8/27/2011

Pese al “abasto” de anticonceptivos, adolescentes no acceden a ellos



CAMPAÑA PERIODISTAS DE MESOAMÉRICA A FAVOR DE LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

Nicaragua carece de política integral en salud reproductiva


Por Nelson Rodríguez, corresponsal

Managua, 26 ago 11 (CIMAC).- En Nicaragua, las bodegas de las unidades de salud podrán estar abarrotadas de anticonceptivos, pero las mujeres, y en particular las adolescentes, no acceden a ellos ante la falta de una política de Estado integral que garantice la salud y los derechos sexuales y reproductivos de la población femenina, considera Georgina Mendoza, integrante del Centro de Estudios y Promoción Social (CEPS).

Las cifras oficiales podrán ser muy alentadoras en el país centroamericano, sin embargo la realidad dista mucho del optimismo gubernamental. Una encuesta reciente de salud familiar, financiada por la Agencia de Cooperación de Estados Unidos (USAID) y el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (CDC), señala que en Nicaragua el 71 por ciento de las mujeres que tienen pareja usa algún método anticonceptivo.

El dato ubica a la nación centroamericana como una donde los métodos anticonceptivos son más accesibles para las mujeres en la región, sólo superada por Costa Rica.

El gobierno de Nicaragua destina un millón 200 mil dólares anuales (14 millones 988 mil pesos mexicanos), para abastecer de anticonceptivos a su sistema de salud. El 60 por ciento de ese monto se obtiene por la cooperación de USAID y del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

Con todo, apunta Georgina Mendoza, las nicaragüenses siguen sin acceder de manera satisfactoria a métodos para el control de la natalidad.

IMPEDIMENTO EN ZONAS RURALES

En una comunidad del municipio de Terrabona, departamento (provincia) de Matagalpa, al norte del país, sólo hay una Casa Base de Salud, la cual es administrada por “una señora”.

“Es difícil que una adolescente o joven que ya inició su vida sexual acuda ahí a buscar algún método anticonceptivo porque es conocida en el lugar, y al pedir estos servicios se expone al cuestionamiento”, explica Mendoza.

Así como ocurre en Terrabona, hay cientos de comunidades en el norte y en la costa Caribe de Nicaragua alejadas de las unidades de salud.

La integrante de CEPS detalla que para llegar a los centros de salud por sus anticonceptivos una mujer tiene que recorrer grandes distancias navegando por ríos, caminando, cabalgando o viajar en transporte público más de una hora.

Para colmo, advierte, en las clínicas los ginecólogos no son permanentes: llegan ciertos días de la semana y atienden a mucha gente dando prioridad según la gravedad del caso, y dejando por último cualquier atención sobre anticoncepción. Pueden pasar hasta tres meses para que las mujeres de zonas rurales tengan cita con el médico.

Y si tienen la suerte de ser atendidas se exponen también a cuestionamientos personales por parte de las enfermeras que registran las citas y hasta del propio ginecólogo.

Otra irregularidad, observa Georgina Mendoza, es que en muchos casos el especialista en vez de informar a las usuarias de las diferentes alternativas de anticoncepción, les recomienda de una vez la esterilización quirúrgica, la cual –según la encuesta de USAID y CDC– es ahora el método al que más recurren las nicaragüenses.

“CUESTIÓN CULTURAL”

El director del organismo Profamilia, Freddy Cárdenas, apunta que la necesidad insatisfecha de anticonceptivos en Nicaragua está asociada al “machismo”.

“Las mujeres en muchos casos tienen que buscar alternativas de planificación familiar, recurren a métodos inyectables trimestrales a escondida de sus compañeros de vida, lo adquieren comprándolo en las farmacias sin ninguna recomendación médica y exponiéndose a algún problema de salud”, señala el médico.

Para Cárdenas la falta de acceso a los métodos anticonceptivos tiene que ver más con lo cultural, lo que se refleja en que Nicaragua ocupe la tasa global de embarazos en adolescentes más alta de América Latina.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportan que en el país centroamericano 30 por ciento de los embarazos ocurren en mujeres menores de 19 años.

Una investigación de la Universidad Centroamericana (UCA) revela que el embarazo en adolescentes está ligado a varios factores socioculturales. Un 10 por ciento de las adolescentes de clase media se embarazan “porque sus padres no les prestan atención”; 30 por ciento porque “no saben usar el método anticonceptivo apropiado”; 10 por ciento por “asuntos culturales”, y 5 por ciento son de casos de abuso y violencia sexual.

COMBATIR EMBARAZOS EN ADOLESCENTES

Georgina Mendoza recalca que el embarazo en adolescentes tiene que ver con la política de salud: “Aunque la unidad de salud esté abastecida, él y la adolescente no tiene la suficiente información para acudir, no se siente en confianza, desde que la enfermera o hasta el vigilante del centro de salud comienzan a evaluar a la adolescente de por qué solicita una consulta con el ginecólogo, a partir de allí se acaba el acceso”.

Advierte que no es suficiente con abastecer de pastillas y condones en los centros de salud: “Se requiere ir más allá, promover campañas de salud sexual y reproductiva, confidencialidad total para los casos de adolescentes, atención amigable, servicio integral enfocado en la pareja y no sólo en las mujeres”.

Mendoza y Cárdenas coinciden en que el Estado nicaragüense debe impulsar un programa de educación sexual desde la infancia en todo el sistema escolar, y fomentar la responsabilidad de las familias en la educación sexual de sus hijas e hijos.

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