Pedro Echeverría
1. Honduras, país americano situado en el centro de Centroamérica, enfrenta su futuro en estos días y, al mismo tiempo las posibilidades de dar un gran salto político. El presidente Manuel Zelaya está promoviendo la realización el próximo domingo 28 de una encuesta nacional en favor de la colocación de una cuarta urna en las elecciones generales del 29 de noviembre -junto a las urnas para elegir presidente, diputados y alcaldes- para que se decida si se convoca a una asamblea constituyente que apruebe una nueva Constitución. Obviamente eso ha desatado la furia de los poderosos grupos empresariales hondureños, asociados con los EEUU, que han estado haciendo una campaña que parece estar desembocando en la promoción de un golpe de Estado.
2. En México, aunque mucho escribimos en periódicos y revistas para demostrar lo perjudicial que sería para el pueblo el Tratado de Libre Comercio (TLC), este mismo acuerdo se realizó ocho años después, en 2005, entre Honduras- Estados Unidos, pero los movimientos populares de los hondureños gritaron que “ese era el último golpe que se le daba a la Constitución y por lo tanto era necesario una nueva Constituyente". Por eso la promesa se convirtió en realidad al adoptar el presidente Manuel Zelaya esa consigna y ha venido convocando a los hondureños sobre la necesidad de continuar luchando hasta lograr cambios constitucionales que permitan que el pueblo deje de ser engañado con leyes hechas por la clase dominante y para su propio beneficio.
3. Honduras ha sido un país centroamericano dominado -durante los últimos 100 años- por militares, por grandes inversionistas yanquis y una poderosa clase política y empresarial asociada a los EEUU. La pobreza de sus aproximadamente ocho millones de habitantes es profunda, mientras un puñado de privilegiados cuenta con todas las riquezas y la modernidad en las principales capitales de aquel país. A pesar de ser uno de los dos países más extensos de la región, de poseer una enorme riqueza natural en sus montañas, sus ríos, su producción agraria, Honduras no ha sobresalido en la región porque sus gobiernos han sido sumisos a las políticas yanquis y sus empresarios han vivido acumulando riquezas sin invertir.
4. Las fuerzas armadas hondureñas han intervenido mucho en golpes de Estado. En las últimas décadas los hondureños recuerdan. En octubre de 1956 se registra un derrocamiento por parte del ejército. En 1963, también en octubre, el ejército derroca al presidente Villeda. Dos años después se promulga una nueva Constitución pero las confrontaciones de fuerza no cesan. En 1969 se registra una “guerra no declarada” entre Honduras y El Salvador. Tres años después otro golpe de Estado dirigido por el general López Arellano, pero en 1975 éste mismo general es destituido por las fuerzas armadas. En 1980 la misma Junta Militar traspasa el gobierno a la Asamblea Constituyente. Al fin, hasta 1985 es electo, según se ha publicado, el primer gobierno civil.
5. En los últimos meses, con el nuevo gobierno de Manuel Zelaya, Honduras estrechó relaciones con el presidente venezolano Hugo Chávez y pasó a integrar la Alianza Bolivariana de los pueblos de nuestra América (Alba) haciendo a un lado el proyecto ALCA que Bush y sus incondicionales quisieron imponer en América. Por otro lado el presidente Zelaya, siguiendo el ejemplo de Venezuela, Bolivia y Ecuador, ha buscado la aprobación de una nueva Constitución mediante la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente que discutiría también el derecho de reelección presidencial. El presidente Zelaya ha logrado un fuerte apoyo de los sectores explotados y oprimidos del pueblo, pero por otro lado se le prepara un golpe de Estado.
6. La poderosa clase empresarial de Honduras parece moverse de la misma manera, con la misma estrategia que lo hace la venezolana, boliviana o ecuatoriana. Con el abierto apoyo de los medios de información privados e internacionales -propiedad de los grandes capitalistas- impulsan enormes campañas contra Chávez, Evo, Correa y Fidel Castro, con el fin de desprestigiar el movimiento de los pueblos y las luchas de liberación. Buscan movilizar a los sectores privilegiados de las ciudades, a los blanquitos de los barrios residenciales y a los empleados de empresas privadas para salir a las calles a manifestarse contra el comunismo y en defensa de la religión y las propiedades. México también se anota en la lista de manifestaciones “blancas”.
7. Hugo Chávez, quien en estos años ha representado la oposición más consecuente frente a las oligarquías y el imperialismo, expresó el jueves 25 su total apoyo al presidente Zelaya por el hecho de estar siendo objeto de un intento de golpe de Estado de parte del Congreso nacional, de miembros de las Fuerzas Armadas y de la Corte Suprema de Justicia de su país. Asimismo brindó como su apoyo al pueblo hondureño, a los movimientos sociales y populares de Honduras. Explicó que los poderes públicos y militar de Honduras se han opuesto al llamado a una consulta popular, avalada por la firma de más de 500 mil ciudadanos hondureños, para la convocatoria a la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, desconociendo al jefe de Estado de ese país.8. Venezuela envió el viernes un comunicado a los diversos medios de información de Honduras, donde define su respaldo a todas las acciones que realiza el presidente hondureño. Y al mismo tiempo un documento que dice: "Los países miembros de la Alianza Bolivariana de los pueblos de nuestra América (Alba), manifestamos nuestro firme respaldo al gobierno del presidente Zelaya, en sus justas y decididas acciones por defender el derecho del pueblo hondureño a expresar su voluntad soberana". Esos documentos demuestran un amplio rechazo al golpe de Estado que las poderosas clases empresariales y el gobierno norteamericano están preparando. Por toda esa historia llena de intervenciones militares los hondureños y líderes de América Latina están atentos para evitar un nuevo golpe de Estado.
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