9/05/2009

Los periodistas pal café......


Una serie de sucesos desafortunados ha movido a pensar a muchos mexicanos que a Felipe Calderón lo persigue la mala suerte. En la encuesta de esta semana, 75 por ciento de las personas piensa que no es mala suerte, sino ineptitud gubernamental; 23 por ciento opina que es una mezcla de ineptitud y mal fario, y sólo 1 por ciento supone que está salado.
Metodología
Enviamos esta semana 2 mil 500 cuestionarios por correo electrónico a miembros de El Foro México. Recibimos la respuesta de 2 mil 267. Enseguida reproducimos algunos fragmentos. Los textos originales pueden leerse en el foro.
Definitivamente, es un mal gobierno, pues la mala suerte con una ida a Catemaco ya se la hubieran quitado, pero de lo que sufre este gobierno no tiene nada que ver con los malos espíritus, pero sí con la corrupción, la impunidad, la burocracia y la ineptitud del Presidente y compañía que, como es bien sabido, sólo buscan engordar su bolsillo y los de sus cuates y familiares.
Jesús Zúñiga Sánchez/ Puebla
A un mes de celebrar su 14 aniversario, la policía comunitaria de la Montaña y la Costa Chica de Guerrero, una de las experiencias autonómicas más importantes del país, fue nuevamente víctima de un atropello protagonizado por el Ejército mexicano, cuyos miembros adscritos al municipio de Cruz Grande detuvieron a 12 de sus agentes, incluido el presidente del Consejo de Vigilancia de Marquelia, a quienes acusaron sin pruebas de tener vínculos con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
La violencia en Guerrero, como la ha descrito Francisco Monroy Hernández, activista de derechos humanos del Taller de Desarrollo Comunitario, se debe a la militarización de la entidad. El Ejército, explica, está en los pueblos y en las calles de Guerrero, supuestamente en una lucha contra el narcotráfico y, también supuestamente, en la persecución de grupos guerrilleros, pero lo que está detrás de esta realidad es el interés de abrir espacios al gran capital para despojar a pueblos enteros de sus territorios con el fin de que puedan desarrollar proyectos estratégicos. Además de que, como sucede en el resto de las comunidades indígenas, en este estado toda experiencia autónoma es criminalizada.
Este es el contexto del desmesurado operativo en el que participaron 80 miembros del Ejército para detener a los integrantes de la policía comunitaria de Marquelia. La irrupción militar, de acuerdo con información de La Jornada Guerrero, se llevó a cabo en la comunidad General Enrique Rodríguez, en respuesta a una supuesta denuncia anónima que vinculaba a los agentes comunitarios con el EPR.
El hostigamiento y persecución contra la policía comunitaria no es nuevo. Esta experiencia nacida de los pueblos mixtecos, tlapanecos y nahuas en octubre de 1995, cuenta con más de 40 órdenes de aprehensión en su contra. ¿Su delito? Detener el alto índice de criminalidad en la Montaña y la Costa Chica, implementar un programa de reducación, hacer valer sus usos y costumbres y no aceptar las ofertas gubernamentales de adscribirse a las instituciones.
Detener el vandalismo no ha sido fácil en un estado en el que las autoridades encargadas de la justicia y miembros del Ejército mexicano han sido cómplices o protagonistas de los delitos. La eficiencia de los comunitarios, como mejor se les conoce, se debe a que pertenecen y se deben a las 72 comunidades de los diez municipios en los que tienen presencia.
La detención de 12 de sus integrantes, seis de los cuales fueron liberados en las horas siguientes y el resto bajo una fianza de 100 mil pesos, es un acto inadmisible que se suma a la cadena de arbitrariedades con las que se pretende reprimir e intimidar al movimiento social.
losylasdeabajo@yahoo.com.mx.
Las finanzas nacionales están en shock y su perspectiva resulta verdaderamente preocupante, subraya el renovado discurso oficial. Bien, pero ¿en qué momento se dio cuenta Felipe Calderón de tal circunstancia? ¿Cuándo llegó a esa conclusión, a la que, desde mucho tiempo atrás, prácticamente llegaron todos los que de esto saben un rato? La duda, porque a lo largo del último año, cuando menos, el inquilino de Los Pinos no perdió oportunidad para destacar uno de los más evidentes logros de su administración: finanzas nacionales sanas, sólidas, robustas, según decía.
Machaconamente insistió en que esa quimera era una gran verdad. Pero, de repente, de la noche a la mañana y en pleno show del tercer informe de gobierno, reconoció la gravedad del asunto y el lamentable estado de las finanzas públicas, el cual, dice, es verdaderamente preocupante. Valga, pues, un rápido tour por el discurso calderonista sobre el tema, para conocer el desarrollo de los acontecimientos –versión Los Pinos– que lo llevaron a darle la vuelta a la gran verdad.
A finales de septiembre del año pasado, Calderón, reunido en Nueva York con empresarios del Economic Club, aseguraba que “en general se dice que cuando a Estados Unidos le da la gripe, en México a la gente le da pulmonía, pero éste no es el caso hoy en día. Ahora estamos sufriendo naturalmente los impactos de la situación aquí, pero los datos nos demuestran que México es mucho más capaz de superar esta situación difícil... la fortaleza de las finanzas públicas en el país evitará una crisis como las que solía sufrir en el pasado y que llevaría a empresas a la bancarrota… en México se ha avanzado a través de tener no sólo finanzas públicas sanas, sino de instrumentar diversas reformas como la fiscal, que permite captar un mayor nivel de recursos... México tiene una de las economías más sólidas del mundo; las finanzas públicas de nuestro país son ahora más fuertes que nunca; tenemos bases económicas sólidas… las finanzas públicas de nuestro país son ahora más fuertes que nunca; tenemos bases económicas sólidas”.
Dos semanas después presentaba en sociedad el llamado Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo, y subrayaba que “a pesar de este entorno internacional tan adverso y de las consecuencias negativas para nuestro país, quiero decirles a todas las mexicanas y a todos los mexicanos, que el gobierno hará frente a esta situación con diversos instrumentos de política económica. Afortunadamente, en los últimos años, México ha hecho la tarea de fortalecer sus finanzas públicas y estabilizar su economía. Por ello, si bien es cierto que tendremos impactos negativos en crecimiento y empleo en el país, también es cierto que la fortaleza de las finanzas públicas y de la economía mexicana evitará una crisis como las que solíamos sufrir en el pasado y que condujeron al país a la banca rota… Hoy vemos que la responsabilidad rinde frutos. Gracias a las políticas económicas responsables seguidas en los últimos años, hoy, en vez de vernos obligados a recortar el gasto público, somos capaces de proponer medidas para estimular la inversión y así mitigar el impacto negativo de la turbulencia financiera internacional. De no hacer nada el impacto de la situación económica produciría pérdida de empleos y un aumento de la pobreza de la gente… saldremos adelante porque tenemos fortaleza en las finanzas públicas…” (En el último trimestre de 2008 la economía comenzó el pronunciado desplome económico y la pérdida de empleos formales).
Para iniciar bien el 2009, presentó en sociedad el Acuerdo Nacional en favor de la Economía Familiar y el Empleo, y en su discurso destacó: “a diferencia de lo que había ocurrido en crisis anteriores, hoy México está mejor preparado para enfrentar la adversidad que antes, ya que tiene sólidos fundamentos macroeconómicos y financieros. Ello se debe, entre otras cosas, al manejo responsable de la economía… y a las reformas económicas que hemos emprendido. Sé que así como hemos superado desastres naturales, guerras internas, crisis económicas; así como los mexicanos hemos actuado con gallardía ante las mayores adversidades y hemos sabido ser solidarios entre nosotros, así también, estoy seguro, superaremos esta crisis que nos ha llegado de fuera”. Y a finales de mes presumió que en México se ha avanzado a través de tener no sólo finanzas públicas sanas, sino de instrumentar diversas reformas como la fiscal, que permite captar un mayor nivel de recursos... las finanzas públicas de nuestro país son ahora más fuertes que nunca; tenemos bases económicas sólidas.
La economía se desmoronaba, pero el discurso oficial se mantenía: “tenemos las finanzas públicas en orden, y en parte ha sido por la disciplina financiera que ha seguido, no sólo mi gobierno (…) que ha permitido que México corrija el problema estructural de finanzas públicas… no sólo hemos tenido salud en las finanzas públicas, hemos arreglado problemas financieros estructurales que parecía imposible resolver… De manera tal que el gobierno mexicano tiene posibilidad de sostener finanzas públicas sanas y de implementar una política contracíclica…” (Primer trimestre del año: la economía se desplomó 8.2 por ciento).
Aferrado al país de las maravillas, el discurso no se modificó, y todavía en junio resumía: “si México no fuese México, si no tuviésemos las fortalezas que tiene nuestro gran país, y tuviéramos la fragilidad que algunos decían que teníamos; seguramente sí hubiese sido la nuestra una nación más débil, probablemente hubiese sucumbido ante estos desafíos. El que ustedes quieran escoger: el desafío económico, de la recesión más grande que las generaciones presentes tengan memoria; el desafío de la inseguridad que enfrentamos y que estamos, que estoy seguro, superaremos; y el desafío mismo de la existencia no usual de un nuevo virus, que afectó a nuestro país… México es de los pocos países que han resuelto a fondo, por ejemplo, el riesgo actuarial de su problema pensionario; es decir, el haber resuelto el riesgo de quiebra de finanzas públicas por las pensiones de los servidores…” (Segundo trimestre: la economía se hundió 10.3 por ciento).
Así se mantuvo, hasta que, ¡sorpresa!, las finanzas públicas ya no eran robustas como presumió a lo largo de un año, sino que se encuentran en una situación verdaderamente preocupante.
Las rebanadas del pastel
Si esa es su capacidad de análisis y respuesta, entonces no busquen más: estamos fritos… Una limosnita por el amor de Dios (finanzas públicas dixit).
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx
Un buen maestro lo es por su capacidad para interesar al alumno en la búsqueda de conocimientos, en la comprensión de las ideas y en el manejo de la información. Esto vale sobre todo en los niveles básicos que se cursan entre los 4 y los 12 años, edad en que el cerebro infantil está en pleno desarrollo de los lóbulos frontales. De modo que las funciones de análisis y síntesis, pensamiento abstracto, imaginación, inducción y deducción están en el mejor momento para ser estimuladas; la memoria, en cambio, es una función menor.
Por eso sorprende que la SEP quiera medir la calidad de los maestros de acuerdo con la cantidad de información que dominan. Si ello definiera al buen maestro, se los podría sustituir por computadoras o enciclo- pedias. Pero no es así. El fenómeno educativo y sus procesos de aprendizaje son mucho más que una simple transmisión de conocimientos a modo de copiar y pegar.
De hecho, a la luz de las neurociencias y de las pedagogías más avanzadas, los conocimientos en la escuela básica no han de ser un fin, sino un medio para estimular el desarrollo de valores y las capacidades intelectuales y afectivas de los niños.
En analogía computacional diríamos que no se trata de cargar muchos archivos, sino programas. La información siempre estará disponible. Lo que convierte a la educación escolar en oportunidad es adquirir en ella las herramientas para vivir y manejar información.
Lectura, escritura y matemáticas deberían ser aprendizajes centrales en primaria, pues junto con el desarrollo de la sensibilidad artística y el manejo de información, dejarían listos a los niños para exitosos aprendizajes en los siguientes niveles.

Carlos Martínez Rentería: Salón Palacio

Metro: medidas antipopulares
El titular de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal, Mario Delgado, advirtió ayer sobre la posibilidad de incrementar el precio del boleto del Metro, con el propósito de reducir el subsidio que se otorga en ese transporte –que actualmente asciende a 6 mil millones de pesos anuales– para sortear la situación de astringencia financiera que vivimos y la eventual reducción de las participaciones federales.
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El Correo Ilustrado
Incidente en el Metro
El martes primero de septiembre pasado una muchedumbre indignada se encontraba frente al Centro de Monitoreo de la estación del Metro Pino Suárez. Me acerqué y algunas personas me indicaron que en ese lugar estaba detenido un joven, por haberse saltado una estructura divisoria y con ello acortar el camino hacia su centro de estudios.
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La historia convencional afirma que el movimiento de Independencia que se inició en 1810 fue inspirado por un grupo pequeño y aguerrido de criollos que propició una vasta rebelión compuesta en su mayoría por indígenas y castas. La fuerza que adquirió la revuelta fue tan notable que, en poco más de un mes, después de la batalla del Monte de las Cruces, Hidalgo fue puesto ante la disyuntiva de ocupar o no la ciudad de México. Prefirió retirarse y movilizar hacia el occidente del país el ejército popular que había confeccionado. Ya para entonces el apoyo de los criollos a la sublevación había disminuido. No es improbable que hayan visto en la movilización popular no sólo una amenaza al orden virreinal, sino a los privilegios que ese orden había concedido (privilegios que acaso las reformas borbónicas habían reducido). En marzo de 1811 Hidalgo fue capturado (en julio sería fusilado) y su ejército diezmado, aunque no liquidado. Quien continúa la guerra civil es Morelos, nadie menos identificado con el mundo de los criollos. Un mundo que lo ha abandonado y que lo ve como el representante de un movimiento que les es radicalmente ajeno. Una vez muerto Morelos, la insurgencia continúa en calidad de guerrillas que nunca logran reunir un frente unificado, aunque merman continuamente al ejército realista (compuesto en buena parte no sólo por soldados españoles, sino por criollos). Quien sale a su encuentro es uno de estos solados criollos, Iturbide, quien se propone pactar movido por una visión cuyo contenido se olvida frecuentemente: el Plan de Iguala. Se dice que el plan quería atraer a las posiciones más conservadoras para poner fin al conflicto, pero se trata de una visión de la guerra y del destino del país que tiene ese anclaje precisamente en la cultura criolla de la época.
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Valdemar Gutiérrez Fragoso, secretario general del SNTSS, capitalizó el convenio que –con sus asesores jurídicos– firmó en octubre de 2005 Roberto Vega Galina y –directamente asistido por la Secretaría de Hacienda– impuso en julio de 2008 a los trabajadores de nuevo ingreso al IMSS el fracasado sistema de cuentas individuales para el retiro.
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Hace unos días el subcoordinador priísta en el Senado expresó en un programa de televisión que en el nuevo periodo de sesiones pensaban apoyar legalmente la participación de las fuerzas armadas en la lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico. La ciudadanía espera que esto nunca se haga, y menos en los términos de la anticonstitucional y violatoria de los derechos humanos adición a la Ley de Seguridad Nacional, que el Ejecutivo federal propuso el 20 de abril.
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La controvertida decisión emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el pasado 12 de agosto en torno al caso Acteal ha generado un acalorado debate que, por ejemplo, se está librando tanto en las comunidades indígenas como en los medios masivos y alternativos de comunicación. Ya varios/as articulistas colaboradores/as de este periódico han señalado que la masacre de Acteal tendría que ser vista (analizada, juzgada) en un contexto de guerra que no acaba y que sigue vivo en formas varias en Chiapas (y no sólo ahí). Por su parte, los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre (agrupados en la Organización Sociedad Civil Las Abejas), varias ONG e intelectuales han dado elementos para argumentar que se trata de un crimen de Estado, de un crimen de lesa humanidad por el que sus autores intelectuales deberían ser juzgados y castigados. Para reforzar estas argumentaciones quisiera agregar dos aspectos más: uno relativo a la contrainsurgencia en Chiapas y otro referente a la dimensión mundial de la lucha de la Organización Sociedad Civil Las Abejas.
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La crisis de las izquierdas tiene tres orígenes. Una crisis ética, una deliberada estrategia que impulsa una restauración conservadora y una cultura política que por hegemónica floreció en muchos ámbitos de la sociedad mexicana. Su elemento clave es la falsificación discursiva.
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Rafael Acosta era un hombre sencillo, que no faltaba a las marchas y mítines en apoyo al presidente legítimo de México ni mucho menos a las concentraciones en defensa del petróleo y de la economía popular, era leal al movimiento y se sabía un ciudadano más, que aportaba su presencia, su voz y su entusiasmo para cambiar desde abajo a este país.
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El viernes concluyó en la Casa Universitaria del Libro el segundo Festival de Revistas Culturales, entre cuyas actividades se realizaron varias mesas redondas en las que se abordó el tema Edición, crisis y nuevas tecnologías.
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Porfirio Muñoz Ledo
El monólogo
La ausencia de Calderón en la apertura de sesiones, a más de ser un desacato constitucional, evidenció el divorcio entre los poderes y el colapso del régimen presidencial. Signó la esquizofrenia política y la parálisis institucional que nos ahogan.
El espectáculo monárquico montado al día siguiente en Palacio reprodujo el monólogo del antiguo régimen. Los invitados de hoy reemplazan el aplauso lisonjero de los parlamentarios de ayer y el duopolio electrónico provee, como siempre, su amplificador servil. Una restauración teatral del Estado.
Exhibió además el estado de sitio que nos degrada: la utilería armada que acompaña al Ejecutivo como una jaula para protegerlo de la ciudadanía. Se invitó a los legisladores genéricamente, pero a pocos se les aceptó. Los que decidieron presentarse para leer un escrito fueron golpeados: varías garantías constitucionales violentadas de un solo golpe.
El primer actor llama a una “alianza entre los que conformamos los poderes”, aunque a los parlamentarios no los escuche y físicamente los agreda. Es inverosímil que pretenda pactar con quienes se empeña en romper relaciones y ofrezca transformaciones que competen al Congreso. Salvo que nos estime personeros de los convidados que lo rodearon.
En olvido de la pesadilla sudada durante tres años, el mensaje fue remedo de una toma de posesión. Lo que informa es falso, banal y sin referentes. Recuerda aquella frase imperial: “Soy responsable del timón, mas no de la tormenta”. También, la picardía popular que le respondió: “No importa el tipo de cambio sino el cambio de tipo”.
Tono inconsecuente con la minoría política a que lo confinaron los electores. Absurdo convocar a un “cambio de fondo” desde un sitial vacío de autoridad. La palabra “dimisión” es equivalente a renuncia, aunque admite el matiz de “abandonar una cosa que se posee”. La solicité para poder formar un gobierno de mayoría que hiciera frente a la catástrofe.
El sexenio ya terminó y encallamos en un peligroso interregno. Insta sin embargo a “quitarle el freno al cambio” a quienes no se lo pusimos. La propuesta sería procesable si supiéramos qué quiere y no disfrazara tras ampulosas frases modestos ajustes y modificaciones “estructurales”—hermanas menores de las que instalaron la crisis.
El decálogo de ocasión es tan vago como equívoco. No ofrece mecánica de realización, que habría de transitar por un programa global consensuado y un conjunto de iniciativas concatenadas. Él mismo y su partido han rechazado durante un decenio las reformas institucionales y la sustitución del modelo económico que el país demanda.
Si ahora las aceptan, habría que precisarlas. Por ejemplo, si es un cambio de rumbo, ¿qué significa “lucha frontal contra el crimen en el respeto al estado de derecho”? ¿Acaso mantener el Ejército en las calles, contrariando la Constitución? O tal vez estableciendo una comisión de la verdad que desnudara las alianzas entre el crimen y el poder.
¿A dónde alcanza “una reforma política de fondo”? ¿Qué comprende “una nueva generación de reglas electorales” y “una mejor relación entre los actores políticos”? Las propuestas del 2000 no han sido adoptadas ni refutadas. El oneroso ejercicio de 2007 dejó sin aprobación más de un centenar de iniciativas fundamentales.
La legislación por goteo sería un suplicio de tóntolos. La tarea es integral y debe incorporar a la inteligencia y la sociedad. Propuse un debate urgente e informado para analizar las causas y posibles salidas del hundimiento económico. Su sede sería el Legislativo, quien debiera dictar después las transformaciones correspondientes.
La reforma del Estado exige de determinación y método. Bien encomendando el proyecto a una instancia especializada del Congreso, como había sido acordado, o bien convocando a una Asamblea Constituyente. Lo demás es vacua palabrería.
Diputado federal (PT)

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