente, lo que buscó prohibirse con la reforma electoral de 2007. Pero además, lo que responsablemente debería ponderarse (pero la responsabilidad es un bien escaso entre la clase política) es que, con toda probabilidad, después del 5 de julio ningún partido alcance una mayoría parlamentaria, por lo que la colaboración y el acuerdo resultarán indispensables para gobernar. En ese sentido, las visiones cortoplacistas que hoy alimentan los ánimos rijosos pueden acabar provocando fracturas y confrontaciones insuperables en un futuro. Así inevitablemente perderemos todos. Investigador y profesor de la UNAM
Campañas negativas
Por lo visto, hay prácticas que se han arraigado profundamente en la mentalidad de algunos políticos. Me refiero a la tentación ya reiterada de centrar el proselitismo electoral a partir de la denostación del contrario. La llamada publicidad negativa no es nueva entre nosotros, como tampoco lo es la prohibición legal de expresiones que impliquen denigración y calumnia. Desde 1996 se impidió a los partidos políticos a recurrir a expresiones de ese tipo en su propaganda electoral, y desde entonces el IFE empezó a conocer de quejas por ese concepto. El primer caso que recuerdo implicó una multa al PRI porque difundió un montaje fotográfico en el que aparecía el entonces presidente del PAN, Felipe Calderón, vestido con un uniforme nazi y haciendo el saludo hitleriano. Después se sucedieron algunos otros ejemplos pero se trató, al menos hasta 2006, de casos aislados. Sin embargo, desde las últimas elecciones presidenciales las campañas negativas aterrizaron, con toda su carga disruptiva, en los procesos electorales. Gracias a la asesoría y talento denigratorio de ese hoy fracasado publicista español (como lo demuestran sus mal logradas asesorías a Rajoy y a la hoy desbancada ARENA en El Salvador), Antonio Solá, el PAN apostó en la contienda presidencial a ese recurso y, desde entonces, reiteradamente ha centrado sus estrategias en el ataque y denostación de sus adversarios. Así, desde hace unas semanas, el dirigente nacional del PAN, con la beligerancia y gusto por el discurso altisonante que lo caracterizan, ha venido acusando al PRI (su adversario en turno) de no apoyar la cruzada del presidente Calderón contra el crimen organizado, e incluso de solapar al narco y de tener vínculos con éste. Se trata de una acusación grave —pues de ser cierta debería denunciar penalmente el hecho— y muy peligrosa para el buen desarrollo del presente proceso electoral y para la gobernabilidad futura. Es cierto, como algunos dicen, que las campañas negativas pueden aportar elementos relevantes para la discusión pública y proporcionar información útil para que los electores se formen un juicio de cara a la elección; pero eso es algo distinto a la mera denostación gratuita y la difamación (por ahora sin sustento) del adversario. Pongo un ejemplo: de cara a la segunda vuelta en los últimos comicios presidenciales en Francia, Segolene Royal le espetó a Nicolas Sarkozy que era “un peligro para Francia”, y este último le reviró que el verdadero peligro lo encarnaban las propuestas de ella. La diferencia entre ese episodio y la famosa y estridente frase inventada por Solá para denostar a López Obrador en la elección de 2006 es que un caso ocurrió en medio de un largo e intenso debate televisivo, en el que uno y otro contendientes argumentaban, respondían y presentaban pruebas de sus dichos, y el otro en un spot en el que el único elemento aportado era la imagen del Ángel de la Independencia cayéndose a pedazos, sin agregar mayor elemento objetivo de juicio a la contienda democrática. Al final del día la simple diferencia radica en que una cosa es la crítica al contrario, que es válida y legítima en términos democráticos, y otra es una mera difamación o incluso calumnia. Y eso es, precisamente, lo que buscó prohibirse con la reforma electoral de 2007. Pero además, lo que responsablemente debería ponderarse (pero la responsabilidad es un bien escaso entre la clase política) es que, con toda probabilidad, después del 5 de julio ningún partido alcance una mayoría parlamentaria, por lo que la colaboración y el acuerdo resultarán indispensables para gobernar. En ese sentido, las visiones cortoplacistas que hoy alimentan los ánimos rijosos pueden acabar provocando fracturas y confrontaciones insuperables en un futuro. Así inevitablemente perderemos todos. Investigador y profesor de la UNAM
José Carreño Carlón
De profanaciones a profanaciones
Hubo una vez un discurso religioso que pretendía llenar de culpas a quienes solían descansar o divertirse durante la Semana Santa. Ese discurso prescribía que los creyentes debían recogerse en la penitencia y la mortificación, en esta época del año, como vías para obtener el perdón. Y era extendida una percepción más o menos cinicona de que el perdón así obtenido incluía la exoneración lo mismo de los dudosos pecados de relajarse el resto del año que de las más grandes fechorías cometidas o por cometer.Salir de vacaciones en estos días equivalía a una profanación de los días santos. El problema es que las cifras tradicionales de vacacionistas en este también llamado receso de primavera nos hablarían de que la prédica no surtía efectos mayores entre los creyentes, o bien, de que ya casi no quedarían creyentes.Pero esta vez estamos en una Semana Santa atípica. Ahora la penitencia viene por adelantado con el golpe de calor previsto y la falta de agua que atacará al centro político del país a partir de mañana. Y sobre todo porque la crisis económica ha anclado a millones de familias en sus viviendas, de acuerdo con la encuesta publicada el lunes por EL UNIVERSAL. Todo ello podría configurar una olla ardiente que puede hacer pasar a la población del sopor a la beligerancia. De manera que por la peor de las vías se ha reducido considerablemente esta vez la profanación que supondría el derecho a salir al descanso primaveral. Pero a cambio se acumula otra profanación, ésa sí real, y de consecuencias hasta hoy incalculables: la profanación que supone la degradación acelerada de la calidad de vida de los mexicanos.De escarniosPorque esta cancelación de las vacaciones constituye un signo inequívoco de que la crisis ha llegado ya a la percepción y a la cotidianidad de la mayoría de la población. A ello hay que agregar los otros signos —más dolorosos— de la crisis: los signos de la frustración que se expande por la pérdida del empleo o la imposibilidad de conseguir una ocupación productiva, más los signos que van del desánimo general al ánimo vindicativo o transgresor ante la desesperación por la falta de ingresos de las personas y las familias. Todo parece juntarse para anticiparnos un verano caliente, como pocos, de múltiples descontentos. Y por si fuera poco, aparece una profanación más. Al escarnio que cae sobre el amplio sector de la población sin vacaciones se agrega ahora el agravio de tener que contemplar el desfile permanente de una élite política que, en medio de la crisis general, exhibe impúdicamente sus intocables y crecidos ingresos, con el agravante de que sus miembros más visibles prolongan cada día, a través de los medios, la profanación del espacio público con los mensajes de deslegitimación que se lanzan entre sí. Y así, ya entrada la Semana Santa, allí están ellos, los detentadores de los poderes del Estado, desautorizándose unos a otros para el ejercicio mismo del poder público, frente a una mayoría que terminará asumiendo la descalificación que las propias élites se han propinado.Guerra en la tierraEsto conduciría a una profanación final: la del mensaje pascual actualizado por Juan XXIII en su Encíclica Paz en la Tierra, que cumplirá este sábado 46 años. Olvidado en décadas de regresión de las instituciones religiosas y de los gobernantes asumidos como cristianos, el Papa del Concilio que reformó a la Iglesia extendió la invocación de la Paz en la Tierra a “todos los hombres de buena voluntad”, y no sólo a los católicos, y proclamó que las diferencias deberían resolverse por la negociación. Por eso los bandos políticos mexicanos, con sus guerras de exclusión, y de eliminación del contrario, parecen más exponentes del mundo preconciliar, de la intolerancia y la confrontación, que habitantes del mundo conciliar propuesto por el llamado Papa Bueno.jose.carreno@uia.mxAcadémico
Horizonte político
José A. Crespo
Echeverría: impunidad pasada y presente
Horizonte político
El ex presidente Luis Echeverría hace unos días fue exonerado del cargo de genocidio que se le quiso imputar por la matanza de estudiantes de 1968. Dicha exoneración nos dice que el 2 de octubre “sí se olvida”, al menos judicialmente, aunque no lo haga en la conciencia cívica, que tiene claro que México ha sido, históricamente, y lo sigue siendo tras la alternancia, el país de la impunidad (desigualdad, desorganización, despilfarro corrupción, agandaye, simulación y autoobstrucción, entre muchas otras virtudes cívicas). Pero había pocas bases jurídicas para consignar a Echeverría. Por un lado, los delitos cometidos durante la represión estudiantil de 68 (y de la que Gustavo Díaz Ordaz asumió la responsabilidad histórica) tenían una fecha de prescripción. Recordemos que entre los hechos y el intento de llamar penalmente a cuentas a Echeverría pasaron más de 30 años. Por eso se buscó una figura que no tuviera prescripción, como el genocidio u otros crímenes de lesa humanidad. Pero era más difícil justificar que la masacre pasara como genocidio, lo cual exige sistematicidad y prolongación en el tiempo, para configurarse como tal. Curiosamente, no fue esa la razón para exonerarlo esta vez, pues el Tribunal Colegiado que eso dictaminó sí consideró los hechos del 2 de octubre como un crimen de lesa humanidad. ¿Entonces, por qué la exoneración? Es que Echeverría no tuvo nada que ver con tal suceso, según esos egregios jueces. “En realidad, todo lo manejó el presidente”, dijo Echeverría en reciente entrevista, y asegura haberse limitado “a hacer llamados a la concordia” (Rogelio Cárdenas, Entre lo personal y lo político, 2008). Eso, que se lo crean los jueces, porque la opinión pública difícilmente lo hará. El alegato del V Tribunal Colegiado en materia penal recuerda la opinión de la Suprema Corte acerca de Atenco: hubo abusos, pero no responsables. Y si los hubo, a saber quiénes fueron. Con razón nadie en el resto del mundo (ni aquí, desde luego) confía en la justicia mexicana. Constituye una burla permanente. Hasta Perú resulta ser más democrático (y, si no, que pregunten a Alberto Fujimori).
Vicente Fox ofreció durante su campaña formar una comisión de la verdad que esclareciera ése y otros crímenes cometidos bajo el régimen priista. Fox escribió, ya concluido su mandato: “Influido por la manera en que el gobierno de Nelson Mandela averiguó los abusos cometidos durante el apartheid, mi gobierno abriría los archivos (de 1968)”. Y reconoce, “el vasto encubrimiento de la matanza de 1968 dificultó recabar pruebas, (pero) en México pocos creen hoy que Echeverría sea inocente” (La revolución de la esperanza, 2007). Llegado el momento, no sabía Fox cómo eludir su promesa. Había cambiado la ruta de su gobierno: no haría cambios en el régimen político según había ofrecido, pues eso implicaba confrontarse con el PRI, lo que le obstaculizaría la consolidación y profundización del régimen económico, que constituía su verdadero interés y el de los empresarios que lo apoyaron en su conquista del poder. Con la anuencia de Fox, Adolfo Aguilar Zinser convocó a un grupo de ciudadanos para elaborar y presentar a Fox un proyecto de comisión de la verdad: Sergio Aguayo, Clara Jusidman y yo mismo. Al presentarse ese proyecto a Fox, lo recibió muy bien. La idea esencial, en el caso de los crímenes políticos del pasado, era hacer una reconstrucción histórica, con reparaciones a las víctimas o a sus familiares y, una vez concluida la investigación, hacer un deslinde oficial respecto del pasado, a través de un perdón público del Estado, como ha sucedido en muchas otras democratizaciones.
El proyecto dejaba abierta la posibilidad de que pudieran derivarse responsabilidades jurídicas, pero ese no era el objetivo central, dada la improbabilidad de que llegaran a buen puerto, tanto por el tiempo transcurrido desde que se cometieron los crímenes (la prescripción) como por la enorme corrupción del Poder Judicial. De presentar como la principal meta el llamado penal a cuentas de los responsables, el saldo terminaría siendo negativo (como lo fue) y quedaría la impresión —quizá correcta— de que el objetivo real era montar una simulación. Quien desvirtuó ese proyecto, sustituyéndolo por la fiscalía especial del pasado (con rasgos más jurídicos que históricos), fue Santiago Creel, pues temía el enojo de los priistas que en tal caso no colaborarían en empujar la agenda económica del foxismo. Jorge Castañeda y Rubén Aguilar revelan el dilema sobre la comisión de la verdad: “Varios de sus colaboradores (de Fox) le transmitieron la certidumbre, desde el principio, de que se abrían grandes probabilidades de convencer (a los priistas, de apoyar la reforma fiscal), sobre todo si, como sugirió Beatriz Paredes a Creel… no se desataba una cacería de brujas contra ‘el pasado’; nada de comisiones de la verdad, persecuciones, investigaciones, etcétera” (La diferencia, 2007). A partir de lo cual se decidió mandar la revisión del pasado a un laberinto jurídico, para así neutralizarla. Al final, se terminó fortaleciendo la tradicional impunidad, sin que el PRI diera a Fox nada a cambio.
Muestrario: Josefina Vázquez no pudo con Elba Esther Gordillo y se ha tenido que conformar con una diputación. Sobre las razones de su salida, el lenguaje corporal es más elocuente que la retórica presidencial. La sustituye en el cargo Alonso Lujambio, hombre de linaje blanquiazul, inteligente y políticamente hábil. Deberá enfrentar el mismo reto que no superó Vázquez Mota: la educación pública está sofocada por el caciquismo de la maestra —como el BID lo reconoce—, pero enfrentarla no es nada sencillo en tanto siga siendo una aliada de primer nivel de Calderón. Como sea, Felipe sigue ampliando su baraja sucesoria (pero que por favor no se diga que el IFE es un trampolín político-partidista ni que el IFAI podría ir por ese mismo camino).
Esta exoneración nos dice que el 2 de octubre “sí se olvida”, al menos judicialmente.
José A. Crespo
Echeverría: impunidad pasada y presente
Horizonte político
El ex presidente Luis Echeverría hace unos días fue exonerado del cargo de genocidio que se le quiso imputar por la matanza de estudiantes de 1968. Dicha exoneración nos dice que el 2 de octubre “sí se olvida”, al menos judicialmente, aunque no lo haga en la conciencia cívica, que tiene claro que México ha sido, históricamente, y lo sigue siendo tras la alternancia, el país de la impunidad (desigualdad, desorganización, despilfarro corrupción, agandaye, simulación y autoobstrucción, entre muchas otras virtudes cívicas). Pero había pocas bases jurídicas para consignar a Echeverría. Por un lado, los delitos cometidos durante la represión estudiantil de 68 (y de la que Gustavo Díaz Ordaz asumió la responsabilidad histórica) tenían una fecha de prescripción. Recordemos que entre los hechos y el intento de llamar penalmente a cuentas a Echeverría pasaron más de 30 años. Por eso se buscó una figura que no tuviera prescripción, como el genocidio u otros crímenes de lesa humanidad. Pero era más difícil justificar que la masacre pasara como genocidio, lo cual exige sistematicidad y prolongación en el tiempo, para configurarse como tal. Curiosamente, no fue esa la razón para exonerarlo esta vez, pues el Tribunal Colegiado que eso dictaminó sí consideró los hechos del 2 de octubre como un crimen de lesa humanidad. ¿Entonces, por qué la exoneración? Es que Echeverría no tuvo nada que ver con tal suceso, según esos egregios jueces. “En realidad, todo lo manejó el presidente”, dijo Echeverría en reciente entrevista, y asegura haberse limitado “a hacer llamados a la concordia” (Rogelio Cárdenas, Entre lo personal y lo político, 2008). Eso, que se lo crean los jueces, porque la opinión pública difícilmente lo hará. El alegato del V Tribunal Colegiado en materia penal recuerda la opinión de la Suprema Corte acerca de Atenco: hubo abusos, pero no responsables. Y si los hubo, a saber quiénes fueron. Con razón nadie en el resto del mundo (ni aquí, desde luego) confía en la justicia mexicana. Constituye una burla permanente. Hasta Perú resulta ser más democrático (y, si no, que pregunten a Alberto Fujimori).
Vicente Fox ofreció durante su campaña formar una comisión de la verdad que esclareciera ése y otros crímenes cometidos bajo el régimen priista. Fox escribió, ya concluido su mandato: “Influido por la manera en que el gobierno de Nelson Mandela averiguó los abusos cometidos durante el apartheid, mi gobierno abriría los archivos (de 1968)”. Y reconoce, “el vasto encubrimiento de la matanza de 1968 dificultó recabar pruebas, (pero) en México pocos creen hoy que Echeverría sea inocente” (La revolución de la esperanza, 2007). Llegado el momento, no sabía Fox cómo eludir su promesa. Había cambiado la ruta de su gobierno: no haría cambios en el régimen político según había ofrecido, pues eso implicaba confrontarse con el PRI, lo que le obstaculizaría la consolidación y profundización del régimen económico, que constituía su verdadero interés y el de los empresarios que lo apoyaron en su conquista del poder. Con la anuencia de Fox, Adolfo Aguilar Zinser convocó a un grupo de ciudadanos para elaborar y presentar a Fox un proyecto de comisión de la verdad: Sergio Aguayo, Clara Jusidman y yo mismo. Al presentarse ese proyecto a Fox, lo recibió muy bien. La idea esencial, en el caso de los crímenes políticos del pasado, era hacer una reconstrucción histórica, con reparaciones a las víctimas o a sus familiares y, una vez concluida la investigación, hacer un deslinde oficial respecto del pasado, a través de un perdón público del Estado, como ha sucedido en muchas otras democratizaciones.
El proyecto dejaba abierta la posibilidad de que pudieran derivarse responsabilidades jurídicas, pero ese no era el objetivo central, dada la improbabilidad de que llegaran a buen puerto, tanto por el tiempo transcurrido desde que se cometieron los crímenes (la prescripción) como por la enorme corrupción del Poder Judicial. De presentar como la principal meta el llamado penal a cuentas de los responsables, el saldo terminaría siendo negativo (como lo fue) y quedaría la impresión —quizá correcta— de que el objetivo real era montar una simulación. Quien desvirtuó ese proyecto, sustituyéndolo por la fiscalía especial del pasado (con rasgos más jurídicos que históricos), fue Santiago Creel, pues temía el enojo de los priistas que en tal caso no colaborarían en empujar la agenda económica del foxismo. Jorge Castañeda y Rubén Aguilar revelan el dilema sobre la comisión de la verdad: “Varios de sus colaboradores (de Fox) le transmitieron la certidumbre, desde el principio, de que se abrían grandes probabilidades de convencer (a los priistas, de apoyar la reforma fiscal), sobre todo si, como sugirió Beatriz Paredes a Creel… no se desataba una cacería de brujas contra ‘el pasado’; nada de comisiones de la verdad, persecuciones, investigaciones, etcétera” (La diferencia, 2007). A partir de lo cual se decidió mandar la revisión del pasado a un laberinto jurídico, para así neutralizarla. Al final, se terminó fortaleciendo la tradicional impunidad, sin que el PRI diera a Fox nada a cambio.
Muestrario: Josefina Vázquez no pudo con Elba Esther Gordillo y se ha tenido que conformar con una diputación. Sobre las razones de su salida, el lenguaje corporal es más elocuente que la retórica presidencial. La sustituye en el cargo Alonso Lujambio, hombre de linaje blanquiazul, inteligente y políticamente hábil. Deberá enfrentar el mismo reto que no superó Vázquez Mota: la educación pública está sofocada por el caciquismo de la maestra —como el BID lo reconoce—, pero enfrentarla no es nada sencillo en tanto siga siendo una aliada de primer nivel de Calderón. Como sea, Felipe sigue ampliando su baraja sucesoria (pero que por favor no se diga que el IFE es un trampolín político-partidista ni que el IFAI podría ir por ese mismo camino).
Esta exoneración nos dice que el 2 de octubre “sí se olvida”, al menos judicialmente.
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