Un repudio unánime a su “mini informe” recibió de la sociedad mexicana Felipe Calderón Hinojosa. La desesperación cunde en la residencia oficial de Los Pinos, en el Partido Acción Nacional (PAN) y en la casa de campaña de Josefina Vázquez Mota, lo que los lleva a cometer garrafales errores de propaganda política al iniciar formalmente las campañas por la Presidencia de la República y que los alejan cada vez más de la posibilidad de ganar o arrebatar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal. Cegado por la autoexaltación y el autoelogio, Calderón olvida o desconoce que las estrategias de marketing electoral tiene limites y que carecen de efectividad cuando se topan con la cruda realidad, la que resienten los millones de ciudadanos mexicanos en el deterioro constante –y peligroso- de su nivel de vida.
En el Congreso, los partidos de oposición repudiaron la actitud de Calderón, quien renunció desde hace varias semanas a las responsabilidades de la Presidencia de la República para asumir cabalmente la coordinación de campaña de Josefina Vázquez Mota, aún en contra de la voluntad de la propia aspirante presidencial panista, quien está consciente de que los adversos resultados de la gestión del michoacano representan el más pesado lastre para sus aspiraciones políticas, pues no hay un sólo rubro de la administración federal del cual asirse para enarbolarlo a lo largo de los próximos tres meses. No obstante que le ha resultado imposible deslindarse del calderonismo o mejor dicho, del “calderonato”, cuyo signo principal ha sido la muerte, la pobreza, la miseria, la marginación, la injusticia, la corrupción y, hasta este momento, la impunidad.
Los diputados federales de oposición coincidieron en señalar que se trató de un acto para, primero, justificar su administración que no ha logrado adquirir rasgos de legitimidad a pesar de que ya está en el ocaso; y segundo para promover la candidatura de doña Chepina que hace agua por todos lados principalmente por sus propios errores y declaraciones poco afortunadas como sus referencias al “monstruo de la UNAM”, al “patán de Cordero”, a la “pinche Sota” o a “Genaro García Luna que me graba pero no al Chapo”, por señar sólo los más recientes; pero también por el “fuego amigo” al que ha estado persistentemente expuesta y por el lastre del calderonismo, pesada piedra atada a su cuello que todo parece indicar no le permitirá salir a flote.
La fracción parlamentaria del PRI, a través del chiapaneco César Augusto Santiago, calificó el evento del miércoles en el Auditorio Nacional -al que fueron “acarreados” y “convencidos” miles de burócratas, militares, secretarios de Estado, diplomáticos y gobernadores panistas, a los que se les “invitó” a que llevarán a sus familiares más cercanos- como un “montaje publicitario”, que “ratificó el sentido antidemocrático” del Gobierno, y que “está tentado al autoritarismo”. El ex secretario de Acción Electoral del CEN priísta acusó en la tribuna de San Lázaro que Calderón “no sabe, no quiere, no le interesa rendir cuentas del uso del dinero público. El presidente confundió la Constitución con la televisión”. Y remató que “Calderón pasa a la historia como el Presidente más antidemocrático del País”.
En las filas perredistas, el contubernio de la dirigencia nacional que encabezan “los chuchos”, Jesús Zambrano, Jesús Ortega y Carlos –“de Jesús”- Navarrete, no fue suficiente para contener las críticas a su aliado político de Los Pinos. El diputado perredista Martín García Avilés acusó que el “mini informe” de Calderón se trató de un acto “autocomplaciente” para los empleados del gobierno y sus familiares y afirmó que ni el Poder Judicial o las Cámaras del Congreso organizan eventos con incondicionales para escuchar el aplauso fácil. Concluyó que no se trató, como se pensó engañar a la gente, de un informe o una rendición de cuentas, o de un acto republicano o democrático porque se trató de un evento con una audiencia dócil. Por tal razón, advierten que interpondrán un recurso ante las autoridades electorales –que hasta el momento se han hecho de la vista gorda- en contra de Calderón por actos anticipados de campaña.
Los legisladores verde ecologistas o “del Tucán” subrayaron el hecho de que el acto en el Auditorio Nacional tuvo dos propósitos: justificar la segunda administración federal del PAN e intentar promover la candidatura presidencial de Vázquez Mota. Juan José Guerra, coordinador parlamentario del PVEM, criticó también que después de su discurso de casi dos horas en el inmueble de Paseo de la Reforma, Calderón haya participado en una entrevista con periodistas de Televisa a modo para abordar temas que no coinciden con la realidad.
También la bancada del Partido del Trabajo (PT) arremetió contra los excesos de Felipe Calderón y su gobierno. El polémico Gerardo Fernández Noroña inquirió si el inquilino de Los Pinos pagó para que en Televisa le hicieran la entrevista de referencia porque, consideró, le hicieron preguntas a modo. Destacó que todo lo que expresó en el Auditorio Nacional sobre los presuntos avances del país, “esta al revés, como cuando asegura que su prioridad es su lucha anticrimen, pero en realidad a quien defiende es al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna”.
Los panistas. por su parte, pocos argumentos pudieron presentar para defender a su jefe. La diputada Dora Evelyn Trigueras con cerrazón señaló: “pueden ustedes decir lo que quieran y cosas que no nos importan. Continúen con el “bullying” electoral a Calderón”, que justo es decirlo él mismo detonó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario