Editorial del Periódico El Zenzontle
Ante la pobreza y mal gobierno: crear poder popular
Después de pasadas las elecciones más costosas de los últimos años, aparecen las cifras oficiales de la pobreza, que es evidente a diario en cada hogar: la población mexicana es mayoritariamente pobre y es de las más desiguales del mundo, y el gobierno ha hecho todo lo posible para que esto ocurra.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentan los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2008, los cuales son valorados con mediciones que velan la profundidad del problema. Muestran que la pobreza en alimentos ha pasado de 14.4 a 19.9 millones de habitantes. Ellos no alcanzan los 65 dólares para comprar la canasta básica mensual de alimentos indispensables según mediciones internacionales. Al mismo tiempo 52 millones de mexicanos y mexicanas presentan una pobreza patrimonial, casi la mitad de los 107 millones de los habitantes de México. Así, el 10% de los hogares con ingresos más bajos tiene 21 veces menos ingreso que el 10% de los hogares más ricos de México. Y eso que no se captan en la encuesta los resultados catastróficos de la actual crisis económica de finales del 2008 a la mitad del 2009.
Ahondando en las causas se observa que la mayor caída en los ingresos de los hogares ocurre en la caída de las transferencias a los hogares por ayudas familiares y comunitarias, regalos y por las remesas de dólares del último auge de la migración internacional. Los más pobres ya no tienen cómo ayudarse entre ellos con ingresos monetarios o en bienes.
Pero el mal gobierno ha aprovechado estas cifras para recortar los programas de transferencia de programas sociales, de becas y apoyos, aduciendo que no han detenido la pobreza, cosa cierta pero a la vez tramposa. El otro argumento, este de la SEDESOL, ha sido el alza de los precios que arrebató ingresos de los bolsillos de los trabajadores en tiendas, al pagar servicios públicos como agua, luz, transporte, educación y salud. Nuevamente la respuesta es de mala leche, pues a partir de agosto se elevaron aún más las tarifas de energía eléctrica para uso doméstico, el pago en casetas -con el que se encarece el transporte por carretera- y lo peor, en el sector gobierno la ola de despidos.
Esos datos fríos confirmarían que la pobreza tiene el rostro de «las y los que se quedan en los hogares delos pobres»: mujeres abandonadas jefas de hogar, las niñas y niños y los padres ancianos de los que se van a buscar un ingreso a las ciudades, a las fronteras y al (mal) «sueño americano». También confirman la polarización social entre los mega ricos y los mega pobres. Sólo cabría esperar un estallido social.
Nada se dice desde el gobierno del capitalismo, ni siquiera de su forma de acumulación «salvaje» conocido como neoliberalismo, esa estrategia de expropiación del derecho a la vida digna que ha enriquecido a una extrema minoría de supercapitalistas, que ha facilitado la nueva acumulación de funcionarios y miembros de los poderes judicial y legislativo, así sea diferente el color de sus partidos políticos. No se habla del drenaje de ingresos que lleva a las transnacionales los recursos que tuvo México por el alza de los precios del petróleo, ni de las enormes ganancias que ha dejado a la banca el jineteo de los fondos de retiro en las Afores. ¿Cómo ocultar ese 92% de las y los jefes de los hogares pobres que carecen de seguridad social?
Otros estudiosos de la pobreza han demostrado que no son sólo 50 millones los mexicanos pobres, sino aproximadamente 80 millones que, además de carecer de alimentos e ingresos, son despojados de sus bienes y patrimonios, están endeudados, padecen la pérdida de oportunidades de educación y salud, y son destruídas sus capacidades de sostenimiento -basadas en una capacitación para un empleo que nunca llega o que aceptan largas jornadas o varias chambas- , y el quehacer de casi la cuarta parte de los miembros de los hogares que reciben ingreso y de otro tanto de las y los que trabajan sin remuneración.
¿Cómo entender al funcionario panista que declaró que México siempre ha sido pobre? La frase no critica al mal gobierno priísta y panista que ha llevado a extremos la política de expropiación de medios de vida a la mayoría de los mexicanos. Se trata de una verdad a medias: el capitalismo produce entre los trabajadores pobreza absoluta: más gente pobre sin salario, ni empleo, ni mucho menos bienes suficientes para reponer el desgaste de su fuerza de trabajo y crear nueva mano de obra; además genera pobreza relativa: la caída del ingreso por el trabajo en comparación a las ganancias, utilidades y beneficios. Una muestra: según la Cuenta del Ingreso Nacional disponible de 2006, la población que vive de su trabajo pasó de obtener 43.5 % del ingreso total en 1976 hasta un miserable 29% del ingreso registrado en 2006 cuando los países de la OCDE alcanzan entre 60 y 70% los ingresos al trabajo. En 30 años el capital dió su zarpazo al ingreso de los trabajadores y aumentó el de los ricachones.
La única solución ya visible es la auto solución comunitaria y popular de los problemasde la pobreza. La emprenden quienes se organizan y construyen con herramientas del poder popular una autosuficiencia, un camino autónomo para producir, distribuir, consumir y apoyarse mutuamente, quienes gestionan sus recursos sin depender del mal gobierno. Son muy pocos todavía, es cierto. Pero en Chiapas, en Oaxaca, en Guerrero y en muchas comunidades indígenas y mestizas se utiliza una forma más de la autodefensa de pueblos y comunidades, una defensa de espacios y territorios para vivir luchando contra el capital. A la vez crecen los grupos que se niegan a pagar las altas tarifas de energía eléctrica, de agua, de transporte o del pago de impuestos. Igual aumentan quienes defienden su empleo y los que resisten contra la desaparición de programas sociales o que denuncian la degeneración que los vuelve programas electoreros que dividen a la población y a sus comunidades, que vuelven dependientes a los que reciben las «ayudas» de arriba, y que sirven para criminalizar a quienes desde abajo y a la izquierda luchan contra el capitalismo que empobrece, roba, mata y que saquea los recursos.
Sólo sí de esas y otras maneras se crea poder popular y se alían los sectores en un movimiento organizado la lucha contra la pobreza y el mal gobierno vencerá.
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